Un conocido
Habían pasado dos semanas desde el inicio de clases, y la vida en la preparatoria se desarrollaba de forma natural. Taiyo, con su disciplina y dedicación, rápidamente se había convertido en uno de los mejores estudiantes de su generación. Sus calificaciones eran impecables, y su capacidad para comprender y resolver problemas le había ganado el respeto de profesores y compañeros. Sin embargo, Taiyo no permitía que eso lo definiera por completo; para él, la amistad seguía siendo una prioridad.
Entre las amistades que había cultivado, Ken Takakura se destacaba. Aunque reservado y algo torpe socialmente, Ken había encontrado en Taiyo un amigo con quien podía hablar libremente de su pasión: los alienígenas y los misterios del espacio. A menudo se les veía durante el receso o después de clases discutiendo sobre teorías extravagantes o noticias que Ken había registrado en su inseparable libreta.
Un día, durante el almuerzo, Taiyo decidió dar un paso más.
Taiyo: Oye, Ken. Quiero presentarte a unas amigas. Estoy seguro de que te llevarás bien con ellas.
Ken, que estaba absorto revisando unas notas sobre avistamientos recientes, levantó la vista sorprendido.
Ken: ¿A... amigas?
Taiyo asintió con una sonrisa mientras señalaba a Hana y Hikari, que esperaban cerca de una de las mesas del comedor. Al verlas, Ken sintió un repentino calor en las mejillas. Las chicas no solo eran simpáticas, sino también bastante atractivas, lo que lo puso inmediatamente nervioso.
Al acercarse, Ken hizo todo lo posible por mantener la compostura. Sin embargo, su nerviosismo era evidente: sus manos temblaban ligeramente, y evitaba mirar directamente a Hana y Hikari, prefiriendo fijar su mirada en el techo o en cualquier otra dirección.
Hana: ¿Así que tú eres Ken? Taiyo nos ha hablado mucho de ti.
Hikari: Sí, dice que eres un experto en cosas de alienígenas. ¿Es verdad?
Ken intentó responder, pero las palabras se le atoraron en la garganta. Después de un momento incómodo, simplemente asintió vigorosamente, sin atreverse a mirarlas.
Ken: (¡Maldición! ¿Por qué tiene que ser tan difícil hablar con chicas?)
Taiyo, notando la tensión, decidió intervenir.
Taiyo: Ken, tranquilo. Hana y Hikari son geniales. Además, a Hana también le gustan los temas espaciales. Seguro tendrán mucho de qué hablar.
Hana sonrió dulcemente y asintió, lo que hizo que Ken sintiera aún más presión. Sin embargo, para su sorpresa, las chicas parecían comprender su incomodidad.
Hana: No te preocupes, Ken. Sabemos que a veces es difícil hablar con personas nuevas. Tómate tu tiempo.
Hikari: Sí, no tienes que forzarte. Además, todos tenemos nuestras rarezas, ¿no?
Esas palabras aliviaron un poco a Ken, quien finalmente logró murmurar un agradecimiento.
A medida que avanzaba la conversación, el ambiente se volvió más relajado. Taiyo y las chicas se aseguraron de incluir a Ken, y poco a poco, él comenzó a sentirse más cómodo. Incluso llegó a compartir una de sus teorías más elaboradas sobre un avistamiento reciente, lo que captó el interés de Hikari.
Al final del día, mientras se despedían, Ken se sintió increíblemente agradecido. Era la primera vez que alguien lo aceptaba tal como era, sin burlas ni juicios. Taiyo, por su parte, no pudo evitar sonreír al ver cómo su amigo comenzaba a abrirse a nuevas experiencias.
Taiyo: (Paso a paso, Ken. Estoy seguro de que te convertirás en alguien increíble.)
Timeskip
En los días posteriores, Taiyo y Ken pasaban más tiempo juntos, discutiendo sus intereses comunes. Durante una de sus conversaciones, Ken mencionó que también era un gran fan de Spider-Man y Peter Parker.
