"La única solución"

  (Tres días después)

DANIELA
—¡Dani! ¡Daniela! —reacciono al escuchar el grito de Emilia. Pestañeo varías veces y giro a verla—¿Te encuentras bien?¿estás muy pensativa— Ah, si estoy bien, no es nada —tomo mi pulsera y empiezo a jugar con ella.

Nos encontramos en mi habitación, sentadas en la cama. Estos días Emilia a estado muy pegada a mí, siempre viene a verme hasta se queda a dormir. Parece una pulga, ni un segundo me deja sola.

Por una parte le agradezco, por otra no.

—¿Sigues enojada con tus padres? —me pregunta Emi.

—No, bueno llega el punto que ya todo me vale —me alzo de hombros— este fin de semana me hospitalizaran.

—Te voy a extrañar Dani, pero es por tú bien. Ahí van a ayudarte.

—No sé porque todos dicen eso. —dejo salír un suspiro— dudo que puedan ayudarme, no tengo remedio.

Emilia coloca su mano arriba de la mía dando un leve apretón.

—No digas eso Dani, tú eres una chica muy fuerte, sabrás salir adelante y volverás a sonreír.

—No tengo fuerzas Emi, no sé si pueda—hago una pequeña pausa.

—No piensen en eso amiga

Agacho la mirada evitando ver a Emilia y muerdo mi labio inferior evitando contener las lágrimas.

—¿Y cómo van las cosas con el idiota?—cambio de tema antes de romper en llanto.

Emilia deja salir un largo suspiro.

—Muy bien, Nattiel es muy cariñoso conmigo. Me cumple cualquier capricho o antojo. Esta tan contento, ya quiere que nazca nuestro bebé.

—Ojala se parezca a ti. —bromeo, ambas reímos —Emi no quiero ser una carga, te la has pasado siempre aquí conmigo. Al rato Nattiel sentirá celos de mí.

—Claro que no, yo he hablado con él y lo entiende. Mi amiga me necesita y no voy a dejarte sola.

Le regalo una sonrisa a Emilia.

—Eres la mejor. —le digo.

—Lo sé, de hecho quedé con Natt en salir con él hoy. Quiere que le compremos cosas al bebé.

—¿Tan pronto? Digo, aún no saben el sexo del bebé.

—Natt dice que le compremos de todo, ropa azul, amarilla e incluso rosa. Los meses pasan volando, hay que estar prevenidos.

—Cierto

—Me dijo que me tiene una sorpresa. —dice Emilia con alegría— creo que me pedirá matrimonio y esta vez si me dará el anillo.

—Al fin lo compró —le digo— ¿realmente quieres casarte con él?

—Por supuesto, lo amo. —Emilia suspira, ruedo los ojos al ver a mi amiga tan enamorada.

—Mereces ser feliz y si ése idiota .—Emilia me ve mal— Nattiel— corrijo—es el chico indicado, de verdad te deseo de todo corazón que sean muy felices juntos.

—Merecemos amiga, tú también lo serás.

Lo dudo, pienso.

El celular de Emilia empieza a sonar. Ella lo saca y mira la pantalla.

—Es él—dice con alegría.

—Contesta

Emilia atiende la llamada, su cara de felicidad aparece al hablar con él. Mientras ella sigue hablando con Nattiel, intento distraerme con mi pulsera. La estiro y le doy vueltas hasta que el resorte se rompe y las piedritas salen volando.

Soy como esa pulsera. Me siento destrozada y dudo que las piezas rotas puedan arreglarse.

—Mierda—maldigo, empiezo a juntar las piedritas e intento arreglarla. No hay nada que pueda hacer.

Volteo a ver a Emilia, se despide de él y cuelga la llamada.

—Me tengo que ir, Natt ya viene por mí. —me dice.

—Ah está bien, gracias por ser mi pulga.

Ella se ríe, me ayuda a juntar las piedritas.

—¿No quieres venir?

—No gracias, prefiero quedarme quiero arreglar este desastre de habitación— le hecho un reojo alrededor— además necesito empacar para el fin de semana. Para mí nueva prisión.

—¿Segura? Puedo decirte a Nattiel que vayamos otro día y...

—Emilia —la interrumpo—ve no te preocupes por mí. Tienes una vida, un novio. Mereces salir un rato.

—No quiero dejarte sola

—Emilia no me hagas sacarte de mi habitación a patadas okey. Ve con Nattiel y olvídate de mí.

—Pero...

Me cruzo de brazos fingiendo estar enojada.

—Esta bien, ya me voy—Emilia se levanta y camina hasta la puerta.

