1. Prologo.
✩ Notas del autor: Hi~ Ha pasado un tiempo, bueno, hace un par de semanas en mi perfil sometí a votación las dos tramas que empecé para esta dinámica (el mpreg de agosto): una de romance dulce e indulgente y un canon diverge con temas delicados. Ganó con creces la primera así que acá estamos, donde los chicos sí están vivos, suceden cosas traumáticas como en BF siempre pero nada al nivel del canon y es un au tonto de romance la verdad. Me hizo feliz escribirlo, siento que es bien ligero. Pero aún así, sentí la necesidad de subir el prologo antes de que empiece oficialmente agosto para tantear de que voy por el camino correcto, onda, requiere sacrificio hacer estas cosas por un mes, necesito mi feedback antes de que sea muy tarde. Pero en todo caso, el prologo no está situado al inicio, sino como en medio de la trama, porque ya si partimos en agosto vamos de cero.
✩ Género: MPreg/ Friends to lovers/ Slice of life/ Romance.
✩ Ship: AshEiji como la principal y ya me conocen, tenemos MaxGriff y WongLung de parejas secundarias porque se quedaron parece.
✩ Advertencias: No existen temáticas muy fuertes en el fic, pero sí la mención de mecanismos defensivo, abuso y trastornos mentales.
¡Espero que les guste! Partimos por el medio.
—Joder. —Aslan golpea la jarra de cerveza en contra de la barra, las luces del club cambian de colores de manera intermitente. Son azules. Moradas. Verdes. Amarillas.
Su mirada salta hacia Eiji.
—Deme otra jarra.
El cantinero obedece pese al reproche en su mirada.
Esto no debería sentirse así de jodido, tendría que estar feliz por Eiji, ¿verdad? Luego de meses al fin dieron con un candidato decente para ser el padre de su hijo, el tipejo es macizo, bien parecido (claro que no tanto como él) a juzgar por cómo Eiji no ha dejado de reír impresiona ser encantador e incluso parece ser japonés también, qué suerte ¿eh?, ¿cuál era la probabilidad de que se conocieran? Asume que eran ínfimas y aunque su misión está cumplida, algo de la escena le molesta igual que un guijarro en el zapato que lleva demasiado tiempo atascado ahí, agujereando las medias y erosionando la piel.
Debería estar feliz.
Sí.
Eiji encontró un papá para su hijo después de todo este tiempo, misión cumplida, ¡ya nada los atañe!
¿Por qué le molesta tanto?
Quizás por la forma en que el tipejo de casi dos metros desliza sus manos desde esa delicada (aunque masculina) cintura hacia sus caderas, lo está haciendo mal, a Eiji no le gusta ser tocado abruptamente igual que un animal en celo, no, hay que ir con ternura, deslizar las yemas sobre la ropa para degustar poco a poco de su piel, disfrutar de la calidez que emana, de su aroma, su suavidad, de esa repentina timidez que le resulta irresistible aunque en teoría es dos años mayor. Este sujeto no sabe tratarlo o al menos, no con la devoción que merece. Es que Eiji. Joder. Eiji tiene una belleza que se desenvuelve pero solo para el espectador correcto. Es algo que se debe tomar tiempo para descubrir y amar, pero este idiota impresiona tan urgido que ya lo está manoseando en medio de la pista.
Él no está tratando a Eiji como corresponde. Él no es el indicado ni ninguno de los candidatos de Eiji.
Ash sí sabría cómo tratarlo.
Pero puff, Aslan es solo el intermediario en esta transacción así que, le da igual. Sí. Le da exactamente lo mismo quién se convierta en el papá de su bebé.
Mentira, eres un desastre, se dice a sí mismo.
—Ja, supongo que tenías razón y ustedes no eran una cosa después de todo. —Y definitivamente no está de humor para lidiar con Arthur y sus habladurías—. No creo que ellos duren mucho más tiempo acá si entiendes lo que quiero decir. —Está fumando un porro con una sonrisa sañosa que le recuerda a una hiena. Hambrienta. Molesta. Salvaje.
—No es tu asunto.
—Curioso que digas eso considerando que ni siquiera me dejaste acercarme al samurai boy. —Rueda los ojos intentando con todas sus fuerzas fingir que esto no le afecta pero sí lo hace y lo está matando saber que Eiji se irá con otro sujeto—. No me habría molestado ser el donador de esperma e inclusive creo que habríamos tenido un hijo lindo si me hubieras dejado postular.
—En tus sueños, cerdo.
—¿Cómo me llamaste? —Arthur deja caer el porro al piso.
—Me escuchaste. —Ash está borracho y herido—. Cerdo.
