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EXTRA #1

—Odio venir a clases —le digo a Emilia mi única amiga, mientras caminamos por el pasillo del instituto en dirección a nuestros casilleros.

—A mi me emociona estar de vuelta. —dice ella con entusiasmo.

—Que tiene de bueno escuchar las estupideces de los maestros, ver las mismas caras, nada, —hago una corta pausa— es completamente una pérdida de tiempo.

Llegamos a nuestros respectivos casilleros, desde el año pasado siguen siendo los mismos, depende tú si los cambias. Nuestros casilleros están juntos, fue idea de Emilia, la verdad me da igual estar cerca de ella.

—Eso no es cierto, comienza un nuevo año.

—Un año de mierda —digo, introduzco la contraseña y abro mi casillero. Empiezo a acomodarlo.

—Daniela deberías cambiar ese humor.

—Amo mi humor y al que no le guste que se vaya directito a...

—¡Daniela! —me calla Emilia— todos nos están viendo. —dice apenada, volteo a ver a algunos alumnos pasar cerca de nosotros.

—¡Me vale madres! —digo en voz fuerte.

—No se porqué soy tu amiga.

—Nadie te pidió que lo fueras.

—Pero quiero serlo, somos tan diferentes.

—Tu lo has dicho —cierro mi casillero con brusquedad, me acomodo la mochila y espero a Emilia.

—Este año será diferente, ya lo verás.

Me alzo de hombros.

—Sabes lo que pienso Emi, si vengo a clases es porque soy obligada por mis padres.

—Ellos sólo quieren que tengas un futuro.

—Si como no, no les importo y lo sabes, les valgo.

—¿Cómo te sientes con eso?

—Me da igual que estén divorciados —digo y miro el suelo, Emilia cierra su casillero y voltea a verme.

—Dani...

—No quiero hablar de eso —la interrumpo antes de que suelte una idiotez.

—Solo iba a decir que... ¿por qué te teñistas el cabello? Recuerdo que el año anterior lo tenías castaño.

—¿Te gusta?

—Se te ve bien —me dice.

—Lo sé, no se una día mientras me miraba al espejo quise hacerle un cambio y ya que mi color favorito es el morado me dieron ganas de pintarlo. —tomo mi cabello y enrredo un cadejo en mi dedo— al principio dudaba en hacerlo, estaba indesisa sí solo las puntas o todo y pues decidí todo.

—Tenias un cabello hermoso pero se te ve bien, me gusta.

—Tal vez quieras tu pintartelo azul.

Emilia toca su cabello y hace una expresión de miedo.

—Ni loca, me gusta mi cabello al natural.

—¿Me has llamado loca por pintarmelo? —coloco mis manos en mi cintura.

—Si

Le doy un golpe en el mano.

—¡Oye! —se queja.

—Sé que lo soy

—Solo a ti se te ocurre eso Daniela, primero el pircing y después tu cabello, que sigue ¿un tatuaje? —me dice Emilia mientras empezamos a caminar.

—De hecho ya lo había pensado, quiero una rosa o una mariposa en la espalda.

—¿Estás bromeando? —ella abraza sus libretas.

—Lo digo enserio

—Definitivamemte estás loca —dice y levanta su mano. Dejo salir una risa.—¿Crees que los maestros te regañen por traer el cabello así?

—Me vale, es mi cabello. Además ni que estudiara con el, dah.

—Tu no cambias Dani.

—Nah —seguimos caminando cuando de pronto choco contra alguien. Sólo escucho a lo lejos la voz de Emilia decir "cuidado" cuando ya he chocado con él (gracias Emilia) Me tambaleo y levanto la cabeza viendo al responsable.

—¡Pedazo de imbécil! ¡Fíjate por donde  caminas!

—Lo... lo siento, no te ví —dice el chico con el que choque.

—¡Si estarás ciego! —Emilia me toma la mano y me jala lejos de él. —¡Idiota!— es lo último que le digo y me alejo de él.

