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"De corazones, caras y mentiras rotas" [Juicio]

Ahora lo que quedaba era investigar antes de que el tiempo se acabase para descubrir al culpable, pero era lo más difícil, sólo podíamos verlo de lejos, cualquiera podría sufrir una quemadura o algún daño si llegase a tocarlo, quizá sí se pueda con guantes o algo, pero nada es seguro.

— ¿Y cómo vamos a investigar? — Preguntó Aaron uniéndose a nuestra pequeña discusión en la bodega, parecía un anime en el que nos encontrásemos en una escena decisiva de la trama.

— No lo sé... Zen, ayuda con tu inteligencia sobre esto. — Hikari se escuchaba realmente confiada de lo que hacía, como superar un corazón roto con fabulosidad, en ese sentido ella es algo admirable.

— Ehh, Miuna es la científica aquí, yo sólo soy un aficionado... ¿No sería mejor preguntarle a ella? — Cuestioné, entendía la traición y lo malo de ayer y todo, pero esto ya era demasiado infantil para ella.

Hikari hizo caso omiso y se agachó para observar mejor el cuerpo en desgracia de Umito, muerto sin más, y de la misma manera intocable a nosotros, como una estatua.

— Por obviedad, Umito participó en una pelea algo acalorada y muy sangrienta. — Mencionó Akira de la nada, estaba lastimado y molesto, y silenciosamente se quejaba de un dolor en el estómago al sostenerlo con recelo, claro que no lo diría. — Pero yo no escuché ni mierda.

Mirai también se unió a la conversación en la bodega, estaba cerca por lo que supongo que pudo escuchar nuestra charla hasta ahora, no era muy grande, por lo que comenzábamos a quedarnos sin espacio haciendo que todo se sintiese muy raro.

— Yo tampoco, había venido a jugar en el salón recreativo y no escuché nada. — Concordó Mirai, se veía algo fuera de lugar con la situación, pero seguía igual a como acostumbraba, incluso a su actuar bajo el incentivo.

— Es curioso, si no escucharon nada entonces el asesino debió hacer todo esto a propósito. — Murmuró Hikari lo suficientemente fuerte como para escucharla, estaba pensando en algo, pero no sabía qué podría ser.

— Este asesino se tomó muchas molestias para mandar al infierno al idiota, debe haber algo tras ello. — Akira se escuchaba un poco más molesto ahora, pero tenía razón a su manera, yo asentí y Mirai concordó, pero claro que todos apoyábamos su idea. — ¡Ahora muévanse! Estar con tanta gente en un espacio tan pequeño no es muy agradable.

Aaron y Mirai salieron de la habitación, yo también lo hubiese hecho si el agarre a mis tirantes por parte de Hikari y Akira no existiera, pero ellos me habían detenido para continuar investigando, y no me podía negar de alguna manera, aunque era mi oportunidad de unirme a una investigación por primera vez, y me emocionaba en cierto modo.

— Creo que no pasará nada si pisamos esto, además, necesitamos el Manual de Umito si queremos avanzar con esta investigación. — Mencioné apuntando a unos estantes sobre el cuello de Umito (Porque cabeza no tenía, obvio) en el que relucía con dificultad el pequeño aparato.

— Muy bien... ¡Nadeko, tu novio necesita que alcances algo por él! — Llamó Akira molesto, estaba irritado por prácticamente todo, y la manera en que había dicho eso le molestó más, aunque yo sólo me ruboricé a sus palabras.

— ¿Y por qué no tú, imbécil? — Retó Hikari molesta de un modo maternal que me daba risa, pero claro que ni se acercaba a lo molesto que estaba Akira.

— Porque si alguien debe quemarse en esta escuela es ella. — Respondió el estafador sin mucho problema, y Namine acudió inmediatamente, como si no hubiese escuchado nada de antes.

Akira intentó pedirle que alcanzase el Manual, pero claramente no lo escuchó y solo me sonrió con cierto sonrojo en sus mejillas, tal vez estaba apenada por lo de ayer, aunque realmente no fue la gran cosa, y me pareció adorable.

— Namine... ¿Podrías alcanzar el Manual de Umito por nosotros? Es que Hikari insiste en que todos debemos colaborar en la investigación y así... Por favor. — Pedí algo apenado, ella asintió y suspiró a mi propuesta.

Le abrimos un poco de espacio a Namine para que pudiera darse paso por el gran charco de sangre y químicos, milagrosamente no le pasó absolutamente nada al hacerlo (quizás), y eso fue bastante bueno, no quisiera sufrir por ella, es mi amiga.

Con cierta dificultad logró conseguir el aparato, y luego me lo entregó en las manos para salir con una tímida despedida después.

— Perfecto, ahora a su habitación. — Propuso Hikari bastante animada, y los tres salimos en una clase de aventura de videojuego en busca de la habitación de Umito, aunque tendríamos que bajar mucho y eso era algo desgastante.

Aprovechando que salimos Emiko nos quiso acompañar en silencio y Hikari no lo negó, por lo que ella ahora hacía parte de nuestra travesía en busca de pistas importantes, como en un videojuego.

Caminamos un largo rato y bajamos las escaleras con cuidado de no caernos, pasamos por las habitaciones hasta encontrar la suya, y con el Manual todavía en mis manos abrimos la puerta.

La habitación de Umito era muy bonita, tenía varios cuadros de detectives y montón de equipos de detectives también, podíamos hacer pruebas de sangre o... ¿Escribir con una pluma fuente? No entendía la mitad de funciones de esas cosas, todas se veían extrañas.

— ¿Por qué hay tanta basura curiosa aquí? — Preguntó Akira de la nada acercándose a ver todos los artefactos extraños que habían, era como si hubiese leído mi mente, y lo hubiese expresado a su manera.

— Porque los detectives no son el estereotipo de Sherlock Holmes siempre, algunas veces tienen que descubrir otro tipo de cosas. — Explicó Hikari tomando un fino reloj del escritorio de Umito. — Por ejemplo, este no es un reloj común, también es una grabadora de voz oculta, y esas gafas también pueden grabar.

— ¿Y eso no haría a Umito un espía? — Pregunté, todo esto sí parecía digno de espionaje o algo por el estilo, que susto.

— En parte, sí, aunque no creo que Umito haya sido un detective privado, tal vez Monokuma no sabía qué poner en su habitación. — Hikari lo dejó pasar y dejó el reloj en donde estaba, pero yo tomé la pluma fuente por si algo, tal vez pueda grabar algo importante en el futuro.

Noté que Emiko revisaba en la pequeña estantería de libros de Umito y se sorprendía al encontrar algo.

— Chicos... Aquí hay algo. — La calmada y neutral voz de Emiko nos llamó para acercarnos a donde ella estaba, y sacar una libreta argollada de color azul oscuro de la biblioteca, en la argolla había un papel pegado con un no muy legible "Bitácora".

Ella la abrió en una página cualquiera y encontramos unas notas curiosas, Hikari tomó el pequeño cuaderno de las manos de Emiko con su permiso y se dispuso a leer lo que ahí estaba escrito.

— "Creo que he descubierto lo que Miuna intentaba decirme, y de no ser así por lo menos lo intenté, pero todo apunta a que puede ser eso. Como ella dijo que la puntuación no importa tenemos claro que no es algo abreviado, sino que claramente dice 'mis', ¿Pero su qué? Lo que me lleva a lo siguiente que dijo, el que no sean siglas quita la posibilidad de que sea un nombre propio... las palabras... no sé..." — A Hikari se le dificultaba leer el resto, su mirada se veía en cierto conflicto y Akira le quitó el cuaderno de las manos.

— ¿Qué es esta mierda? — También él se veía en conflicto por el sólo hecho de ver la letra de Umito, y yo seguía sin entender. — ¿Acaso Umito sabía lo que es escribir en japonés?

