4° Parte ✝️
"Volver a verte"
(DíAS DESPUÉS)
EMILIA
Estoy acostada junto a Nattiel con una sábana que cubre nuestros cuerpos desnudos, mi cabeza recargada en su pecho mientras él con las yemas de sus dedos acaricia mi espalda desnuda.
Me alegra que estemos bien. Días atrás le dí la noticia de que va a ser papá. Para ser exactos, fué el día después de que vi a Dani, Nattiel pasó por mí a su casa. Le dije que teníamos que hablar, me llevó a su departamento y yo siendo un manojo de nervios le dije:
"Natt estoy embarazada"
Aún recuerdo su rostro tras la noticia, quedó unos segundos procesando todo, me pidió que se lo repitiera y de un momento a otro estaba gritando de alegría, me abrazó y me cargó dándome una vuelta atrapada en sus brazos. Me llenó de besos, me dijo que era la mejor noticia de su vida. Jamás creí ver tan feliz a Natt, tenía miedo de decirselo. Que se enojara y me dejara. Soy una chica insegura, para mí fue irreal que él se fijara en mí pero Daniela tiene razón. Nattiel a cambiado mucho, me ama y me lo a demostrado a diario.
Cuando se los contamos a nuestros padres se sorprendieron tanto. Mi madre lloró de felicidad, a mí Padre le costó trabajo asimilarlo y a los padres de Natt, nos felicitaron. Su primer nieto/nieta.
Estoy tan feliz, tengo un chico que me ama, voy a tener un bebé con el amor de mi vida. Vivo en un sueño.
Pero a pesar de todo, algo no me deja en paz, Daniela me preocupa, tengo miedo de que no pueda ayudarla a seguir adelante y cometa una locura.
—¡Emi! ¡Emilia! —pestañeo al escuchar la voz de Nattiel que me llama.
—Perdona, ¿qué dijiste? —levanto mi cabeza para verlo.
—Te estoy hablando de mis planes cuando nazca nuestro bebé.
—Lo siento no te escuché.
Nattiel toma mi barbilla con sus dedos.
—¿Qué tienes? Te noto muy pensativa.
Me alejo de él, me siento en la cama y jalo la sábana cubriendo mi cuerpo. Nattiel se sienta y se acerca a mí.
—Es Daniela, me preocupa mucho.
—Daniela está bien.
—No, no lo está. —hago una pausa y giro a verlo— ella no logra a olvidar a Ángel, tengo miedo que se haga daño, que vuelva a hundirse en esa depresión que paso después de su muerte.
—¿Pero esta recibiendo atención médica amor?
—Lo sé pero la veo mal, ya no es la chica que era de años. No quiero perder a mi amiga, quiero ayudarla, mostrarle lo hermosa que es la vida, que si se puede seguir adelante. No quiero que pase lo de hace años en el puente, ella quiso lanzarse.
—Pero llegamos a tiempo y sigue con nosotros.
—Pero sigue pensando en él. —Natt acaricia mi mejilla.
—Emi, entiendo como te sientes. Es normal que te preocupes por tu amiga, pero ella seguirá adelante y sabes porque, porque nos tiene a nosotros, te tiene a ti que no la dejas sola y la apoyas en esto.
—A veces me siento mal, yo si soy feliz contigo, con el bebé que viene en camino y ella no, se nota la tristeza en su rostro, soy egoísta solo pienso en mí —cubro con mis manos mi cara.
—Emi, amor mírame —Natt aparta mis manos de mi cara. —no digas eso, tú haces lo que puedes okey.
—Lo sé —hago una pausa— ahora que Dani terminó con Jace no la quiero ver de nuevo triste, encerrada en su habitación.
—No es como ése tipo la haya echo feliz. —dice él.
—¡Natt!
—Mira si tanto te preocupa, porque no salemos esta noche los tres como en los viejos tiempos. Invitala tal vez Dani acepte.
—Tienes razón, la convencere de salir. Amor eres un genio. —me acerco a él y lo beso, él me toma de la cintura. Me aparto de él —sera mejor que me vaya.