El timbre suena, seguimos caminando por el pasillo, Emilia decide soltarme y seguimos caminando juntas.

—Que boca señorita, pobre chico.

—¡¿Pobre?! —grito— si me a pegado en la nariz.

—Fue un accidente Dani, no te vio, ni tu no lo viste.

—Lo bueno que eres mi amiga.

—Jamas lo había visto, es muy guapo.

—Lo que tiene de guapo lo tiene de pendejo —le digo a Emilia y ambas entramos al salón.

Cada quien se sienta lejos de la otra. A ella le gusta sentarse cerca y a mí lejos hasta el fondo. Tomo asiento, tiro la mochila al suelo y toco mi nariz. Por suerte no salió sangre. Dejo salir un bufido.

—¡Maldito chico extraño! —murmuro para mí misma.

Hoy comienza mi primer día en éste instituto. Nuevo colegio, nuevos maestros, nuevas caras desconocidas.

Por suerte tendré la compañía de mi amigo de años, Nattiel. A él lo conocí hacé tres años en una fiesta, nuestros padres son muy amigos y nos caímos bien desde el inicio y a pesar de la distancia, nuestra amistad sigue. Hacé días que mis padres se mudaron otra vez, dejé mi vida, mis amigos en el antiguo colegio. A iniciar de cero, por más extraño que parezca. Estoy acostumbrado, no duro mucho en cada colegio, esté es mi último año y solo espero cursarlo todo aquí.

Entro acompañado de Nattiel, caminamos por el pasillos. Me señala varios salones, me presenta con varios de sus amigos, chicas. Me siento raro. Todo el mundo se me queda viendo por ser el nuevo.

—Ya verás Ángel, aquí te la pasarás bien. —me dice Nattiel.

—Eso espero

Seguimos caminando, Nattiel se detiene y me señala un grupo de chicas.

—Sabes cual es lo mejor de todo, es que comienzo este año soltero y tendré nuevas conquistas. —alardea.

—No pierdes el tiempo hombre.

—Mira y aprende —golpea mi espalda y se va con esas chicas.

Ruedo los ojos, mi amigo no a cambiado en nada. Según él, ninguna chica es digna de su amor. Creo que solo no a encontrado a la chica ideal, al igual que yo.

No he tenido novia desde que terminé lo mío con Lila, simplemente no funcionó, nos divertimos. Fueron 8 meses de novios pero ninguno de lo dos sentía algo fuerte para luchar por lo nuestro. Nos dejamos y hasta ahora no he tenido novia de nuevo. Aparté de mis estudios, estar de aquí para allá no tengo tiempo. Que estoy diciendo, ni siquiera he encontrado a la chica correcta, esa que me haga sentir mil cosas. Lo que se dice, estar enamorado. Soy joven, a mis 18 años, tengo mucho que vivir ¿no?

Parpadeo, veo como Nattiel les coquetea, ellas le sonríen. Me doy la vuelta y empiezo a caminar. Estoy perdido, no sé a donde voy. Sólo sigo caminando, meto mis manos en los bolsillos de mi pantalón, agacho la mirada evitando ver todas las miradas puestas en mí. Miro el suelo cuando de pronto choco con una chica. Levanto la mirada y veo a una chica de cabello morado. Me sorprende su belleza. Ese color de cabello. Ella levanta la mirada y me ve. Su cara cambia a furia. Paso saliva.

—¡Pedazo de imbécil! ¡Fíjate por donde caminas! —me grita, me sorprende oír eso de una chica.

—Lo... lo siento, no te ví —me disculpo, no era mi intención chocar con ella.

—¡Estarás ciego! —me da una mirada de odio. Su nariz se está poniendo roja por el golpe, por un momento quiero seguir disculpándome, pero las malditas palabras no salen de mi boca.

"Vamos Ángel"

Otra chica la jala y se la lleva, solo le escucho decir "idiota" y se va con la otra chica. Sonrío, porque no me afecta su insulto. Volteo para verla, la veo discutir con su amiga. Pero si es hermosa, me cautivaron sus ojos, su cabello, ¿cómo puede tenerlo así?