Yo también quería ver lo que pasaba, y cuando Akira me entregó el cuaderno pude notarlo al igual que ellos, y aprovechando se lo enseñé a Emiko. La letra de Umito eran literalmente garabatos, además de que la tinta se estaba acabando para cuando comenzó a escribir, se veía apurado por hacerlo, como si algo lo estuviese deteniendo.

— Antes de matarlo el asesino debió darle clases de escritura, de verdad, idiota hasta el final. — Akira estaba algo decepcionado con el difunto detective, pero Hikari le dio un golpe en la cabeza apenas tuvo la oportunidad, y con lo delicado que estaba por tantos golpes al estafador le dolió.

— Parece que no hay mucho más que esto... — Mencioné un tanto decepcionado con el cuaderno en manos, tal vez yo llevaría todas las pistas físicas de un lado a otro cuando podemos simplemente anotarlas en nuestros Manuales.

Volvimos a revisar el lugar una última vez y Akira no evitó burlarse de la ropa en el armario de Hori, se puso una de sus elegantes chaquetas y fingió ser él, y bueno, nadie tuvo las ganas de reír ante ello por el simple hecho de que acababa de morir.

Los cuatro luego salimos de su habitación no sin antes cerrar la puerta y desearle lo mejor en el más allá para que así quizás no la pasase tal mal, no eran monedas de hombre muerto pero por lo menos era algo ¿Para ello servirán las MonoMonedas? No parecen servir para nada más.

Lo siguiente por hacer era interrogar a Miuna, Emiko y yo insistimos que fuera en la lavandería pero Hikari seguía demasiado dolida, por lo que la buscamos un largo rato y le pedimos entre los cuatro que nos acompañase a la cafetería, donde Hiro estaba grabando el jardín del fondo nuevamente, debe gustarle mucho.

Miuna se sentó en una de las mesas dobles y Akira se sentó frente a ella, Emiko nos abandonó por haber encontrado a Hiro por lo que Hikari y yo quedábamos en simetría a los lados del estafador, se sentía como la mafia.

— ¿Qué quieren? — Preguntó Miuna sin mucho interés, aunque ya hubiese pasado el incentivo no creo que tenga intención de ser como antes, por lo menos no creo que sea tan hiriente.

— Queremos preguntarte sobre una pequeña charla que tuviste con Umito ayer. — Akira se ubicó sobre la mesa con una pose demandante, traído directamente de la mafia, pues supongo que por ser un estafador tiene esta clase de experiencia, ¿Podrá imitar un acento italiano si se lo propone?

— Ah, esa charla. — Miuna pareció entender de inmediato, sonrió y no evitó carcajear un poco, esto me estaba asustando, era una conversación muy rara y apenas si habíamos empezado. — ¿Qué con ello?

— Es que Umito escribió que le habías dado unas pistas sobre la mente maestra... Y como que ayer hablaron y así... — Hablé yo un tanto nervioso, ya no estaba triste por lo que me había dicho pero sentía que podría herirme más en el futuro.

— Zen, todavía eres demasiado llorón como para contribuir a una conversación, tú también deberías morir. — Mencionó Miuna de forma casual recostándose en el asiento como si nada, y yo cerré la boca.

— Sólo responde Ishida, necesitamos respuestas. — Volvió a pedir Akira con su tono de voz de mafioso, aunque de verdad quisiera saber si podía hacer el acento, le daría más escenario a esto, y sería divertido.

— ¿Qué es esto? ¿El trío oficial de detectives? — Miuna se estaba saliendo un poco del tema con sus acciones y sus burlas indirectas en un tono de voz socarrón. — El creador de la PolyStation, Sir Agatha Christie Doyle y... Un sentimental inútil, supongo que los buenos talentos ya estaban ocupados.

Noté cómo Hikari se ponía roja y estaba dispuesta responderle algo, pero mantuvo el silencio por no entrar en una discusión, o eso creo yo porque tal vez sólo es por el hecho de que sigue dolida, o algo así.

— Ya deja las bromas Ishida, esto es serio. — Akira ya estaba perdiendo cierta paciencia con ella y su ceño se fruncía mucho, pero no era el mismo tipo de ceño al de estar molesto, era un poco... No lo sé, diferente.

— Como sea... — Miuna bufó y se acomodó mejor en su asiento, todavía bastante relajada por todo esto entre bromas y demás. — Pues él se me acercó y me preguntó, yo le dije que se tenía que humillar, lo hizo y luego ya saben, le dije eso, ¿Fin? Trío de aburridos.

— ¿Y ya? — Pregunté, había resumido todo de una manera muy casual y realmente no podía pensar nada de ello, no se escuchaba lo suficientemente creíble o algo como para tomarlo como final, de seguro había algo más que no nos decía.

— Pues sí, ¿Querías algo como que luego le derretí el cerebro y allá en el laboratorio está? — Me espetó ella con cierta indignación a mi comentario, no me refería a ello pero era algo buena la aclaración de que no había sido la culpable, supongo.

— No importa, esta fue una pérdida de tiempo. — Akira se levantó de su asiento algo decepcionado y Hikari y yo le seguimos de atrás al salir de la cafetería dejando a Emiko, y ahora irnos para no sé... ¿El gimnasio?

Caminé un poco siguiendo a Akira, Hikari ya había entendido a dónde quería ir el estafador pero yo no tenía ninguna idea, solo los seguí obedientemente como la tercera rueda en una relación, o el amigo que queda de fondo al caminar.

Llegamos a la enfermería sorpresivamente después de casi perdernos, estaba completamente vacía al entrar pero todavía había camillas desordenadas, supongo que Akira y Aaron estuvieron aquí por un buen rato... Auch.

— ¿Qué estamos haciendo aquí? — Pregunté mientras Hikari se ponía atentamente a revisar todos los estantes y cajones en busca de algo, una medicina, supongo.

— Agua oxigenada, quiero probar algo. — Mencionó Hikari buscando y rebuscando de un lado a otro, yo no sabía cómo ayudar y Akira parecía hacer otra cosa.

— Yo estoy buscando pastillas para el dolor... — Se quejó Akira también en la búsqueda, sí que le dolía mucho para mantener una mano en su estómago casi que todo el tiempo, pobre.

Mientras ellos buscaban desesperadamente sin éxito alguno sólo me dediqué a organizar todo para cuando se presentase una próxima oportunidad en la que tengamos que usar la enfermería, era una manera indirecta de ayudar a todos y creo que estuvo bien.

Pasó un rato, me había quedado organizando pequeños detalles de las camillas y de paso también organicé las cortinas. Era curioso, las ventanas tenían cortinas blancas bonitas a pesar de tener placas de metal horribles.

— ¿Ya terminaste Zen? — Me preguntó Hikari tiempo más tarde, estaba tan concentrado en arreglar todo que me había olvidado de la investigación, y para cuando Hikari me llamó ella y Akira ya habían terminado.

— A-ah sí... Perdón. — Me disculpé terminando rápidamente de acomodar una división entre camilla y camilla, fui hasta la puerta en donde Hikari y Akira me esperaban un poco cansados y los tres salimos.

Sólo quedaba seguir a Hikari porque ni Akira o yo teníamos idea alguna de a dónde querría ella ir con el agua oxigenada, y dudo mucho que sea para Aaron o Akira, porque bueno, ya lo hubiese hecho de ser así.

Volvimos a las escaleras, y fue un poco difícil para mí subir después de todo lo que hemos caminado de un lado a otro, y aunque avanzásemos con la investigación al volver al tercer piso se me hacía como mucho trabajo, así no gustaba ser el encargado principal de las investigaciones.

Aaron y Mirai se encontraban dentro del laboratorio para cuando nosotros tres llegamos también a investigar, ellos dos estaban revisando el cuerpo de Umito en la bodega y creo que no sería pertinente molestarlos. Nosotros tres nos dedicamos a la cabeza.

— Entonces veamos, ¿Cómo pudo haber muerto Umito? — Preguntó Hikari abriendo la botella de agua oxigenada y ubicándose cerca del gran charco de químicos y sangre que había en todo el alrededor del mueble caído y sobre él.