—No quédate un rato más. —él hace puchero y me pega más a él.
—Natt déjame ir.
—No —me vuelve a besar.
—¡Natt! —me suelto de su agarre y salgo de la cama con la sábana cubriendo mi cuerpo.
—Oye ya pensaste lo que te dije —me dice él.
—No creés que es apresurado.
—Emilia es lo mejor, vente a vivir conmigo. Debo estar cerca cuando el bebé nazca.
—Lo sé pero... —me siento en la orilla de la cama— creo que hicimos las cosas al revés. No vivimos juntos y ya estoy embarazada.
—¿Y? Ni siquiera nos casamos.
—Si —agacho la mirada.
—Ey, ¿te gustaría casarte conmigo? — escucho decir a Nattiel.
—¡¿Qué?!
—Si, ya que nos adelantamos porque no nos casamos antes de que nazca el bebé, te vienes a vivir conmigo y juntos como familia. —Natt me da un corto beso.
—¡¿Y me lo pides así?! ¿Sin anillo?
—Quiero estar seguro que aceptes y así valdrá la pena comprarlo. —le doy un golpe en el pecho, él se ríe —ey estaba bromeando.
—Tonto
—No ya hablando enserio, realmente quiero casarme contigo, espera a que compre el anillo y déjame pediterlo como se debe.
—Y fingir que yo no lo sé ¿no?
—Ajam —me le quedo viendo a los ojos a Nattiel.
—Jamas hablamos de esto. —finalizo.
—Nunca
Me besa en un profundo beso. Me separo de él y corro hacía el baño.
—¡No te vayas! —lo escucho decir cuando ya he entrado al baño. Me recargo en la puerta y dejo salir una risa.
(...)
Salgo del departamento de Nattiel, al fin me dejo ir. Almorcé con él, lo llené besos y después de una larga despedida logré salir de su departamento.
Subí a mí auto en dirección a la casa de Daniela, quedé con Nattiel de verme con él está noche pero antes tenía que convencer a mi amiga de ir con nosostros.
Minutos después y aparco frente a su casa. Bajo del auto y camino hasta la puerta. Toco varios segundos hasta que me abre la puerta su Madre.
—Hola Nora
—Hola Emilia que sorpresa. Pasa por favor. —entro a la casa y me doy la vuelta.
—¿Está Daniela?
—No, salió con su patineta sólo me dijo que alrato volvía.
—Oh, ¿hace cuánto?
—Ya lleva rato
—¿Y le dijo a dónde iría?
—No la verdad no y no le pregunté —me contesta la Madre de Daniela.
—Oh, supongo que la llamaré.
Saco mi celular y le marco, al segundo tono contesta.
—Alo
—Hola Dani estoy en tu casa, ¿dónde estás?
—Estoy en el parque
—Bien, voy para allá
—Va, acá te veo.
Cuelgo la llamada, me despido de Nora y salgo de la casa. Subo al auto y conduzco en dirección al parque.
(...)
Camino por el parque buscando a Daniela hasta que la encuentro. Esta subida en una patineta, me acerco hasta ella.
—Te vas a caer de esa cosa. —le digo. Ella se detiene y gira a verme y se abaja de la patineta.
—Tengo práctica, tuve un buen maestro.
Miro la patineta y a ella.
—¿Era de él verdad?
Daniela asiente, su cara muestra tristeza.
—De pronto me dieron ganas de subirme, la tenía abandona hace años. Todo me recuerda a él —dice.
Me acerco a ella y la abrazo. Me separo de ella.
—¿A qué veniste? —me pregunta.
—Venia a invitarte a salir esta noche. —le digo, ambas nos sentamos en la banqueta. Daniela juega con las llantas de la patineta.
—Mm no tengo ganas de salir.
—Por favor, solo tú, yo y Nattiel.
—Con más razón, no quiero ser una carga para ustedes. Son pareja querrán salir solos, no quiero hacer mal tercio.
—Por supuesto que no, fue idea de él.
Daniela lo piensa un momento.