—¿Qué pasó? —Nattiel llega hasta mí.

—Ah choqué con aquella chica de cabello morado y me a soltado insultos tras insulto.

—Oh, creo que se me hace conocida —él hace una pausa— oh si es Daniela.

—¡¿Daniela?!

Un lindo nombre pienso.

—Si, aunque el año pasado no traía el cabello así, amigo aléjate de ella.

—¿Por qué?

—Digamos que no es tan buena onda, aparte de grosera, antisocial es mala, no le gusta que se le acerquen. Sólo tiene una amiga y vaya sorpresa no sé como la aguanta. —me dice Nattiel—un día quise conquistarla y me gané una patada ”ahí"

—¿Ahí?

—Aja, "ahí" —me recalca él y pego una risa.—no te burles que si me dolió. Sólo le dije, "hola, que dices una vuelta nena" y me dijo "aquí tienes tu vuelta"

—Y sólo así te pego —digo riendo.

—Traté de besarla

—Eso explica todo

—Enserio carnal, aléjate de ella. Existen miles de chicas aquí, no en ella. —me dice Nattiel y empieza a caminar.

—Es interesante —murmuro y sigo a Nattiel.

(...)

Por suerte, al entrár al salón de clases no tuve que presentarme ante todos. Solo tomo mi lugar hasta el fondo y Nattiel con una chica rubia. Me acomodo en mi lugar, sólo una cara conocía, Nattiel, me siento junto a un chico. Mis ojos ven a una chica de cabello castaño claro, ella habla con otra chica. Es la misma que estaba con ella.

Por instinto, giro mi cabeza y la veo del otro lado. Raya una hoja de su libreta. Es ella. Me le quedo viendo como tonto, sin duda es hermosa. La maestra entra dando por inicio la clase, me concentro en la clase pero de reojo volteo a verla.

La clase sigue, yo la miro, ella lo nota y yo volteo de nuevo a ver a la maestra explicar. Por un momento creí que no me descubriría, hasta que me cacha viéndola. No pude apartar la mirada y me vio cuando la miraba.

Demasiado tarde Ángel.

Ella frunce el ceño, parece que me reconoció. Infla sus cachetes, me límito a sonreírle, ella me saca la lengua (bastante infantil) y no vuelve a verme.

La clase esta por terminar, todos estan en silencio hasta que se escucha un sonido de burbuja de chicle tronar. La maestra deja de escribir en el pizarrón y se acerca al responsable.

—¡Señorita Anderson deja de comer chicle en mi clase! —la regaña la Miss, ella levanta la mirada y hace una burbuja.

—No quiero —la truena frente a ella.

—¡Si tan aburrida es mi clase, salga del salón ahora mismo!

—Sabe que, le tomaré la palabra —ella se levanta, toma su mochila y empieza a caminar hasta la salida.

—¡Daniela si te vas te pondré un reporte!

—Porque no se ahorra eso, igual lo tiraré a la basura —le contesta ella.

—¡Vaya a la dirección ahora! —grita la maestra enojada.

—Si, si lo que diga —ella camina hasta la salida y abre la puerta —adiós retrasados sale del salón riendo.

—¡Sigamos! —dice la maestra.

Giro a ver la ventana la veo pasar. Sin duda es interesante.

(...)

Dudaba en irle a hablar o no. Ella esta parada en su casillero sacando unos libros y los pone en su mochila. Es la hora de receso, quiero hablar con ella pero soy cobarde.

Dejo salir un suspiro y obligo a mis piernas a caminar en su dirección. Me acerco, porque carajos me sudan las manos, solo es una chica.

—Hola —la saludo, por un momento pensé en que no me había escuchado. Sigue en lo suyo unos segundos y voltea a verme. Le sonrío.

—¿Qué quieres estorbo?

—Ah, solo quería saludarte, lamento nuestro inccidente esta mañana. —dice ella, deja de verme y sigue sacando sus libros. —¿Cómo te fué con el director?

