"Esperando a mi Superman" [Capítulo 1, Parte 2]
Llegamos a la sala audiovisual, la puerta estaba cerrada, y las luces de los pasillos alumbraban de una manera tenue, era un ambiente realmente espeluznante que acobardaría a más de uno. Yuuki se ofreció a abrir la puerta, y eso hizo, con cuidado giró la perilla y empujó la puerta con lentitud. Al abrirse completamente, vimos que la sala estaba en penumbras, no pasaba ni un alma, pero después de poco tiempo las luces se fueron prendiendo una por una, como esos pasillos de las películas de terror en los hospitales abandonados. Ahora que lo pienso, creo que a esto era lo que se refería Monokuma con "Cliché".
Monokuma se encontraba en frente de la sala, sentado en una gran silla ejecutiva y nos observaba desde ahí, sin decir palabra alguna.
— ¡Upupu! Bienvenidos todos a la sala audiovisual, ¿No les parece hermosa? — Nos saludó Monokuma de una manera divertida, pero a la vez muy siniestra, es como si mezclaras a una clase de payaso con el presidente de una organización criminal de un buen juego, o tal vez con un mafioso muy importante.
— ¿Para qué nos llamaste aquí, Monokuma? — Preguntó Yuuki en un tono agresivo, se encontraba tenso, y cerraba con fuera los puños.
— Ya lo verán, ¡Pup! — Exclamó Monokuma caminando hacia nosotros con una caja en mano — Cada uno, en orden, tome el CD con su nombre y siéntese en un computador, por favor.
Todos hicimos lo que Monokuma nos pidió, no porque fuésemos débiles, sino porque Monokuma nos daba miedo, sin importar su tamaño y su apariencia, nos intimidaba con su forma de actuar algunas veces.
Me senté en un computador del fondo, a mi lado se sentó Namine, y al tiempo, insertamos nuestros CD en el manejador de discos y un vídeo apareció, me puse los audífonos y reproduje el vídeo:
En la grabación pude ver a mis hermanas y a mi sobrina, las tres estaban sentadas en el comedor, sus caras eran muy felices, sus ojos brillaban como las luces de las grandes ciudades de noche y emanaban esperanza como la llama de las velas a mitad de un apagón.
— ¡Zeni! Estamos tan felices por ti, felicidades por haber ingresado a Hope's Peak — Mi hermana mayor, entusiasmada, habló primero. Podía ver una sonrisa reflejada en su rostro, estaba muy orgullosa de mí, recuerdo el gran abrazo que me dio al salir de casa en la mañana.
— Nii-san, mucha suerte, al principio puede ser muy duro, pero yo sé que superarás todos los obstáculos — Alentó mi hermana menor con orgullo, siempre hablaba bien de Hope's Peak, me contaba mucho sobre sus compañeros.
— Y no te preocupes Zeni, hablé con el director Kirigiri y me dijo que tus compañeros serán espléndidos — Volvió a decir mi hermana mayor, su tono de alegría era mayor a la de niño en dulcería.
Y ahí me detuve un momento, ¿Director Kirigiri?, por lo que a mi concierne, el director de la academia es Monokuma, o tal vez la grabación es vieja, y hayan reemplazado a ese tal 'Kirigiri', pero, no puede ser así, mis hermanas y mi sobrina se ven iguales a como las dejé antes de irme a la academia, lo que genera aún más misterios por resolver en este raro lugar.
Al terminar de decir eso, la pantalla se apagó, pero la música seguía sonando, y esperé un momento, cada segundo era un grado más de intensidad a mi incertidumbre, la espera era un martirio, yo solo quería ver a la luz de mi vida.
Al volverse a iluminar la pantalla ya no pude ver a mi familia, lo único que veía era el comedor de mi casa vacío, pero diferente, las luces ya no estaban, la mesa tenía un feo rasguño y las sillas estaban quebradas, hasta recuerdo como una tenía una espantosa marca en el espaldar, era prácticamente un escenario apocalíptico, y dejaba un vacío en mi estómago.
— ¿Quieres saber lo que pasó con tu familia~? — Preguntó la voz de Monokuma, la cual se podía escuchar de fondo en la grabación, lo que me asustó mucho más — Pues... ¡Mata a alguien y lo sabrás! ¡Upupupupupu~!
Y ahí fue cuando el vídeo se terminó, estaba en un shock completo y lágrimas comenzaron a formarse en mis ojos y me nublaban la vista, retiré los audífonos de mi cabeza y continué viendo a la pantalla apagada con lágrimas saliendo de mis ojos y cayendo como lluvia por mis mejillas, también temblaba, me sentía muy mal.
— ¡Maldito oso, aparece de una maldita vez! — Exigió la alzada voz de Mirai, que fue la primera en romper el raro silencio que se había formado con el dolor y desesperación de todos nosotros.
— ¿Qué has hecho? — Preguntó Aaron de una manera muy difícil de explicar, le salían lágrimas pero no lloraba, solo abrazaba su estómago con furia.
— ¿Qué fue e-eso? — Interrogó Mochizuki con un hilo de voz quebradizo — M-mis queriditos, n-no están...