—Por favor, ándale —le hago puchero—hazlo por tu sobrino o sobrina. —señalo mi estómago. —tal vez sea la última vez que salga, todo va a ser diferente cuando nazca.
—Esta bien —celebro con mis manos— sólo será un rato, tengo una plática pendiente con Nattiel sobre ese bebé.
—No lo amenaces por favor
—No prometo nada —dice Daniela y ambas reímos.
—¿Te quieres subir? —me señala la patineta.
—No me gustan esas cosas.
—Aburrida —ella se levanta, acomoda la patineta en el suelo y se sube. Me burlo, de ella cuando pierde el equilibrio. Ella se ríe y me muestra el dedo de enmedio. Ambas nos reímos.
Me gusta ver a Daniela sonreír, verla feliz.
DANIELA
Emilia me obligó a ir al antro esta noche con ella y con el idiota mayor. Pasamos la tarde juntas, volvimos a la casa. Vimos una película juntas hasta que llego la hora de arreglarnos.
Emi me contó que Nattiel le pidió matrimonio de una manera tonta pero que se puede esperar de él. Yo necesito ver ese anillo en la mano de mi amiga, si no es así, no tiene mi autorización.
Veo a Emilia junto al espejo, lleva un vestido ajustado a su cuerpo. Ya terminó de maquillarse y lleva el cabello de lado suelto.
—¿Creés que se note mucho? —dice ella señalando su estómago.
—Para nada, Emi apenas tienes 3 semanas.
—Si pero...
—Emilia esa panza va a crecer más y aún así te mirarás hermosa.
—Gracias amiga. —ella voltea a verme y sonríe.
—¿Qué?
—Nada, es que te ves hermosa.
Elegí un vestido corto color negro con brillos en la parte de arriba y encaje en la parte de abajo. Zapatos plateados y mi cabello trenzado con unos cadejos sueltos en mi cara. El maquillaje se basa en un delineador color negro, rimer, una leve sombra y un bile rojo mate.
—Gracias —doy una vuelta y ambas reímos.
—Esto merece una foto. —Emilia saca su celular y se acerca a mí con la cámara frontal y nos tomamos una foto juntas.
Después de varias fotos, salemos de la casa, me despido de mi Madre. Nattiel nos espera afuera recargado en su auto. Va vestido con una pantalón negro, camisa azul con las mangas hasta los codos, su cabello castaño peinado hacía atrás.
—Pero si esta noche iré acompañado de dos bellas damas.
Emilia le sonríe, se saludan de beso y se apartan.
—Procuren no hacer eso en mi presencia. —les digo en broma.
—No prometemos nada, no puedo vivir sin los besos de esta hermosa chica. —dice Natt y vuelve a besar a Emilia.
—Okey mejor los espero en el auto.
Entro al auto, saco mi celular y me entretengo un rato, después de una dosis de besos ambos suben al auto.
—Emi tienes tu bile por toda tu cara —le digo y guardo mi celular.
Nattiel ríe y ella toma unas toallitas y se limpia.
—¿Están listas para la diversión?
—Si pero antes tenemos muchos de que hablar Natt. —le digo.
—¿De qué?
—Del bebé que espera Emilia.
—Oh procura no matarme antes de ir de fiesta.
—Ya lo veremos —golpeo su hombro.
Nattiel pone en marcha el auto y nos alejamos de la casa.
✨✨✨✨
Entramos al antro, la música electrónica se escucha por doquier y demasiado fuerte.
—Señoritas, vamos a tomar asiento. —dice Nattiel, toma a Emilia de la mano y caminan hasta una mesa yo los sigo viendo el lugar.
Tomamos nuestros asientos en un sillón, ellos juntos y yo frente a ellos.
—¿Algo de beber? —nos pregunta Nattiel.
—Un Martini y Emilia no puede tomar.
—No es justo—se queja ella.
—Es por tu bien amor, por el bien de nuestro hij. —le dice Nattiel y la besa—te traeré algo sin alcohol.
Lo vemos caminar hasta la barra.
—Que bueno que aceptaste venir.—me dice Emilia y le regalo una sonrisa.