—¿Te importa?

—Solo es curiosidad

Ella cierra su casillero de golpe.

—Mira chico bonito...

—¿Chico bonito? —digo— me llamo Ángel, soy nuevo y...

—Chico bonito —recalca ella— no me interesa quién seas, porque estás aquí. Aléjate de mí y deja de robarte mi oxígeno okey.

—Ah sólo quería hacerte platica.

—Y me ves cara que quiero platicar —ella se cruza de brazos.

Paso saliva

Es tan difícil dejarla de verla...

—Pense que podríamos ser amigos...

Ella frunce el ceño, me mira de arriba a abajo y hace una mueca.

—No lo creo, eres tan —hace una pausa—noño.

—¿Noño? —me burlo— créeme que no lo soy, nisiquiera me conoces.

¿O si lo soy?

Nah

Si

—Y no me interesa hacerlo, enserio chico bonito aléjate o te las veras con mi puño.

—Eres una chica interesante sabés.

—Y una chica que te destrozara esa linda cara.

—¿Insinuas que soy lindo?

Sonrío

—Insinuo que eres un idiota —se da la vuelta y se aleja caminando por el pasillo.

Realmente algo esta mal en mí, en vez de enojarme por sus insultos, su mal trato me gusta.

Me llama la atención la chica de cabello morado.

—¿Qué te dijo? —aparece de pronto Emilia.

—¿Quién?

—El chico nuevo, su nombre es Ángel.

—No me interesa, es un idiota.

—Hay vamos amiga es muy guapo.

Detengo mis pasos y giro a ver a Emilia.

—No tengo interés ni en él ni en otro chico Emilia.

—¿Dani hasta cuándo dejarás la soltería? Ya olvida a Kens.

—¡Kens no tiene nada que ver en esto! Lo que pasó entre él y yo fué hacé años, ya lo olvidé.

—Entonces, ¿por qué no sales con chicos?

—¡Porque todos son una bola de idiotas!— expreso enojada y sigo caminando.

—¡Dani!

—Ah —levanto mi mano— no quiero seguir hablando de eso si aprecias nuestra amistad.

—Ni siquiera de Ángel.

—Ni me lo menciones, no quiero volver a verlo nunca. —menciono y sigo caminando escuchando la risa de Emilia.

Inhalo y exhalo, no la vayas a matar Daniela....

No lo hagas

  ( DÍAS DESPUÉS )

No me doy por vencido a pesar de lo dicho por mi amigo. Que me aleje de ella, que estoy loco. No la voy a dejar ir. Es un hecho. Daniela me gusta.

Los siguientes días intenté acercarme a ella, me ignoró, me dejaba hablando sólo o me insultaba (ya no es nuevo). Yo soy muy terco y si algo me gusta no me doy por vencido hasta conseguirlo. Por ahora, solo la quiero como amiga, que me tenga confianza y después tal vez algo mas.

"Sigue soñando Ángel, ni caso te hace"

Cuando me acerqué a ella, intenté regalarle flores, las tomó y las tiró al suelo. Supongo que a algunas chicas no les gustan las flores. Intenté con otra cosa, un pastelito. Eso sí lo aceptó, pero para embarrarmerlo en la cara. Ahora intentaría con algo distinto. Bien aquí vamos, deséenme suerte.

Ella está en su casillero, me acerco a ella y le cierro el casillero.

—Holaa

—¿Otra vez tú? —se queja— ¿hasta cuándo te darás por vencido?

—Hasta que aceptes ser mi amiga.

—¿Por qué?

"Porque me gustas" pienso

—Porque eres... interesante.

—¿Por qué eres tan idiota? —dice ella y me rio— era un insulto.

—Lo sé, me he acostumbrado a ellos. Deberías buscarte otros, ya son muy usados.

—Mira Ángel... —a dicho mi nombre que hermoso suena con su voz. Pero sé que solo lo dice cuando ya esta enojada, me conoce como "el chico bonito", gracias —deja de molestarme si aprecias tu vida.