—Estás colmando mi paciencia, Lynx. —De una sola zancada Arthur lo toma del cuello de la chamarra en busca de una pelea, Ash sonríe, es justamente lo que quería, la música está fuerte, Eiji yace dentro de su propio mundo, no están ni Griff ni Max para regañarlo, es perfecto—. No tengo la culpa de que hayas sido demasiado cobarde para cogerlo, ni siquiera tú te creías esa farsa sobre...
Crack. Arthur no puede seguir hablando.
Ash se acaricia los nudillos.
—Vaya que tienes la mandíbula dura.
—Bastardo.
Lo ha tirado con un solo puñetazo en la quijada, los nudillos le duelen y le quedan impregnados entre el resqueme de la sangre y la peste de la marihuana barata, Ash chasquea la lengua y trata de aligerar sus nudillos presionándolos contra las palmas hasta que los huesos le crujan, Wookie ha corrido para auxiliar a un Arthur todavía drogado maldiciendo en el piso. Ash no sabe si es por la adrenalina. O si es por el hecho de efectivamente ver a Eiji bailando con alguien más. No sabe si es una epifanía entre sus celos y sus verdaderos sentimientos. O un mero arranque de deseo. No tiene ni idea de qué será.
Pero va a la pista de baile.
Va por Eiji.
—Disculpa. —Eiji impresiona medio intoxicado colgándose del cuello del otro tipejo quien lo observa con una cólera mal disimulada por la irrupción—. Creo que él ha bebido mucho, me lo llevaré a casa.
—¿A-Ash? —Aún está en sus cinco sentidos—. ¿Todavía sigues aquí?
—¿Cómo podría dejarte con un desconocido?
—Estoy bien. —Insiste—. Puedes irte, no soy un niño para que me cuides.
—Ya lo escuchaste. —El indeseable acomoda sus manos en su cadera en señal de posesión, pretende ponerlo celoso con un movimiento patético que lo peor es que funciona. A Ash le hierve la sangre al cerebro—. Él está cómodo conmigo.
—No se ve muy cómodo contigo.
—Esto es entre Eiji y yo.
—Pues yo creo que no. —Aslan no puede evitarlo, toma a Eiji y lo atrae hacia su pecho, su compañero luce totalmente confundido con esos adorables ojos de gacela abiertos y su boca en forma de "o" es un estornudo a medio contener, acá lo entiende, no quiere que Eiji estornude el nombre de este tipo ni de nadie más—. Puedes retirarte, yo me haré cargo de ahora en adelante.
—¿Por qué? —Eiji tensa sus puños contra su pecho, tiene la frente cristalizada por el sudor—. ¿Acaso no lo habías aprobado? Dijiste que él era un buen candidato.
—Sí. —Ash apoya sus manos sobre su cintura como ha deseado hacerlo más tiempo del que admitirá en voz alta—. Pero encontré un candidato mejor.
—¿Quién? —Ash sonríe con coquetería—. ¿Quién podría ser mejor candidato?
Yo.
Yo sería mejor candidato que todos ellos.
Pero no le contesta, no con la voz, en su lugar, prefiere sacarlo a bailar y demostrarle la química entre sus cuerpos. Apasionada. Sexual. Chispeante. Efervescente. Adictiva.
Mierda.
Bailar con Eiji se siente bien.
Por supuesto, Eiji se tensa apenas siente el toqueteo, no es la primera vez que se coquetean con una intención escondida, más, esos roces no eran en serio y algo se concibe completamente distinto con Ash deslizando sus palmas sobre la cintura del nipón, estrujando cada una de sus curvas para atraerlo al ritmo de la música, aunque les toma tiempo relajarse y dejar ir la incomodidad el alcohol los ayuda y pronto tiene a un Eiji con las mejillas completamente ruborizadas siguiéndole el juego, envolviendo sus brazos alrededor de su pálido cuello, enganchando sus dedos en sus mechones rubios y mojados.
Sensual y adorable ¿quién diría que esa combinación era posible?
—Ash.
—Shh. —Lo detiene—. No hables.
El lince se da la libertad para explorar el cuerpo ajeno sin pudor, toca, estrecha y agarra liberando de manera progresiva un deseo que no sabía que tenía acumulado. Va desde su espalda, se desliza hacia la curva donde termina su camisa y se posa en su trasero antes de apretarlo con recelo, aunque sabe que está siendo sumamente infantil espera que ese tipejo esté mirando. Eiji es suyo y no va a cederlo.
¿Y Eiji?
Mierda, las caricias de Eiji son pura adicción.
Ash no tiene palabras para describir lo malditamente sensual que se siente tener las caderas pegadas restregándose al vaivén de la música, ni siquiera está escuchando la tonada pegajosa o los gritos que yacen alrededor, no le importa la intermitencia de las luces que le da un aspecto estrambótico a toda la pista de baile, no le importan los otros cuerpos sudorosos saltando a su alrededor, el único centro de su atención es su compañero.
Eiji y sus ojos cargados con una intensidad que le hace temblar las piernas. Eiji y sus movimientos de a poco menos tímidos. Eiji y sus cabellos rebotando y pegándose a su frente por el sudor. Su piel aun perlada bajo la intensidad de los focos. Sus labios apetitosos. Su camisa desarreglada. Sus pantalones ajustados. Su piel bronceada. Sus músculos de pertiguista. Ja. Vaya manera de enterarse de lo mucho que lo trae loco este hombre. Pero da igual. El embarazo da igual. Los pretendientes. Su amistad. No le importa nada más que estrechar a Eiji con una dureza desesperada en su contra y moverse con un hambre que ha estado escondiendo desde que lo conoce y se ha difundido hasta resultarle imposible de controlar o de disimular. Es apasionada. Salvaje. Indomable.
Desenfrenada.
—Pensé que no te importaba a quién finalmente elegía. —Su corazón frena los latidos ya que la boca de Eiji está demasiado cerca y su voz se escucha irresistiblemente ronca enlazada a la música popular.
—No me importa a quién elijas. —Miente—. Pero me preocupa tu integridad.
—Ash. —Adora cómo pronuncia su nombre—. Te contraté por algo.
—Ambos sabemos que es más que eso a estas alturas.
—¿Lo es?
—El contrato es una excusa barata para mantenernos juntos.
—No es una excusa, realmente quiero tener un hijo.
—¿Podrías callarte por un minuto? —Se arrepiente de haberlo dicho porque no quiso sonar bruto y esas cosas se le dan naturales, cree que ha arruinado el ambiente, sin embargo...
—Cállame. —Eiji, joder, siempre es tan impredecible—. Hazme callar.
—No vayas a arrepentirte de eso. —Ash ronronea despacio estrechándolo aún más, fundiéndose en el éxtasis líquido que los empapa. Hace calor. Demasiado calor—. ¿Te vas a arrepentir? —Eiji tararea.
—Pruébame.
Es todo lo que necesita para devorarle los labios.
Eiji amortigua un gemido contra sus lenguas apenas toma posesión de la boca, el lince no se contiene ni cree que podría hacerlo, su cara está caliente, su corazón late errático y Eiji de a poco se derrite al son de sus toques apasionados, no lo suelta mientras lo besa y de hecho, acrecienta la intensidad de las caricias junto a la temperatura, pronto ambos han sucumbido ante la tentación, el japonés parece completamente entregado a Ash siguiendo el ritmo que ha marcado y dejándolo hacer lo que anhele hacer, por supuesto, Aslan no pierde oportunidad y amasa su trasero, desliza sus palmas heladas por los bordes de la camiseta hasta tocar un poco de piel desnuda. Besa. Devora. Muerde.
Eiji se aferra desesperado a su espalda clavando sus uñas e incitándolo a llevarlo a su límite, no logra articular ningún pensamiento coherente en esto. Porque la boca de Eiji se siente bien. Es dulce. Tibia. Suave. Adictiva. Tentadora. Sexy.
—A-Ash.
Joder, le encanta cómo gime su nombre.
—Eiji. —Gruñe en respuesta abandonando su boca solo para morder y tirarle el labio inferior—. Eiji.
—Ash. —El nombrado traga duro al apartarse, ni siquiera ha bebido tanto, no obstante se profesa al límite solo por escuchar tan efervescente tono ¿cómo se escuchará mientras lo jode?, ¿cómo jadeará su nombre y solo el suyo?—. ¿Por qué?
La pregunta lo hace sonreír.
No se aparta de Eiji, al contrario, lo estrecha aun más y más hasta que se acarician como si no hubiera ropa que los separara. Es erótico. Prohibido. Es una línea que no debe cruzar.
—¿Por qué? —Pero que va a cruzar de todos modos—. ¿Qué clase de pregunta es esa, onii-chan?
Ash sonríe abrazándolo aún más cerca.
—¿Acaso no es obvio?
—No. —Eiji niega—. No lo es.
—Porque quiero ser quién te preñe. —Confiesa sin vergüenza—. Déjame embarazarte.
No les mentiré, me mate de la risa sacando este prologo y en parte eso le dio el hype a la trama que es bien dulce dentro de todo, solo Ash descubriendo lentamente qué eso que siente es porque está enamorado de Eiji. Así que si esta cosa resulta de interes ya en agosto nos vamos todos los días con actualizaciones no más, como siempre, subo una prueba para ir tanteando~ Independiente de eso, muchas gracias por el amor, se les quiere.
See ya~
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