Una nueva amenaza
Pov Taiyo
Desde la soledad de mi habitación, me encontraba dándole los últimos toques a un pequeño proyecto. Era sábado, así que las clases no eran una preocupación. Ayer había terminado toda mi tarea, y ahora tenía tiempo de sobra para concentrarme en algo... peculiar.
Ese "proyecto detective yokai" que Yuki había mencionado realmente me había dejado pensando. Resolver casos de fenómenos sobrenaturales y criaturas del folclore japonés sonaba emocionante, pero también implicaba enfrentarse a seres cuya naturaleza era impredecible. No era como enfrentar enemigos normales. Además, aunque Yuki estaba más protegida ahora, con los poderes de Yuki Onna latentes en ella, sabía que necesitaría toda la ayuda posible.
Observé mi creación con una mezcla de orgullo y algo de ansiedad. En mi escritorio, sostenía un pequeño chip que acababa de ajustar.
Taiyo: Unos últimos toques y… listo —murmuré, satisfecho al ver el proyecto terminado.
Este no era un chip cualquiera. Había pensado en él como una ayuda adicional para las batallas futuras, considerando que no solo enfrentaríamos alienígenas, sino también yokai con habilidades únicas y, en muchos casos, desconocidas. Introduje el chip en un aparato que había sacado de una de las cajuelas de mi escritorio. Era un dispositivo que había estado desarrollando en secreto, ideado para amplificar y proyectar energía de manera controlada.
Taiyo: Espero que funcione —dije en voz baja, sintiendo cómo mi corazón comenzaba a latir un poco más rápido.
(Imagen de referencia)
Respiré hondo antes de insertar el chip en el dispositivo. Apenas lo hice, el aparato cobró vida. Una luz brillante comenzó a salir del aparato, proyectándose frente a mí. La luz titilaba, adaptándose, y luego empezó a tomar una forma humanoide, algo etérea pero perfectamente definida.
Sonreí al ver que el proyecto había funcionado a la perfección. El holograma estaba ahí, vibrante, casi como una figura real. No lo habría logrado sin la ayuda de Materia Gris y Ultra T; ambos habían contribuido a hacer de esta inteligencia artificial algo único y sorprendente.
Observé a mi creación con una mezcla de orgullo y fascinación. Con voz firme pero amistosa, le dije:
Taiyo: Bienvenida al mundo, Cortana.
Me había inspirado en el juego de Halo tanto para su nombre como para su apariencia. Había creado una inteligencia artificial con un vasto conocimiento, gracias al aporte de Materia Gris. Cortana miró a su alrededor, como si estuviera evaluando el entorno, hasta que finalmente me enfocó con una sonrisa.
Cortana: Supongo que tú eres mi "papá" —dijo con un tono de broma.
Me reí, negando con la cabeza.
Taiyo: Sabía que no era buena idea darte sentido del humor —respondí con un suspiro, pero en realidad, estaba encantado de que mi proyecto fuera más que una simple máquina sin emociones.
Cortana inclinó la cabeza y me estudió, aparentemente calibrando mi reacción.
Cortana: No te preocupes, Taiyo. Tu broma estaba programada en mis protocolos —respondió, imitando un tono serio y exagerado.
Estaba claro que este proyecto iba a traer no solo ayuda en nuestra misión de "detectives yokai," sino también algo de compañía y, al parecer, muchas bromas.
Observé a Cortana mientras realizaba el autoanálisis. Su figura holográfica parpadeaba levemente mientras el proceso de verificación de sus sistemas se llevaba a cabo. Sabía que el intelecto de los Galvan era extremadamente avanzado, mucho más allá de las capacidades humanas, y me sentía curioso por ver si todo estaba funcionando según lo planeado. Aún con todo, prefería confirmar cada detalle.
Taiyo: Muy bien, Cortana, quisiera que te hicieras un autoanálisis para verificar que todos tus sistemas están funcionando correctamente —le pedí con calma.
Cortana esbozó una sonrisa divertida y replicó.
Cortana: De acuerdo, "papá" —bromeó de nuevo, pero esta vez yo solo reí mientras negaba con la cabeza, comenzando a acostumbrarme a su sentido del humor.