—Seria un honor morir en tus brazos—ella aprieta la mandíbula y se cruza de brazos—¿te gustan los chocolates? —le tiendo la caja, ella lo duda un momento y la toma. —Son deliciosos —añado.

—Aja —los toma y se los guarda en la mochila.

Ángel: 1
Daniela:0

—Entonces, ¿amigos?

—Ni en mil años. —dice ella— mira, última vez que te lo digo, no quiero tu amistad, déjame en paz —da un paso hasta quedar a pocos centímetros de mi rostro —gracias por los chocolates.—la oigo decir y tan pronto se aleja y se va.

Dejo de respirar un momento por su cercanía. Mi corazón late a mil por hora.

Tengo que buscar otra formas para convencerla y vaya que lo hice.

(...)

Cartas, ¿quién escribe cartas ahora?

Sólo un chico llamado Ángel. Si yo. Quise intentar algo nuevo con Daniela, no la volví a molestar, no me le acerqué más. Sé que hay chicas lindas en el colegio pero a mí sólo me interesa ella. Algunas chicas me invitaron a salir, las rechacé. No saben que mi corazón ya tiene dueña.

¡ D A N I E L A !

Le empecé a escribir cartas, las primera tres las rompió y las tiró a la basura. Auch, dolió, pase toda la maldita noche pensando que decirle y ella solo las tiras.

Dolió ver eso.

Pero no me di por vencido y más cuando la veía sonreír por primera vez con una. Me sé su contraseña y se las dejé en su casillero, la miré a lo lejos. Cuando abrió la carta con el sobre negro y la flor morada. La vi sonreír, rápido ocultó la risa y la aguardo en su mochila.

Lo logré.

Los siguientes días lo seguí intentando. Una carta diaria le dejé en tu casillero o hasta que cambió su contraseña y no pude seguir haciéndolo. Pero busqué otras maneras. Su mochila. Se las dejé en su mochila sin que te dieras cuenta. Que cursilería.

—Ángel —me llama Natiel— ¿quieres ir a una fiesta esta noche?

—No gracias, no soy de fiestas.

—Sigues con la loca.

—¿Con quién?

—Con Daniela.

—No la llames asi —le digo molesto.

—Tranquilo amigo, ya te flecho ¿verdad?—me dice Nattiel— pierdes tu tiempo.

—No me daré por vencido.

—Ángel, mi lema es "si una chica te amarra ya valiste", ponlo en práctica.

—Wou le pusiste mucho coco eh amigo.

—Carnal sé lo que te digo.

—Nattiel, yo no soy como tú y Daniela me interesa, me gusta mucho y no descansaré hasta conquistarla.

—Pues te quedarás esperando, ¿quieres un banco? —se burla él, le doy un golpe en la cabeza. —ey calmate fiera.

—Ya dirás cuando Daniela sea mi novia.

—Sigue soñando Romeo

Nattiel sale huyendo.

Tengo fe en que así será.

—¿Otra carta de tu admirador secreto? —me pregunta Emilia al ver la carta que tengo mientras la leo.

Estás malditas cartas ya me tienen harta.

—Mas cursi no se puede —digo con irritacion.

—Que envidia, yo quiero que alguien me escriba así.

—Creo que tú y el admirador serían tal para cual.

—Ja ja ja, ¿Ya sabes quién es?

Tengo en mente un nombre.

—No —miento.

—No será... Ángel, el pobre le gustas y tú lo rechazas.

—¿No le gusto? —digo haciendo una mueca.

—Dani, te regala flores, chocolates... Dime, ¿si ese no es amor entonces que es?

—Para nada, no me gusta ni un poco.

—Oye, te imaginas que tú y el fueran algo —Emilia suspira— tal vez tenga una oportunidad con Nattiel.

—¿Te sigue gustando ese tipo?

—Es tan lindo pero ya sabes, no se fija en mí.

Suspira y hace puchero.

—No sé qué le ves, es un idiota creé que todas las mujeres quieren con él. No dudo que Ángel sea así, son amigos.