— Vaya, pero que buen intento — Dijo Umito entre unas carcajadas algo nerviosas — ¿F-fue un montaje, verdad? — Preguntó, pero esta vez ya no tenía tanta seguridad, su voz se quebraba poco a poco.
— ¡Claro que no, Pup! — Dijo Monokuma, quién había aparecido en la gran pantalla, luego de desaparecer a dejarnos nuestros siniestros CDs — ¿Les gustó mi incentivo? Puedo asegurarles que fue todo un deleite ver sus caras, Upupu~
— ¿Qué intentas lograr? — Preguntó Hiro en un tono en su mayoría neutral, pero tenía un pequeño quebraje, y también apuntaba con su cámara a la pantalla en donde Monokuma aparecía.
— ¿Por qué te metes... — Comenzó a preguntar Emiko, pero pausó para limpiarse las lágrimas de sus ojos, estaba totalmente devastada — ...Con nuestras familias?
— ¿Qué quieres de nosotros? — Preguntó Mei a punto de llorar — Todo lo que tenía... Ya no lo tengo — Y ahí comenzó a llorar, pero de una manera muy brusca, tanto así, que podía sentir su dolor como mío, pero así era, me sentía igual a ella, destrozado.
— Responderé a eso de una sola vez, sin rodeos. Todo lo que busco es su desesperación, nada más, ni nada menos, ¡Pup! — Y al terminar de decir eso, la pantalla se apagó y todos quedamos en la sala, solos.
— Pero que tontería — Bufó Akira con cinismo sentado en su silla y cruzándose de brazos.
— ¡No digas eso, Akira! — Gritó Miuna con una voz quebradiza — ¡Tú no sabes nada! Mi todo desapareció en ese vídeo.
El silencio de incertidumbre fue roto al instante por mis sollozos, había comenzado brutalmente a llorar después de lo que dijo Monokuma, no sabía qué más hacer, solo podía llorar.
— O-oye Zen, no te pongas así — Me dijo Hikari acercándose a mí — Y-yo también perdí a alguien que me quería mucho.
Pero no la escuché, seguía en mi fuerte sollozo, parecía más un berrinche de niño de preescolar, todos me miraban, unos con compasión, otros con furia, unos de manera muy neutral y por supuesto, dos cámaras también me observaban, yo lo único que hice fue salir corriendo de la sala, me sentía horrible, y no podía dejar de llorar, las lágrimas brotaban de mis ojos y pasaban por mis mejillas como cascadas, también tenía las manos en mi cabeza, y jalaba mis cabellos con desespero, no recuerdo porqué lo hago, solamente pasa.
— ¡Todo es mi culpa, lo es! — Grité desesperado a mitad del pasillo entre horribles sollozos, y me detuve en ese espacio a mitad del pasillo, la tristeza ya no me dejaba hacer nada, solo llorar. En ese mismo orden de ideas, caí al piso con un golpe seco que resonó por las paredes, al igual que mis sollozos.
Continué llorando, y mientras hacía eso, escuché muchos pasos apresurados, pero no quise hacer nada al respecto, solo continué llorando, ya no me importaba nada, las perdí a ellas, lo perdí todo. Ahora que lo pienso, así ya nadie me va a querer, soy un llorón, ¡Que persona tan detestable soy!
— Zen, mírame — Exigió la voz de Yuuki detrás de mí de una manera ruda, y lo volteé a ver aun llorando — No actúes de esa manera, hay chicas presentes — Me regañó de una manera desconsiderada, luego levantó la mano y al bajarla me dio una fuerte cachetada en mi mejilla derecha, y rosada me quedó — ¡Los hombres no lloran, Zen!
Ahí me calmé un poco, pero ese golpe me dolió, y lo que dijo me hirió aún más, lo único que hice fue levantarme y mirar al piso, pero podía ver los pies de todos ahí, e imaginaba la cámara de Hiro grabándome, y salió una pequeña risita de mi boca, pero nadie la escuchó, fue muy ahogada.
— Oye Zen, no te pongas así — Dijo Mitsuki Yukine con compasión, veía sus pies acercarse a mí y a los pies de Yuuki — ¿Estás más calmado ahora? Lamento mucho tu pérdida, de verdad.
— No me la creo — Dijo Akira de lejos — No me creo el teatrito de Morimoto, no ha de ser nada grave.
— ¡Akira, no seas así, pobre Zen! — Le regañó Mirai molesta, sentía que estaba muy dolida por su propia pérdida.
— Es ridículo — Respondió Akira con un vacile — No vale la pena llorar por algo tan estúpido como la pérdida de alguien, Morimoto es una nenita.
Y cuando Akira terminó de decir eso, escuché una palmada muy fuerte, igual a la cachetada que Yuuki me propinó antes y levanté mi cabeza exaltado, Mirai le acababa de dar una cachetada a Akira en su mejilla izquierda, y pude verla dolida, sus ojos estaban llenos de lágrimas y mordía su labio inferior con impotencia.