— Claro que por el machete en su abdomen, Kazuka. — Razonó Akira rápidamente ubicándose en frente de Hikari al otro lado de la habitación, supongo que yo tendría que hacerme en el centro entre ellos dos o algo así.

— Pero... ¿Matarlo con el machete, cortarle la cabeza y luego volverlo a enterrar? — Pregunté, claro que pudo haberlo hecho y yo estar equivocado, pero no me sonaba lógico.

— Zen tiene razón, sería un poco estúpido, y considerando lo precavido que fue el asesino, no creo que haya sido una opción. — Concordó Hikari conmigo, me hacía sentir un poco más aliviado, pero claro que Akira se veía disgustado por su lado al saber que yo tenía razón. — Aunque es un buen razonamiento Akira, buen trabajo.

Con la sonrisa alegre de Hikari el estafador no hizo nada más que bufar con cierto desgano, me pareció un poco adorable a decir verdad, aunque creo que mostrar algún signo de ello me costaría la cabeza a mí igual.

— Ahora a lo importante, ¿El agua oxigenada para qué era al final? — Akira intentó cambiar el tema casi de inmediato por algo de lo que no tengo idea, y al parecer funcionó bien.

— Por supuesto, sólo déjenme mostrarles, es algo que aprendí. — Mencionó Hikari intentando esconder toda su emoción mientras destapaba el líquido y lo vertía por alrededor del suelo alfombrado y las paredes cercanas a cortes, y luego los tres guardamos silencio.

En las paredes no acontecía absolutamente nada, y en el suelo tampoco realmente, me sentía un poco decepcionado, pensé que sería algo genial.

— Que buen desperdicio Kazuka, felicitaciones. — Le aplaudió Akira por su propuesta, y Hikari se limitó a bufar levemente y quedarse mirando al suelo con el ceño discretamente fruncido.

— Espera un momento Akira, ya va a suceder. — Silenció Hikari manteniendo su vista fija en el suelo, y por instinto yo hice igual, esperando alguna reacción interesante del suelo.

De la nada la alfombra que adornaba pedazos del suelo empezó a sacar pequeña espuma y se escuchaba un leve sonido de algo burbujeante, como las bebidas gaseosas.

— ¿Qué clase de brujería es esta, Kazuka? La ilusionista aquí es Mirai, no le robes el talento. — No sabía si Akira estaba molesto o sorprendido, quizás ambos. Su ceño fruncido y brazos cruzados sólo eran como su manera de cubrir su verdadero sentir.

De la misma manera en la que la espuma había aparecido, desapareció luego de aquel instante.

— Oh, es sólo un truquito que aprendí de por ahí. — Hikari evadió el tema con una sonrisa y volvió a fijarse en Akira y en mí, su humor se veía un poco mejor. — Sólo quería aclarar algo.

— ¿Y qué es ese algo, Hikari? — Pregunté yo, algo confundido, esto de los secretos y sorpresas no es mucho de mi estilo.

— Oh, en el caso se enterarán~

— ¿Ya sabes quién es el culpable? — Volví a preguntar, abriendo mis ojos de par en par y sintiendo cierto vacío en mi estómago, me hacía sentir como un tonto haber revisado las mismas pistas y no tener la menor idea.

— No, claro que no, es para otra cosa. — Replicó Hikari negando levemente con la cabeza, la sonrisa seguía en su rostro pero claro que ahora se veía un poco más tonta, y sentir la decepción de Akira es un tanto raro.

— Y bueno, nos quedamos sin nada, ¿Qué se supone que hagamos? — Preguntó Akira volviendo a esa molestia habitual que ya conocía de memoria, caminando hasta el lugar cerca de la puerta, quizá quería irse.

Y con eso, de la nada, se me encendió un foco.

— ¡Tengo una idea! — Exclamé emocionado sin esperar un segundo a alguna respuesta de mis acompañantes, se siente un poco raro estar "iluminado" pero nadie podría detenerme.

Caminé por la pequeña parte disponible del laboratorio de un lado a otro, mis oídos ignorando a Hikari y Akira con sus preguntas y comentarios de extrañeza, y luego de tanto pensarlo fui hasta la bodega, Aaron y Ritsu seguían ahí, pero no tengo ni idea de qué hacían, por lo que sólo les advertí que se cuidasen del gran charco químico y tomé unos guantes de látex.

Salí rápidamente de la bodega y sin seguir conversación alguna suspiré de una manera un tanto pesada y me encaminé hasta el gran charco de químicos y sangre, esperando que mis zapatos no sufrieran daños secundarios.

Pisar el gran charco se sentía muy raro, pero no cuestioné mucho la textura en mis pies y fui hasta lo importante, rescatar la cabeza de Umito de todo eso.

— ¡Zen, te vas a quemar algo! — Me advirtió Hikari, era la primera voz que escuchaba luego de tanto en off que mi cabeza ignoraba, y me di cuenta que había olvidado ponerme los guantes.

— Eres un idiota, nos alertas a nosotros y mírate tú. — Me regañó Akira en un tono ciertamente algo socarrón que me recordaba a Miuna de una u otra manera.

— Perdón, estaba un poco emocionado... — Hice una pequeña reverencia sin mirarlos de frente y reí por lo bajo, luego proseguí a ponerme los guantes rápidamente para no perder la emoción del momento.

Al estar completamente seguro de que no me sucedería nada, tomé la cabeza de Umito por los costados, un poco debajo de las orejas, era un poco pesada y me daba cierto repelús, pero no podía hacer nada al respecto.

Con cuidado llevé la cabeza hasta una parte del laboratorio que no estuviese llena de sustancias desconocidas y la dejé en el suelo, luego proseguí a sentarme yo frente a ella, y Hikari y Akira hicieron lo mismo.

— ¿Vamos a ver la cabeza mejor? — Preguntó Hikari también algo interesada, sus ojos brillaban un poco de cierta emoción.

— Sí, intentaré ver si podemos sacar alguna pista... — Mencioné levemente tomando la cabeza de Umito por las mejillas y examinando su pálido rostro, parte de su frente estaba quemada y la piel de ahí estaba completa y horriblemente derretida, al igual que parte de su cuello, todo enrojecido.

Pasé las yemas de mi índice y pulgar por la frente de Umito, y luego por toda la parte roja de su cabeza, parte de su rostro estaba igual, pero todo se concentraba en la coronilla y parte del cuello, porque ahí es donde habían vertido lo que fuera eso.

Aunque seguía relativamente fresca la quemadura no pasaba por mis guantes, y por lo tanto no me quemaba tampoco.

— Akira, toca la frente de Umito por favor. — Pedí levemente, quería confirmar algo, pero si resultaba ser cierto no quisiera que Hikari sintiera las consecuencias, además, sería muy divertido. Akira gruñó un poco pero terminó aceptando.

El estafador desprotegido prosiguió a tocar levemente lo rojo de la cabeza de Umito, cuidando de no hacerle nada a su rostro, supongo.

— ¿Para qué hago esto, Morimoto? — Inquirió algo molesto sin apartar sus dedos de ahí, esperando a que sucediese algo para creer que no fue por ninguna broma.

— Quiero revisar algo, nada más. — Respondí evadiendo el tema completo, cuidando de observar todo el tiempo los dedos de Akira una y otra vez, esperando.

Y finalmente llegó lo que esperaba.

— ¡Ah, me duele! — Akira apartó sus dedos luego de un rato y los agitó en el aire, intentando liberarse del dolor, seguramente punzante, que sentía, de lo visible sólo me podía fijar que sus dedos estaban rojos. — Morimoto, hiciste que me quemase los dedos, idiota

Sólo sonreí un poco, y luego lo que sentí fue un golpe en mi rostro con tanta fuerza que pensé que yo también iba a perder la cabeza, ni Hikari pudo detener el golpe, sólo se había quedado quieta desde hace un buen rato, esperando una reacción.

— No hay que violentarnos por eso... ¿Se encuentran bien los dos? — Interrumpió Hikari luego de un tiempo de espera, acercándose a mí para acariciar la zona entre mi mejilla izquierda y la comisura de mi labio, por suerte no había dado en mi lado derecho en dónde está mi piercing, o habrían problemas serios.

— No. — Respondió Akira inmediatamente, sosteniendo sus dedos entre sus piernas, meciéndose para quizá alivianar un poco el dolor, pero juzgando por su dolor corporal eso no será tan efectivo.

— ¡Mirai, Aaron, necesitamos algo de ayuda! — Llamó Hikari a la pareja en la bodega, si es que aún continuaban allí adentro investigando o algo, pero no sé cuánto tiempo ha pasado.

Los dos aparecieron frente a nosotros sólo unos segundos más tarde, atentos, esperando cualquier cosa, sin importar mucho la escena de los tres en aquel momento.

— ¿Podrían ir por hielo para Zen y sulfato de plata para Akira? — Pidió Hikari y ambos asintieron con sonrisas y sin mencionar palabra alguna, dejándonos nuevamente solos.

Genial, volvían a golpear mi rostro.

— Ahora, ¿Para qué mierda habías hecho eso, Morimoto?

— ¡Ah sí! — Recobré el hilo anterior de pensamiento que me había tenido tan emocionado y volví a fijarme en las zonas rojas de la cabeza de Umito. — Es ácido muriático, con eso lo quemaron.

Los dos guardaron silencio luego de yo haber mencionado casualmente aquello, y luego vuelto a dejar la cabeza de Umito en su sitio, para... Tener la escena del crimen casi intacta, quizá.

— Curioso. — Intervino Hikari luego de verme realizar mi acción anterior con la cabeza de Umito y volver a mi sitio, sin quitarme los guantes de látex todavía por si las dudas. — ¿Cómo sabes? Dices sólo ser un aficionado.

— Oh, es que es un poco raro de explicar, es muy específico... — Comencé, sólo tenía recuerdos borrosos de aquel día sin razón aparente, no recuerdo muy bien lo que estaba haciendo o quién fue, y bueno, es como un misterio. — Mi familia es muy de ciencia y esas cosas, por lo que era muy común para mí usar químicos y eso, un día alguien de mi familia se quemó el brazo con ácido muriático y lo perdió, la cosa es que no logro recordar quién fue... O cuándo. Lo que sí es seguro es que terminó con una prótesis que mi padre hizo.

A Akira pareció encenderse un foco, sus ojos se abrieron con sorpresa y se me quedó viendo un momento de manera algo pensativa, Hikari hizo igual, pero no de una manera tan exagerada.

— Como sea, creo que ya terminamos. — Sentenció Akira cruzándose de brazos, teniendo especial cuidado con sus dedos. — Sólo queda esperar a Nowak y Ritsu, ¿Cuánto tiempo tomará el maldito oso?

— Ya sabes cómo se pone con sus telenovelas, quién sabe cuánto durará eso. — Mencionó Hikari de una manera divertida, los tres reímos, alivianando un poco el ambiente, que al parecer hasta el momento se sentía tenso. No lo había notado.

El silencio reinó entre nosotros tres luego de las risas, y esperamos con paciencia a que Aaron y Mirai viniesen a rescatarnos, pero nunca lo hicieron, lo cual fue un poco raro.

*Ding Dong Bing Bong*

— ¡Miren el reloj basura, hora del juicio! Upupu~ — Gritó Monokuma a los altavoces y a las pantallas, asustándome un poco. — ¡Esto va a estar muy bueno, lo digo desde ahora!

*Ding Dong Bing Bong*

Esta vez Monokuma estaba ciertamente emocionado, y aunque me intriga un poco debo confesar que se siente muy raro, el vacío en mi estómago crecía rápidamente y sentía cierto temblor en mis manos, sin entender mucho la razón, ¿Hice algo malo?

Akira, Hikari y yo salimos del laboratorio en silencio. Me dolía mucho el rostro, me sentía un poco aturdido y mareado, como borracho casi, y sólo me dejaba llevar por el camino que ya conocía, el caminar fue muy mecánico, ya sabíamos a dónde íbamos, no había mucho que hacer al respecto, aunque se sentía horrible.

Llegamos no mucho después a las puertas rojas a encontrarnos con el resto, allá Mirai me entregó otra bolsa con hielo y Namine me dio un abrazo, ella se había ido a investigar otras áreas.

— ¡Umito abre-- — Yuuki interrumpió su propio pensamiento al darse cuenta de que Umito no estaba, y todos volvimos a guardar un silencio lúgubre, en el fondo lo queríamos mucho.

Ahora que lo pienso, es la primera vez que me cruzo con Yuuki desde que descubrimos el cuerpo, me pregunto qué habrá hecho.

— Montón de idiotas. — Se quejó Miuna abriendo la puerta para todos, entrando ella primero y después el resto de nosotros al ascensor infernal.

Como antes, me agarré con fuerza de una de las barras exteriores del ascensor, Namine se abrazó a mi torso y el resto también intentó salvarse de lo rápido que bajaba, se sentía como un juego mal hecho de un parque de diversiones.

Llegamos rápidamente a la sala en la cual habíamos dicho y hecho tantas cosas, confesar pecados y culpar compañeros para verlos partir luego, y todo eso me da muchos malos recuerdos realmente.

Contrario a las dos veces anteriores, ahora todo estaba decorado como la feria del gimnasio, los mismos colores, sonidos y aromas, en mi nariz sentía el suave azúcar y los rojos y amarillos me seguían pareciendo igual de agradables, aunque era una lástima que fuera para esto.

— ¿Hoy se te quitó la flojera Monokuma? — Bromeó Akira ubicándose en su sitio, el resto haciendo lo mismo, incluyéndome. Yuuki y Aaron rieron a su comentario.

— ¡Es que es un caso muy especial, no podía desaprovechar! — Le respondió el oso desde su trono, de alguna manera ya me había acostumbrado a ello, y se me hacía muy horrible. — Ahora dejen de burlarse de mi preciosa decoración y empiecen esto, ¡Que se pondrá muy bueno!

*~Juicio de clase: En sesión~*

— Hmm este es un juicio complicado. — Comentó Hikari para iniciar esto, mano derecha estaba en su barbilla y la otra sosteniendo su codo, como una detective. Estaba algo conflictuada, o por lo menos eso decía con sus ojos, todo era muy confuso.

— Comencemos por lo más seguro, el asesino sí que odiaba a Umito. — Bromeó Akira de una manera muy relajada, deleitado por su propia broma, pero nadie acompañó su risa.

— Bueno, en ese caso los sospechosos más grandes serían tú, Yuuki y Miuna. — Propuso Aaron de una manera un tanto neutral, pero sin perder cierta gracia en su sonrisa y en su voz, y aunque de verdad parecía que todos lo tratábamos mal, ellos tres eran los principales sospechosos por el momento.

Akira se ofendió un poco por el comentario, cerró sus puños un momento e inmediatamente los abrió por la quemadura en sus dedos, yo reí por lo bajo, sin que me declarase la muerte.

— ¿Y qué? Yo no lo hice, he estado con Namine todo el tiempo. — Confesó Yuuki sin más, y Namine asintió en concordancia, era una buena coartada.

— Como que te quitaron la novia Zen~ — Se burló Miuna en ese tono irreverente feo que no me parecía nada agradable, mis mejillas enrojecieron y las de Namine igual, y un puchero se formó en mi rostro. — Qué maricón, Morimoto, das lástima como persona.

— No estamos para esas burlas ahora Miuna, por favor. — Interrumpió Hiro de la nada con cámara en manos, se le veía igual de serio que siempre, pero hablar aquí era muy importante, y quizás él nos daría información importante, como en el juicio de Mochizuki.

Miuna sólo le sacó la lengua en respuesta y se cruzó de brazos con ostentación bastante disgustada.

— Dejemos el tema hasta aquí y vamos a discutir el asesinato, ¿Sí? — Calmó Hikari antes de que se formase un inconveniente con Miuna de por medio, ese era el trabajo de la madre del grupo, y los desórdenes generalmente eran de Akira.

— Pues claro, el machete en el estómago. — Concluyó Yuuki sin darle muchas vueltas al asunto, era lo más lógico a simple vista.

— Creo que te equivocas, Yuuki. — Le interrumpió Mirai apoyándose en su podio con la placa dorada que tenía su nombre marcado, como el de todos. — De hecho la fisura en el estómago de Umito era casi que superficial.

— ¿Metieron sus dedos en la herida acaso? — Cuestionó Hiro, estaba bastante activo en la conversación ahora, y curiosamente no estaba grabando, lo cual me parece un poco raro.

Miuna ahogó una risa de una manera fallida, y se la contagió a Akira de paso.

— Sí, ¿Y? — Respondió Aaron con cierta inocencia infantil, quizá no había entendido lo que Hiro quería decir con eso, pero mejor dejarlo pasar por su connotación. — La hendidura es equivalente a un meñique de profundidad.

A todos luego nos enseñó su meñique, como sus manos eran grandes ese pequeño dedo era un tanto largo, por lo que no sé a cuánto equivaldría con mis dedos, ¿Un anular quizá? Aunque mis manos no son tan pequeñas, pero, de todas formas.

— Entonces lo último fue el machete... — Razoné al aire, cada vez éramos menos, y quedarme callado no era muy buena idea entonces, Emiko y Namine ya lo hacían, no podía ser otro estorbo. — ¿De dónde salió?

— Salió de la feria del gimnasio, Zen, uno de los Monokumas estaba decorado así, ¿Lo recuerdas? — Namine le había arrebatado inmediatamente la palabra a Yuuki, quién también quería responderme. Asentí a su pregunta, y ella volvió a callarse.

— Eso sólo demuestra que definitivamente el asesino planeó con anticipación todo lo que haría, pero, ¿Por qué? — Cuestionó Hikari, no habría mucha respuesta en este momento, creo que casi ninguna, y charlar de estas cosas no llevaría la conversación a ningún lado.

Todos guardamos silencio en la sala, noté a Monokuma durmiendo en su trono de una manera algo placentera, había quedado dormido quizá al empezar el juicio, encontrándonos discutiendo cosas sin valor. Él era el más emocionado por esto, por lo que se me hace muy extraño que duerma, quizá es porque la mente maestra está ocupada... pero de la misma manera la mente maestra puede estar aquí con nosotros.

— Hey... — Llamó Emiko tímidamente, el gran silencio que el resto de nosotros hacía permitió que le escuchásemos a la perfección, o por lo menos eso hice yo. — Tengo una duda... Miuna... ¿Qué hiciste en todo el incentivo?

Fue casi automático que todos volteáramos la cabeza para ver en su dirección, Emiko tenía razón, luego de salir del gimnasio no era tan buena idea verla, y no creo que alguien además de Umito lo haya hecho y bueno... Ya sabemos cómo terminó él.

— Comer helado y burlarme de Hori... Cuando tenía cabeza. — Respondió Miuna sin darle tantas vueltas, su rostro se veía algo serio al hablar, como si el comentario de Emiko le hubiese disgustado un poco. — ¿No me crees, niña ciega?

Vi a Hikari de reojo volver a molestarse por el comentario, ella también usaba anteojos, por lo que había sido un insulto doble... O algo así, no lo sé, un combo ¡100 puntos para Miuna!

Emiko negó con su cabeza a la afirmación, eso sólo hacía que Miuna se viese más sospechosa que antes.

— Qué inútil. — Suspiró la científica y luego clavó su vista en Aaron, cercano a ella. — Aaron me vio en las escaleras del segundo piso flojeando antes de la hora nocturna con un tarro de helado de chocolate, y también en la mañana en el salón recreativo.

Ahora la vista estaba clavada en Aaron, quien comenzaba a ponerse muy nervioso por alguna razón, sus manos estaban temblando de manera notoria por las miradas ávidas de todos.

— Es cierto, es cierto. — Confesó Aaron, aunque con lo mucho que su voz temblaba no podría decir que está diciendo la verdad, podría ser un truco de Miuna y ella ser la verdadera culpable.

— ¿Cómo podemos saber que Nowak no está bajo una amenaza tuya? Eres una mierda Ishida. — Espetó Akira completamente escéptico, se lo estaba tomando muy enserio, aunque no es que deba ser tomado de otra manera.

En ese momento Monokuma despertó, y guardó silencio.

— Con tu aplicación misteriosa Akira, obviamente. — Contratacó Miuna con una sonrisa ciertamente confiada, dejándome algo fuera de lugar, eso había sido demasiado específico para la situación. — Vamos, trae tu aparatito.

— ¿Qué mierda? ¿¡Cómo sabes eso, Ishida?! — Akira se alarmó de la nada con el simple mencionar de eso, y comenzó a buscar entre sus ropas su manual del estudiante, sin encontrarlo por ninguna parte al parecer, se había puesto más inquieto.

— ¡Ah, es cierto! Lo tengo yo~ — Miuna guiñó el ojo y de uno de los bolsillos de su abrigo blanco sacó un manual del estudiante un tanto diferente, su parte trasera era de color morado y tenía cierto brillo al mostrarlo con las luces de la feria de la sala. — Quién diría que eres igual de maricón que Zen, están hechos el uno para el otro, creo que los shippeo.

Volví a sonrojarme por ese comentario, soy verdaderamente susceptible a este tipo de cosas, pero no importó mucho, el centro de la discusión estaba en otra parte.

Miuna caminó hasta Aaron para entregarle el manual morado, el albino se veía verdaderamente nervioso pero lo aceptó, lo encendió bajo la compañía de Miuna y tocó la pantalla un par de veces, había ingresado a la aplicación misteriosa.

— Ehh, la aplicación misteriosa de Akira es un detector de mentiras, por lo que así podrán verificar cualquier cosa. — Mencionó Aaron levemente mostrando la pantalla de inicio del detector, sólo tenía un botón azul cian y un bloque negro sobre este, era bastante sencillo.

Aaron puso el manual sobre la palma de su mano y con su dedo índice izquierdo oprimió el botón cian, nervioso, principalmente porque Miuna estuviese a su lado.

— Aaron, ¿Me viste flojeando y comiendo helado? — Preguntó Miuna con bastante confianza en sí misma, se veía muy feliz, sabiendo que era inocente, aunque no estoy muy convencido.

— Sí, lo hice...

Esperamos un par de segundos en silencio hasta que se escuchó un sonido agudo del pequeño aparato y Aaron volvió a enseñar la pantalla, en el cuadro negro de antes se había escrito en letras blancas el texto "Verdad". Aaron volvió a respirar con tranquilidad.

— Muy bien, ahora mi manual, estúpido cleptómano. — Pidió Akira ciertamente molesto, aunque ya no podía tomarlo tan enserio si había decorado su manual del estudiante con las cosas de la sala de arte.

Aaron le lanzó su manual a Akira desde su sitio, Miuna ya había vuelto a su lugar para cuando las manos de Akira atraparon el aparatito en el aire.

— Ahora que Miuna ha probado su punto podemos descartarla como sospechosa por el momento, y así sólo nos quedaría Akira. — Continuó Hikari con la teoría del odio que Akira había propuesto, haciendo que este se molestase más de lo que ya estaba. — Pero Akira no fue, Zen le quemó los dedos investigando algo, no lo hubiese hecho si supiese el daño.

— ¡Ahí está! — Exclamó Mirai de la nada, asustándome un poco, se escuchaba muy segura de sus palabras al apuntar a Hikari con su dedo índice. — Lamento decirlo, pero Zen es el culpable.

Me atraganté con mi propia saliva con esa simple declaración, todos posaron su vista en mí mientras yo tosía en respuesta, no sabía qué hacer o cómo defenderme a eso, me sentía oprimido y desesperado. Sabía que no había sido mi culpa, pero no sé si el resto me creerá.

— ¡N-no es cierto, yo soy inocente! — Exclamé en desespero, intentando detener los nervios que burbujeaban en mi estómago mientras me agarraba ansiosamente el pantalón y las muñecas. — ¿Por qué dudarían de mí?

— Porque nadie lo esperaría de un debilucho como tú, Zen. — Comentó Miuna con una sonrisa, estaba disfrutando de este momento, y eso me aterraba, con esa pose de tener el juicio bajo control y sus brazos cruzados sólo me indicaban que al final no podríamos resolver bien el juicio.

— P-pero... Hikari, Akira, ustedes saben que yo no lo hice... — Pedí ayuda a mis amigos, ellos lo sabían, estuve investigando con ellos todo el tiempo, además de que antes de eso estaba en la biblioteca con Hikari.

Ambos se miraron entre ellos, no se veían muy felices, y eso hacía crecer mi ansiedad, se encogieron de hombros con cierto pesar y Hikari suspiró, se sentía como algo malo.

— Mirai y Miuna tienen razón Zen. — Dijo Hikari con cierto pesar en su rostro, Akira concordó con la cabeza. Y creo que en ese momento fue cuando mi corazón se rompió un poco, pensé que Hikari confiaba en mí. — En este momento puedo creer que tienes mucha posibilidad de que eres el asesino.

— Entonces explíquenme cómo murió Umito, cómo pudo haber sido posible que lo hubiese asesinado y cuándo lo pude haber hecho, ¡Díganme, lo quiero saber, lo quiero saber! — Exigí entrando en cierta desesperación, no podía creerlo, que me estuviesen culpando se sentía demasiado irreal, y mucho más por mis amigos. El enrojecer de mis mejillas con cierta impotencia me hacía sentir raro, y todo lentamente comenzaba a darme vueltas.

— Si es así... Comencemos por lo simple, cuándo. — Comenzó Mirai intentando no mirarme mucho, seguía algo molesto, y en cualquier momento iba a refutarle cualquier cosa que dijera. — Durante el día Zen siempre está acompañado, si no es por Namine es por Hikari o por Akira quizá, por lo que tuvo que haber sido por la noche, en el único momento en el que está solo.

— Sí, y como Umito y Zen son amigos, entonces claro que Umito aceptaría salir con Zen después de la hora nocturna. — Siguió Hikari con el razonamiento de Mirai, segura de lo que decía, haciéndome sentir peor. — Fue entonces cuando ambos fueron al tercer piso para investigar el componente faltante allá arriba, gracias al conocimiento de Zen en el tema sería mucho más fácil, y ahí fue donde ocurrió el asesinato, aprovechando de que Umito estaba desubicado por todo lo que pasada y no entendía la traición de Zen.

— Entonces la pelea sí fue real, pero ocurrió mientras el resto de nosotros dormía... — Comentó Akira levemente, algo impresionado. — No te creí capaz de eso Morimoto, pero igual no es como que te pueda llegar a respetar como a Takemiya.

— ¡Pero yo no lo hice, es imposible! — Volví a exclamar molesto, sentía el calor subir a mis mejillas con el tensar de mis hombros y el apretar de mis puños, no sabía cómo decirles que no había sido yo. — ¡No lo hice, no lo hice! Saben que no lo hice, es imposible, mucho.

— Pero todo apunta a que lo hiciste, Zen. — Me respondió Hiro en un tono calmado, intentando apaciguar lo molesto que estaba. — Nadie sospecharía de ti.

Entre todos asentían a la teoría con pequeñas excepciones, ya no podía más, tocaron mi punto de quiebre.

— ¡Eso no dice absolutamente nada, nada, NADA! Cualquiera pudo haberlo hecho en ese caso Namine, Emiko, Aaron especialmente... ¡Yo no, no tengo razón alguna! Soy inocente, inocente, inocente, ¡E-están mal! — Comencé a quejarme sin detenerme a escuchar a nadie ni una palabra, estaba mareado y mi estómago ardía en ansiedad, no necesitaba escuchar a gente en mi contra, tenía la razón y estaba bien, y yo lo sé, porque soy consciente de que no lo hice, en lo absoluto. — Y eso no dice nada del asesinato, ¡Umito fue quemado y se murió del dolor, hasta un forense podría deducirlo! Pero no me creen, no me creen, ¡Me creen malo, muy malo! Pero yo no hice nada, nada de nada, son unos mentirosos, mentirosos todos, es culpa del asesino, incluso fue asesinado de día, ¡Idiotas todos! Todos estuvimos con él, estuvo ahí, todos lo vimos, nadie lo puede negar, ¿Qué acaso falla su memoria? Quizás ahora soy esquizofrénico, pero yo no estoy loco, ¡Tengo la razón, soy inocente!

— ¡Detente un momento ahí Zen! — Me interrumpió Aaron apuntándome con el dedo con un grito tan fuerte que creo que me lastimó los tímpanos, al parecer una idea se le había formado en la cabeza, y sólo me callé enrojeciendo mis mejillas por ese dolor que se mezclaba con mi mareo, esperando a que no fuera a tratarme como el asesino. — Lo que dijiste de Umito quemado... ¿Cómo lo descubriste, y cómo sabes que sucedió así?

Me detuve un momento algo sorprendido y di un respingo, disponiendo a calmar un poco mi furia, pero todavía sentía cierto mareo, era extraño.

— Cuando le pedí a Akira que pusiera sus dedos desnudos sobre la frente quemada de Umito fue para verificar la frescura del ácido, y resultó quemarle, lo que también provocó que me haya dado un puñetazo en la cara... Me dio a entender que fue un tanto reciente, por lo que no pude haberlo hecho después de la hora nocturna... Además de que lo vimos en la mañana. — Mencioné levemente, yo lo sentía como algo muy obvio, no entendía la sorpresa en los ojos de todos al decirlo. — Como dijiste Aaron, si la fisura en el estómago de Umito era superficial, entonces lo otro obvio que pudo haber hecho que haya muerto fue verter el ácido, y la única forma de morirse con eso es de dolor, y quemado también, yo no me acerqué a Umito hasta que murió, no pude decirle nada...

— Ahí está, la coartada que protege a Zen. — Concluyó Aaron cruzándose de brazos, y no evité gesturarle un 'gracias' con mis labios, me hacía sentir un poco mejor. — Él sabe todo eso, claro que no lo diría para culparse solo, además, siempre anda acompañado, ni durante el día pudo haberlo hecho, ¿Cierto que sí, Zen?

Yo asentí con alivio, estaba ciertamente feliz de ya no tener esa presión de culpable en mis hombros, y había resultado más fácil de resolver de lo que esperaba, algunas veces no me doy cuenta de ello, pero me ahogo en un vaso de agua.

— Eso nos deja sin sospechosos. — Sentenció Hiro algo aburrido, de tanto concentrarse en culparme a mí terminamos buscando en círculos. — Bueno, supongo que es el final...

— Hmm, creo que con esto podemos encontrar al culpable de una vez. — Comenté levemente alzando un poco mi mano, ya habíamos discutido todas las pistas del juicio, sólo me quedaba algo en mente por revisar. — Yo no soy el único que sabía lo del ácido antes del juicio.

— ¿Qué no, Morimoto? — Preguntó Akira algo impresionado, y aunque era cierto que estuvimos juntos todo el tiempo él se concentró en otras cosas, así que creo que Hikari tampoco lo sabe. — Estuvimos juntos durante la investigación, debería saberlo también.

Reí un poco y junté mis labios con complicidad, hoy me siento raro, el mareo sigue algo presente, y me hace sentir muy enfermo, debe ser una fiebre.

— Es algo muy pequeño que hice a escondidas, pero creo que es lo único que nos queda... — Mencioné buscando algo en los bolsillos de mi pantalón, fue fácil encontrar lo que buscaba, estaba al lado de mi manual del estudiante.

— ¿Una pluma fuente? Morimoto, además de maricón perdiste la cabeza, completamente. — Comentó Miuna en cierta burla hacia mi persona, pero ya no le tomaría mucha importancia, o por lo menos no por mucho.

— Ah, eso no es sólo una pluma fuente, también es una grabadora de voz, ¿Cierto Zen? — Me preguntó Hikari, yo sólo asentí alegre por mi colaboración al juicio, es un tanto divertido considerando todo lo que está en juego aquí. — ¿Grabaste algo en especial?

— Grabé la entrevista a Miuna en la cafetería, y si no confían en el audio que les mostraré, tenemos la prueba de sonido en el vídeo de Hiro, como en el juicio de Mochizuki. — Accioné el pequeño botón de la grabadora con cierta alegría y esperé a que el audio se reprodujera, tuve mucho cuidado en aquel entonces para no equivocarme ni un poco en la grabación, me pareció muy importante.


Miuna: ¿Qué quieren?

Akira: Queremos preguntarte sobre una pequeña charla que tuviste con Umito ayer.

Miuna: Ah, esa charla, ¿Qué con ello?

Zen: Es que Umito escribió que le habías dado unas pistas sobre la mente maestra... Y como que ayer hablaron y así...

Miuna: Zen, todavía eres demasiado llorón como para contribuir a una conversación, tú también deberías morir.

Akira: Sólo responde Ishida, necesitamos respuestas.

Miuna: ¿Qué es esto? ¿El trío oficial de detectives? El creador de la PolyStation, Sir Agatha Christie Doyle y... Un sentimental inútil, supongo que los buenos talentos ya estaban ocupados.

Akira: Ya deja las bromas Ishida, esto es serio.

Miuna: Como sea... Pues él se me acercó y me preguntó, yo le dije que se tenía que humillar, lo hizo y luego ya saben, le dije eso, ¿Fin? Trío de aburridos.

Zen: ¿Y ya?

Miuna: Pues sí, ¿Querías algo como que luego le derretí el cerebro y allá en el laboratorio está?

Akira: No importa, esta fue una pérdida de tiempo


— Eso me recuerda Miuna, ¿Cómo se humilló Umito? — Preguntó Hikari casualmente, desapareciendo la tensión después de la grabación, Miuna se veía un poco alterada.

— Oh, lo hice leer algo vergonzoso mientras lo grababa, aunque no lo entenderán, cosas mías. — Mencionó Miuna tranquilamente encogiéndose de hombros, desapareciendo su estrés anterior. — Es que ese inútil y yo nos conocemos desde antes.

— ¿De verdad? — Preguntó Aaron sorprendido, y yo también lo estaba, incluso creo que todos lo estábamos realmente. — ¿Lo empujabas de las escaleras en la primaria o algo así?

— No tan así, ese bastardo estudió conmigo en la universidad, y claro, lo empujaba por las escaleras de la facultad. — Volvió a mencionar con cierta tranquilidad, aunque parecía algo muy extraño, no me daba buenas vibras.

— Eso quita aún más las pruebas de ti Miuna... Aunque bueno, el que lo empujases de las escaleras lo pone un poco en duda. — Concluyó Yuuki, y luego suspiró, como dándose por vencido, eso me molestó.

— ¡P-pero! Eso le da más razón para asesinarle, ¿No lo escucharon? ¡Ella dijo que le derritió el cerebro! — Exclamé algo molesto por el hecho de que nadie más se hubiese dado cuenta.

— Sí... Es bastante sospechoso... — Mencionó Emiko levemente, ella sí había entendido la razón de la grabación, y eso me hacía tranquilizarme un poco. — Es evidente... Miuna lo sabía... Porque lo hizo.

— Claro que no, Aaron me vio, además... Yo quería mucho a Umito. — Dramatizó Miuna, estaba siendo presionada, ya no había manera, era la asesina.

— No me vengas con tus zorradas de que querías a Umito, todos jodidamente sabemos que es pura mierda. — Le espetó Akira sin pudor alguno, quizá en algún tipo de venganza o algo similar. — La afirmación de Zen es verdadera, y eso quiere decir que tú lo mataste.

— ¿Yo? No tengo propósito alguno, es una gran mentira. — Miuna intentó defenderse un poco cruzándose de brazos, estaba molesta, pero sabía que yo tenía razón, era claro que era la asesina.

— Miuna, tú tienes más razones que nadie más en esta sala para matarle... Principalmente porque deseabas que muriera. — Mencionó Hikari levemente, ya había superado completamente su amistad con Miuna, lo cual es genial, así ya no lloraría más. — Y Miuna, si organizamos el argumento contra Zen queda a la medida para ti.

— Y hasta mejor. — Agregó Hiro con cierta suficiencia, aclaró su garganta y volvió a tomar la palabra. — En el tiempo entre el cual todos salimos de la cafetería y el anuncio de asesinato, tuviste tiempo suficiente para asesinarlo, teniendo en cuenta que pudiste haberlo preparado mientras todos desayunábamos, luego lo asesinaste silenciosamente tras quemarle la boca por dentro para que no gritase de dolor y muriese por eso, cortaste su cabeza con el machete y arruinaste la habitación, para luego dejar el laboratorio como lo encontramos.

— Pero, si no escuché ningún ruido mientras estaba en el salón recreativo... ¿Cómo rompió Miuna todos esos químicos y tiró ese armario? — Preguntó Mirai levantando su mano para hablar con cierto cuidado, a mí también me confundía un poco eso.

— Ah, supongo que eso también lo planeó por la mañana, al igual que llevar el machete desde la feria hasta el tercer piso. — Dijo Hikari aportando a la teoría de Hiro, se escuchaba muy acertada, no creo que tenga manera de refutarlo.

— Aunque eso no explica que hubiese tenido razón alguna para haberlo asesinado, somos amigo desde hace mucho. — Se quejó la científica, todavía sin aceptar su destino, aunque era claro que ella fue la culpable.

— Si lo odiaste a muerte bajo el incentivo y fuera del mismo debió ser porque también lo odiaste en la universidad, ¿O no? — Aportó Yuuki, y tenía algo de razón, aunque me parecía un poco raro que ya hubiese asistido a la universidad... Y más con Umito.

— Sí, como si te estuvieses vengando de algo. — Agregó Aaron sonriendo con cierta socarronería, Miuna estaba algo nerviosa, aunque ya la habíamos acorralado.

— ¡Él se lo buscó, era un jodido bastardo asqueroso! — Miuna entró en histeria al quejarse de lo malo que fue Umito al parecer, pero no sé hasta qué punto creerle. — Era un idiota, nunca hacía algo bien, ¡No entiendo cómo llegó hasta aquí, debió morir hace mucho! Era un idiota, IDIOTA, idiota, IDIOTA, IDIOTA, ¡Estúpido, tenía un problema cerebral! Era detestable, horrible, deplorable, una vergüenza, SIEMPRE LO ODIÉ ¡Intentó asesinarme! Idiota, IDIOTA, idiota, idiota, IDIOTA, idiota.

— E-espera Miuna... ¿Intentó asesinarte? — Pregunté un tanto asustado, esa pequeña afirmación había hecho que mi cabeza doliese todavía más de lo que ya lo hacía, me hacía sentir muy raro.

— Yo no quiero saber, ¡Monokuma! — Interrumpió Hikari de la nada, de verdad que la había superado, y ya quería verla muerta, con toda la insensibilidad que eso trae.

— Sí, fue hace mucho... Y fue justo así, con ácido. — Miuna había cesado toda locura para para ahora ser mucho más tranquila, aunque se seguía comportando algo extraña. — Una vez en el laboratorio de ciencias de la universidad Umito con un ácido en manos tropezó y--

— ¡Upupu! Que linda historia fraternal, pero llegó la hora de la votación~ — Interrumpió Monokuma de una manera un tanto abrupta, aunque fue bueno, Miuna casi volvía a enloquecer. — Me aburrí más de lo que esperaba, estaba deseando más drama y acción, idiotas... Upupu.


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V O T E

Más votado/a: Miuna Ishida

C U L P A B L E

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— Ya lo sabíamos, y creo que me siento traicionado, Miuna. — Aaron fue el primero en hablar luego de la votación, el ambiente seguía siendo un poco raro y Miuna seguía algo tensa por todo eso, pero ya no había nada qué hacer al respecto.

— ¿Ah sí? Excelente, porque no me importa. — Espetó Miuna automáticamente, caminando fuera del círculo hacia el trono de Monokuma, para luego levantar su mano izquierda en el aire esperando a que el oso la tomara o algo. — Y bien Monokuma, ¿Ya puedo irme al infierno a encontrarme con la zorra de Yukine?

Yuuki apretó su puño derecho con notable desprecio, y al Miuna notarlo sólo soltó una sonora carcajada como de película de terror, y me sentí algo aterrado, y ese raro sentimiento acompañado del mareo daba ciertas alucinaciones.

— ¡Qué energía, qué entusiasmo! — Exclamó Monokuma emocionado saltando en su asiento mientras continuaba teniendo a Miuna a su lado, esperando por su inminente final. — Sin más preámbulos, que comience el fin.

Una de las paredes decoradas con toldos rayados de rojo y negro se abrió a la mitad justo detrás de Miuna y la succionó rápidamente como una aspiradora, e inmediatamente después de ello cuatro pantallas formando un cuadrado en el centro de nuestros podios descendieron para que todos pudiésemos ver sin problema la ejecución.

Coming Alive | SHSL Scientist execution.

Las pantallas se encendieron en la imagen de lo que parecía ser el más moderno laboratorio de todos, con sus máquinas, diagramas, y demás cosas, lo que hacía que estuviese colmado de todo por todos lados menos en el centro, en donde Miuna yacía de pie sobre una plataforma circular con forma de la cabeza de Monokuma sólo que era de color verde brillante, y me hacía asociar el color con ella.

Música ambientada en la antigüedad comenzó a escucharse levemente a la distancia, pero Miuna no parecía ponerse nerviosa o asustarse, con los brazos cruzados observaba a la cámara esperando por su final, haciéndome poner mucho más nervioso de lo que ya estaba, aunque no entendía realmente qué estaba pasando.

Todo se apagó alrededor de Miuna y sólo quedó su blanco reflector sobre ella y la plataforma, después todo negro excepto la plataforma, que se había encendido con un brillo casi que cegador, en donde la figura del cuerpo de Miuna podía verse perfectamente desde abajo.

"¿Y esa es toda la mierda que se te ocurrió, Monokuma?"

Escuché a Miuna quejarse de la ejecución hasta ahora, y todo el proceso cesó por completo, las luces se encendieron nuevamente mostrando un montón de sierras giratorias sobre la cabeza de Miuna a punto de tocarla, pero se fueron por fuera de la vista de la cámara. Luego cambió todo.

Dos Monokumas molestos llegaron hasta la plataforma y tomaron a Miuna sin delicadeza alguna de sus extremidades y la llevaron sin resistencia alguna hasta otra zona de la sala, la cámara se movió al mismo tiempo que los osos, que luego la pusieron en una mesa de autopsias y la amarraron de las extremidades y cuello para que no se moviese, uno le puso una gaza en la boca.

Las sierras circulares de antes habían vuelto, y desde la vista superior de otra cámara cortaron en el estómago y pecho de Miuna en forma de una cabeza de Monokuma, sus ojos cerrados con fuerza y las lágrimas que abandonaban de vez en cuando indicaban lo mucho que le dolía, al igual que toda la sangre que desbordaba su nariz y boca, aunque no gritase en lo absoluto. Sus puños se cerraron con fuerza e intentó mover su torso para intentar escapar de alguna manera, pero esa desesperación era en vano, porque seguía atada y en sufrimiento.

Las tres sierras continuaron diligentemente cortando pedazos de piel y ropa de Miuna en forma de Monokuma con distintos tamaños, algunos pequeños en los brazos y grandes en el torso, pero por toda la sangre que escapaba de Miuna no podía verse nada, ya estaba muerta.

Todo el trabajo terminó al encontrar que Miuna ya se había muerto por desangramiento, pero la ejecución no había terminado. Las sierras volvieron a accionarse segundos después para desmembrar rápidamente el cuerpo muerto de Miuna, cortó el torso en dos partes, los brazos y piernas en tres y por último el cuello de una manera limpia.

Los Monokumas de antes volvieron a verse en la imagen para tomar los trozos de Miuna y llevárselos a un lugar que la cámara superior no podía ver, y así nos quedamos por varios minutos con la vista a la ensangrentada mesa de autopsias, la música seguía reproduciéndose en el fondo, pero nada más.

La cámara se apagó un momento y volvió a encenderse en la primera toma, pero ya no había una plataforma y mucho menos una Miuna, ahora había una estación eléctrica muy similar a la de Frankenstein y sobre esta había un Monokuma grande y gordo que excretaba sangre de todos los lugares posibles, y del cuello del oso podían asomarse mechones de pelo negros carbón.

Oh.

De la nada una fuerte carga eléctrica afecto al Monokuma y un trueno se escuchó a la distancia, pero ese gran Monokuma seguía estático en su sitio, nuevamente una fuerte carga afectó al oso y otro trueno se escuchó a la distancia, aunque ahora parecía que se hubiese escuchado en la sala del juicio y no allá en donde Miuna debía estar.

El ojo rojo de aquel oso se encendió de la nada y la postura del muñeco mejoró, sus brazos se extendieron hasta la altura de su torso y se levantó de la estación. Sus piernas largas y grandes comenzaron a caminar hacia el frente de una manera robótica y cortada, como un zombie, dejando un rastro de sangre por donde pasaba, acercándose a la cámara paso a paso, lentamente, como si viniese por nosotros.

Con sus grandes patas y un movimiento brusco el oso había llegado lo suficiente a la cámara, y sin pensarlo dos veces la destruyó, dejándonos sin imagen.

| E N D |

Todos quedamos estáticos cuando las pantallas volvieron a desaparecer, yo estaba especialmente nervioso por algo tan sangriento y horripilante, mi cabeza me seguía doliendo especialmente demasiado, y estaba tan mareado que el recuerdo de haber estado en un juicio hace unos momentos era algo distante, apenas si recuerdo mi nombre.

— ¡Oh por Dios! Zen, ¿Qué te pasó? — Hikari estaba aterrorizada corriendo hasta mi lugar en el círculo, por alguna razón todos se veían igual de preocupados, todos corriendo hasta mi dirección. — Estás sangrando.

Eso me descolocó un poco, estoy casi completamente bien, no entiendo la preocupación.

— ¿Estoy sangrando? — Pregunté algo confundido observando mi propio cuerpo, notando que mares de sangre abandonaban mi nariz y mi boca, hasta ya se había formado un pequeño charco en el suelo. — ¡E-estoy sangrando!

— Esto no es natural, ¿Qué está pasando? — Mirai estaba igual de preocupada, y la mano de Namine tomó la mía discretamente para darme fuerza.

— ¡Upupu! Esto se siente genial~ Yo les advertí niñatos, como la última vez no hubo ejecución, esta vez habrá ejecución y media. — Interrumpió Monokuma realmente emocionado por lo que pasaba, pero yo ya no entendía mucho de lo que decía. — Zen sobrevivirá, pero como fue el principal sospechoso fallido del juicio se lleva su merecido, ¡Muahahaha!

Desde eso las voces de mis compañeros comenzaron a escucharse muy distantes, no entendía los comentarios de Akira o cómo luego Yuuki, Aaron y Hiro me cargaron fuera de la sala, ahora estaba concentrado en no saber qué pasaba, y en toda la sangre que abandonaba mi cuerpo hasta que de tanto sólo me desmayé, y no supe cómo terminó todo.

[♠Capítulo 3, juicio: Terminado]

[♦Estudiantes: 9/15]


A/N

Aquí comienza lo chido.

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