—Perdoname que te lo diga pero se nota que le gustas mucho, sino lo quieres perder, dale una oportunidad. Él es distinto.

—Estas loca.

( AL DÍA SIGUIENTE )

Llego muy enojada al colegio. Siempre es lo mismo, soportar los gritos de mis Padres a primera hora de la mañana y ya estan discutiendo. Pensé que al divorciarse se acabarían los reclamos, que equivocada estaba. Siempre discuten por mí.

"Qué mi padre no da dinero que le toca"

"Que no paga la colegiatura"

"Que anda con mujeres"

Siempre es lo mismo, tan sólo despierto y que escucho. Sus gritos, a veces odio que mi Padre venga a verme, ¿viene a verme o a discutir con mi Madre?

Me levanto y los oígo discutir por mí. Mi madre le reprocha que la dejó embarazada de mí, yo no pedí venir a éste mundo.

Salí molesta de casa, discuti con ambos. Se molestaron por pintarme el cabello, apenas se dieron cuenta. Ni siquiera me preguntan cómo estoy, cómo me siento.

Llego echa furia al colegio. No quería venir, pero lo prefiero mil veces a quedarme en casa. Abro mi casillero y encuentro las cartas de él. Sé quién es, sino le reclamé nada es porque me gusta leerlas, me hacen olvidar por un momento mi miserable vida. Me hacen sonreír.

Pero estoy enojada, con Mamá, con Papá. Tomo las cartas que me a dado con el paso de los días y las pongo en mi mochila. Cierro mi casillero y empiezo a buscarlo.

Entro al salón y lo veo sentado. Con la mano recargada en su barbilla. Al verme, me sonríe. Me acerco decidida a él. Tomo las cartas de mi mochila y se las lanzo en la cara.

—¡Dejá de escribirme! —le grito

—Yo... yo no sé de hablas —balbucea él.

—¡Es tu puta letra Ángel!

Él suspira, se levanta, toma las cartas y las pone en el pupitre.

—Dejame explicarte...

—¡Calla! ¡Déjame en paz!

La veo a los ojos, ¿tanto le molestan unas simples cartas? Sí sabía que era yo, ¿por qué no me reclamó desde el principio? Miro como su labio empieza a temblar, va  a... llorar.

—Dani

Me da una cachetada, giro mi rostro y llevo mi mano a mí mejilla.

Auch

—¡No vuelvas a escribirme y olvídate de mí!—dicho esto y se marcha.

La veo salir del salón, por supuesto soy la burla de todos. Sobo mi mejilla. Tomo todas las cartas y la guardo en la mochila.

Un momento...

Estás no son todas, solo me a dado la mitad de ellas. Aún tiene ella el resto, por un momento me da felicidad. Eso quiere decir que le han gustado.

Una sonrisa boba aparece en mi rostro.

Sé muy en el fondo que no esta enojada por las cartas, es algo más. No la conozco mucho pero Daniela sólo se a disquitado conmigo ¿Una discusión con su novio o con su familia? No lo sé, pero voy a descubrirlo.

Pero por ahora le daré su espacio. No te dejaré ir tan fácil "chica de cabello morado"

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NOTA DE AUTORA:
Bueno, el primer extra de ADIÓS AMOR espero que les haya gustado mucho. Todo esto sucedió antes de la muerte de Ángel, para que conozcan más de Daniela y de Ángel, de como se conocieron. Como Ángel la conquistó.

La mayoría narra Ángel, ¿por qué?... Pues quiero que sepan como es él, en las cartas se conoció un poco de Daniela pero se habla de un tal Angel como es él y no me refiero a físicamente. Disfruté mucho escribir este primer extra, serán 3 en total y uno especial. ( sobre la muerte de Ángel, narrado desde su perspectiva horas antes de su accidente) será muy muy fuerte, tanto para leerlo y yo escribirlo. Pero puedo hacerlo. En fin, gracias por su apoyo, que hayan disfrutado del EXTRA y nos vemos en la próxima. ✝️

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