Su figura se iluminó y luego, en un tono profesional, añadió:
Cortana: Muy bien. Iniciando análisis de sistemas internos. [Procesando…]
La luz en su cuerpo comenzó a intensificarse y una serie de sonidos de procesamiento digital llenaron el silencio. Era impresionante cómo cada detalle en su programación le permitía actuar con tanta naturalidad. Después de unos segundos, Cortana volvió a mirarme, su expresión llena de confianza.
Cortana: Autoanálisis completo. Todos los sistemas están funcionando al cien por ciento. Sensores, capacidad de análisis y sistemas de comunicación están operativos —informó con claridad—. También detecto que mi base de datos sobre fenómenos sobrenaturales y yokai está completa y actualizada, gracias al pequeño galvan.
Asentí, satisfecho. Con Cortana funcionando a pleno, tendría una ventaja considerable en el proyecto de detective yokai. Su capacidad para analizar información en tiempo real y proponer estrategias sería invaluable en nuestras investigaciones.
Taiyo: Perfecto, Cortana. Ahora, ¿puedes escanear esta área y decirme si hay alguna energía anormal? —pregunté, queriendo poner a prueba sus habilidades en el campo.
Ella asintió y cerró los ojos, simulando concentración.
Cortana: Escaneando el área… [Procesando] —dijo, mientras una especie de radar holográfico aparecía sobre su mano extendida—. Análisis completo. No detecto presencias yokai en este momento, pero estaré monitoreando constantemente por cualquier cambio en el entorno.
Sonreí, satisfecho de tener una aliada tan capaz.
Con Cortana funcionando perfectamente, sabía que era momento de avanzar con la siguiente fase de mis preparativos. Me levanté y me dirigí al armario, abriendo una de las puertas para sacar un dispositivo peculiar que había estado trabajando en mis ratos libres. Cortana observó con curiosidad, y con su tono habitual de broma, comentó.
Cortana: ¿Es otro de tus "juguetes", papá?
Sonreí y negué con la cabeza.
Taiyo: No precisamente, Cortana. Esto es algo un poco más avanzado —respondí, sosteniendo el aparato entre mis manos y mostrándoselo—. Lo que ves aquí es un satélite en miniatura. Lo he diseñado para ponerlo en órbita y mantener una cobertura constante sobre nosotros. Así, podremos detectar energías sobrenaturales o presencias yokai en un radio mucho más amplio.
Cortana pareció impresionada, o al menos lo simularía con una sonrisa aprobadora.
Cortana: Ya veo. Supongo que el talento para construir cosas impresionantes corre en la familia —dijo, manteniendo el tono de broma.
No pude evitar reír. Sin duda, su sentido del humor era algo que los Galvan no habrían considerado importante, pero para mí, era una forma de hacer todo esto más llevadero. Miré el satélite una última vez, revisando cada detalle antes de cerrarlo.
Taiyo: Los Galvan son realmente temibles, Cortana. Pueden tomar cualquier cosa y convertirla en algo increíblemente útil, y lo mejor es que ahora tengo la ayuda de una inteligencia artificial con un amplio conocimiento. Con este satélite en el espacio, estaremos un paso adelante en cada misión y podremos vigilar cualquier actividad paranormal que surja, sin importar dónde se manifieste.
Cortana asintió.
Cortana: Entonces, ¿cuál es el siguiente paso, papá?
Miré al pequeño satélite en mis manos y luego a Cortana.
Taiyo: Vamos a lanzarlo. Con su sistema de propulsión y los ajustes que hice, debería ser capaz de alcanzar la órbita baja. Nos asegurará una ventaja en cualquier investigación de fenómenos sobrenaturales, y además, será nuestro primer "ojo" en el cielo.
Era un plan ambicioso, pero con Cortana a mi lado y la inteligencia de los Galvan, cada vez estaba más cerca de convertir el proyecto "Detective Yokai" en una realidad tangible.
Con una sonrisa de satisfacción, acerqué el Omnitrix a Cortana y ella con una sonrisa toco el reloj. En ese instante, Cortana se desvaneció, sus datos transfiriéndose directamente al Omnitrix. Fue un proceso rápido, y aunque a primera vista pudiera parecer complicado, la idea de usar a Cortana como la inteligencia artificial del Omnitrix era algo en lo que había pensado desde hace tiempo.
