Notas de un dedicado detective
El cielo, al igual que como solía estar en otras mañanas, era pálido como el frío, con el suave viento tocando todos los rostros de los madrugadores que, como buenos seres humanos, tenían responsabilidades por atender, trabajadores de empresas con trajes absolutamente iguales, soñadores estudiantes que con recelo miraban su alrededor, su mundo, y también estaban quienes simplemente vivían sin propósito, ellos también existían.
Era un nuevo amanecer, fui el primero en aparecer por el perímetro alrededor de las seis de la mañana o quizá un poco antes, nuestra ceremonia de entrada como iniciados estudiantes en la prestigiosa Hope's Peak Academy iniciaba alrededor de las ocho, por lo que tendría mucha ventaja para hacer mis investigaciones.
Siempre he sido muy curioso, por lo que aproveché la mejor oportunidad que tendría en mi vida para observar a mis nuevos compañeros por primera vez y poder estar preparado a ellos, además, ¿Quién sabe? Puede que estén ocultando secretos realmente interesantes, que me lleven a mejores descubrimientos que me galardonen con muchos más premios de los que poseo... Bueno, siendo sincero me da algo de miedo conocerles.
El viento de la mañana cruzó por mi escondite, dejando de paso hojas en mi cabello y rostro, las cuales sacudí torpemente, estando más concentrado por quienes cruzaban la puerta que por mí mismo.
Pasaron varios minutos, bastantes de hecho, en los que el universo se burló de mí como pudo, pájaros usándome de baño, tierra volando a mis atentos y lindos ojos de tono purpúreo, hojas por mi uniforme y todo lo que a alguien tan desgraciado como yo le pueda suceder.
Como ventaja y único consuelo tenía que había hurgado la internet lo mejor que pude hasta dar con un desconocido blog de 4chan que siempre y sin falta discutía la información conocida de los nuevos integrantes de HPA hasta el momento, me daba algo de miedo, especialmente porque había mucha información mía, pero había mucha más de los demás. Todo lo que encontré lo imprimí y lo archivé en una carpeta, la que me sería muy útil en este preciso instante.
Se hicieron alrededor de las siete y cinco cuando llegó la primera persona, y no me sentí decepcionado con nada de lo que vi, hasta era como un premio por mi paciencia y esfuerzo.
Era una chica, tenía más o menos mi altura y también la misma edad que yo, pero éramos mundos totalmente diferentes. Entró al perímetro de la escuela dando alegres galopes, ondeando su falda escolar de alocadas decoraciones pintadas, dejando caer sin querer mientras pasaba algo de brillantina que seguramente se había derramado dentro de su aburrida mochila blanca. Su cabello de un color naranja eléctrico estaba mal peinado, y el maquillaje alrededor de sus ojos rosáceos estaba algo raro, pero supongo que quedaba con su look.
Ella era Mimiko Horisaki, y de lo que más se hablaba era que tenía un talento innato para no mostrarse completamente ante el resto, una mentirosa profesional, siempre con algo bajo sus mangas.
Antes de terminar su paseo por la pasarela que formaba el camino de grava hasta dentro de las instalaciones principales apareció alguien más, otra chica, pero esta era mucho más cuidadosa que la anterior.
Afortunadamente le conocía de primera mano, habíamos trabajado juntos en muchos casos y sabía perfectamente cómo era – o por lo menos cómo era conmigo, porque su archivo también dice cosas muy interesantes sobre ella, las cuales no comparto.
Siempre fue familiar, la estaba acompañando su padre, parecían hacer una competencia de sonrisas y de miradas llenas de esperanzas, nunca había visto a Mika Sasaki tan feliz, a su padre mucho menos, era un médico forense que trabajaba con la policía, y a este paso parecía que su hija terminaría siendo lo mismo.