—Espera. —le hablo antes de que salga, ella se detiene y gira a verme. Me levanto de la cama y me acerco a ella— ¿Puedo darte un último abrazo?

Ella me ve confundida.

—Claro

Emilia es la primera en reaccionar y me abraza. Quedamos un rato abrazadas hasta que me alejo de ella.

—Te quiero Emilia, gracias por estar siempre conmigo, por apoyarme. Por ser una buena amiga que jamás me solto. Eres única e irremplazable.

—Dani no me digas eso que me harás llorar. —Emilia limpia una lágrima de su mejilla— no ves que estoy sencible. —dice riendo. Le sonrio y la vuelvo abrazar.

—Te quiero loca, anda ya vete antes de que inundes mi habitación con tus lágrimas.

Ella ríe

—Bay nos vemos luego. —dice, se despide con la mano y la veo salir de mi habitación.

Tomo asiento en la cama, llevo mi vista al suelo pensativa.

"¿Realmente quiero hacer esto? "

(...)

Minutos después de que Emilia se fué salí de mi habitación. Busco a mí Madre, al no verla en la sala ni cocina me dirijo a su habitación. Toco la puerta hasta que escucho un adelante por parte de ella.

—Hola Mamá —azomo mi cabeza por la puerta.

—Dani, ¿qué pasa?

La veo parada frente al espejo terminando su maquillaje.

—¿Vas a salir? —me adentro a la habitación.

—Si, quedé con unas amigas

—Oh—la miro de arriba a abajo— te ves bien.

—Gracias cariño —me dice ella— ¿Y Emi?

—Se fue, alrato vendrá.

—Oh esa niña, la quiero como una segunda hija.

—Si ah Mamá, ¿segura que solo irás a ver a tus amigas?

—¿Por qué lo preguntas Daniela?

—Mamá te he visto rara estos días ¿Hay algo que quieras contarme?

Mi Madre deja de verse en el espejo y voltea a verme.

—Acercate hija. —me pide y así lo hago —no quería decirte hasta estar segura pero la verdad voy a ver a un hombre, él que te conté.

—¿Tú novio? —la interrumpo.

—No, bueno aún no formalizamos nuestra relación.

—Entiendo —llevo mi vista al suelo.

—Cariño realmente quiero darme una oportunidad con Mike.

—¿Mike?

—Asi se llama.

Dejo escapar un suspiro .

—Madre mereces ser feliz, rehacer tu vida y ese tal Mike es el correcto, tienes mi apoyo.

—Gracias Daniela. —me abraza—. te prometo que pronto te lo presentaré.

—Okey Mamá.

—Me tengo que ir, me espera. —Mi Madre toma su bolso y celular. —¿vas a salir?

—No, tengo que arreglar mi habitación.

—Bien, cariño cualquier cosa llámame—mi Madre me da un beso en la frente y camina hasta la puerta.

—Mamá —la llamo, giro a verla—te quiero.

—Yo a ti hija. Nos vemos alrato cariño. —se despide con la mano y sale de la habitación.

Y sola me quedo como siempre.

Salgo de la habitación de mi Madre y me dirijo al mío. Entro, cierro la puerta con seguro. Pongo un poco de música y empiezo acomodar mi habitación. Procuro tener la mente ocupada evitando pensar en eso que tanto me atormenta.

Me deshice de las cartas de Ángel, las rompí una por una sin antes darle una última leída. Las tiré a la basura, rompí sus fotos, nuestras fotos juntos. Tomé la libreta donde todo este tiempo le escribí y rompí cada carta. Algunos dibujos que hice de su rostro, al menos como lo recordaba. Todo lo tiré en un bote de aluminio y le prendi fuego. Viendo como las hojas se quemaban hasta quedar siendo polvo. Cuando miré que todo se quemó, le tiré un vaso de agua apagando las llamas.

Camino hasta la cama y me siento en la orilla. Tomo la libreta, una pluma, la coloco entre mis piernas y en una hoja limpia empiezo a escribir.