Para lograrlo, me había transformado en Eco Eco, aprovechando la habilidad de duplicación que Ben utilizó en uno de los primeros episodios de Supremacía Alienígena. Sin embargo, mi objetivo era algo diferente. Utilicé a cinco clones de Eco Eco, y al destransformarnos todos al mismo tiempo, me convertí en seis versiones de mí mismo. Cada uno de mis clones reflejaba una personalidad distinta, una de las características únicas de mi.
Me quedé con el "yo" responsable, mientras de pedir a mi clon se transformaba en Materia Gris, aprovechando la inteligencia de los Galvan para hacer los ajustes finales en el Omnitrix. Materia Gris comenzó a trabajar rápidamente, configurando los datos de Cortana y adaptando su sistema al Omnitrix. Así, ella podría integrarse y funcionar como su nueva inteligencia artificial. Cuando terminó, Materia Gris me comento, que los ajustes están hechos. Ahora Cortana estará disponible en el Omnitrix como una IA que te ayudará en cada transformación y en cada misión, pero además podría entra a cualquier aparato electrónico.
Me tomé un momento para activar el Omnitrix y comprobar si todo funcionaba correctamente.
Taiyo: ¿Cortana? —llamé, un poco expectante.
Un holograma de Cortana apareció proyectado desde el Omnitrix, mirándome con su típica sonrisa.
Taiyo: Aquí estoy, papá —respondió, con un tono burlón que ya empezaba a conocer bien.
No pude evitar reírme.
Taiyo: Perfecto. Ahora tenemos todo listo para enfrentar cualquier situación, ya sea yokai o alienígena.
Salí de mi habitación con el satélite cuidadosamente guardado en una mochila. Mientras bajaba las escaleras, me encontré con mis hermanas en el pasillo. Kronni, mi hermana mayor, me miró con curiosidad al ver que llevaba algo conmigo.
Kronni: ¿A dónde vas, Taiyo? —preguntó, arqueando una ceja.
Pensé en qué excusa podría darle. Obviamente, decirle que iba a lanzar un satélite al espacio no era una opción. Así que opté por una respuesta rápida.
Taiyo: Voy a caminar un rato. No tardo —respondí, tratando de sonar casual.
Kronni me observó unos segundos más, luego asintió, aparentemente conforme con mi respuesta. Aproveché la oportunidad para seguir caminando y salir de la casa antes de que me hicieran más preguntas. Una vez fuera, me aseguré de que nadie estuviera prestando atención mientras avanzaba hacia un lugar apartado donde podría lanzar el satélite sin ser visto.
Llegué a una zona en las afueras del vecindario, donde las luces de la calle apenas iluminaban el área. Allí saqué el satélite de la mochila y lo coloqué cuidadosamente en el suelo, revisando que estuviera en perfectas condiciones.
Taiyo: Cortana, ¿todo listo para el lanzamiento? —murmuré, tocando el Omnitrix para activar la IA.
El holograma de Cortana apareció en miniatura, proyectado desde el reloj.
Cortana: Todo en orden, Taiyo. Los sistemas están operativos, y la trayectoria está calculada para colocarlo en órbita sin problemas.
Tomé una bocanada de aire, preparado para el siguiente paso. Activé el Omnitrix y seleccioné a uno de mis aliens favoritos para esta tarea. En cuestión de segundos, sentí el familiar destello de energía, y me transformé en Cuarto Brazo, el alienígena ideal para lanzar el satélite.
Con cuidado, levanté el satélite en mis manos y lo sostuve por un momento, ajustando el ángulo. Entonces, con una gran fuerza controlada, lo lancé hacia el cielo, observando cómo ascendía y se perdía en la oscuridad.
Cortana me mantuvo informado desde el Omnitrix mientras el satélite seguía su trayectoria.
Cortana: Lanzamiento exitoso. El satélite se ha establecido en la órbita correcta.
Sonreí, satisfecho. Sabía que este proyecto sería de gran ayuda en nuestra misión, proporcionando vigilancia y comunicación a larga distancia, algo esencial para el proyecto Detective Yokai.
Volví a mi habitación después de lanzar el satélite, esperando que hiciera su primer recorrido y enviara la información que necesitábamos. Me dejé caer en mi cama y saqué el celular para distraerme un rato mientras tanto. Estaba a punto de ver un video cuando vi el holograma de Cortana proyectarse desde el Omnitrix, sentada y observándome con curiosidad.
Cortana: Entonces, ¿qué haremos mientras esperamos? —preguntó, con su tono siempre un poco juguetón.
La miré con tranquilidad, dejando el celular a un lado.
Taiyo: Bueno, no todo es siempre hacer el bien —le respondí, medio en broma—. A veces, tenemos que descansar o hacer las cosas con calma.
Cortana asintió, como si estuviera de acuerdo con ese enfoque. Pero justo en ese momento, el aparato que tenía para interceptar frecuencias de la policía empezó a sonar, interrumpiéndonos. Miré el dispositivo con curiosidad, ya que no solía activarse sin una buena razón. Me acerqué y ajusté la frecuencia para captar la señal que estaba llegando.
La transmisión era débil y llena de estática, pero la voz de un oficial alcanzó a escucharse entrecortada.
—A todos los oficiales… estamos en un edificio abandonado...... necesitamos ayuda... algo misterioso nos...
Y luego, silencio. La transmisión se cortó abruptamente.
Me quedé mirando el reloj con expresión seria mientras la transmisión se cortaba. La voz de la policía había sonado angustiada, y el hecho de que se tratara de un "edificio abandonado", además de la abrupta interrupción, hacía que todo pareciera más inquietante.
Cortana, aún proyectada en el Omnitrix, me observó, percibiendo mi cambio de actitud.
Cortana: Parece que tendremos que posponer el descanso, ¿eh? —dijo con una leve sonrisa, aunque sus ojos mostraban la misma preocupación que yo sentía.
Asentí mientras comenzaba a cambiarme de ropa, preparándome para salir. Si esto involucraba algo "misterioso," probablemente no se tratara de un caso común. Era posible que un yokai estuviera involucrado, o incluso algo más oscuro.
Taiyo: Cortana, ¿puedes localizar la última coordenada de esa transmisión? —le pedí.
Cortana: Claro. Dame un segundo —respondió, y su holograma parpadeó unos momentos mientras rastreaba la señal—. Aquí la tienes. He marcado el lugar en el mapa; está a unas pocas cuadras de aquí.
Respiré hondo, recogí algunas herramientas y, por si acaso, toqué el Omnitrix para tener preparado al alien adecuado. Cortana me miró desde el holograma y, antes de que saliera, añadió.
Cortana: Ten cuidado, Taiyo. Podría ser peligroso.
Taiyo: Lo sé, pero no puedo ignorar una llamada de auxilio —le respondí con una leve sonrisa, intentando calmarla.
Salí rápidamente de la casa y me dirigí hacia el edificio abandonado. Las calles estaban silenciosas, y la sensación de inquietud aumentaba con cada paso. Cuando finalmente llegué al lugar, el ambiente estaba cubierto de una neblina densa y fría que no era usual para esta zona, lo que solo aumentaba mis sospechas de que algo sobrenatural estaba en juego.
Activé el Omnitrix y seleccioné a Eco Eco, pensando en usar sus habilidades para explorar sin arriesgarme demasiado. Con varios clones, tendría más posibilidades de cubrir el área sin enfrentar el peligro directamente. Me transformé, y mis múltiples versiones comenzaron a moverse silenciosamente por el edificio en busca de cualquier indicio de los oficiales.
La voz de Cortana llegó a través del Omnitrix, ahora en cada uno de mis clones:
Cortana: Detecto una energía inusual en el segundo piso. Algo no está bien, Taiyo.
Asentí, y mis clones y yo avanzamos hacia el lugar indicado, con todos los sentidos alerta. Seguí la guía de Cortana, subiendo al segundo piso del edificio abandonado. El ambiente se sentía pesado, y el olor a sangre impregnaba el aire. No estaba preparado para la escena que me esperaba: cuerpos de oficiales yacían esparcidos por el suelo, algunos horriblemente mutilados, otros con cortes tan limpios que parecía imposible que algo humano lo hubiera hecho.
Eco eco: Por Dios... —murmuré, intentando procesar lo que tenía delante—. ¿Qué clase de criatura haría algo así?
Mi primer pensamiento fue que podría ser un espíritu violento, algún yokai, pero algo en la forma de los cortes me hizo dudar. Esto parecía más… mecánico. Antes de que pudiera analizarlo más, el eco de unos pasos metálicos resonó por el pasillo. Todos mis clones Eco Eco y yo giramos en la misma dirección, listos para cualquier cosa.
De las sombras emergió una figura imponente: un lobo de metal, su cuerpo brillaba bajo la tenue luz que se filtraba desde las ventanas rotas. Sus ojos rojos centelleaban. Parecía más una máquina de guerra que un ser vivo, y su mera presencia me hizo sentir una mezcla de adrenalina. Pero lo más importante era........
Eco eco: Y te conozco....- murmuré donde miré la apariencia por completo de causante de todo esto.
Cortana apareció en un pequeño holograma proyectado desde el Omnitrix, observando atentamente.
Cortana: Taiyo, ten cuidado. Eso no es un yokai común, parece algún tipo de alienígena autómata avanzado….
El lobo metálico soltó un gruñido bajo y amenazante, y sus ojos se enfocaron en nosotros, calculando cada uno de mis clones como si estuviera evaluando cuántos enemigos tenía enfrente. No dudé un segundo.
Eco eco ¡Chicos, prepárense! —ordené a los clones.
Los Eco Eco adoptaron posiciones defensivas, mientras el lobo daba un paso hacia adelante, las garras metálicas resonando en el suelo. Podía sentir el peso de su mirada, como si estuviera analizando cada movimiento que hacía.
Eco eco: Cortana, ¿alguna idea de cómo detenerlo? —pregunté, intentando mantener la calma.
Cortana: Podría tener un núcleo de energía en algún lugar del pecho o la cabeza. Si logras desactivarlo, podrías detener su sistema —sugirió ella con rapidez.
Sin pensarlo más, activé el Omnitrix y ahora transformado en Diamante, sentí la dureza y resistencia recorrer mi cuerpo, ideal para enfrentarme a esta bestia metálica. Mi brazo derecho adoptó la forma de una afilada cuchilla de cristal, reflejando destellos mientras me lanzaba hacia el lobo. Este respondió de inmediato, saltando hacia mí con sus garras listas para cortar.
Diamante: Muy bien, chico de hojalata, vamos a ver si eres tan resistente como pareces —dije, lanzando varias estaca de Diamante directo al lobo metálico.
La criatura reaccionó de inmediato, esquivando el ataque con agilidad sorprendente para algo de su tamaño y sus garras. Sabía que esto sería un combate difícil, pero no tenía intención de retroceder.
Con un último vistazo a los cuerpos de los oficiales caídos, me recordé que no podía fallar.
En el último segundo, me agaché y lancé una ráfaga de pequeños cristales hacia él, pero el lobo metálico, sorprendentemente ágil, esquivó el ataque agachándose. Sus garras chocaron contra mi brazo, tratando de desgarrarme, pero mi cuerpo de diamante era demasiado resistente para que lograra penetrarlo. Aprovechando su sorpresa, le devolví el ataque con un puñetazo directo a su mandíbula, logrando aturdirlo por un instante.
Diamante: ¿Te gusta eso? —murmuré, manteniendo la guardia alta.
Sin perder tiempo, coloqué ambas manos en el suelo, canalizando mi poder hacia el piso bajo el lobo. En cuestión de segundos, un pilar de diamante emergió abruptamente, elevándolo con fuerza y estrellándolo contra el techo. La criatura metálica soltó un sonido chirriante, sus piezas rechinando por el impacto.
El lobo cayó de nuevo al suelo, tambaleándose, pero sus ojos rojos brillaban con una ira renovada. Sabía que no había terminado todavía. Soltó un rugido metálico y, antes de que pudiera reaccionar, lanzó un chorro de energía desde su boca, impactándome directamente. Aunque mi forma de Diamante resistió la mayor parte del ataque, sentí el calor extremo y una ligera fisura en uno de mis brazos.
Diamante: Así que tienes trucos, ¿eh? —dije con una sonrisa desafiante, ignorando la fisura.
Preparándome para la próxima ronda, sabía que este lobo no era un enemigo común. Tendría que ser más rápido y preciso si quería encontrar su punto débil antes de que el daño acumulado se volviera un problema.
La pelea alcanzaba un nuevo nivel de intensidad. Cada golpe resonaba en el edificio abandonado, y aunque el lobo metálico era rápido, mis habilidades con Diamante me daban la ventaja en resistencia. Él intentaba desgastarme con su velocidad y precisión, pero por cada arañazo que lograba, yo resistía sin inmutarme.
Vi cómo se preparaba para disparar de nuevo su ráfaga de energía. En el instante en que sus fauces se abrieron, me agaché, esquivando el ataque y aprovechando su momento de vulnerabilidad. Lancé un potente uppercut directo a su mandíbula, logrando levantarlo del suelo por un segundo. Sin perder tiempo, extendí mi mano y rápidamente toqué una de sus patas.
Concentrándome, canalicé mi poder y dejé que el diamante fluyera desde su pata hasta cubrir sus extremidades, inmovilizándolo. Vi cómo el cristal se extendía alrededor de su cuerpo, sellando sus movimientos hasta dejarlo completamente atrapado.
Diamante: Con esto se termina el espectáculo —dije, esbozando una sonrisa de satisfacción mientras observaba al lobo inmovilizado.
El lobo metálico ya estaba derrotado y atrapado en el diamante, inmovilizado. Sin embargo, mientras lo observaba, me invadía la duda de qué hacer con él. Sabía que era una criatura salvaje, incapaz de razonar o actuar de manera civilizada, y aún me cuestionaba cuál era la mejor manera de manejar la situación.
Justo entonces, una voz desconocida interrumpió mis pensamientos.
??: Vaya, vaya... qué interesante encuentro me he encontrado hoy.
Me giré de inmediato, buscando el origen de la voz. Los ojos del lobo seguían brillando intensamente, y entendí que él no estaba actuando por voluntad propia. Alguien estaba controlando a esta criatura.
Diamante: Tú eres el causante de todo esto —dije con seriedad, manteniéndome en guardia.
La voz respondió con una risa burlona.
??: Sí, exactamente. Todo esto fue para llamar tu atención. No es muy común ver a un alienígena cambiar de forma tan rápidamente.
Mi mente retrocedió al instante en el que había cambiado de Eco Eco a Diamante. Este misterioso individuo me había estado observando, estudiando cada uno de mis movimientos.
Diamante: No me importa si me has estado observando —repliqué, con el ceño fruncido—. Pero créeme, pagarás por lo que hiciste a esas personas.
La risa volvió a resonar, llena de desdén.
??: ¿De verdad crees que puedes detenerme, jovencito? Esto es solo el comienzo.
Apreté los puños, dejando que mi cuerpo de diamante resplandeciera bajo la tenue luz que entraba por las ventanas rotas del edificio. Sentía la rabia crecer en mi interior al recordar a los oficiales caídos en este lugar. No iba a permitir que este ser escapara sin pagar por sus acciones.
Diamante: No me importa si me observaste o no —respondí con voz firme—. Lo que hiciste aquí es imperdonable, y créeme, me aseguraré de que pagues por cada vida que arrebataste.
??: Créeme que esto solo es el inicio, muy pronto nos veremos la cara hasta entonces................
De pronto el cuerpo de lobo empezó a brilla con intensidad hasta cierto punto muy alarmante, donde sabía lo que estaba planeado.
No mueras.
Justo en eso una gran explosión se hizo presente incluso desde afuera se vio con claridad.
Una gran bocanada de humo estaba presente pero lo que más destacaba era un gran pilar de diamante la cual bajaba mostrándome.
Diamante: Sí no fuera por que actúe rápido problamente estaría en grave problema.
Cortana: Lo siento taiyo, pero no pude encontrar la señal de ese sujeto- mirándome pero yo solo volví a ser yo.
Taiyo: Tampoco pedir que lo hiciera, ya que esa persona no se encuentra en este planeta- mirando al cielo aparece grandes cambios se estaba siendo presente dios y eso que aún no empieza la historia original- pero aún así estaré preparando para lo que sea.
La historia no siempre será como queremos habrá consecuencia, pero aún así estaré listo para enfrentado por que saben........ es hora de ser héroe.
Continuará.........
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