Ken: Siempre me ha gustado Peter Parker. Es un nerd, como yo, pero a pesar de eso es un héroe. Además, ha peleado contra enemigos increíbles, como Venom. Es impresionante cómo logra equilibrar su vida normal con ser Spider-Man.
Taiyo no pudo evitar reír ligeramente ante ese comentario. La ironía era demasiado evidente, pero no podía revelar su secreto.
Taiyo: Eso suena genial, Ken. ¿Así que Spider-Man es tu héroe favorito?
Ken: Definitivamente. Creo que representa esperanza, incluso cuando enfrenta sus propios problemas. Nunca se rinde.
Taiyo sonrió, pensando en cómo los lectores como Ken conectaban profundamente con la historia que había creado. Pero, en su mente, también recordaba lo que había sucedido hace unos días, cuando finalmente publicó el capítulo especial tras el final del manga.
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El capítulo especial de Spider-Man había sido uno de los más emotivos que Taiyo había escrito. Mostraba a Peter Parker después de los eventos del manga, todavía dedicándose a ser Spider-Man. Sin embargo, la historia no evitaba mostrar el peso emocional que cargaba. Peter seguía afectado por la muerte de su tía May y, a pesar de su fuerza sobrehumana, todavía tenía problemas para controlar su poder en momentos de tensión emocional.
El clímax del capítulo llegaba cuando Spider-Man era invitado a visitar a Valeria, una niña de ocho años con una enfermedad incurable que lo admiraba profundamente. A pesar de su dolor interno, Peter aceptaba, decidido a llevarle algo de alegría.
El encuentro fue conmovedor. Valeria, al ver a Spider-Man entrar en su habitación, casi lloraba de emoción. Pasaron el día juntos, jugando y conversando. Valeria incluso le mostró una libreta llena de noticias y recortes relacionados con Spider-Man.
Valeria: No importa lo que digan algunos. Para mí, siempre serás un gran héroe. Eres la razón por la que nunca pierdo la esperanza.
Esas palabras impactaron profundamente a Peter. Sin embargo, hacia el final de su tiempo juntos, Valeria expresó su miedo.
Valeria: Spider-Man, ¿qué pasa si mañana... ya no estoy aquí?
Peter se arrodilló frente a ella, su voz cargada de emoción.
Spider-Man: Valeria, tú eres una niña increíblemente valiente. Tienes el corazón de un héroe. No importa lo que pase, siempre habrá alguien que lleve la máscara, porque ser un héroe no es solo tener poderes. Es ser alguien como tú, que da esperanza a los demás.
Antes de despedirse, Spider-Man tomó una decisión que nunca había hecho antes. Se quitó la máscara, revelando su rostro a Valeria.
Peter: Este es mi mayor secreto, Valeria. Sé que puedo confiar en ti para guardarlo.
Valeria sonrió, asintiendo con los ojos brillantes.
Valeria: Te lo prometo.
Peter la abrazó por última vez antes de irse, sintiendo un renovado sentido de propósito. Mientras balanceaba por la ciudad, pensó en las palabras de Valeria y en el legado que quería dejar como Spider-Man.
Spider-Man:( Tía May, espero que la encuentres allá arriba. Estoy seguro de que se llevarán muy bien.)
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De vuelta en el presente, Taiyo reflexionaba sobre esa historia y cómo había tocado a los lectores. Miró a Ken, que hablaba con entusiasmo sobre Spider-Man, y sonrió.
Taiyo: (Es por personas como él y Valeria que sigo haciendo esto. Porque cualquiera puede llevar la máscara, y eso es lo que realmente importa.)
En su habitación, Taiyo se encontraba tumbado en su cama, sosteniendo su teléfono mientras navegaba por las redes sociales. El último volumen de su manga, junto con el capítulo especial, había sido publicado hacía un par de días, y la recepción había sido abrumadora.