Al igual que muchos en el internet, siempre pensé que el color de sus ojos era de lentes de contacto, de hecho, hay muchas lentillas de color azul-violeta por el internet, pero ningunas tan lindas como sus ojos, y lo confieso, Mika me gusta muchísimo, me atrae el color de su piel, el de sus ojos, el negro de su cabello, y su siempre elegante porte de una bata blanca de laboratorio.
Ingresó a la escuela después de despedirse de su padre, quien inmediatamente perdió aquel brillo en su rostro, y se retiró lentamente. Podía distinguir desde mi escondite quizá una mueca, sus cejas algo fruncidas y cierta postura deprimente.
Pasaron veinte minutos casi exactos, los cuales usé para limpiarme como pude y mejorar un poco mi apariencia, pero el universo me seguía molestando con cualquier tonta cosa que hiciera, no debía ser casualidad.
Entró un muchacho, su caminata era lenta y notaba el temblar de sus manos, miradas de soslayo en las que abría sus ojos de par en par y diminutos murmullos consigo mismo, lo que inmediatamente me confundió.
Bajé la mirada a mis hojas, cambiando frenéticamente entre las de la carpeta en busca de la apariencia que coincidiera con la del muchacho en cuestión, no encontré nada, y me sentí temblar como el muchacho, que seguía con un parsimonioso y taciturno paso por el sitio.
Entonces me di cuenta, había dos muchachos que, por mucho que busqué, seguí sin encontrarles apariencia alguna dentro de las profundidades del internet. Anoté entonces casi en garabatos su cabello negro y ojos grises, que la verdad no llamaban mucho la atención.
Llegué a la conclusión de que ese muchacho era claramente Jin Hiraoka, alguien que solo tiene fama de nombre y no de rostro, se veía muy promedio, cosa que le garantizaba enormemente la transparencia en la multitud. No había nada malo suyo en el internet, lastimosamente.
Detrás suyo a algunos cuantos metros se avecinaban dos personas, cosa que me da la idea que ya se conocían desde antes, como Mika y yo.
Obviando la gran diferencia de alturas entre ambos, conversaban plácidamente de cosas a las que no le prestaba atención, y me concentraba en identificarlos rápidamente, teniendo afortunadamente fotos suyas, al igual que la mayoría de mis nuevos compañeros.
Revisé las hojas, el muchacho, con mayor altura entre los dos, es Wataru Fushii, un muchacho que, según el foro, tenía una extraña fama en el extranjero pero a nivel nacional no, bueno, si quitamos algunos estragos en lugares públicos. A pesar de ello no se veía como un mal tipo, no lo conocía pero en el foro alguien había traducido una de sus novelas y... Era magnífica, lloré demasiado al leerlo, y me encantó.
Quizá era su cabello rubio cenizo, o sus ojos tan puros como el agua, pero es que sentía que dentro de sí mismo había mucha emoción, muchos sentimientos muy raros que tenía que expresar, o por lo menos eso era lo que me transmitía.
Por otro lado, no sé si pueda decir lo mismo de la chica que le acompaña. Es preciosa, sus ojos son también de un grisáceo muy brillante, casi azulado, y su cabello corto de color berenjena también hace que sus facciones resalten, como la buena forma de sus labios o todas aquellas pestañas que le daban volumen a sus ojos.
Sin embargo, era muy fornida como para tener esa baja estatura, sus piernas y brazos tenían una buena musculatura, la cual resaltaba mucho más con la manera en la que había alterado su uniforme. Todos mencionaban que era brillante y bastante buena como para verse de una manera tan amenazantemente linda. Su nombre es Megumi Doi.
Ambos terminaron de cruzar por la grava, se habían hecho las siete y media, demasiado tiempo de espera para mi gusto, pero era lo único que tenía si quería realmente tener alguna ventaja.
Seguramente terminaría esperando hasta más allá de las ocho, lo cual no sería muy agradable, en especial porque no me gusta estar tarde, aunque siempre lo hago.
Llamó mi atención que estaba entrando una pequeña niña, de cortos y lacios cabellos rosados, tan pálidos como los pétalos de un cerezo, los cuales ondeaban con las brisas que hacían mi existencia un infierno. Curiosamente, sus ojos de pupilas grises e iris blancos la hacen ver ciega, sin embargo, está leyendo un libro.
Hasta donde llega mi información, ella es Momoka Hanamiya, y es bastante dulce y delicada, en los foros se habla mucho de un debate en el que participó hace un año o dos, en donde destruyó a un profesor con sus palabras tan fuerte, que inmediatamente le revocaron su licencia, aunque sinceramente nunca me enteré de ello.
Desde Hanamiya pasaron alrededor de dos o tres minutos, y por la entrada principal llegaron tres estudiantes en grupo, como si se conocieran de muchos años, cosa que me asustaba mucho, nunca se sabe lo que puedan planear en contra de los indefensos, como yo.
Eran dos chicas y un chico, los tres eran bastantes curiosos entre sí porque nadie diría que son realmente amigos, mucho menos considerando que sus archivos dicen cosas completamente distintos entre ellos.
La primera chica se veía demasiado nerviosa y disfuncional por su cuenta, manos realmente temblorosas, mala postura y ojos juguetones eran lo que más identificaba de su lenguaje corporal. Tiene un largo cabello rojo carmín que la hace brillar demasiado, incluso si ella no lo desea. Lastimosamente, en su contra también tiene unos atractivos ojos morados oscuros casi negros, que a más de uno tienen hablando en internet.
Esta primera chica es Akari Honhoshi, y a pesar de su timidez no podemos afirmar que sea real, según un muy dedicado usuario a estudiarla solo a ella, es tan expresiva y magníficamente camaleónica que confiar en ella es un error, nunca se sabe cuándo está mintiendo y cuándo está diciendo la verdad, todo es una máscara muy bien elaborada.
Por otro lado, la segunda chica realmente me asustaba, al contrario de Honhoshi los temblores de esas pálidas y flacuchas manos eran por otras cosas distintas a la ansiedad, y esas desgastadas facciones de desnutrida no le dan un mejor aspecto, ni siquiera cuando sonríe. Ella es Evy Himitsu.
Hay muchas cosas que la caracterizan, como sus muy oscuros cabellos púrpuras, casi ébano, o su brillante ojo de un morado berenjena más tranquilo a la vista. Sí, dije ojo porque cubre el izquierdo con un parche y su cabello, algunos dicen que simplemente no lo quiere mostrar, otros dicen que no lo tiene, y otros pocos dicen que dentro de poco dejará de tenerlo.
Finalmente, el muchacho. Podríamos decir que al igual que lo que colecciona, es realmente una belleza algo exótica. Lo primero a destacar es que a pesar de no ser albino tiene cabello blanco como uno, aunque su tono de piel asiático ni sus ojos de un profundo azul rey concuerden con ello, y además de ello no hay nada por lo que resalte mucho. En el internet no hay mucha información suya además de que es un excéntrico y tiene un montón de extravagancias. Él es Arata Take.
Ellos tres continuaron caminando, más mi atención pasó a dos muchachos que venían no muy lejos de ellos, llamando mi atención primeramente por lo altos que eran y lo mucho que sus apariencias llamaban la atención.
Primero estaba el que yo conocía, mi buen amigo y compañero de trabajo Hunter Konishi, que también trabaja en los servicios forenses junto con Sasaki, somos muy buenos amigos nosotros tres. Su cabello siempre me gustó, es corto aunque largo y de un muy brillante color dorado, que sin importar la hora del día, presenta destellos como si fuese algún mineral. Por otro lado, sus ojos son de un raro y profundo azul es bastante oscuro pero sin perder la esencia de lo azul, la verdad no podría explicar.
Sinceramente, no considero que lo que dice su archivo sea cierto, porque no creo que "Una persona peligrosa, es preferible no hacer contacto prolongado debido a que su cerebro es una ruleta." sea acertado, Konishi es bastante amable y me hace reír, aunque cuando trabaja se concentra tanto que no teme ofender a quien se entrometa, y él ofende un poco feo.