Y antes de que alguien dijera algo más, la campana sonó
*Ding Dong, Bing Bong*
—¡Upupupu! Lamento interrumpir en su fiestecita, peeeero tengo que decirlo, van a ser las 10pm, la Hora Nocturna, creo que no tengo que decir qué les pasará, solo... Buenas noches
*Ding Dong, Bing Bong*
Y todos se alejaron a sus habitaciones, mi cabeza volvió a agacharse por la pena y el dolor, tratando de suprimir las ganas de llorar, pero al ver los pies de Namine levanté mi cabeza
— ¿Te sientes bien? —Me preguntó con una bella sonrisa —Yuuki te golpeó muy fuerte, ven, vamos por hielo.
Y así Namine y yo fuimos a la cocina antes de la Hora Nocturna, me ayudó a conseguir un trapo limpio y hielo, me lo puso en la mejilla, yo le agradecí, nos despedimos, y ambos entramos a nuestras habitaciones luego de caminar en silencio por un rato.
Al cerrar la puerta detrás de mí aún con el hielo en mi mejilla me dieron ganas de llorar, pero no lloré, lo cual fue raro, ya que yo siempre lloro, desde pequeño, esa vez no pude, quedé tan traumatizado por aquel incentivo y por aquella cachetada que no podía hacer nada.
Estaba vacío.
Me recosté en mi cama sin ganas de dormir, solo miré el techo, y así dure un buen rato. Ese sentimiento era horrible, y mi dolor también lo era, Yuuki es realmente muy fuerte; Solo me queda esperar lo que el destino quiera para nosotros, no hay nada más que hacer, que triste realidad.
No, no lo pensaré así, ¿Qué estoy diciendo? ¡No me rendiré! Aunque sea lo último que haga, no me rendiré nunca, lo prometo, ¡No! Lo juro, por el apellido Morimoto, lo juro, juro que no me rendiré y saldré con todos aquí, incluyendo a Yuuki, Akira, Emiko, Yumiko, Miuna, Mei, ¡A todos!
Y sin darme cuenta, mientras mi cabeza se mezclaba con esos pensamientos, escuché una campana.
*Ding Dong, Bing Bong*
— Bueeeenos días, ¿Cómo les va hoy? Bueno, no me importa, son las 7:00am, y como dicen por ahí, 'Rise and Shiiiiine' Upupupu~
*Ding Dong, Bing Bong*
El anuncio de Monokuma me sorprendió, ¿Ya era de día? Pero, si la Hora Nocturna había sido hace casi un segundo, ¿Qué pasó?, el hielo que Namine me ayudó a conseguir ya se había derretido, y había dejado una mancha de agua en mi almohada, y todavía me dolía la mejilla.
Salí de mi habitación, estaba cansado, y como había dicho antes, me dolía la mejilla. Al llegar a la cafetería abrí las puertas, ya sabía que había llegado tarde, ¿O no?
Cuando abrí las puertas no había casi nadie, solo estaban Namine, Hikari, Hiro, Umito y Aaron, algo que me sorprendió, ¿Realmente llegué temprano? ¿O muy tarde, y ya todos se fueron?
—Buenos días Ze-...Ay... —Dijo Hikari, luego me vio con una cara algo rara.
—Oye Zen, ¿No te duele la cara o algo? —Preguntó Aaron con una pequeña risa que también soltó Umito, estaban sentados lado a lado.
—Bueno, un poco la mejilla —Dije confundido tocando mi mejilla derecha, que estaba totalmente congelada.
Hiro se acercó a mí, y me tomó una foto con su cámara, luego me la mostró, tenía un hermoso moretón en mi mejilla, era realmente bello (Nótese mi sarcasmo).
— ¿Te duele mucho? —Preguntó Namine —Ven, volvamos a la cocina por otro trapo con hielo, y de paso, tu desayuno también.
Me dedicó una adorable sonrisa y empujando un poco mi espalda me guió por el lugar.
Y ambos fuimos por lo antes mencionado a la cocina, y al volver, todos guardamos silencio sentados en nuestros lugares, mientras el resto, poco a poco, comenzaba a llegar, me sentía un poco mejor por saber que había llegado antes, pensé que ya había construido mi reputación como el 'Tardado'.
— Ahora que estamos todos reunidos — Mei tomó la palabra rompiendo el silencio y llamando la atención de todos — Quiero tocar ese tema tabú del que nadie quiere hablar, solo por un momento, ¿Sí?
— ¡Ya discutimos lo que hay que discutir! — Exclamó Yuuki con un golpe seco a la mesa — No es por ofenderte, claro que no Mei, pero considero que ya hemos tocado ese tema lo suficiente.
— N-no me lo recuerdes... — Dijo Yumiko abrazando aún más a su conejito, se veía muy suave y adorable, aunque tal vez nunca pueda tocarle en mi vida.
— ¿Si ves, Mei? nadie quiere recordarlo. — Dijo Miuna de una manera muy tranquila dándole un mordisco a su sándwich.