Las noticias estaban por todas partes: "El cierre definitivo de una era", "El mejor manga de la década", y hasta memes que decían cosas como "En efecto, esto es manga". Taiyo no podía evitar sonreír mientras leía los comentarios.
Usuario 1: La forma en que aborda el duelo y el sacrificio, pero sin perder de vista la esperanza... simplemente increíble. 1000/10.
Usuario 2: Ese capítulo especial me hizo llorar. Valeria es un personaje que guardaré en mi corazón para siempre. Qué manera de honrar a Spider-Man y a todos los que creemos en los héroes.
Incluso había fanarts de Valeria y Spider-Man, abrazándose o compartiendo momentos emotivos. Una ilustración en particular llamaba la atención de Taiyo: un dibujo donde Spider-Man le entregaba su máscara a Valeria, con la frase: "Cualquiera puede ser un héroe."
Taiyo dejó el teléfono en su pecho, cerrando los ojos por un momento. No esperaba que su obra tuviera un impacto tan profundo en tanta gente, pero ver cómo los lectores conectaban con la historia llenaba su corazón de satisfacción.
Taiyo: (Es extraño. Uno crea historias pensando en entretener, pero a veces logras cambiar la perspectiva de las personas. Si eso puedo hacer como escritor, entonces estoy en el camino correcto.
Mientras reflexionaba, su teléfono vibró con una notificación de un grupo de fans en redes sociales. Habían organizado un evento para celebrar el cierre del manga, con cosplay, proyecciones de momentos clave, y hasta charlas sobre el impacto de la historia.
Taiyo: ¡Esto sí que se salió de control!
Miró al techo, pensando en todo lo que había pasado en las últimas semanas: la escuela, su nuevo amigo Ken, y ahora el éxito de su manga.
Taiyo: Todo parece ir bien... demasiado bien.
Por alguna razón, esa última reflexión le dejó una sensación extraña en el pecho. Como si algo más grande estuviera a punto de comenzar.
Taiyo estaba tumbado en su cama, mirando distraídamente su teléfono cuando de repente vibró. Al principio pensó que era una notificación común, tal vez algún mensaje de Ken o Hikari, pero al ver la pantalla, su expresión cambió por completo. Era una invitación oficial a uno de los eventos más grandes de la industria del manga: Shonen Jump Expo.
Notificación:
"¡Felicidades, Azmuth! Has sido invitado a participar en el Shonen Jump Expo. Este evento reúne a los más grandes autores de manga y sus fanáticos de todo el mundo. Serás parte de la firma de autógrafos y podrás conocer a tus seguidores. Esperamos verte el próximo mes en el evento más grande del año. ¡Nos encantaría tenerte!"
Taiyo sintió como si el corazón le diera un vuelco. Shonen Jump Expo. Este evento era el equivalente a una Comic-Con en su mundo anterior, pero centrado completamente en el manga. Autores, ilustradores y fanáticos se reunían para compartir su pasión por el manga, y los invitados tenían la oportunidad de firmar autógrafos, asistir a paneles y participar en una serie de actividades.
No era solo un evento de fanáticos, era EL evento para cualquier creador de manga, y para Taiyo recibir una invitación tan importante significaba que su obra había trascendido mucho más allá de lo que él había imaginado. Las entradas para el evento no eran baratas, pero más allá del costo, estaba el hecho de que su nombre ahora estaba en la misma lista que los de otros autores de renombre.
Taiyo: (Esto... esto es enorme. ¿Un evento donde podré conocer a mis lectores? Pero... ¿qué voy a hacer allí? No soy un autor famoso......)
Pero en el fondo sabía que no podía rechazarlo. Este era el tipo de oportunidad que todo autor soñaba con tener. El evento no solo iba a ser una oportunidad para conocer a sus fans, sino también para aprender de los grandes del manga y mejorar como creador.