Por otro lado, no conozco a su acompañante personalmente, solo por el archivo y también por la televisión, a pesar de no ser su talento presenta muchos programas de variedades y también participa en películas importantes y series de televisión, es una verdadera celebridad, se llama Hachiro Watanabe, y si no lo conoces es un milagro, porque está en todos lados.
Curiosamente, en todos los comerciales, películas, programas, y todo en lo que aparece no hay rastro alguno del color de sus ojos, siempre usa unos extraños lentes negros que cubren sus ojos de todos los ángulos, sin poder verle la mirada, y nadie jamás la ha visto al parecer, incluso en sus fotos de niño tiene lentes oscuros. Por lo menos, sabemos que su cabello, que también está muy bien estilizado como el de Konishi, es de un curioso color melocotón, el cual es identificable a metros de distancia.
Fijé entonces mi mirada fuera de ellos, para ver a quien venía ahora por la entrada. Lo reconocí de inmediato, sin reconocerlo ni un poco, era el otro chico del que no tenía listada una foto suya o descripción de su apariencia, ni tengo algún registro de su identificación, y eso es preocupante. Comencé entonces a anotar frenéticamente sus datos, bajo perfil, ojos de un muy lindo y curioso azul cielo, lentes demasiado gruesos de un azul más oscuro, cabello igual de negro que las noches y la piel más blanca que veré en mi vida, pálida al punto de no retorno, aunque la persona en cuestión no parecía enferma.
Al terminar de anotar me fijé mejor en el archivo, y me di cuenta de quién era, me sorprendió no haberlo notado antes porque claramente es el único e inigualable niño genio de la primaria Seiya Volkov, quien a sus casi catorce logró avanzar lo suficientes años para estar en preparatoria a su edad, siendo también uno de los niños más ricos y posiblemente poco de los que han labrado su fortuna por su cuenta. De lo que recolecté yo mismo me enteré que nunca voy a probar nada de lo que cocina por lo caro que es y que la mayoría de su dinero se va a un hospital ruso bastante caro.
Solo dos minutos de espera más y corriendo llegó una muchacha bastante interesante, con un muy largo cabello azul oscuro que ondeaba con los vientos de la mañana, se veía bastante acelerada, hasta parecía llorar del estrés, aunque importancia mucha no tenía. Entonces su frenética mirada llamó mi atención, sus ojos son de un muy curioso rojo-naranja pero oscuro, resaltado por ojeras.
Busqué entre los archivos, la encontré casi al final, realmente nunca había escuchado de ella por lo mucho que es la mente maestra de las operaciones, porque de lo que había hecho sí he escuchado bastante. Resulta ser que Mekuru Ushijima es una potente activista de todo lo activisable, sus libros y tesis han formado ideologías y revueltas a lo largo y ancho del planeta, y claro que ha obtenido ganancias de ello.
Al terminar de revisar su archivo me hice para atrás y suspiré, estaba algo saturado de tanta gente a quien revisar, sentía un palpitar en mi cabeza que no podía detener, y realmente quería terminar esto para poder ingresar a la escuela, estaba ansioso de verla por dentro.
Cerré mis ojos con fuerza para descansar, solamente faltaban dos personas por llegar entonces no había mayor cosa de la cual preocuparse, era mejor limpiar un poco mi mente antes de ingresar.
Entonces escuché una charla en el camino que me hizo despertar de mi momento de paz y tranquilidad, revisando rápidamente del mirador de mi escondite a quienes estaba esperando, Taesol Moon y Shuu Hanakazayo.
Ellos dos, según el foro, mantenían una relación desde hace como unos seis meses, y dicen que están hechos el uno para el otro, lo que me preocupaba, ya hablaré de la razón de esto.
Físicamente ambos combinaban mucho, el cabello de Moon es de un azul muy profundo, y los ojos de Hanakazayo de un zarco brillante, por otro lado, los ojos de Moon eran de un color extraño entre amarillo y verde que resaltaban especialmente, y el cabello de Hanakazayo era rubio, por lo que prácticamente estaban destinados a estar juntos.
Ahora lo importante. De lo que leí, ambos son personas muy tóxicas y malvadas, Moon controla especialmente a hombres, y Hanakazayo es simplemente un bully con mucha clase y dinero, al igual que la mayoría de talentosos, me asusta porque tengo un historial de manipulación hacia mí, lo que me hace presa muy fácil de gente como ellos, espero nunca tener que hablarles.
Luego de revisar sus archivos simplemente los observé continuar con su llevadera conversación como personas normales hasta que desaparecieron entrando al edificio, y luego fue mi turno para entrar.
Revisé la hora, faltaban cinco minutos para las ocho, lo que me daba tiempo suficiente como para terminar de arruinar mi uniforme y mi apariencia, más de lo que ya había logrado el universo en el transcurso de la mañana.
Me levanté de detrás de los arbustos altos y estatuas naturales, limpié un poco mis pantalones de las hojas y entré corriendo a la entrada, que desde mi escondite solo estaba a la mitad del recorrido.
Ingresé rápidamente por la puerta, como era el día de la ceremonia no había estudiantes antiguos, lo que hizo mucho más fácil ubicar los sonidos de charlas, bueno, obviando los letreros que indican a donde ir.
Pasé la entrada y la recepción, había letreros gigantes de muchos colores indicando con flechas a los nuevos estudiantes para que llegaran al gimnasio, yo los seguí todos corriendo para ocultar mis verdaderas horas de llegada, generándome así alguna coartada.
Abrí una de las dos gigantes puertas y entré lentamente, debido a mi pésima condición física solo con ese correr señuelo ya estaba lo suficientemente cansado, sinceramente el deporte nunca ha sido especialmente lo mío.
Con apenas entrar y ser deslumbrado con las luces de colores en el gimnasio una voz tan conocida y cercana me dio la bienvenida.
— ¡Ikemoto, finalmente apareciste! — Me recibió Sasaki, acercándose lo suficiente como para no romper el espacio personal de ninguno. — Sé que tus acciones te anteceden, mas pensé que te redimirías para la iniciación.
Volteé a verla rápidamente, tenía una libreta en su mano izquierda y un bolígrafo en la derecha, y parecía tener bastantes apuntes, habíamos tenido la misma idea al parecer, la conozco demasiado bien como para que así no sea.
Detrás de ella venía nuestro otro compañero de trabajo, Konishi, bastante animado, también con sus propios apuntes.
— No, realmente lo hizo, simplemente no te diste cuenta. — Mencionó Konishi, dedicándole una mirada rápida a Sasaki y luego mirarme a mí detenidamente, me intimidó lentamente.
Sasaki, sin entender mucho lo que decía, volteó en busca de explicaciones.
— Explícate Hunter, temo comprender erróneamente lo que dices. — Pidió Sasaki con su tan admirable diplomacia, una de las cosas que más me gustaban de ella.
— Un pequeño chiste que solo Shojiro y yo entendemos. — Explicó Konishi muy levemente, acercándose a mí para arreglarme el uniforme. — Cuidado Shojiro, no querrás causar una mala impresión hoy.
Reí un poco nervioso y dejé que Konishi me arreglara el uniforme como pudo, noté que Sasaki se había quedado pensando, sin anotar mayor cosa en la libreta en sus manos.
— Bueno, olvidemos las formalidades, trabajemos mejor. — Declaró Sasaki al terminar su trance, y nos separó abruptamente, a lo cual agradecí mentalmente. — Esta vez Hunter y yo nos encargamos de todo, Ikemoto, no tendrás que hablar con nadie.
— Muchas gracias... Con esto me hacen un gran favor. — Suspiré suavemente e hice una reverencia, me encanta lo atenta que es Sasaki, se preocupa por mí y por Konishi como si fuésemos una familia, y sabe lo que me pone ansioso.
Sasaki me sonrió con cierta dulzura y Konishi elevó su pulgar en aprobación, yo les sonreí en respuesta a ambos.
Luego, saqué de mi mochila una libreta de trabajo que siempre traía conmigo y un bolígrafo negro sencillo, le quité la tapa y me ubiqué entre Sasaki y Konishi con vista a nuestros nuevos compañeros, adentrados más en el salón del gimnasio.
— Está bien, iniciemos de izquierda a derecha. — Comenzó Hunter, señalando en unas gradas a Moon, quien chateaba en su teléfono. — Esa chica de ahí es Moon Taesol.
Anoté en mi libreta su nombre, guardándome para mí que ya había realizado este ejercicio, simplemente seguí su juego.
— Tiene algo de mala fama, y también un novio bastante preocupante, mejor evitarla, no queremos malas compañías en nuestro círculo científico. — Agregó Sasaki leyendo sus propios apuntes, trabajaban muy bien en equipo.
— Escuché que trabaja como geógrafa debido a la inactividad volcánica de Corea... Aunque puede que pueda hacer algo al respecto. — Comenté mientras copiaba lo que me informaban ellos, después de todo los tres somos un equipo.
Escuché entonces la suave y delicada risa de Sasaki, el corazón me dolía de amor cada vez que la deleitaba con un chiste, aunque esta vez supongo que fue una burla.
— Eres un paranoico Ikemoto, recuerda que la prensa es diversa, y la información a veces sesgada. — Regañó Sasaki golpeándome levemente con su bolígrafo, yo solo lo tomé sin mayor problema. — Continuemos mejor, todavía nos quedan doce personas para repasar.
Mi mirada fue a uno de los grupos de personas charlando, tres señoritas que nunca pensé ver conversar jamás, Megumi Doi, Akari Honhoshi y Evy Himitsu, incluso cuando ya sé que Honhoshi y Himitsu se conocen.
— Bueno, son Akari Honhoshi, Evy Himitsu y Megumi Doi. — Comentó Konishi. — Doi es una deportista, se comporta como una, Honhoshi es tímida y Himitsu es alguien que posiblemente no quieras encontrar al despertar.
— Eso es cierto, aunque está siendo sincera con sus acciones y su verdadera personalidad. — Dijo Sasaki, en una actitud algo defensiva. — El punto de atención es aquí Honhoshi, es actriz después de todo, su timidez puede o no ser real.
— ¿Tienes datos que lo respalden? — Pregunté entonces, queriendo inquirir en sus teorías, que siempre resultaban ser correctas.
— No realmente, es solo una hipótesis, es más, instinto femenino, Honhoshi no me inspira confianza ni empatía. — Concluyó Sasaki anotando algo nuevamente en su libreta, su enojo llegó y se fue súbitamente, siendo ella bastante objetiva aquel sentimiento duró lo que tenía que durar.
Konishi pasó a señalar a un grupo de tres hablando calmadamente en las mismas gradas, a varios puestos de Moon, ellos era Volkov, Take y Hanamiya.
— El niño de primaria es Seiya Volkov, la niña que parece de primaria es Momoka Hanamiya y el único que no es de primaria es Arata Take. — Presentó Konishi revisando sus apuntes, noté el entrecerrar forzado de sus ojos para leer las hojas, no tenía sus lentes puestos. — Bastante tranquilos.
— Cabe mencionar que Hanamiya es bastante buena en su trabajo, y que me vendría muy bien como acompañante. — Agregó Sasaki, sin estar revisando ella sus apuntes, estaba hablando desde su corazón, y lo apreciaba mucho. — Al parecer nos conoce a nosotros, aunque no personalmente.
— Eso me asusta un poco, debo tener siempre un bajo perfil. — Confesé, anotando sin más lo que me comentaban, tenían una visión diferente de todos a lo que yo había investigado.
Ninguno de los dos agregó nada a mi comentario, simplemente asintieron y los dejé cambiar de página e indagar en sus apuntes para continuar la exposición, mas algo cautivó mi mirada.
— Hay alguien en el fondo. — Mencioné, y ambos, algo alertados, dirigieron su mirada a donde había señalado, detrás del grupo de tres en una esquina llena de globos.
Allá, en el fondo, Fushii se refugiaba a escribir en un cuaderno revisando cada cierto tiempo su teléfono, quizá transcribía algún documento.
— Ah, Wataru Fushii, es todo un personaje. — Mencionó Sasaki esbozando cierta sonrisa en su rostro, mi corazón se detuvo un segundo al pensar que podría sentirse atraída hacia él, aunque sepa que no es probable. — Habla más español que japonés, es difícil hablarle a menos de que sepas el idioma.
Volteé a verla, algo alterado, preocupado por los problemas de conversación que podría tener en el futuro con el sujeto en cuestión, especialmente sabiendo cómo se pone estando enfadado.
— Cuando quieras hablarle solo pídeme que lo haga, tengo una especialización en francés, y debido a sus raíces, es muy similar al español, puedo hablarle. — Me aseguró con una muy linda sonrisa y un pequeño guiño para calmarme, inmediatamente me sentí completamente feliz y aliviado, queriendo entonces continuar con la presentación de todos.
Dirigí mi mirada luego al siguiente grupo, algo alejado al de Volkov, Hanamiya y Take. Esta vez, Ushijima, Horisaki y Watanabe mantenían una conversación que desde mi posición podría decir que es bastante rara, primero tenemos a Watanabe intentando ser un caballero sosteniendo papeletas de origami que Horisaki usaba para modelar figuras a pedido de Ushijima, quien cada vez que recibía una la decoraba de brillantina y procedía a colocar en la vestimenta de Watanabe, algo complejo.
— Ahora van esos tres locos del fondo. — Señaló Hunter, sonriendo. — El muchacho es Hachiro Watanabe, amigo mío, la chica que hace el origami es Mimiko Horisaki y la otra es Mekuru Ushijima.
— Ikemoto, ¿Recuerdas ese caso de intento de homicidio a una figura pública? — Preguntó Sasaki, poniendo una mano en mi hombro, yo solo asentí mientras seguía observando al grupo. — Fue un intento de homicidio a Ushijima, lo resaltó cuando nos presentamos con ella.
— Yo hice el estudio farmacológico de la cantidad de alimentos envenenados que llevó la policía. — Agregó Konishi, sumergiéndose con nosotros. — Fue bastante sorprendente que siga viva.
Asentí con cierto mareo, recordé que para ese caso terminé peleando contra uno de los ayudantes de la mente maestra detrás de ese plan, cosa que me llevó al hospital, estuve meses en una cama de hospital.
— Pero para ese entonces éramos prácticamente unos niños, ahora podemos desempeñarnos mucho mejor. — Calmó Konishi, sacándome de mis pensamientos con una palmada en la espalda, debieron notar que tenía la mirada fija en la nada.
Reí un poco ante el comentario, de cierta manera tenía razón, y me traía muchos recuerdos de las prácticas que los tres tuvimos en la policía para nuestro trabajo cuando teníamos solo nueve, muchos buenos recuerdos.
— Continuemos mejor, nos estamos dejando llevar por las cosas. — Mencioné rápidamente, cambiando el tema para no perder nada de tiempo. — ¿Quién es ese rubio? Se parece a ti Konishi.
Señalé entonces al otro lado de las gradas, en donde se sentaba un solitario Hanakazayo también al tanto de su teléfono, sin prestarle mucha atención a su alrededor.
— Ah, Shuu Hanakazayo. — Respondió rápidamente Mika, teniendo abierta la hoja con los apuntes del muchacho, los cuales eran bastante azules considerando lo que vi de soslayo de su libreta. — Es el novio de Moon, y ambos son parecidos en su comportamiento, aunque por lo menos él tiene conocimiento de ramas que me incumben.
Asentí con la cabeza mientras anotaba, realmente sin saber en qué era que sus talentos se parecían. Al tener el archivo completo de todos, ya tengo conocimiento de sus talentos, sin embargo al ser yo también uno, no lo veo como algo realmente importante,
— Ahora... Falta alguien. — Mencionó Sasaki, analizando con su bella mirada colorida a los alrededores, hasta voltear hacia una de las esquinas de la pared en donde estaba la puerta del gimnasio. — ¡Ah, justo en donde pensé que estaría!
Señaló entonces a Jin Hiraoka, que, como pensé, estaba escondido en la esquina del gimnasio buscando evitar las miradas de todos, mirando frenéticamente en todas direcciones mientras distinguía en sus manos su teléfono celular, el cual solo estaba usando como protección y no para que cumpla alguna de sus funciones.
— Él es Jin Hiraoka. — Sentenció Konishi sin más, no parecía ser empático hacia él.
— La verdad no dijo mucho, nos presentamos, él lo hizo de mala gana, y terminó la conversación, pobrecito... — Mencionó entonces Sasaki, llevando consigo cierto tono maternal que sabía que poseía pero solo usaba de vez en cuando, en especial conmigo y Konishi, en el trabajo casi nunca. — Me da mucha lástima, me recuerda mucho a ti cuando éramos más pequeños.
Me sonrojé levemente recordando entonces lo ansioso que era de pequeño, aunque todavía lo sea no tanto como antes.
— Deberías ir a presentarte con él, Shojiro, para que conozca a uno de los suyos. — Retó Konishi con sorna, yo simplemente lo dejé pasar porque sabíamos que no era enserio.
Decidimos vigilar todo hasta que el director diera alguna señal de vida, como lo decía en la carta de aceptación, aunque ya se le había hecho bastante tarde.
Cuando los tres volvimos a entornar la mirada a la mayoría de los estudiantes, una sorpresa nos recibió. El pequeño Seiya Volkov estaba en frente nuestro, con ojos de perro curioso.
— ¡Hola! Llegaste de últimas y no te presentaste... ¿Quién eres? — Me preguntó el niño, su voz era bastante elocuente y dulce, me traía cierta paz a pesar de que su presencia me pusiera nervioso.
Miré a tanto Sasaki como Konishi, ambos me dieron algo de seguridad para presentarme, lastimosamente el nudo formándose en mi estómago es bastante grande también, y no sé a qué fuerza acudir. Solo lo dejé fluir.
— Soy Shojiro Ikemoto, un gusto... — Dije, suspirando levemente y sonriéndole de una manera solamente un poco forzada.
Los ojos del niño se iluminaron como dos faros y sonrió con una extrema felicidad, como si estuviese recibiendo algún tipo de dulce.
— ¿A qué te dedicas? ¿Eres también un doctor como Mii-chan y Hun-chan? — Preguntó con toda la inocencia que alguien puro de su edad podía tener, más los apodos me hicieron reír un poco, aunque ninguno de los aludidos se inmutó al respecto.
— No, yo soy el súper detective privado. — Respondí una vez había calmado mis risas, noté que Sasaki le había hecho un gesto a Volkov para que calmara sus dulces y emocionados ojos, notablemente desbordados de preguntas.
Guardó el niño un momento de silencio intentando canalizar esa energía y suspiró rápidamente, guardando la calma como lo tranquilo que parecía durante su conversación hace unos momentos.
— Un gusto, yo soy el súper pastelero, espero hacerte los pasteles más deliciosos y que tú me enseñes a ser un detective cool como Sherlock Holmes.
— Entonces es un trato, Volkov. —
Le ofrecí mi dedo meñique para que lo entrelazara con el suyo, y así hicimos, haciendo yo mi primer amigo de entre mis nuevos compañeros durante esta travesía que es la preparatoria.
A/N
Muy buenas, muy buenas, volví a escribirlo porque antes solo era "Danganropa fanmade" y ahora SÍ es lo que yo llamo "Danganronpa Hidden Colors" uwu, estoy orgullosa de mi basura.
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