Nadie entenderá nada... ¿Por qué estábamos presenciando una escena tan horrorosa? ¿Qué hacía Gareth en ese estado? ¿Katsumi le iba a matar? ¿Felix y Soren estaban mirando sin más?
¡¿Quién mató a Jashitaro?!...

No... Realmente, nunca supimos nada de lo que pasaba...

Pero volvamos atrás.

Dos semanas antes

🎶DING DONG DANG DING🎶

— Atención, atención, atención... Os preguntaréis. ¿Por qué hay 4 en la Academia y 5 en el castillo? ¿Por qué la puerta que separa estos dos lugares está cerrada y no es pasable de ningún modo? No os alarméis, no es nada grave...

— Uff, menos m-mal. — suspiró Mitsuki.

— Upupu, bueno, sí es grave. ¡Os doy 2 semanas para que haya un asesinato! ¡Si no, todas las personas que estén en la parte del castillo y el jardín, morirán a causa de una lava que soltarán los paneles de hierro que hay encima de el palacio! —Un gritó de terror de la repostera retumbó el castillo.

Como alguien no muriese... Todos íbamos a morir.

×××

1er piso - Gimnasio

Felix temblaba — ¿Q-q-q-ué a-acaba d-de d-d-decir M-monokuma...? — preguntó muy asustado.

Nadie le respondió, todos estaban quietos y muy asustados. Incluso Gareth.

— Como no muera alguien... Mi yamagito morirá... — La mirada de Soren contenía un odio descomunal.

Un grito de ira salió de la boca de el manipulador, el cual gritaba cómo si le hubiesen pegado un balazo. Pegaba puñetazos a la pared e incluso arrancó un trozo de madera de las gradas de una patada.

Nadie lo intentaba contener, todos tenían las mismas ganas que él de ponerse a gritar, pero lo sabían perfectamente.

Había que matar a alguien para poder salvar a la persona que querían.

×

×

×

— A ver, tenemos que estar relajados porfavor. — habló Gareth.

— ¿CÓMO COÑO VOY A ESTAR RELAJADO? — gritó Soren entre lágrimas.

Katsumi hiperventilaba, y Felix no paraba de comer. Los nervios sacudían las mentes de todos.

Katsumi tragó saliva. — Pero... Ya hemos intentado todo Gareth. Hemos intentado romper la puerta, quemarla, quitar la electricidad. Es imposible. Si ellos no matan o si nosotros no matamos... Mia... y todos... van a morir ahí dentro quemador por lava.

Ahí fue cuando todos miraron a Gareth, pero él tampoco tenía respuesta. Y los nervios al ver que Gareth no hablaban volvieron a surgir.

Felix dejó de comer y comenzó a llorar desconsoladamente. — Mitsuki... Va a morir... *snif* Y y-y-yo no pude... *snif* d-decirle *snif*

Katsumi le abrazó, y el príncipe se derrumbó por completo.

— No. — dijo Soren. — Aquí ellos no van a morir...

— ¿Q-qué? — dijo Gareth.

— Que no voy a dejar morir a mi novio ahí dentro. Haré lo que sea por sacarlo...
Lo que sea.

Felix le miró, y los dos asintieron.

La Era de la Matanza no había hecho nada más que comenzar.

1er piso- Academia- Cocina

— Bien... ¿Entonces qué hacemos? Porque no sé qué plan tenemos. Bueno, tenéis. — Katsumi agarró un paquete se galletas de la cocina y las abrió para comérselas.

Soren tosió, falsamente.— Yo creo... que me voy a mi cuarto... ¿Te vienes, Felix? — preguntó al príncipe.

Éste asintió. — Oye pero a mi ya me gusta una chica, no me intentes hacer nada raro. — dijo mirándole seriamente a la cara. — Tú eres tonto... — le dijo Soren, antes de marcharse de la cocina ambos.

Katsumi y yo nos miramos, y nos encogimos de hombros. Siempre han sido así de raros, supongo.

1er piso- Academia- Habitación

Entré en mi habitación, dándole vueltas a la cabeza, y pensando en cómo haría para sacar de ese sitio a Yumi... y a los demás.

Yo sin embargo no estaba desesperanzado, es más, sabía que no iba a pasar nada malo. En el otro grupo están Mia y Yumi, las cuales tienes unos dotes de control asombrosos, y no van a permitir que nadie muera.
Y aquí... sólo estoy yo, o bueno, sólo yo podría evitar que alguien se vuelva loco.

Katsumi es demasiado... ¿sentimental? ¿de carácter fuerte?
Felix sin embargo no sabe mantener el control, es otro niño pequeño.

Y Soren... Es el único al que tengo que mantener vigilado de cerca.
Pero mientras yo vigile, sé que nada malo va a pasar...

2 días más tarde

— Eh, Gareth. — Katsumi me llamó desde la cocina, y creo que sé por qué lo hace.

— Dime. — entré y cerré la puerta con cuidado, no quiero que nadie aparte de nosotros escuche la conversación.
— Creo que ya sé por qué llevan 2 días sin hablarnos...

Lo que me decía Katsumi, por muy surrealista que pudiera parecer a primera vista, era completamente cierto. Ni Soren ni Felix nos dirigieron 1 sola palabra desde ese día en el que se fueron a "nose dónde" a hablar de "nose qué". — ¿Enserio? ¿Por qué? — inquirí curioso. Ella susurró. — Están planeando algo, y no quieren que nos enteremos.

Claro... Tenía sentido. Si no nos sacan tema de conversación, era imposible que nos pudiésemos enterar de su plan. Pero... — ¿Qué tipo de plan? — pensé en alto.

Ella se encogió de hombros. No teníamos la más mínima idea de lo que estaba pasando aquí.

Pero no tenía buena pinta.

3ra planta- Academia- SHRoom Soren

— Sabes que después de esto, todo va a cambiar a mejor... ¿verdad, Felix?

Felix se encontraba tumbado en un sillón, mientras que Soren le hablaba y conversaba con él...

El príncipe se incorporó— Pero la necesitamos después.

Soren asintió. — Pronto. Pronto todo volverá a la normalidad.

8 días después

— 8 malditos días llevamos aquí, OCHO. Me quiero morir. — me dijo Katsumi, tumbándose de mala manera en la silla del comedor. Levantó la mirada muy nerviosa. — Pero no me mates, que es broma.

Reí falsamente. En el fondo estaba muy triste, cansado, desanimado. Agitaba la cucharita en la taza de mi café, y no era precisamente para mover el azúcar, más bien era para perderme en el sonido del metal contra la cerámica. Perderme con la mirada en el mini torbellino que se formaba en el centro, y quedarme en el centro del laberinto de mis pensamientos.

¿Cómo estará Yumi? Eso era lo único en lo que pensaba todos los días. Me moría de preocupación.

En mitad de todo, alguien que no era Monokuma para regañarnos por acabarnos tan rápidamente las galletas de chocolate, apareció y se nos acercó a Katsumi y a mí.

— Hey. — Soren, y su sonrisa angelical, nos miraban casi de un modo acosador.

Miré de reojo hacia la puerta, y pude ver a Felix espiando desde el hueco de la puerta entreabierta.
Su cara de alegría, la de siempre, llevaba desaparecida desde hace unos días. Ahora su expresión era más falsa que nunca.
Todo esto me daba mala espina.

Katsumi frunció el ceño. — 1 semana. UNA SEMANA para dignarte a hablarnos... ¿Qué carajo quieres? — gritó, molesta.

Soren rió por lo bajo. — Pedir perdón. Nuestro comportamiento ha sido pésimo... Somos pocos aquí, pero si hubiera algún tipo de perdón y pudiésemos unirnos... ¡Hay alcohol en el mini bar! Felix y yo te esperamos. — dijo antes de darse la vuelta, reír de nuevo, y marcharse con un paso acelerado.

Katsumi quedó pensativa, y realmente no sé en que piensa, pero yo sinceramente estoy bastante seguro que es mejor no acercarme a ellos.
Mi soledad me beneficia, y Katsumi es suficiente.
Pero el rollo macabro de los otros dos me sobrepasa, no quiero ir con ellos.

— Me niego... Iré a mi cuarto. — tragué un último sorbo de mi frío café, y me levanté. Yéndome a paso lento en espera de escuchar la decisión de Katsumi.

Pero no escuché nada. Sólo me fui, y ella quedó pensando...

— Iré.

1er piso- Academia- Habitaciones

El primer paso que dí era pesado, cargado de depresión y angustia. Un suspiro ahogado y un parpadeo lento fue lo último que hice antes de tirarme en plancha a mi cama y taparme hasta arriba con el edredón.

No sólo el desconcierto de lo que pasa al otro lado de la Academia. No me creo que ni yo mismo sepa qué ocurre aquí dentro. ¿Qué les ocurre a todos?

No lo sabía pero sólo me quedaba dormir... mañana hacemos 9 días desde que no vemos a los otros. Y se nota.
Quedan 6 para el día señalado... 6 días para que si nadie muere, todos los del otro lado mueren...

6 días y todo acabará...

— 1 día y todo acabará. — dijo entre risas Soren.

Katsumi y Felix escuchaban.

Al dia siguiente...

— Buenos días. — dije al entrar a la cocina. Me desperté tarde, bastante, así que seguramente Katsumi tendrá mi desayuno preparado.

Pero no la veía. Quedábamos siempre aquí por la mañana. Pero hoy no está...
Bueno, entonces le haré yo el desayuno.