Con una sonrisa nerviosa, Taiyo aceptó la invitación. Ya no hay vuelta atrás.
Al día siguiente, en la escuela, Taiyo no podía dejar de pensar en la invitación. Estaba sentado en su escritorio, mirando por la ventana mientras los demás estudiantes continuaban con la rutina del día. Hikari y Hana se acercaron, y al notar la expresión pensativa de Taiyo, Hikari fue la primera en hablar.
Hikari: ¿Todo bien, Taiyo? Te ves un poco distraído hoy.
Taiyo se giró hacia ellas, con una ligera sonrisa.
Taiyo: Sí, todo bien. Es solo que... me acaban de invitar a un evento importante.
Hana levantó una ceja, interesada.
Hana: ¿Un evento importante? ¿Qué tipo de evento?
Taiyo dejó escapar un suspiro antes de explicar.
Taiyo: Shonen Jump Expo... un evento donde se reúnen autores de manga y sus fans. Básicamente, es como una Comic-Con, pero... ¿saben? Más centrado en el manga.
Ambas chicas abrieron los ojos, sorprendidas. Hikari no pudo evitar sonreír.
Hikari:
—¡Eso es increíble! ¿Vas a firmar autógrafos? Tienes que hacerlo, Taiyo! ¡Tus fans deben estar emocionados!
Taiyo se rió nerviosamente.
Taiyo: Aún no lo sé... no me siento tan preparado para algo tan grande.
Hana puso una mano en su hombro, con una sonrisa amable.
Hana: No te preocupes, Taiyo. Estás haciendo algo increíble, y este evento es solo el comienzo. Tienes que aprovecharlo. ¡Es tu momento!
Taiyo no pudo evitar sonrojarse un poco ante las palabras de Hana. Tenía razón, no podía dejar pasar esta oportunidad. Sin embargo, había algo que lo inquietaba.
Taiyo: (¿Y si me enfrento a grandes nombres del manga? ¿Seré capaz de manejar la presión? ¿Y si me equivoco?)
Mientras pensaba en todo eso, la campana que marcaba el final del receso sonó. Se levantó de su asiento y caminó hacia su próximo salón de clases, pero en su mente, ya se estaba preparando para lo que se avecinaba.
Taiyo estaba a punto de dar un gran paso, no solo como autor, sino también como persona. Un paso que lo conectaría aún más con sus fans, pero también con la industria del manga, algo que nunca imaginó que sucedería tan pronto.
Taiyo: (Voy a hacerlo. No voy a dejar que la oportunidad pase de largo. Es hora de ponerme a prueba.)
Así los días pasando donde la escuela era lo de menos debido a que taiyo gracias a ser un reecarnado tenía conocimiento previos, además con la ayudar de materia gris para darse apunte que el podría entender era más sencillo.
Ahora mismo estaba en clase la cual taiyo en eso momento estaba usando anteojos, mirando el libro de la página que el profesor había dicho, pero aún así no dejaba de pensar en todo lo que pasó.
Taiyo: ( Debo de tener cuidado en saber cuando es donde se origina la historia)- pensó poniendo atención al libro-( Puede que conozca a Ken, pero claro eso no significa que sea algo positivo).
Además también debía estar ocupado con el Shonen Jump Expo, la cual aun de costaba que fuera invitado, además a parte de eso había algunas empresas para que hiciera algunos negocios como lleva el manga a anime para luego hacer una adaptación a Flixnet, era una oportunidad pero debía equilibrar todo eso.
Sin darse cuenta de que era el centro de atención más para la chica debido a que se de hacia muy hermoso ver a taiyo con lentes y enfocado en los estudios.
La lluvia caía con intensidad, llenando el aire con el sonido de gotas golpeando el suelo y los techos. Taiyo caminaba con tranquilidad, sosteniendo su paraguas mientras regresaba de la escuela. El día lluvioso, lejos de ser melancólico para él, tenía algo de serenidad que disfrutaba. Sin embargo, al pasar cerca del parque, algo llamó su atención: una figura solitaria, sentada en un banco, empapándose bajo la lluvia.