—¿Y ya saben que nombre le pondrán al bebé?
—Aun no hemos hablado de eso es muy pronto.
—Los meses se pasan volando. —le digo
—Cierto —nos quedamos un rato en silencio— ¡ay no!
—¿Qué?
—No nada pero por favor no vayas a voltear hacia...
Demasiado tarde, cuando volteo hacía atrás, veo a Jace besándose con una chica.
—Lo siento Dani, si quieres nos podemos ir y...
—¿Qué dices? —volteo a verla— ni loca, venimos a divertirnos y ni Jace no lo va a impedir. No te preocupes estoy bien, te aseguro que no me afecta.
—Bien, que fácil te olvidó. Apenas va una semana que rompieron.
—5 días —especifico— pero que más da, no llego a ser alguien tan importante para mí, no como él.
Emilia toma mi mano y me regala una sonrisa. Minutos después y Nattiel regresa con nuestra bebidas, obvio la de Emilia sin alcohol.
(...)
La noche la pasamos bebiendo, risas y platicando. Llegué a sentirme un poco incómoda cuando ellos se besaban mejor volteaba a otro lado.
—Yo... yo iré por otra bebida. —les aviso.
Solo asintieron, me levanto y empiezo a caminar hasta la barra.
—Un Martini por favor—pido cuando llego.
—¿Qué hace una bella chica en este lugar? —escucho decir a alguien, giro y veo a un chico alto, cabello castaño y ojos cafés, muy atractivo.
—Solo vine a divertirme. —respondo.
Me entregan el Martíni y lo tomo.
—Lo mismo —dice él.
Le regalo un sonrisa de boca cerrada y saco mi cartera para pagar.
—Yo invito —dice él chico colocando un billete en la barra y dándome una sonrisa.
—No es necesario.
—Por favor.
—No, yo puedo pagarlo
—Insisto —dice dándome una sonrisa.
—Bien —digo rendida y le doy un trago a mí bebida.
—¿Cuál es tu nombre?
—Daniela
—Mucho gusto Daniela, mi nombre es Iker—me tiende su mano, dudo en darle la mía hasta que lo hago. —¿quieres ir a bailar un rato?
Volteo viendo a Emilia y Nattiel besándose, no quiero interrumpirlos. Regreso mi vista a Iker, parece un chico buena onda.
—Esta bien
Tomo su mano y me lleva a la pista de baile.
Bailamos juntos varias canciones, hablamos un rato. Realmente Iker es un chico divertido.
—Necesito tomar algo. —le digo a Iker. Él asiente y me acompaña hasta la barra.
—Ire al baño, ahora vuelvo.
Iker se inclina dejando un beso en mi mejilla y se marcha. Pido otra bebida y sigo bebiendo un rato. Giro viendo a Nattiel y Emilia bailar juntos.
—¡Pero que sorpresa! —oigo decir a alguien. Giro encontrándome con Jace frente a mi.
—¿Qué quieres?
—Solo venía saludar a mí ex.
—Mejor vete Jace —le doy un trago a mi bebida.
—Veo que estás muy acompañada.
—Lo mismo digo, que pronto me olvidaste.
—No iba a quedarme soltero toda la vida, tal vez lo nuestro iba a funcionar pero alguien no superó a su ex.
—Jace en serio no quiero hablar contigo, mejor vete.
—¿Me extrañas? —Jace dio una paso hasta mí.
—Ni un poco
Él sonríe, corta la distancia que nos separa y toma mi barbilla.
—Yo si lo hago, tal vez podamos divertirnos un rato no crees. —susurro cerca de mí oído.
—No lo creo —lo empujo.
—O vamos Daniela sé que quieres.
—Para tu información no me llamas la atención ni un poco, la verdad estaba ciega a fijarme en alguien como tú. Jamás le llegaste a los talones a Ángel.
Jace toma mi mano fuerza.
—Sueltame
—No me compares con ése imbecil que no somos iguales.
—No por supuesto que no, él era mucho mejor que tú. —me safo de su agarre, Jace intento acercarse, tomo la bebida y se la lanzo en la cara. —no te quiero ver cerca de mí okey.