Esperé, me hice 1 café, incluso 2. Pero no venía. Y las agujas del reloj pasaban lentas, muy lentas, tan lentas que se pararon en seco a las 12:00 a.m y ese minuto no pasaba.

¿Por qué Katsumi sigue dormida?

Dejé su frío plato de gofres y me marché en su busca.

No estaba en su cuarto. No estaba en el baño. No estaba en la sala de rayos uva. En ninguna sala del piso de abajo.

Mi preocupación aumentó considerablemente y mis piernas aceleraron el paso subiendo las escaleras.

No estaba en el mini bar. Tampoco en la sala del hospital. Ni en la piscina, ni en los vestuarios, ni en el baño.

Al subir al tercer piso me tranquilicé al recordar que le encanta vestirse y modelar. Por eso fui andando tranquilamente hacia su cuarto... Pero no, tampoco estaba allí.

Ahí me di cuenta que algo estaba pasando. Pero no era consciente de qué era exactamente.

Salí de ese pasillo con algo de prisa, estaba aterrorizado. Pero una voz suave, proveniente del pasillo central, llamó mi atención. — ¿Ka-katsumi? ¿Estás ahí?

La voz dejó de sonar, y me acerqué a la sala de la que provenía... Esta sala... me suena... ¿De quién es ésta SHRoom?
Es la misma sala en la que Mitsuki y Jurawa encontraron libros de la mente humana, y sofás minimalistas...

— ¡Gareth! — me sobresalté cuando alguien salió de la habitación, y pegó un portazo a la vez que gritaba mi nombre.
Era Katsumi.

— Oh por dios Katsumi. Te llevo buscando horas. ¿Por qué no viniste a desayunar? — suspiré.

Ella también. — Bueno, como vi que tardabas y como Soren y Felix ya me hablan, fuimos a desayunar juntos y aprovechamos para venir a tomar el té al SHRoom de Soren...

Me sorprendió que ahora Soren y Felix le hablaran. ¿Nos habrán perdonado?

La aparté un poco para entrar a la habitación— Ah, pues entonces iré a hablar con ellos a ver sí-

— ¡No! S-si ya nos íbamos... Además tienes que hacer la comida... Venga yo te ayudo. — Me paró en seco, me tomó del brazo y me arrastró hasta la cocina.

¿Está bien esto?

1er piso- Academia- Cocina

Yo estaba sentado en la silla, mientras que Katsumi cocinaba algo y tarareaba una canción.
Escuché a Soren diciendo algo en el hall principal. Pero Katsumi no quería que me marchara, decía que no quería estar sola...

Así que me quedé ahí, sentado, quieto, mirándola fijamente... Su sonrisa... su tarareo... Su mirada.
Cuando vi sus ojos, los vi blancos, desesperanzados, sin vida...

Ahí fue cuando lo decidí.

— Katsumi, me encuentro mal de la cabeza, ¿me podrías dar una pastilla de la despensa? — ella asintió sin parar de taraear.

Y corrí, corrí de allí. No sabía a dónde ir, estaba atrapado, pero quería salir de la compañía de algo como ellos. Quería estar solo.

Pero al salir, un chico rubio, joven, y con una risa malévola, llamado Soren Lorensen, me tumbó de un palazo en la cabeza.

Y no pude ver nada más.

×

×

Me costaba respirar, y por supuesto no me podía mover. Ni ver.
Estaba atado de manos y pies a una silla de madera. Sólo llevaba puesto unos calzoncillos, y la bolsa negra en mi cabeza me impedía ver nada...

Aunque era de tela fina, así que algo de visión sí que tenía...

La escena era horrible. Felix estaba impasible, sentado en un trono enorme, y observando cómo Soren (el cual iba vestido con una túnica) flagelaba con un látigo de espinas a Katsumi.

— HAZLO DE UNA VEZ, ASÍ CÓMO LO HEMOS ACORDADO. — le decía.

Ella gritaba y asentía.

Ví cómo tomaba un hacha de la pared del hall, en la que había múltiples tipos de armas.
Y se acercó a mí lentamente...

🎶DING DONG DANG DING🎶

— Un cadáver ha sido descubierto... LAS PUERTAS DE LA ACADEMIA SE ABREN. TODOS AL PATIO INTERIOR DEL CASTILLO. UPUPU.

...

Todos nos quedamos en silencio. Katsumi se paró, y la cara de Felix por fin tuvo otra expresión que no fuese una cara de muerto.

— NO ES CIERTO, ES OTRO TRUCO DE MONOKUMA. MÁTALO YA, KATSUMI. HAZLO. — gritó el manipulador.

Y ella siguió sus órdenes... Alzó el hacha...

Pero unos pasos... no, gente corriendo interrumpió el sacrificio.

Tras la tela les vi, a ellos, a la gente del otro lado, todos ellos se quedaron perplejos.

¿Dónde estaba Jashitaro?

8/16 estudiantes