Ángel:
Esta es la última carta que decido escribirte. Lo siento Ángel pero ya no puedo seguir con esto. Hoy hace dos años que te fuiste. He sufrido mucho por ti y es hora de acabar con éste dolor. Sé que por más que me deshaga de tus cartas, de esto, no lograré olvidarte porque sé que siempre vivirás en mi corazón. Te recordaré eternamente. Pasaron días, meses y años y no consegui superar tu muerte, cada vez me hundia más en un gran laberinto sin salida hasta el punto de sentirme atrapada, sin poder respirar. Lloré sin parar, noches sin poder dormir, sin comer bien. Pensando en ti cada vez que cerraba los ojos. Pedí verte de nuevo y pasó. Ángel verte me causó tanta alegría y a la vez problemas. Revivi de nuevo tú partida, cuando te fuiste de mi lado. Ahora entiendo porque te me estás apareciendo pero no ves que me causas más daño... He tomado una decisión, no estoy contenta con ella porque sé que voy a lastimar y causar el mismo dolor que tú me provocaste. Sé que Emilia sufrirá mucho pero es la única salida que encontré. Soy débil, no tengo fuerzas para seguir adelante sin ti Ángel. Te escribo ésto sientiendo un maldito nudo en la garganta, aguantando las ganas de llorar. Ya no le encuentro sentido a la vida, tengo a mis padres, a Emilia al "idiota" pero aún así me siento SOLA. Pronto nos vamos a encontrar, espero tomar tu mano y que me lleves contigo. Juntos por siempre.

Rompo la hoja sin romper la carta. La doblo y la dejo sobre la cama. Miro la hoja blanca, tomo con fuerza la pluma y empiezo a escribir:

Amiga... se me hace difícil escribir esto para ti. Tal vez cuando tú estés leyendo esto yo ya no estaré más aquí...

Dejo de escribir, muerdo mi labio inferior y siento una lágrima bajar por mí mejilla. Una lágrima cae a la hoja. Tomo una bocanada de aire y continuó escribiendo.

(...)

Terminé de escribir la carta de Emilia, una para Nattiel (alías el odiota mayor) y para mis "Padres" Las doble y las dejé en mi escritorio.

De pronto, mi celular suena en una notificación, lo tomo y abro el mensaje de Emilia. Es una foto de su mano con un anillo en su dedo anular y baja la foto un mensaje que decía:

¡Me caso! Prepara ese vestido dama de honor 💍

Sonrio, rápido le escribo una respuesta:

¡Felicidades Emi! Al fin idiota mayor se ánimo, ya era hora...mis condolencias ¿será boda con vestido blanco o negro? Esta dama estará lista 💅😜

EMILIA:
Vestido blanco obvio... te dejo, Natt ya viene... te veo más tarde para enseñarte el anillo en HD 🤭

DANIELA:
Okey 🙄...ya que soy la amante.

EMILIA:
Tonta😅 sabes que te amo y lo nuestro es un secreto.

DANIELA:
Me alegra saberlo. Daniela se marcha 😘😎

EMILIA:
Te quiero amiga♡

No le contesto a Emilia, bloqueo mi celular y lo dejo sobre la cama. Camino hasta el baño y entro. Pongo el seguro y me acerco hasta el espejo. Esta vez no miro a Ángel. Coloco mis manos en el lavabo con fuerza, abro la llave y me mojo la cara. Tomo una toalla y seco mi rostro.

Camino hasta la bañera y abro la llave viendo como se empieza a llenar la tina. Empiezo a deshacerme de mi ropa quedando solo en ropa interior. Espero a que la tina se llene.

Al hacerlo, me adentro en la tina. Me siento y empiezo a mojar mi cuerpo con ayuda de mis manos mi cuerpo. Me mojo la cara, flexiono mis rodillas y las abrazo. Empiezo a hacer olas con mis manos sobre el agua. Varios recuerdos pasan por mí mente.

Esa idea pasa por mi cabeza una y otra vez. Muevo la cabeza varías veces, muerdo mi labio inferior y aprieto mis manos en puño sintiendo el dolor de mis uñas siendo clavadas en mi piel. Dejo salir un grito y empiezo a llorar.

Soy lo demasiado cobarde y me odio por ello.

—Vamos Daniela —me ánimo.

Duro en la tina sentada sobre el agua, pérdida en mis pensamientos y abrazando mis rodillas.

—Lo siento Papá, Mamá... lo siento Emilia. —sollozo.

Estiro mis pies, me acomodo en el centro de la tina, coloco cada mano de cada lado. Tomo una respiración profunda y me sumerjo bajo el agua hasta el fondo.

Mantengo mis ojos cerrados hasta que logro abrirlos. Permanezco varios segundos bajo el agua sientiendo como me hace falta aire a mis pulmones. Bajo el agua logro ver el rostro de Ángel distorcionado.

De pronto me hace falta aire, pasan varios segundos, cierro mis ojos y entro en una completa oscuridad.

Adiós sufrimiento.

✝️

Me fué difícil escribir esté capítulo, juro que hice todo lo posible para que quedará entendible. Sigan leyendo porfavor »»» 🤧