Sus respiraciones agitadas y los gemidos de ambos encajaban a la perfección como una hermosa sinfonía. Con cada lenta estocada que proporcionaba el mayor lentamente ambos subían más y más al toque de la locura y placer.

Ambos haciendo el amor. Gozando de cada minuto que transcurría mientras sus pieles se encontraban.

Él menor cerraba sus ojos y mantenía su boca semi-abierta, con gotas de sudor cayendo de su frente, gemidos saliendo por entre sus labios gruesos y de un color cual hermosa rosa, sus mejillas en un potente color carmín, y por último apretaba con sus deditos la mano de su pareja, de quien era su esposo, su alfa, su amado, su eternidad.

Él mayor por el contrario admiraba la hermosa escena que tenía enfrente suyo, su pequeño esposo, su pequeño omega, su bebé, su todo. Admiraba cada facción y gesto que emitía el menor con cada estocada que él le brindaba. Definitivamente Min Jimin le traía loco; sonrió de lado con malicia ante el nombre pensado.

Sus corazones latían desenfrenados, la mente de ellos estaba en el mismísimo cielo, ambos atándose entre si para no separarse jamás. Los lobos de ambos aullaban a la Luna llena, reclamándose como parte del otro, haciéndole saber que se amaban entre sí, que nada ni nadie los separaría, así tengan que sacrificar demasiadas cosas, siempre, siempre, siempre estarían juntos.

Él menor suspiro al sentir la respiración de su alfa en aquella marca, aquel lazo de compromiso a amarse eternamente; y gimió de placer al sentir los dientes de su esposo en el mismo lugar de su marca, volviéndola a hacer notoria, y sentía que el nudo se aproximaba, pues sentía cada estocada más profunda y certera en aquella parte más íntima que sólo el mismísimo Min YoonGi conocía. Apretando más fuerte la mano de su esposo y recibió gustoso aquel nudo que terminó de entrar y expandirse en su interior, soltando un grito de placer cuando el orgasmo recorrió todo su cuerpo, cerrando sus ojos con fuerza y mordiendo su labio inferior por el placer que lo había consumido.

En tres estocadas más el mayor terminó por correrse en el interior de su pequeño esposo, llenándolo con aquella esencia tibia y perfecta para el menor.

Los dos se miraron a los ojos, reflejándose en las órbitas del otro, y sonriendo con cansancio mientras repasaban sus facciones. No necesitaban de más, con aquellas miradas llenas de emociones que eran obvias que no necesitaban decirlas. Pero aún así lo hicieron.

—Te amo —confesó con cansancio el mayor mientras dirigía su otra mano a acariciar la mejilla de su esposo, repasando con sus dedos la textura de estas, volviendo a memorizar que eran hermosamente suaves.

—Y yo a ti, Yoonie, hyung —respondió el menor mientras también acariciaba con su manita la pálida mejilla de su esposo, mientras le miraba a los ojos.

Ambos viéndose directamente a los ojos rebosantes de ternura. Logrando que sea unas palabras para nada vacías. Unas llenas de total verdad.

Ambos unidos en cuerpo y alma, bajo La Luz de la Luna llena que entraba por aquella ventana.

La Luna era testigo de su amor, del amor que aquel alfa y aquel omega se tenían mutuamente.

Aunque quería probar una cosa más.......

"Ya veremos"

30/10/17

Créditos a la persona de la imagen de multimedia ^~^

Estoy emocionada pues, en menos de una semana su autora aquí presente se hace más vieja ;v; Y en menos de una semana esta historia dará por comienzo a su nueva versión. Wamo a esperah con ansias se estreno.
Les deseo un hermoso día, tarde o noche, sea cual sea el horario en el cual lean esto.
Se despide su autora:
YoungMi17.