—¡Estás loca! —grita él furioso y se da la vuelta.
Suspiro frustrada y apoyo mis manos en la barra.
—¿Quién era él? —escucho la voz de Iker detrás de mí.
—Nadie importante
—Sabes defenderte eh
—Nadie se mete conmigo.
Ambos reímos, Iker se acerca a mí.
—Me gustan la chica como tú. —acaricia mi mejilla.
—Iker —lo alejo de mí— acabo de terminar una relación hace poco y no me malintérpretes, eres un chico divertido pero no estoy interesada.
—Entiendo. —hace una pausa— ¿hay alguien más no es así?
—Si, alguien que jamás he podido olvidar.
—Bien, en ese caso me equivoqué de chica, me la pasé bien contigo Daniela y espero verte de nuevo. —Iker se despide de mi y lo veo alejarse.
Toco mi frente, dejo escapar un suspiro. Necesito salir de aquí.
Camino entre las gente, miro una puerta de salida de emergencia. La abro y salgo fuera del antro. El frío pega mi rostro, maldigo por no haber traído un suéter. Me abrazo a mí misma y camino un poco.
Estoy sola, de pie en la oscuridad de la noche siendo reflejada la claridad de la luna. Siento un escalofrío, toco mi frente. Siento mucho frío. Me detengo e intento dárme calor con mis manos. Será mejor regresar. Miro los autos pasar, debo regresar adentro, no quiero preocupar a Emilia.
—Daniela
De pronto escucho a alguien decir mi nombre. Esa voz... me giro y abro mis ojos al verlo. Él está ahí, de pie a una distancia nula de mí.
—Ángel —balbuceo, lo miro de arriba a abajo y siento mis ojos cristalezcos. Levanto mi mano para tocarlo pero al hacerlo mi mano lo atraviesa. —Eres tú, Ángel tú estás aquí. —digo sin creerlo, él solo me sonríe —¿Por qué me dejaste? Ya no puedo vivir sin ti— empiezo a llorar.
—No llores, jamás me gusto verte llorar.
—No sabes cuánto te he extrañado, perdóname.
—No tengo nada que perdonarte Dani.
—Si, te reemplace, intenté olvidarte con alguien más.
—Daniela debes seguir adelante, hiciste bien en buscar a alguien más que merezca tu amor. Mereces ser feliz.
—No, no puedo —siento mis lágrimas bajar por mis mejillas— no puedo porque tú eras el único que lo hacías.
—Pero yo ya no estoy más aquí —Ángel levanta su mano, siento su fría mano tocar mi mejilla.
—Llevame contigo, ya no quiero vivir.
—No puedo hacerlo...
Ángel se desvanece en el aire.
—¡No, no no Ángel vuelve! ¡Ángel regresa! —grito a los cuatro vientos y lo busco por todos lados. —¡Ángel!
Me giro viendo la carretera, lo veo caminar alejándose de mí. No lo pienso más y empiezo a seguirlo y le grito que se detenga. Camino por la carretera, siento una luz hacía mí, el sonido de un auto que viene cerca. Me detengo y cierro los ojos.
No obstante no siento el golpe del auto contra mi cuerpo, siento alguien que me jala y caígo arriba de alguien. Cuando abrl los ojos veo que estoy arriba de un chico.
—¿Estás bien? —me pregunta, yo solo asiento. Me quito de él, miro hacia la carretera y ya no lo veo. Empiezo a llorar. Siento que el chico me abraza.
—Se fué —digo llorando.
—Ya tranquila —me dice el desconocido. Me aparto de él y limpio mis lágrimas.
—Me... me salvaste.
—No iba a dejar a una chica linda morir así.
—No debiste —agacho la mirada.
—No sé cuáles sean tus motivos pero...
—Callate, tú no sabes —me abrazo a mí misma.
—¿Veniste sola?
Niego
—¿Quieres que llame a alguien?
Recuerdo a Emilia, saco mi celular, lo enciendo, tengo varías llamadas perdidas y mensajes. Sigo temblando, marco su número con dificultad.