— Yo... yo quiero hacerlo — Titubeó Umito, sentía un aire de valentía en él que no había sentido antes — No quiero hacerle recordar nada malo a nadie, yo también sufrí con esa grabación, pero quisiera dejar en claro ciertas cosas.
— Estoy de acuerdo con Umito. — Apoyó Aaron agarrando el hombro de su nuevo amigo y dedicándole una sonrisa aprobatoria — No es por revivir malos recuerdos a nadie, solo quiero que todos estemos a salvo de lo que puede pasar.
— Gracias chicos — Les agradeció Mei, y luego lo escribió en su libreta.
— Yo... También... Eso, sí, eso — Dijo Emiko con su voz neutral y tenue habitual en lo que llevábamos aquí.
— ¡Yo también lo apoyo! — Exclamó Mirai levantando una mano con energía.
— Bueno, los otros pueden guardar silencio, discutiremos acerca de ese tema tabú — Sentenció Hiro quitándole el liderazgo a Mei
— Primero que todo, no quiero que se dejen afectar por esos vídeos. — Aconsejó Umito, quién se había levantado de su puesto — Estoy seguro de que están bien, yo lo sé.
Ahí Namine y Yuuki voltearon a verme, era algo incómodo, pero no tanto, solo fueron ellos dos quienes me miraron, y luego dejaron de hacerlo, y eso me calmo un poco.
— Quiero... proponer un pacto, bueno, otro — Dijo Akira — Propongo que nadie se deje tentar por Monokuma, haga lo que haga y diga lo que diga, ¿Qué opinan?
— Sí, ese pacto está bien — Suspiré con una sonrisa y el hielo aún en mi mejilla.
— Me parece bien — Concordó Yumiko algo aliviada
— ¡Cuenta conmigo! — Exclamó Miuna con mucha alegría
Al parecer este pacto sí les gustó a todos, incluso a Yuuki, o eso parecía, no puedo leer a las personas, pero por lo que ví, no puso problema alguno.
Después del desayuno quise salir a explorar un poco, ya conocía la cafetería y el camino a las habitaciones muy bien, ¿Pero el resto? quería conocerlo todo, y conocerlos a todos. En mi camino por los pasillos encontré a Yukine en una esquina, estaba dibujando algo en su libreta, sentía curiosidad, y me le acerqué.
— ¿Qué estás dibujando, Mitsuki? — Le pregunté a la artista, centrando mis ojos en su papel.
— No lo sé, me dieron ganas de dibujar un Monokuma, ¿Eso está mal? — Inquirió mientras me mostraba el dibujo a lápiz, era muy bonito.
— Pero es realmente hermoso, bueno, Monokuma no, tu dibujo lo es — Le dije, sus dibujos eran geniales, me recordaban a los dibujos de mi sobrina. — Oye, ahora que lo pienso, ¿Tu arte abarca todo, cierto?
— No, no sé de donde lo preguntas Zen, s-sólo tengo ojos para el arte plástico — Esquivó el tema volviendo a su dibujo, e ignorando mi presencia.
Me disculpé por incomodarla con mi pregunta, también me despedí de ella y la dejé sola, presentí que estaría mejor sin compañía, así trabajo yo también, en soledad. Continué caminando por los pasillos y llegué al gimnasio, escuché muchas ovaciones y abrí la puerta con curiosidad, y al entrar un balón de soccer rozó mi cara, y casi me da en mi moretón.
— Lo lamento... Zen — Se disculpó Emiko, ya sabía que ella era la dueña de esa patada tan poderosa, como a Monokuma.
— N-no, está bien, ¿Qué hacen? — Pregunté algo asustado
— Emiko está haciendo unos tiros libres, ¿Quieres ver? — Preguntó Umito, quién veía los tiros emocionado y lleno de energía.
Asentí con la cabeza y me senté en las gradas junto a Mirai, que observaba los tiros junto Umito, Aaron y Yumiko.
Los tiros de Emiko eran fabulosos, desde el otro lado de la cancha lograba acertar al arco, que era muy pequeño, creo que era un arco de hockey, pero de todas maneras, sus tiros eran magníficos. A mitad del espectáculo Mirai me tocó el hombro, sin la intención de hacer ruido, y acercó su mano izquierda y su cara a mi oído:
— Vámonos Zen, no preguntes por qué, solo hazlo — Me susurró Mirai al oído, y luego me empujó indicando que nos fuésemos.
Yumiko, Mirai y yo salimos del gimnasio en silencio y dejamos a Umito y Aaron solos admirando los tiros de Emiko, realmente quería verlos, pero estas chicas no me dejaron opción.
— Lo lamentamos Zen, y como disculpas, te doy esto — Me dijo Yumiko, y luego me dio una cinta métrica.
— ¿Y para qué la cinta? — Pregunté con el objeto en manos, algo confundido, tal vez solo quería librarse de eso.
— No lo sé, por si las dudas — Dijo Mirai y luego soltó una risita junto con Yumiko — Bueno, nos vemos más tarde Zen, adiós.
Y ambas chicas se fueron corriendo en dirección contraria dejándome sólo de nuevo, y supongo que no podía ingresar al gimnasio a seguir observando los tiros, y no sabía qué hacer, que mal que no pudiera decidir rápido, porque Akira llegó a las puertas del gimnasio caminando de una manera muy mezquina, no quería hablarle y estropear todo, por lo que di media vuelta y caminé unos cuantos pasos con nerviosismo, pero antes de alejarme, la voz de Akira me llamó.
— ¿A dónde vas, Morimoto? — Preguntó, con una curiosidad extraña, podía sentir lo molesto en su voz.
— A mi habitación, Akira, pero no creo que te importe — Espeté tratando de ocultar el temor en mi voz por el simple pensamiento de dirigirme a él.
— Ah, no, disculpa la pregunta — Dijo, y luego caminó en dirección contraria, ¿Le pasará algo hoy?
Y cuando ya no pude escuchar los pasos de Akira mi estómago comenzó a retumbar, y me decía que quería almuerzo, o eso creo yo, lo único que sé es que tenía mucha hambre.
Caminé hasta la cafetería y antes de que pudiera abrir la puerta escuché una calurosa discusión entre dos chicas, pero no cualquier par de chicas, Mei y Namine discutían a gritos allí dentro, me preocupé mucho y entré con afán, queriendo detener el lío.
— ¿Qué está pasando? — Pregunté preocupado mientras abría las puertas rápidamente, evitando titubear al hacerlo.
— ¡Ella no sabe hacer nada! — Exclamó Namine furiosa
— ¡No es que no sepa, no quiero hacerlo! — Gritó Mei esta vez — No quiero hacerlo Namine, no quiero
— ¡Eres una molestia, ojalá te mueras! — Le espetó Namine en desespero.
— ¡De lo dicho al hecho hay mucho trecho! — Exclamó Mei tratando de defenderse, pero fue totalmente ignorada por Namine, quién salió molesta de la cafetería a trote acelerado.
Me quedé quieto en la entrada a la cafetería por un momento, y vi a Mochizuki, ella estaba sentada en una mesa de parejas observando la escena que se había desarrollado frente a ella, pero no le tenía un buen grado de importancia, solo bebía té. Ah, y también estaba Hiro, él ni sabía lo que pasaba, solo grababa la pared del fondo de la cafetería, dándonos la espalda a todos.
— Oye Mei, ¿Está todo bien? — Pregunté con temor, mi voz flaqueaba un poco.
— Ah sí, claro que sí, solo fue una pequeña discusión, nada importante —Me calmó Mei con una sonrisa, y luego lo escribió todo en su libreta.
— ¿E-estás segura? Me pareció una discusión muy calurosa — Le dije, estaba atemorizado.
— Claro, ya se le va a pasar, estoy segura — Dijo Mei mientras anotaba en su libreta, y al terminar de anotar, me dedicó una sonrisa muy tierna.
— Bueno, eso espero, n-no quiero que a ninguna de ustedes les pase algo, me dolería mucho — Confesé caminando a la cocina por algo de comer.
Al terminar de comer y todo eso salí de la cafetería, ya no tenía nada que hacer, y solo fui a mi habitación a buscar pistas o cosas, no sé, tal vez me daría una ducha.
Y así pasé la tarde, nadie llamó a la puerta, solo descansé por esas horas, hasta que un irritable anuncio sonó
*Bing Bong, Ding Dong*
— ¡Queridos estudiantes!, me complace decir que la Hora Nocturna se acerca, ya saben que pasa si duermen en otra parte... Pupupu~ Y cuídense, un asesino puede llegar a su puerta sin asegurar y... ¡Buenas noches a todos!
*Bing Bong, Ding Dong*
Ese anuncio me extrañó mucho, ¿Por qué repite eso? Ya creo que van cuatro veces que nos advierte lo mismo, pero nada ha pasado, y creo que olvidé asegurar mi puerta en estos días, pero aún tengo miedo de que alguien pueda cometer tal atrocidad, y también romper el pacto, pondría muy triste a Yuuki y a Akira, o tal vez se enfaden, no lo sé.
Mientras paseaba por mis pensamientos un ruido llamó mi atención, alguien tocaba la puerta de una manera apurada, los golpes eran algo tenues y nerviosos, podía oír las veces que pasaba sus nudillos por la puerta como si las manos de esa persona temblaran, y con afán llegué a mi puerta y abrí, era Namine, quién estaba muy nerviosa, y pasó rápidamente a mi habitación y cerró la puerta detrás de ella, al hacerlo se recostó en ella y comenzó a respirar de una manera agitada, sudaba frío, y cerraba sus ojos con fuerza.
— ¡Namine! — Exclamé sorprendido viendo a mi pobre amiga — ¿Qué te pasó? ¿Estás bien?
— Lo lamento por... Llegar como si nada... Pero... Sentí una presencia, fue horrible — Me comentó con la respiración entrecortada
— Primero, cálmate un poco — Le aconsejé, y ella comenzó a controlar su respiración y a apartarse de la puerta con lentitud, le costaba un poco — Ahora, explica por favor
— Bueno, yo estaba en la cafetería porque Mei me citó para charlar, pero cuando llegué me di cuenta que había llegado demasiado antes, y de la nada, escuché el anuncio de Monokuma y, además de eso, unos pasos acercándose a la cafetería, tenía mucho miedo y salí corriendo a mi habitación, pero cuando iba a abrir la puerta me di cuenta que no tenía mi Manual del Estudiante y me asusté mucho — Habló rápidamente y sin titubear, estaba muy asustada la pobre.
— ¿Y dónde está tu Manual del Estudiante? — Le pregunté, estaba preocupado por su Manual, y también por ella.
— Al parecer lo dejé en la cafetería, pero tenía tanto miedo en ese momento que no quise volver, y solo pensé en venir aquí, porque eres mi amigo — Se veía mucho más calmada al sonreír por su propio comentario.
— Bueno... No hay una regla que prohíba dejar dormir a dos personas en el mismo cuarto, ¿Cierto? — Aseguré revisando las reglas en mi Manual, y acerté, no existía tal regla.
Namine aceptó aún un poco asustada, y se apoderó de mi cama, y como no había otro lugar para dormir me acosté en el suelo y traté de pegar el ojo, pero realmente no pude hacerlo, era demasiado frío, y la idea de poder haber perdido a Namine por quizás un asesinato rondaba por mi cabeza.
La noche fue larga, demasiado, cada minuto que pasaba rogué por el anuncio de Monokuma, y también rogué por todos mis amigos, no quiero que a ninguno le pase nada, me rompería el corazón.
*Bing Bong, Ding Dong*
— ¡Bueeeeeenos días estudiantes! Estoy muy feliz de anunciar que ya son las 7:00am, ¡Den su mejor esfuerzo~! Pupupu... —
*Bing Bong, Ding Dong*
Ese fue el anuncio de Monokuma, se escuchaba más alegre hoy, ¿Habrá pasado algo? Estaba confundido por tal forma de hablar, me da miedo pensar que será por alguna desgracia que le haya ocurrido a alguno de nosotros, espero que no sea eso, me devastaría.
— ¡Zen, levántate! — Me llamó la voz de Namine, y abrí mis ojos con lentitud para encontrarme con sus bellos ojos verde olivo, eran preciosos, lo malo es que esta vez me miraban molestos — ¿Quieres llegar tarde? Tenemos que llegar antes a la cafetería.
Y acepté tratando de calmarla. Me levanté del piso y salí de mi habitación, pasamos también por los pasillos, no sabía si llegaríamos muy temprano o muy tarde, todos parecían aún muy abrumados por el incentivo de Monokuma, y yo también lo estoy, cada vez que pienso en ello me dan ganas de llorar, pero no quiero que Yuuki me dé otra cachetada, no quiero repetirlo.
Namine y yo llegamos a la cafetería, la puerta estaba cerrada y obviamente tuvimos que abrirla, adentro no había nadie, solo un olor repugnante, era muy pútrido y asqueroso, no puedo siquiera describirlo. Ni Namine ni yo sabíamos porque olía tan mal hasta que lo vimos, en una de las esquinas de la habitación yacía una sábana de color rojo sangre, que al parecer escondía algo debajo, a Namine y a mí nos llamó mucho la atención y decidimos acercarnos a investigar, cada paso que dábamos aumentaba el pésimo olor que emanaba el objeto bajo la sábana, alteraba mis nervios.
— ¿Qué crees que haya debajo? — Preguntó Namine una vez nos acercamos lo suficiente al objeto no identificado — Te reto a que quites la sábana.
No me opuse al reto de Namine, pero me daba un repelús quitar la sábana y me quedé observándola un momento, me di cuenta que se asemejaba mucho a una figura femenina, me recordaba a Mirai, pero pido por lo más esperanzado e inocente de este mundo que no sea ella, me rompería el corazón.
Y entonces me armé de valor y decidí levantar aquella sábana, pero lo hice lentamente, tenía mucho miedo, las manos me temblaban y sentía mi corazón correr tan rápido como el de un conejo, y aún mucho más cuando destapé aquel objeto por completo.
Al verlo grité, estaba asustado, y al mismo tiempo devastado, ver aquella sangrienta escena me llenó de horror. Comencé a llorar, caí al piso y me apoyé en el cuerpo muerto, era un horrible desastre, que malo que ya no hubiera podido hacer nada para evitarlo.
— No lo puedo creer... — Comentó Namine, estaba en un estado de shock, podía ver como lágrimas caían por sus mejillas una tras otra en un raudo compás. — T-tenemos que decirle a los otros, no, tú tendrás que hacerlo, y-yo no puedo ir...
Yo solo asentí en el suelo, podía comprender lo que ella sentía y no quería hacerla pasar por más, me levanté y salí de la cafetería corriendo hasta la zona de habitaciones y toqué rápidamente y con desespero en todas las puertas, cuando llegué al final me devolví corriendo, no quería dejar sola a Namine por más tiempo, necesitaba apoyo.
Mientras corría devuelta a la cafetería me choqué con la puerta de alguien y caí al piso, esa persona cerró la puerta y se acercó a mí, porque pude escuchar sus pasos, y también pasos ajenos acercándose a mí.
— Oye Zen, ¿Estás bien? — Me preguntó Umito en un tono preocupado — Lamento haberte golpeado con mi puerta, pero corrías muy rápido, ¿Todo bien?
Yo solo abrí mis ojos y levanté mi torso para verlo de frente, lágrimas se comenzaron a formar en mis ojos y sentía que iba a llorar, pero Yuuki estaba cerca y no quería otro golpe, y solo las aguanté con dolor en mi corazón.
— T-tenemos que ir a la cafetería, rápido — Advertí, estaba asustado y mi tono de voz era muy nervioso. — No hay tiempo, hay que ir lo más rápido posible.
Umito asintió con la cabeza y me ayudó a levantar, luego de eso todos nosotros corrimos hasta la cafetería en manada y los otros entraron con valentía y fijaron al instante su vista en la esquina, Namine lloraba mucho ¿Cómo no notarla? Todos nos acercamos, ellos con curiosidad y yo con temor, solo para encontrar ese cuerpo...
*Bing Bong, Ding Dong*
— Un cuerpo ha sido encontrado, por favor, todos los que aún gozan de un día más de vida, diríjanse al gimnasio, por favor... Y había dicho 'por favor' ¿Para qué repetirlo?... ¿Esto sigue grabando?... ¡Monokuma fuera!
*Bing Bong, Ding Dong*
Ese fue el anuncio de Monokuma, no señalaba el comienzo de la Hora Nocturna ni de la mañana, indicaba la muerte de nuestra compañera Mei Shiroihoshi, quién había muerto de una de las maneras más grotescas posibles... La corbata colombiana.
— ¡Mei! — Exclamó Miuna en un tono quebrado mientras se acercaba a su cuerpo — ¿Quién te hizo esto, quién?
— No lo sabemos... — Dijo Aaron, sentía un tono muy serio en él, tratando de esconder su pena — Pero... de seguro es algo hecho por Monokuma, ¿No?
— Eso ya lo sabremos, de momento, hay que ir al gimnasio — Dijo Yumiko saliendo por la puerta, ella al parecer era la que más sufría con la muerte de Mei, pero también la que mejor lo escondía.
Y con eso todos salimos algo tristes de la cafetería, no soportaba cargar con la muerte de una amiga, todavía recuerdo cómo tomaba notas acerca de todos y de todos, su alegría, su forma de ser, también recuerdo la última vez que la ví viva, que triste que haya sido después de la pelea que tuvo con Namine, nunca pude compartir mucho con ella, eso me atormentaba, como dicen por ahí, "No valoras algo hasta que lo pierdes", realmente desearía por lo menos un minuto más con ella, eso me haría muy feliz.
Al llegar al gimnasio el oso salió como la otra vez, pero en esta ocasión en todos nosotros una horrible sensación de rencor recorrió nuestro cuerpo al verlo.
— ¡Tú lo hiciste! ¿O no? — Clamó Yuuki en un tono de agresividad mayor al común, sentía su dolor y arrepentimiento por la muerte de Mei — ¡Solo confiesalo, oso bastardo!
— ¿Yo? ¿Hacer algo como eso? — Se cuestionó a sí mismo Monokuma — Te equivocas, yo no haría algo así, no está en mis principios, palabra de oso. ¡Pup!
— Entonces... ¿Quién pudo haber sido? — Preguntó Yukine algo nerviosa, veía como temblaba y pequeñas lágrimas salían de sus ojos de vez en cuando.
— Pero si ya lo saben... — Vaciló Monokuma con una maliciosa pausa — Mei fue asesinada ¡Por uno de ustedes!
Después de eso todos nos miramos entre nosotros, estábamos preocupados deseando que lo que había dicho el oso fuera mentira, negándolo rotundamente, se me hacía imposible, nadie pudo haber roto la promesa.
— Debes bromear — Negó Akira de una manera cínica, cruzándose de brazos y negando con la cabeza.
— Yo lo vi todo, uno o una de ustedes agarro a Mei y le sacó la lengua por el cuello para graduarse, completamente normal. — Dijo Monokuma en un tono algo siniestro, pero que guardaba la calma.
— N-no lo creo... Imposible — Negó Mirai esta vez, sus ojos rojos estaban aguados y su espalda estaba curva.
— Espera... Si alguien de nosotros hubiera matado a Mei... Ya estaría graduado y... Fuera de aquí — Mencionó Emiko, ella no presentaba emoción alguna, no se notaba nada en su voz ni en su expresión facial. — ¿O no?
— ¿Qué? ¡No seas una estúpida Emiko! — Exclamó Monokuma sobresaltándonos a todos — Yo no dejo las cosas a medias, esto solo es el comienzo de un gran espectáculo.
— ¿Qué intentas decir? — Preguntó Umito en un tono muy serio, analizando todo con una mano en su barbilla.
— Pondré nuevas reglas en su Manual del Estudiante... — Dijo Monokuma con una pequeña risita y una pausa —Todo lo que tendrán que saber sobre... ¡Su primer Juicio de Clase!
— ¿Y qué es eso de 'Juicio de clase'? — Preguntó Mochizuki
— Miren, fácil, mejor les explico — Interrumpió Monokuma — Los Juicios de Clase suceden cuando uno de ustedes es asesinado, estos son para encontrar al culpable del asesinato. Si ustedes lo descubren, el asesino será castigado. Pero, si se equivocan y eligen mal, el asesino sobrevivirá y los otros serán castigados porque, obvio, por uno pagan todos. ¿Muy simple, cierto?
— Espera un momento Monokuma — Corté confundido, se había formado una duda en mi cabeza — ¿Qué quieres decir con 'castigo'?
— ¿No les dije? Oh, es cierto — Dijo Monokuma, al parecer se le había olvidado — Por castigo me refiero a ejecución.
— ¿Y a qué te refieres con 'ejecución'? — Volví a preguntar, todavía estaba esa duda clavada en mi mente.
— Ya sabes, morir en gas venenoso, ser atravesado por miles de flechas, electrocutado, quemado en la hoguera, desintegrado, aplastado, ¡Mandado al espacio! — Monokuma comenzó a enumerar, y con cada terrible muerte que nos decía, iba a un tono cada vez más excitado y enfermo, cosa que nos aterró a más de uno.
— N-no serías capaz... ¿O sí? — Preguntó Yukine asustada.
— Claro que sí, uno de ustedes alteró el orden y debe pagar. En sus Manuales del Estudiante dejé todo lo que tienen que saber sobre la pobre víctima, ¡Disfruten su investigación! — Dijo Monokuma, y casi desaparece, pero antes de hacerlo Yumiko lo llamó, su voz era impotente
— ¡Alto ahí, Monokuma! — Gritó Yumiko caminando hacia el frente, su impotente voz callaba los murmullos que se habían formado en el resto.
— Huh, ¿Pasó algo, Tachi? — Preguntó Monokuma, quién se acercaba a Yumiko de una manera pacífica.
— Claro que sí — Manifestó Yumiko, y luego se quitó sus guantes y dejó su peluche a un lado, cosa que pensé que nunca haría — No permitiré que mates a Mei así como así y luego culpes a uno de nosotros de hacerlo.
— ¡Por favor, Yumiko, basta! — Exclamó Mitsuki Mochizuki desde la distancia, tenía mucho miedo como para acercarse y encarar la situación.
— ¡No permitiré que te salgas con la tuya, puto! — Volvió a exclamar Yumiko, ignorando a Mochizuki, y luego tomó a Monokuma de los brazos y lo levantó. — Además, solo tenemos que acabar contigo y ya, no es la gran cosa.
— ¡Yumiko, por favor no! — Rogó Yuuki algo alterado — ¡Recuerda que Emiko casi muere!
Y entonces Monokuma trató de liberarse del agarre de Yumiko, pero no pudo, ella era muy fuerte, ahí fue cuando el horror comenzó. Yumiko empezó a temblar, luego ese temblor se convirtió en una convulsión, después en una más violenta, humo salía de su cabeza y sus cabellos se comenzaron a oscurecer, al igual que su piel, y luego soltó a Monokuma. Cayó al piso en un golpe seco, estaba totalmente congelada, sus ojos abiertos y su cara y cabello quemado.
— Bueno, ella no cuenta, no hay juicio para ella... Tal vez — Aseguró Monokuma — Bueno, ella se lo buscó... ¡Feliz investigación!
Y con eso Monokuma desapareció, dejando un cadáver, pero no uno cualquiera, el cadáver de nuestra compañera Yumiko, ella siempre fue una gran persona, y me dolió en lo más profundo de mi corazón su pérdida.
— ¡Yumiko! — Exclamó Mitsuki Mochizuki corriendo hasta el cuerpo, que seguía congelado.
Ella llegó al cuerpo, se desplomó en el suelo y comenzó a sollozar, me rompía mucho más el corazón que ella llorara. Mirai se acercó a ella y le tocó el hombro, pero Mochizuki no hizo caso, seguía llorando por la pérdida de su amiga, y no la culpo, a mí también me duele perder a una amiga tan maravillosa como ella.
— Oye Mitsuki-Chan — Llamó Mirai a Mochizuki — Todos estamos muy tristes por la muerte de Yumiko, pero no podemos llorar en leche derramada.
Entonces Mochizuki se levantó, paró sus sollozos y miró a Mirai a los ojos.
— Tienes razón, tenemos que salir de aquí — Articuló Mochizuki en un tono fuerte y decidido, pero todavía algo dolido — No dejaré que Yumiko y Mei mueran en vano, yo sé que encontraremos al culpable.
Y Mirai asintió, me alivié un poco, pero sabía que tendríamos que luchar si queríamos salir con vida, juro que encontraré al asesino de Mei y a la mente maestra detrás de este macabro juego, lo juro por mi honor, lo juro... Por la esperanza.
[♣Parte 2, Capítulo 1: Terminada]
[♠Estudiantes 14/16]
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro