Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

[135] DESPEDIDAS Y REVELACIONES

Cuando llegó el momento de irse, Lara abrazó a su sobrino sin intención de soltarlo, pero finalmente se vio obligada a hacerlo, pellizcándole suavemente la mejilla—. Pórtate bien, ¿de acuerdo? Cuida a tu hermana y a tu papá.

Carl asintió—. Cuídate.

—Siempre lo hago —sonrió Lara.

Mientras se dirigían hacia la puerta, Lara vio que Rick todavía cargaba a Lucille. Daryl caminaba con Dwight a su lado y cuando estaban a punto de irse, Rosita regresó de su paseo. Lara no estaba segura de a dónde había sido enviada, pero con una mirada en su rostro que se asemejaba a la expresión que uno podría tener después de chupar una rodaja de limón, Lara supuso que algo no estaba bien.

—Menudo lugar tienes aquí, Rick —comentó Negan.

—Dame un segundo —dijo Rick.

Señaló con la cabeza la ventana de una de las casas abandonadas en las afueras de Alexandria, donde, en la ventana, Michonne estaba mirando. Solo estuvo allí por una fracción de segundo, antes de moverse hacia las sombras y desaparecer, pero fue suficiente para que Rick llamara su atención.

—No.

—Por favor, ¿puedes darme un segundo? —preguntó Rick.

Negan sonrió y asintió, dejando que Rick desapareciera en dirección hacia la casa. Se fue por unos minutos, tiempo durante el cual Negan comenzó a tararear una melodía mientras Lara se paraba tan cerca de Daryl como se atrevía, con los brazos cruzados sobre su pecho.

Cuando Rick regresó con Michonne justo delante de él, Lara vio el ciervo sobre sus hombros y, por un segundo, sus ojos se encontraron y los de Michonne se abrieron con sorpresa cuando vio a Lara y a Daryl. Ella no dijo nada, demasiado preocupada por incitar el caos para hablarles, pero sus ojos transmitían cada onza de furia que estaba sintiendo.

—Mira eso —rió Negan.

—Pensé que estaba rebuscando por ahí —dijo Rick, sosteniendo un rifle en la mano—. Estaba cazando. Este nunca entró. Lo mantuvimos cerca del recinto.

Negan tomó el arma—. Mira esto. Esto es algo con lo que construir una relación. Bien por ti, Rick. Lo he dicho antes, y lo volveré a decir: usted, señor... es especial.

—Ahora que sabes que podemos seguir tus reglas —comenzó Rick.

—¿Sí? —preguntó Negan lentamente.

—Me gustaría preguntarte si Daryl y Lara pueden quedarse —terminó Rick.

—Eso no va a suceder —respondió Negan instantáneamente—. ¿Sabes qué? No lo sé. Tal vez Daryl pueda convencerme. ¿Daryl?

Lara sabía lo que Negan quería. Quería que Daryl admitiera la derrota, que se sometiera a un nuevo líder. Daryl no era así, e incluso cuando miró a Lara y la vio sacudir la cabeza casi imperceptiblemente, supo que nunca podría arrodillarse ante ese hombre. Por supuesto, quería salvar a su esposa de más tormentos, pero la mirada en sus ojos le dijo que le dolería más verlo arrodillado que estar de regreso en el Santuario, por más infernal que ese lugar fuera.

Negan se rió cuando Daryl no dijo nada—. Bueno, lo intentaste. Ahora lo que tienes que hacer es escalar este gran muro que tienes y esforzarte más. Gana algo para mí. Porque volveremos pronto, y cuando lo hagamos, será mejor que tengas algo interesante, o Lucille... se saldrá con la suya. Quiero que lo escuches una vez más —disminuyó la velocidad—. Si no tienes nada interesante para nosotros... alguien va a morir. Y no más armas mágicas. Arat, agarra ese ciervo. Se hace tarde. Vamos a casa —Michonne dejó caer el ciervo y se alejó—. Hombre, me encanta que una chica me traiga la cena y no espere nada a cambio.

—¿Lara? —susurró Rick, mientras pasaba junto a Negan.

Ella asintió—. Estaré bien, Rick.

—Sí, lo estará —confirmó Negan—. Porque estoy cuidando muy bien a tu hermana y al bebé, que escuché que es una niña. No te preocupes, tal vez te deje visitar una vez que nazca. O tal vez no. Como sea, es hora de irse.

Rosita y Spencer descargaron la camioneta que habían sacado ese mismo día, revelando que habían sido enviados a recuperar la motocicleta de Daryl. Una ola de ira invadió a Lara cuando vio a Dwight acercarse a la motocicleta, y subirse a ella.

—Idiota —murmuró Lara, viendo la expresión de suficiencia de Dwight al volverse hacia Daryl.

Negan miró a Rick—. Entonces, nadie murió. ¿Y sabes lo que pienso? Creo que tú y yo hemos redefinido nuestro acuerdo. Déjame preguntarte algo, Rick. ¿Quieres que me vaya?

—Creo que eso estaría bueno —respondió Rick.

—Entonces di la palabra mágica —dijo Negan.

—Gracias —respondió Rick, como si fuera amargo al gusto.

—No seas ridículo —rió Negan—. Gracias a ti —un caminante gruñó en la distancia—. Otro más. Necesitas nuestra ayuda. Davey, pásame ese candelabro. ¿Sabes lo que pienso, Rick? Creo que ambos vamos a salir ganando de esto. Mira como golpeo —Negan mató al caminante con el candelabro y se volvió hacia Rick—. Sí. Todos salimos ganando —dejó caer el candelabro—. Deberías limpiarlo para la próxima. Vámonos —hizo ademán de alejarse antes de detenerse—. Espera. Que descuidado de mi parte. No pensaste que iba a dejar a Lucille, ¿verdad? Quiero decir, después de lo que hizo, ¿por qué la querrías? Gracias por ser tan complaciente, amigo —bajó la voz a un susurro—. En caso de que no te hayas dado cuenta, acabo de metértela en la garganta y me diste las gracias por ello. Lara, vamos.

Lara apretó la mano de Rick como un último acto de consuelo antes de regresar a la camioneta de Negan y sentarse a su lado. Puso en marcha el motor y miró hacia ella y la mochila entre sus rodillas—. ¿Qué tienes ahí?

—Ropa —respondió Lara—. No voy a usar este vestido.

—¿Y quién dijo que podías cambiarte? —preguntó Negan.

—Yo.

—Muy bien —rió Negan—. Sabes, casi esperaba que salieras corriendo cuando fuiste a buscar a tu sobrino, pero parece que has aprendido que ahora todos me pertenecen, incluso tú. Estás aprendiendo.

Sí, claro.

La única razón por la que Lara no había corrido era porque quería alejar a Daryl de Negan, y la única razón por la que todavía estaba sentada en esa camioneta era porque necesitaba regresar al Santuario para que eso sucediera.

—Sabes, hoy lo dejé pasar porque disfruté ver la cara de Rick cuando me respondiste —dijo Negan—. Pero si lo vuelves a hacer tendré que dar un ejemplo, y odiaría que tu sobrino pierda el otro ojo.

—Sí lo...

—Ah, ah, —dijo Negan—. No me entendiste. Quiero decir, desde ahora hasta el final de los tiempos, no me responderás. No más amenazas. Ni siquiera pienses en decir algo que pueda causar problemas entre nosotros.

—Bien.

—Ahí vamos —dijo Negan—. Estás aprendiendo, ¿no?

Lara apretó los dientes y permaneció en silencio mientras pensaba en lo fácil que sería apuntar con su arma a Negan en este momento y matarlo, pero Daryl estaría muerto antes de que ella lo alcanzara. Tenía mucho que hacer para que esto valiera la pena; recuperar el chaleco de Daryl, su ballesta, su motocicleta... tenía que planear esto cuidadosamente.

Ella lo extrañaba. Ver a todos sus amigos y su familia en Alexandria había hecho que todo fuera real y crudo, y extrañaba a Daryl más que nada. Extrañaba sus brazos alrededor de ella y sus besos y el sonido de su voz. Odiaba lo que Negan le estaba haciendo y no quería nada más que salvarlo de la tortura.

Cuando regresaron al Santuario, Lara se dirigió directamente a su habitación, escondiendo su mochila, todavía llena, en el armario antes de cambiarse y ponerse la ropa que había llevado al Santuario. Lara se puso la camisa de Daryl, triste porque su olor se había ido pero sintiendo la calidez de su abrazo en la tela, la sensación de sus brazos alrededor de ella brindando consuelo.

Se acostó en la cama, parpadeando para contener las lágrimas cuando escuchó un golpe en la puerta. Debió haber estado allí durante horas porque afuera estaba oscuro, y cuando la puerta se abrió y reveló a Negan, su chaqueta de cuero desabrochada para revelar la camiseta blanca debajo, ella apenas se movió.

—¿Sí? —preguntó Lara amargamente.

—Solo venía a ver cómo estabas —dijo Negan—. ¿Estás bien?

Lara no respondió.

—Vamos, ¿volvemos a esta mierda otra vez? —preguntó Negan.

Ella lo ignoró nuevamente.

—Bien, ya veo cómo es —dijo Negan—. Supongo que yo voy a hablar.

Genial.

—Quiero que sepas que estarás a salvo —dijo Negan mientras se sentaba en el escritorio—. Hoy te convertiste en enemiga de mis hombres. Uno dijo que lo amenazaste con un arma, que espero que esté segura en mi propio arsenal, ¿sí?

—Sí.

—Bien, estás hablando —continuó Negan—. Y eso es bueno. No todo el asunto de "amenazar a mis hombres con un arma cargada", sino que hables. Como sea, solo quería que supieras que estarás a salvo, pero la única forma de estarlo es convertirte en una de mis esposas.

—No.

—Te mantendrá a ti y a la bebé a salvo —le dijo Negan—. Puedo cuidar de ti.

—No necesito que me cuiden, pero gracias.

Negan suspiró—. ¿Qué te dije acerca de responderme?

—Es la costumbre.

—Pensé que estábamos llegando a alguna parte, —dijo Negan, poniéndose de pie—. Pero parece que hará falta mucho más para romperte de lo que pensaba. Tal vez si voy a hacerle una pequeña visita a Daryl...

Ante esto, Lara se sentó, las lágrimas la cegaron mientras se giraba hacia Negan—. No lo entiendes, ¿verdad? Ya estoy rota. Tal vez no de una forma que puedas ver, pero mataste a mi mejor amigo. Nos secuestraste a mí y a mi esposo y nos estás atormentando a ambos. Él no se merece eso, y me quedo despierta por la noche, preocupada y asustada y tú solo estás siendo un completo imbécil. Así que sí, te respondo porque eres un idiota que se lo merece, pero no pienses ni por un segundo que estoy bien porque no lo estoy. Solo quiero irme a casa.

—Bueno, me temo que eso no va a suceder —respondió Negan.

—¿Por qué no? —preguntó Lara—. Rick aprendió la lección. Está siguiendo tus reglas. Lo rompiste. Nos rompiste a todos. Mataste a Maggie. Ella murió por tu culpa y también su bebé. ¡Destrozaste a mi familia y te ríes de eso, maldito enfermo!

Ella estaba de pie, mirando a Negan mientras él se elevaba sobre ella—. Necesitas calmarte.

—¡Y tú debes darte cuenta de que no diriges el mundo! —gritó Lara—. Debes darte cuenta de que solo porque caminas con tu chaqueta de cuero y tu bate de béisbol y la gente se arrodilla ante ti, eso no te convierte en el rey de todo. Esto no es vivir. Esto es... esto es horrible. Odio este lugar. Extraño a mi familia. No tuve la oportunidad de pasar el duelo con ellos por tu culpa. Tú me quitaste eso. No pude despedirme de mi mejor amigo. Ni siquiera me despedí de Daryl, ¿y ahora andas por ahí diciéndoles a todos que soy tu maldita esposa? ¡No lo soy! Nunca lo seré. No necesito tu protección, ¿de acuerdo? ¡No te necesito! —ella golpeó su pecho mientras hablaba, sollozando incontrolablemente—. Eres malvado. Eres un monstruo. No puedo.. no puedo...

Negan notó que su respiración era dificultosa y suavemente la movió a la cama. Mientras la observaba temblar visiblemente, se sentó a su lado mientras ella luchaba por recuperar el aliento—. Solo respira, ¿de acuerdo? Toma una respiración profunda, ¿de acuerdo? Cópiame.

Le tomó unos minutos, pero la respiración de Lara volvió a la normalidad y se alejó de Negan—. Gracias.

—De nada —respondió Negan—. No quiero lastimarte, ¿sabes?

—Demasiado tarde para eso —dijo Lara—. Sólo espero que sepas que una vez que Rick se cosa las pelotas, estás muerto.

Negan se rió—. ¿Sí?

Lara asintió—. Sí. Quemará este lugar hasta los cimientos.

—Bueno, cuando llegue ese día, y dudo mucho que así sea, te encontraré para que puedas decirme que me lo dijiste —respondió Negan.

Lara se burló poniéndose de pie—. ¿Cómo puedes ser tan... tan despreocupado? Menosprecias e intimidas a la gente y actúas como si no te molestara. No lo entiendo. Yo... quiero que te vayas.

—¿Disculpa?

—Me escuchaste —dijo Lara—. Vete. No te quiero aquí. Déjame en paz.

—¿Para que puedas destrozar este lugar de nuevo? —preguntó Negan—. De ninguna manera, cariño.

Lara dejó escapar un grito furioso—. ¡Dios, eres exasperante! ¡Solo grítame, por el amor de Dios! ¡Pelea! ¡Pelea, cobarde! ¡Haz algo!

—No quiero pelear contigo.

—¡Pelea! —gritó Lara—. ¿Por qué me dejas caminar sobre ti? ¿Por qué solo yo? ¿Por qué no a nadie más, eh? ¡No lo entiendo!

—¿De verdad quieres saber? —preguntó Negan.

—Sí —espetó Lara—. Eso es literalmente lo que acabo de preguntarte.

—Me recuerdas a mi esposa.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro