AU Escolar en el que todos odian a Aiiko, para -Niran_sweetLucky_

"¿Tranquilidad?"

La joven castaña caminaba con la cabeza baja, intentando evitar las miradas de los demás.

Aunque lo hizo, aún sentía todas las miradas clavadas en ellas. Murmullos, risas incluso. Otros simplemente la ignoraban.

Era ignorada muchas veces, incluso cuando otros la molestaban.

Ese día no fue la excepción. Todos decidieron pasarla por alto mientras ella estaba tirada en el piso, pues alguien la había empujado.

"Mierda..."

Seguían pasando a su lado como si nada. La mayoría la rodeaba, sólo unos cuantos casi pasaron encima de ella.

Recibió algunas miradas. Tenían cierta lástima.

"Mierda, mierda..."

Entonces escuchó algunas risas. Risas que la rodeaban, casi veía a la gente señalarla y murmurando sobre ella. Todos la odiaban.

"Púdranse... púdranse todos..."

Las lágrimas empezaron a caer. Ella apretó los puños.

-Seishin-san...

Escuchó una voz. Levantó la cabeza y vio como una chica de cabellos castaños parecía intentar acercarse a ella.

--Suki, ¿Qué haces?

La castaña miró con preocupación a Aiiko antes de regresar con su grupo.

Conocía a Suki Akiyoshi. Varias veces había tratado de acercarse a ella para ayudarle, pero sin mucho éxito.

Para Aiiko era de esperarse. Suki tenía amigos y todos la veían con buenos ojos. Que ambas estuvieran juntas no sería muy bien visto.

Aiiko no quería afectarla.

Tenía el mismo problema con alguien más, esta vez se trataba un chico pelirrojo con anteojos.

Hikaru Akiyoshi era alguien amable por naturaleza. Aún más, no le importaba mucho que pensaran los demás. Pero Aiiko tampoco quería que él viviera lo que ella.

Aiiko veía cómo Suki y Hikaru trataban de apoyarla como pudieran. Pero los alejaba.

"No es justo, ellos no se lo merecen."

Los alejaba por miedo a lo que les pudiera pasar, a ella y a ellos. No se sentiría tranquila si hacia que el resto de estudiantes los odiaran a ellos también. Eran personas tan buenas...

"Y yo tampoco me los merezco a ellos."

--Seishin-san... ¿Por qué no vienes con nostros al final de clases?

Ambos habían encontrado la manera de hablar con la chica a solas.

--No es necesario.- ella miró al resto de estudiantes desde la azotea.

Veía a los numerosos estudiantes, todos se veían tan felices. Conversaban entre ellos, reían, jugaban... todos parecían tan agradables desde allí arriba.

¿Por qué era tan diferente cuando los veía de frente, cuando estaban a su lado?

Conocía los nombres de algunos, de otros no. Conocía los talentos de la mayoría. Y, sobre todo, había muchos otros con quienes incluso en algún momento pudo haber podido entablar una conversación.

Una conversación que podría haberla llevado a una amistad con ellos.

Ahora se veían tan lejos de tan siquiera poder tener una conversación normal. Se sentía como si hubiese una barrera entre ella y los demás... así se sentía la joven Aiiko.

Era en momentos así donde en verdad se sentía tranquila. No escuchaba las voces de nadie, ni sus risas o murmullos. Nadie la señalaba...

Le hubiera gustado poder estar así siempre, desde el principio más bien.

"¿Es tan difícil pedir un momento así? Un momento de tranquilidad... un momento para mí..."

Era difícil para ella. Se había alejado de todo el mundo, los había apartado porque creía que todos la odiaban.

Al parecer llegó a atraer parte de ese odio, al principio inexistente. Ahora algunos de verdad la odiaban.

Para ella, no faltaba mucho para que eso les afectara a todos.

. . .

--Aiiko Seishin...

La pequeña castaña lloraba. El pelirrojo se encontraba casi en un estado de shock, pero aún así no pudo contener unas lágrimas.

Ahora se encontraban en su salón de clases. El salón estaba apagado, nadie hablaba y todos evitaban mirar el banco de la diseñadora.

Había una foto de ella en su pupitre. Cada uno de sus compañeros habían dejado una flor para ella. Se iban sin mirar mucho.

El salón se vació rápido al primer descanso.

--¿D-de verdad...? Seishin-san...

El pelirrojo bajó la cabeza. La castaña no dejaba de mirar la foto.

--Aki-chan... Seishin-san quería estar tranquila...

El chico asintió.

--¡Seishin-san no merecía morir! ¡Y tú lo sabes, Aki-chan!

La castaña no dejaba de llorar. El chico se acercó a ella y la abrazó, también llorando.

--Lo sé, Suki...- miró la fotografía, en verdad le dolía no haber podido hacer mucho por la joven. -Pero.. ella lo quiso así...

Aún en la azotea se podía encontrar el par de zapatos de la chica, junto con una nota de suicidio.

"Ya he soportado mucho. Y no quiero seguir así.
No es que me sienta sola, simplemente no me siento amada. Estoy segura de que tal vez... encuentre la tranquilidad que busco en otro lugar... tal vez en otro mundo, o en otra vida incluso.

No lloren por mí, prefiero que me sigan odiando.

Aunque... en verdad, nunca quise odiarlos. Supongo que ustedes a mí sí... ¿O no?

Aiiko Seishin"