Intrigado, se acercó. Era una chica de su misma edad, con el cabello rubia pegado a su rostro por el agua y una expresión ausente, como si estuviera perdida en sus pensamientos. Taiyo sintió una punzada de preocupación y sin dudarlo, inclinó su paraguas para cubrirla de la lluvia.
Taiyo: Si sigues aquí, te vas a enfermar.
La chica levantó la mirada, visiblemente sorprendida. Sus ojos se encontraron, pero no dijo una sola palabra. Su silencio estaba cargado de emociones, pero era difícil descifrarlas. Taiyo decidió no presionarla; en lugar de eso, miró hacia el cielo gris y nublado, como si estuviera hablando con alguien más.
Taiyo: ¿Sabes? Mucha gente ve la lluvia como algo triste, como si reflejara sus propios sentimientos. Y no los culpo, supongo que la melancolía tiene algo que ver con esto.
La chica continuó observándolo, sus labios apenas abiertos, pero aún sin emitir sonido alguno.
Taiyo: Pero yo no lo veo así. Para mí, la lluvia es un momento de paz. El sonido de las gotas cayendo... me hace sentir tranquilo, como si el mundo estuviera tomando un respiro- sonriendo ligeramente
La chica parpadeó lentamente, procesando sus palabras. Algo en su expresión pareció cambiar, aunque era sutil. Taiyo, sintiendo que no necesitaba decir más, dio un paso hacia ella y colocó el paraguas firmemente en sus manos.
Taiyo: Sujétalo bien, ¿vale? No quiero que te mojes más.
Ella lo miró con sorpresa, finalmente encontrando su voz.
Chica: ¿Y tú...? ¿Qué harás sin él?
Taiyo dio unos pasos hacia atrás, ya mojándose bajo la lluvia, pero con una sonrisa tranquila.
Taiyo: No te preocupes por mí. A veces, mojarse un poco también es bueno.
Se giró y comenzó a correr, sus pasos salpicando charcos mientras la lluvia lo empapaba por completo. La chica lo observó mientras se alejaba, sosteniendo el paraguas como si fuera algo más que un simple objeto.
En sus pensamientos, las palabras de Taiyo resonaron. Había algo en él, en la calma y sinceridad de sus acciones, que la hizo sentir un calor inesperado en medio del frío del día lluvioso. Por primera vez en mucho tiempo, su tristeza pareció disiparse, aunque solo fuera un poco.
Mirando el paraguas que ahora le pertenecía, murmuró para sí misma.
Chica: ¿Quién eres...?
Sin saberlo, aquel encuentro había sembrado una semilla, una conexión que quizás volvería a florecer más adelante, bajo circunstancias que ninguno de los dos podría prever.
Taiyo se detuvo bajo la lluvia, respirando profundamente después de correr. El semáforo seguía en verde, obligándolo a esperar antes de cruzar. El agua empapaba su uniforme, pero no le importaba; la sensación del frío era casi reconfortante después de todo lo que acababa de suceder. Sin embargo, una voz familiar rompió su tranquilidad.
??: Te encontré, Taiyo.
Sobresaltado, se giró rápidamente. Frente a él, bajo la lluvia, estaba Elyra, la anodita que había ayudado tiempo atrás, quien también había robado su primer beso. Su cabello rosa brillaba con un tenue resplandor bajo las gotas de agua, como si rechazaran mojarla, y sus ojos lo miraban con una mezcla de diversión y nostalgia.
Taiyo: Elyra... —susurró sin saber si lo que sentía era sorpresa, alegría o incluso un poco de vergüenza.
Así el tiempo entre ambos seguía donde un encuentro inesperado para taiyo se hizo presente mientras la gotas de la lluvia aún caía resonador en todo lados.
Continuará........
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