—Dejamelo a mí —el extraño me arrebata el celular. No digo nada. A los pocos segundos se escucha la voz de Emilia.
—Daniela, ¿dónde estás? —se nota preocupación en su voz.
—Ah no soy Daniela, ah este me encontré a tu... amiga afuera, será mejor que vengas rápido. Ella está aquí conmigo pero realmente está mal.
—Voy para allá y por favor no sé quién seas pero no la dejes sola hasta que vaya.
—No te preocupes, aquí me quedo.
La llamada se cuelga, el chico me regresa mi celular.
—Por cierto me llamo Mateo —me tiende su mano.
—Da... Daniela —le regreso el saludo.
—Lindo nombre
No hablo nada más, nos quedamos un rato en silencio. Emilia y Nattiel corren hasta nosotros, al llegar Emilia me abraza.
—¡Estaba preocupada por ti! ¿Dónde te metiste?
—Solo salí a tomar aire.
Emilia mira a Mateo.
—¿Quién eres tú?
—Oh yo soy Mateo, —saluda a Emilia y a Nattiel —salve a su amiga de ser arrojada por un auto.
Emilia abre los ojos y voltea a verme.
—¿Pero estás bien? —me pregunta, yo solo asiento.
—¿Qué pasó? —le pregunta Nattiel.
—Bueno yo sólo salí a fumar algo, vi a su amiga cruzar la carretera y gritar algo, de pronto miré una auto venir en su dirección, ya que ella no reaccióno corrí y logré salvarla antes de que fuera golpeda por el auto.
—¡¿Qué tratabas de hacer Daniela?!
—Emilia cálmate —le pide Nattiel.
—Ah será mejor que me vaya —oigo decir a Mateo.
—Gracias —le digo, él asiente y se marcha.
—¿Intentabas matarte? —inquiere Emilia enojada.
—¿Qué? No, no es así.
—¿Entonces?
—Yo lo vi —giro viendo la carretera.
—¿De qué hablas Dani? —cuestiona Nattiel.
—Miré a Ángel, él se apareció frente a mi y hablé con él —miro a ambos.
—No puede ser —suelta Nattiel.
—¡Esto es una locura! ¡No puedes verlo, él ya está muerto!
—¡Te lo juro que lo ví Emilia!
—¡Ángel está muerto, solo fué una alucinación!
—¿No me creés?
—Daniela basta, tienes un grave problema, quisiste acabar con tu vida.
—¿Creés que yo quise suicidarme? ¡Te estoy diciendo que mire a Ángel y lo seguí!
—¡Dejá de mentir!
—¡Emilia ya calmate! Mejor vayamos a casa y hablemos tranquilamente. —le pide Nattiel.
—¡No! —niego— ¿para qué?, ustedes no me creen. Yo se lo que ví, él estaba aquí, conmigo frente a frente.
—¡Dani por favor!
—¡No! Creí que tú si me creerías, me equivoqué. —le digo a Emilia entre el llanto.
Los miro por última vez y me doy la vuelta.
—¡Daniela espera!
—¡Dani regresa! Dejá que te llevemos
—¡Prefiero irme sola! —les grito y me alejo de ellos. Pido un taxi y me marcho de aquél lugar donde lo volví a ver.
(...)
Llegué a mi casa, mi Madre me atacó con preguntas. Emilia le había llamado por suerte no le contó nada aún. No le dije nada, discuti con ella, me marché a mí habitación y me encerré.
Jalo mi cabello y empiezo a llorar. Me quito los zapatos y los lanzo lejos. Camino hasta un cajón, rebusco entre mis cosas.
Saco un sacapuntas, lo quiebro y tomo la pequeña navaja. Estiro mi brazo y me corto, siento el dolor invadirme. Muerdo mi labio, me corto una, dos, tres veces.
Cambio de mano y hago exactamente lo mismo. Empiezo a llorar y tiro la navaja. Me derrumbo y caigo de rodillas al suelo, cubro con mis manos mi rostro harta de mi vida.
MARRIB49 🖤
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro