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Revelacion

El vasto y silencioso espacio se desplegaba frente a la enorme ventana de la nave, desde la cual se apreciaba la brillante extensión de estrellas. Una figura misteriosa, de espaldas, observaba detenidamente el panorama, envuelta en una oscuridad que apenas dejaba entrever su silueta. Su postura era imponente, como si aquel espacio infinito fuera su dominio personal, y la vastedad del cosmos se inclinara ante él.

De repente, el suave sonido de una puerta automática deslizándose rompió el silencio. Una figura femenina apareció en el umbral y, sin vacilar, avanzó hasta arrodillarse frente a él en señal de respeto y lealtad.

??: Mi señor, la máquina ya está lista -dijo ella, con la cabeza inclinada.

El hombre, sin desviar la mirada de las estrellas, permitió que una leve sonrisa se dibujara en su rostro.

??: Perfecto -respondió con un tono de satisfacción-. En ese caso, envíala a la Tierra. Es momento de comprobar la fuerza de aquel sujeto.

Frente a él, múltiples pantallas se iluminaron al mismo tiempo, mostrando imágenes de seres de distintas formas y tamaños. No eran humanos; cada figura proyectada en las pantallas tenía una apariencia única y formidable. En una de ellas, se veía un ser envuelto en llamas; en otra, una criatura con enormes alas de polilla que emitía un brillo fosforescente. Y así, cada pantalla mostraba a un ser diferente, cada uno representando una habilidad y poder único.

La figura misteriosa entrelazó sus manos, observando las imágenes con un aire de calculada expectativa.

??: Veamos qué tan capaz eres con esto -murmuró en un tono bajo, pero cargado de intriga.

La mujer asintió, aún arrodillada, recibiendo la orden en silencio. Sabía que ese despliegue era solo el inicio de un plan mayor, uno que pondría a prueba no solo a su objetivo, sino también al planeta en el que habitaba.

Pov taiyo

Habían pasado casi seis meses desde aquella noche en la que Yuki y yo resolvimos el conflicto de los Baku en el bosque. Desde entonces, todo había vuelto a la rutina, sin incidentes sobrenaturales. Mi vida giraba en torno a las clases, las tardes que pasaba con mis hermanas y los momentos que dedicaba a mis proyectos personales. También había avanzado bastante con la historia de mi manga de Spider-Man, y, para mi sorpresa, seguía siendo un éxito en el primer puesto de popularidad.

Con dedicación y algo de nostalgia, ya había cubierto la mayoría de los arcos de los villanos más icónicos de Spider-Man, explorando cada detalle de sus historias y motivaciones, desde el inicio hasta el inevitable enfrentamiento con el héroe. Pero a pesar del progreso, aún me faltaba un villano importante: el famoso Doctor Octopus. Sabía que este personaje merecía un desarrollo más profundo, y decidí tomar como inspiración la historia del videojuego de Marvel Spider-Man para PS4, donde Otto Octavius evoluciona de un científico idealista a un villano trágico.

El desafío de narrar su caída, de explorar cómo alguien con intenciones tan nobles podía acabar como un enemigo, me intrigaba profundamente. Quería plasmar no solo la lucha física con Spider-Man, sino el conflicto emocional que representaba. Con cada página, sentía que no solo estaba construyendo un villano, sino una tragedia.

A medida que desarrollaba la historia de mi manga, quise que Peter Parker también creciera. Desde el principio, lo representé como alguien que luchaba para equilibrar su vida como Spider-Man y sus responsabilidades personales. Esto no era solo un obstáculo, sino una oportunidad de evolución: lo mostré enfrentándose a situaciones difíciles y sacando lecciones valiosas de cada batalla. Poco a poco, aprendió a mantener ese delicado equilibrio, comprendiendo que ser Peter Parker y Spider-Man era algo que podía fusionar en su vida de una manera más armónica. Con el arco de Doctor Octopus, planeaba dar un giro crucial a la historia, revelando cómo su evolución como héroe y persona se enfrentaría a uno de sus mayores desafíos.

Fuera del manga, los Detectives Yokai también habíamos tenido nuestras aventuras. Aunque la vida había vuelto a la normalidad, no faltaron incidentes que requerían nuestra intervención. Uno de ellos fue un yokai que generaba una insaciable hambre en las personas, haciéndolas comer sin parar. Resolver este caso fue un tanto curioso, ya que tuve que transformarme en un alienígena con una gran capacidad de devorar cosas para poder atraparlo y detener su influencia. El segundo caso fue más complicado: un yokai que hacía que la gente olvidara cosas recientes. Nos causó varios problemas, ya que constantemente olvidábamos lo que estábamos haciendo, así que al final decidimos escribirnos notas en los brazos para recordarnos nuestro objetivo. Gracias a esa estrategia, logramos detener al yokai.

Mi relación con Yuki también había crecido, pero no de la manera que se ve en películas o libros. Nos veíamos más como mejores amigos, casi como hermanos. Incluso le presenté a Cortana, y en su típico tono humorístico, ella le preguntó a Yuki si era su "mamá." Aquello me hizo reír y tuve que explicarle a Yuki que ese era solo el sentido del humor de Cortana, y ella lo tomó bien. Más allá de eso, Cortana también fue clave en otro aspecto: nos ayudó a diseñar un método para que Yuki pudiera rastrear a otros yokai usando la esencia de sus poderes heredados de Yuki-Onna. A partir de esa idea, creamos una especie de "frecuencia de rastreo" que se conectaba con un satélite, permitiéndonos monitorear posibles actividades yokai en un área más amplia.

Así que entre el manga, las aventuras como Detectives Yokai y mi amistad con Yuki, el tiempo voló. Parecía que todo iba bien, y no podía prever que algo mucho más grande se estaba acercando...

[Presente]

Estaba en mi salón, en el asiento de siempre, al final de la última fila junto a la ventana, observando el exterior. Ser un reencarnado, como ya había mencionado, tenía sus desventajas; una de ellas era tener que repetir todo el ciclo escolar. Con el conocimiento y experiencia de un docente, el aprendizaje académico ya no suponía un reto, pero no podía saltarme estos años. Sin embargo, también tenía sus ventajas: al sobresalir en las materias y los deportes, gané el apodo de "el niño bonito" entre mis compañeros, y no precisamente por mi intelecto.

El mayor inconveniente de mi popularidad era que cada club de la academia parecía decidido a reclutarme. Los miembros de cada uno de ellos me acosaban para que me uniera, con una insistencia que llegaba a lo ridículo. Finalmente, para ponerle un fin a sus ruegos, les propuse que si lograban vencerme en su área, entonces me uniría. ¿El resultado? Una masacre literal en cada club deportivo.

Gané en todo: en atletismo, fútbol, baloncesto y cualquier otra actividad física que intentaron. Después de eso, al menos tuvieron la decencia de rendirse y dejarme en paz, aunque seguían observándome con una mezcla de respeto y frustración. Al final, había establecido mi lugar, y prefería mantenerme al margen, disfrutando de una calma momentánea... al menos hasta que surgiera otro intento por reclutarme o algún nuevo reto que quisiera sacudirme la rutina.

Estábamos en "el árbol", como llamaba a mi lugar favorito de la academia, sentados y disfrutando de una pausa entre clases. Frente a mí, Yuki comía tranquila mientras charlábamos de cosas triviales.

Yuki: Me sorprende que no haya pasado nada en estos días.

Taiyo: Bueno, es natural que tengamos días tranquilos. Además, ¿olvidaste lo que pasó con la misión dos y tres?

Yuki: Jeje- Ríe suavemente, encogiéndose de hombros- De acuerdo, no me lo recuerdes, pero me alegra que resolviéramos esos problemas.

Taiyo: Sí, porque, siendo sincero, todo se habría salido de control... aún recuerdo esos momentos en que todo se nos olvidaba de la nada.

Yuki: Aunque, debo admitir que ese alien que usaste fue lindo.

Taiyo: Sí, Upchuck es adorable... aunque está en la cima de la cadena alimenticia con esa habilidad de comer cualquier cosa.

Yuki: Aun así, no deja de ser lindo. Pone una mano en la barbilla y luego cambia de tema Por cierto, mañana es fin de semana.

Taiyo: Wow, el tiempo vuela. ¿Tienes algo planeado?

Yuki: No, para ser sincera, pero mi familia planea una salida a visitar a mis abuelos en el distrito de Minato.

Taiyo: Ya veo... así que, ¿te irás hoy?

Yuki: Sí, al terminar las clases. Suspira un poco y luego me mira Aunque, honestamente, me hubiera gustado quedarme un rato más... Las visitas familiares son lindas, pero a veces siento que necesito un descanso de la rutina familiar también.

Taiyo: Lo entiendo. Bueno, si algo pasa aquí en tu ausencia, ten por seguro que te lo contaré todo cuando regreses. Y quién sabe, tal vez incluso te esté esperando otra misión de los detectives yokai.

Yuki soltó una risa suave, y en ese instante, la calma de ese momento me recordó lo agradable que era compartir estos pequeños respiros en medio de todo lo que vivíamos.

Las clases habían terminado, y acompañé a Yuki hasta la salida de la academia. Ella notó un auto estacionado cerca y me dio una última mirada antes de suspirar.

Yuki: Bueno, es hora de irme.

Taiyo: Nos vemos en dos días- Sonreí, pero antes de que pudiera reaccionar, Yuki me abrazó. Le devolví el abrazo y me reí suavemente- Tranquila, no es como si se fuera a acabar el mundo.

Yuki: Sí, lo sé, pero... igual quería hacerlo- Sonrió, soltándome- Nos vemos en dos días.

La vi entrar en el auto y partir, y una pequeña parte de mí sentía la ausencia de su energía alegre. Sin más, empecé a caminar hacia mi casa, disfrutando de la tranquilidad de la tarde. Llegué a una casa vacía; mis hermanas estaban en sus clases, así que decidí preparar la cena. Estaba seguro de que llegarían cansadas, y una buena comida las recibiría con gusto.

Mientras cocinaba, Cortana apareció en mi reloj, observándome con su habitual curiosidad.

Cortana: Entonces... ¿tienes algo planeado para el fin de semana?- Preguntó, inclinando la cabeza digitalmente.

Taiyo: Para ser sincero, no mucho. Supongo que patrullaré un poco por la noche, asegurarme de que todo esté en orden y evitar que algo realmente peligroso se desate.

Cortana: Ya veo, pero.......- Pone una expresión de reflexión- ¿Y qué harías si algo grave sucediera durante el día?

Su pregunta me hizo detenerme y pensar. Había logrado manejar situaciones gracias a aliens rápidos como XLR8, pasando desapercibido en la mayoría de los casos. Pero sabía que, si algún día las circunstancias me obligaban a usar un alien más vistoso, la existencia de todo esto podría revelarse.

Taiyo: No lo había pensado en serio hasta ahora. Supongo que...- Sonrío, intentando aliviar la tensión que había surgido-... supongo que todavía no ha pasado nada así. Mientras tanto, podemos estar tranquilos y listos, sin preocuparnos por lo que aún no sucede.

Cortana: Ya veo- Con una sonrisa satisfecha -Entonces, al menos por ahora, podemos concentrarnos en disfrutar de la tranquilidad. Aunque debo recordarte, Taiyo, que la tranquilidad es un lujo raro para alguien en tu posición.

Taiyo: Lo sé- Suspiro mientras sirvo la comida en la mesa- Pero mientras esté en mis manos, quiero que los problemas sean los últimos en irrumpir en esta casa.

Cortana desapareció de la pantalla, y me quedé en silencio, preparando todo para la llegada de mis hermanas, disfrutando del breve respiro que la rutina me ofrecía.

Después de terminar de comer, me serví un poco más, disfrutando de la tranquilidad de la casa vacía. Sabía que mis hermanas mayores llegarían tarde, y mientras tanto, me perdí en pensamientos sobre lo que Cortana había mencionado. En algún punto, la revelación de mis transformaciones sería inevitable, aunque mi identidad podría permanecer oculta. Al terminar, limpié los platos y subí a mi habitación.

Con los días tranquilos que me esperaban, decidí aprovechar para trabajar en algunos proyectos personales. Me acerqué a mi escritorio y saqué una caja pequeña, sonriendo al recordar la inspiración que me llevó a crear su contenido. Dentro de la caja, había una serie de cápsulas que recordaban a aquellas de un anime que marcó la infancia de muchos.

Saqué una de las cápsulas y, con curiosidad, la apreté ligeramente antes de lanzarla hacia mi cama.

En un instante, una pequeña explosión de humo llenó la habitación, y de ella apareció una tabla de nieve, aunque con un toque especial: era una patineta voladora inspirada en la que Ben solía usar de niño. Me acerqué, inspeccionándola con detenimiento. Las mejoras y ajustes que le había hecho durante las últimas semanas deberían permitir que volara con más estabilidad y velocidad.

Cortana apareció de nuevo en mi reloj, observando con curiosidad.

Cortana: ¿Así que terminaste el proyecto? Tengo que decir que esa tabla se ve bastante impresionante.

Taiyo: Sí, finalmente. Esta patineta es algo que quería recrear desde hace tiempo, y con algunos ajustes, creo que podría ser realmente útil. Quizás incluso para patrullar.

Cortana:....- Asiente con aprobación- Ingenioso. Aunque, ¿no temes que llame demasiado la atención?

Taiyo: Puede ser... pero imagina lo eficiente que sería en una emergencia. Además, tengo un par de mejoras adicionales en mente para hacerla más discreta.

Con una sonrisa, activé la patineta, que emitió un zumbido suave y se elevó unos centímetros del suelo, manteniéndose estable. Me subí para probarla en el espacio reducido de la habitación, deslizándome con precaución, sintiendo la sensación de libertad que ofrecía. Era como si estuviera un paso más cerca de las habilidades de mis héroes de infancia.

Taiyo: Jaja- Riendo un poco- Tal vez esta semana no sea tan tranquila como pensaba.

Cortana: Solo recuerda lo que me dijiste hace un momento... tranquilidad y precaución. Aunque, admito que algo de emoción tampoco estaría mal.

Me quedé observando la patineta mientras planeaba mis próximos ajustes, sabiendo que en cualquier momento esa calma podría romperse, y esta herramienta podría ser justo lo que necesitara.

En otro lado de la ciudad, todo parecía seguir su curso habitual. Las personas transitaban por las calles, inmersas en sus rutinas, sin percatarse de lo que estaba a punto de ocurrir. En un pequeño parque, una madre y su hija paseaban, disfrutando del día. La pequeña niña, distraída, alzó la vista hacia el cielo y notó algo extraño.

Niña: ¡Mami, mami! —llamó a su madre, quien seguía hablando por teléfono y apenas le prestó atención.

Mujer: Ahora no, cariño, estoy ocupada —respondió rápidamente, enfocada en su conversación.

Pero la niña insistió, señalando hacia el cielo, donde aquel "cometa" que había captado su atención se acercaba cada vez más. No fue la única en notarlo. Pronto, otros en el parque comenzaron a mirar también, y la aparente curiosidad se convirtió en alarma al darse cuenta de que ese objeto no era un simple cometa. El "cometa" se precipitó hacia la tierra, estrellándose contra varios edificios cercanos y provocando una explosión que desató el caos.

El impacto levantó una nube de polvo y escombros, cubriendo el área en una espesa niebla de destrucción. Justo en ese instante, un extraño sonido mecánico comenzó a resonar desde el punto de impacto. Los presentes, paralizados por el miedo, observaron cómo, desde la nube de polvo, surgía la figura imponente de un robot. Su diseño era imponente, con partes metálicas y armas visibles que reflejaban un aspecto claramente bélico.

Sin previo aviso, el robot comenzó a disparar, creando una escena de pánico y destrucción a su alrededor.

En las alturas, un helicóptero de noticias sobrevolaba la zona, capturando cada detalle. La reportera, con voz temblorosa, narraba lo que parecía ser el inicio de un desastre sin precedentes.

Reportera: ¡Estamos en vivo desde el centro de la ciudad, donde un supuesto proyecto del gobierno parece haber escapado de control! ¡Las autoridades aún no se han pronunciado al respecto, pero podemos ver que la situación es crítica!

Mientras tanto, las sirenas comenzaban a escucharse a lo lejos, anunciando la llegada de los equipos de emergencia.

El caos se desató en el parque y sus alrededores mientras el enorme robot, que había llegado desde el cielo como un cometa, continuaba su destrucción. Los edificios colapsaban bajo el fuego incesante de sus armas, y el sonido de las explosiones resonaba en toda la ciudad, impulsando a las personas a correr en todas direcciones para escapar de la catástrofe.

El helicóptero de noticias sobrevolaba la zona, capturando imágenes en vivo. La reportera, en un intento por mantener la calma, describía la escena con voz temblorosa, intentando descifrar qué estaba ocurriendo.

Reportera: Estamos sobrevolando la zona de impacto, y como pueden ver, el caos reina en la ciudad. Se especula que este enorme robot podría ser parte de un proyecto del gobierno que ha perdido el control. Sin embargo, hasta ahora, no se ha confirmado su origen...

Mientras tanto, en mi habitación, estaba ajustando los controles de la patineta voladora cuando la transmisión del helicóptero apareció en la pequeña pantalla de mi reloj. La alerta parpadeante llamó mi atención de inmediato, y observé las imágenes con asombro y preocupación.

Cortana: Parece que tienes un trabajo inesperado, Taiyo. Esto está más allá de lo que las autoridades pueden manejar, y es una amenaza directa para los civiles.

Taiyo: Pensado que mi día seria mas tranquilo- Suspira, ajustando su reloj- Parece que la tranquilidad no duró mucho. Prepárate, Cortana, vamos a necesitar todas las opciones disponibles.

Sin perder tiempo, salí de mi habitación y me dirigí a la azotea de la casa, donde activé la patineta voladora. Me elevé rápidamente, observando la dirección de las noticias en mi reloj y apuntando hacia la zona de impacto. El viento golpeaba mi rostro, pero la adrenalina me mantenía enfocado. Mientras me acercaba, me daba cuenta de que esto no sería sencillo. Si ese robot era realmente un arma descontrolada, tenía que ser detenido antes de que causara más daño.

Cortana: Recomiendo activar a XLR8 para llegar más rápido. Esto no se ve nada bien, Taiyo.

Taiyo: Je...- Con una sonrisa de determinación- Eso estaba pensando.

Aterrizando en un lugar seguro cerca del caos, activé mi reloj y seleccioné a XLR8. Con una explosión de velocidad, me lancé hacia la escena, preparado para enfrentarme a esa misteriosa amenaza mecánica.

La zona de peligro era un caos absoluto. El misterioso robot continuaba sembrando destrucción, arrasando edificios y vehículos, mientras los civiles huían aterrorizados. La policía, superada por la situación, apenas podía contener a la multitud. La reportera transmitía cada instante de la tragedia en vivo, cuestionando si realmente había alguien capaz de detener a aquella amenaza mecánica.

Entre la multitud que escapaba, la madre y su hija seguían corriendo, pero de pronto la pequeña tropezó y cayó al suelo. La madre se detuvo de inmediato y se agachó para levantarla, sin darse cuenta de que una gran explosión había dejado los escombros de un edificio tambaleándose justo encima de ellas. Al ver que no había escapatoria, la madre envolvió a su hija con su propio cuerpo, resignada a protegerla de los escombros que caían.

De repente, sintió una fuerte ráfaga de viento que las apartó de la zona de peligro en un abrir y cerrar de ojos. Sorprendida, alzó la vista y notó que, inexplicablemente, estaban a una distancia segura de la destrucción. No entendía lo que acababa de suceder, pero entonces, vio una estela azul recorriendo la zona, sacando rápidamente a los civiles atrapados cerca del campo de batalla.

Mientras tanto, el robot seguía causando destrozos, hasta que algo —o mejor dicho, alguien— lo interrumpió con un grito.

XLR8: Oye, feo!

El robot giró bruscamente para localizar la fuente de la voz y se encontró con XLR8, quien lo miraba con determinación. La reportera, asombrada, pidió al camarógrafo que enfocara a la extraña figura azul, describiéndola como un "ser desconocido". Mientras tanto, en una casa cercana, un joven con la habitación llena de pósters y revistas de extraterrestres observaba la transmisión en vivo.

Chico: ¡Eso... eso es un alien!

Los ojos del chico brillaban de emoción al ver a XLR8 en acción. La transmisión había capturado la atención de la ciudad y, por supuesto, de Taiyo, quien sabía que el tiempo de actuar en las sombras se estaba agotando. Pero en ese momento, no había espacio para la duda; su prioridad era detener al robot antes de que hubiera más víctimas.

XLR8: Bien, ya saqué a los civiles a un lugar seguro. Ahora puedo pelear con esta cosa sin preocupaciones.- Miré al enorme robot que causaba estragos en la ciudad. - Supongo que aquí es donde dejo de pasar desapercibido.

En cuanto terminé de hablar, el robot detectó mi presencia y comenzó a lanzar una lluvia de misiles desde su espalda. A primera vista, parecían ser solo explosivos, así que me preparé para esquivarlos. Sin embargo, para mi sorpresa, aquellos misiles me seguían de cerca, igualando mi velocidad.

XLR8: ¿Cómo es eso posible?- Susurré mientras zigzagueaba a toda velocidad, tratando de sacármelos de encima.

Cortana: Son misiles térmicos, Taiyo. Están programados para seguir el calor de su objetivo.- Su voz resonó desde el reloj. -Tal vez podrías usar esa función en contra del robot.

XLR8: Me leíste la mente- Sin perder más tiempo, cambié de dirección y me lancé directamente hacia el robot.

Al verme acercarme, el robot activó su artillería láser, y los rayos comenzaron a dispararse hacia mí. Me desconcertaba pensar en cómo algo de esa magnitud y tecnología había llegado aquí, pero no tenía tiempo para dudas. Aumenté mi velocidad, esquivando los láseres y pasando justo por debajo del robot. Los misiles, que aún me seguían, impactaron contra él cuando pasé a toda velocidad, generando una gran explosión y provocando una sacudida que lo tambaleó.

XLR8: Bien, eso debería haberle dejado una buena marca... aunque no creo que eso lo detenga.

A través del humo y las chispas, el robot emergió, con su armadura dañada, pero aún en funcionamiento. Sus ojos mecánicos brillaban de un rojo amenazador mientras analizaba su entorno. Era evidente que el impacto le había afectado, pero estaba lejos de ser derrotado.

Cortana: Parece que es más resistente de lo que pensábamos. Tal vez necesites usar algo más potente.

XLR8: Tienes razón. Quizás es hora de subir el nivel.

Sabía que, si continuaba con XLR8, podría mantener la ventaja de velocidad, pero carecía del poder necesario para asestar un golpe decisivo. Miré el reloj, considerando mis opciones. Un alienígena con más fuerza podría ser la clave para detener al robot de una vez por todas. Aunque cambiar de alien significaba revelar aún más las capacidades de mi reloj, no tenía opción; la ciudad estaba en juego.

XLR8: Hora de cambio!!

Sin pensarlo más, presioné el reloj y sentí la transformación fluir a través de mí. Mi cuerpo se expandió, volviéndose colosal, y mis músculos se llenaron de una fuerza abrumadora. En un rugido, grité el nombre de mi nueva forma.

"¡Humungosaurio!"

Vi a la reportera en el helicóptero arriba, transmitiendo cada segundo de la escena. Estaba claro que esto se estaba mostrando a toda la ciudad... y quién sabe si al país entero. Pero mi prioridad era clara: detener a este pedazo de chatarra.

Humungosaurio: Muy bien, ojalata, ahora sabrás lo que es enfrentarse a alguien de tu tamaño!- dije mientras sentía mi cuerpo crecer hasta alcanzar mi máxima altura, 18 metros, igualando al robot.

Sin perder un segundo, lanzamos nuestros puños al mismo tiempo, chocando en un estruendo que resonó por todo el lugar. Sentí la fuerza del impacto recorrer mi brazo, pero me mantuve firme. El robot, sin embargo, no se quedó atrás; su estructura mecánica le daba cierta ventaja, y sus brazos metálicos se transformaron en cañones, apuntándome directamente.

Vi el brillo en sus armas mientras cargaban, pero con un giro rápido, golpeé su brazo derecho hacia arriba, desviando el disparo. La explosión de energía voló hacia el cielo, iluminando las nubes.

Humungosaurio: ¿Eso es todo lo que tienes?- grité con una sonrisa desafiante mientras preparaba mi siguiente movimiento. Sabía que esta pelea no sería fácil, pero ahora, con todo en la línea y la ciudad observando, estaba decidido a acabar con él.

En un movimiento rápido, logré sujetar al robot, dándole un giro completo antes de lanzarlo hacia un parque cercano. Vi cómo se levantaba, sin señales de estar debilitado, y me acerqué con intención de acabar con esto de una vez. Pero antes de poder reaccionar, el robot lanzó un derechazo directo a mi rostro, enviándome al suelo con un estruendo. Apenas pude recuperarme cuando sentí una fuerza tirando de mi cola; el robot me había sujetado y me giraba a toda velocidad antes de lanzarme contra un edificio, atravesando paredes y escombros.

Me levanté lentamente, sacudiéndome el polvo mientras observaba al robot lanzando una lluvia de misiles hacia mí. Salté a un lado para esquivarlos, aunque una de las explosiones me alcanzó, empujándome de nuevo. Afortunadamente, Humungosaurio era resistente, y aunque el impacto me dolió, estaba listo para seguir. Aprovechando el momento en que el robot se acercaba, arranqué una farola de la calle y la utilicé como un improvisado bate de béisbol, golpeándolo con toda mi fuerza.

Humungosaurio: Vaya, esa cosa es más resistente de lo que pensé- murmuré al ver que el robot había soportado el golpe.

Fue entonces cuando la voz de Cortana resonó desde el reloj

Cortana: Según el escaneo, tiene un punto débil: su centro de energía. Si logras retirarlo o dañarlo, dejará de ser una amenaza.

Apenas tuve un momento para procesar lo que Cortana me había dicho cuando el robot comenzó a moverse de nuevo, sus ojos brillando con una amenaza mecánica. Sabía que el centro de energía era mi única oportunidad de desactivar esta cosa, pero para alcanzarlo necesitaba superar su resistencia y fuerza.

Humungosaurio: ¡Perfecto, entonces vamos a sacarte ese centro de energía!- gruñí, alzando mi voz mientras me preparaba para el siguiente ataque.

El robot, al notar mi movimiento, apuntó sus cañones nuevamente hacia mí, disparando una serie de láseres que apenas logré esquivar saltando hacia un costado. Al aterrizar, busqué rápidamente algo que pudiera servirme de escudo. Noté un camión volcado cerca y, sin pensarlo dos veces, lo levanté y lo utilicé para cubrirme mientras avanzaba.

Cada paso que daba me acercaba más a su centro, y el robot, al parecer, comenzaba a entender mis intenciones. Cambió su estrategia y lanzó varios misiles, haciéndome retroceder. Los estallidos resonaban a mi alrededor, pero me mantuve firme, resistiendo el impacto.

Cuando estuve a una distancia segura, lancé el camión directamente hacia él, distrayéndolo lo suficiente para acercarme a gran velocidad. Aproveché el momento y me lancé sobre el robot, aferrándome a su torso. Mis manos comenzaron a buscar el panel que ocultaba el centro de energía.

Humungosaurio: ¡Aquí estás!- dije, sintiendo un leve calor que emanaba de una placa metálica en su pecho.

El robot, en respuesta, comenzó a agitarse, tratando de quitarme de encima, pero no iba a soltarme tan fácilmente. Sujeté la placa con todas mis fuerzas y tiré, desgarrando el metal. Justo cuando pude ver el núcleo de energía, comenzó a emitir una luz brillante y a vibrar.

Cortana: ¡Taiyo, el centro está sobrecargándose! ¡Si no lo sacas pronto, explotará y llevará a toda la ciudad con él!

Mis ojos se abrieron de par en par. No había tiempo para dudar. Con toda la fuerza de Humungosaurio, clavé mis manos en el centro y lo arranqué de su compartimiento. El robot dejó de moverse, sus luces parpadeando hasta apagarse por completo.

Con el centro de energía en mis manos, me alejé rápidamente de la ciudad, lanzándolo con todas mis fuerzas hacia el cielo. El núcleo voló hasta perderse en el horizonte y, unos segundos después, explotó en una brillante explosión que iluminó el cielo.

Humungosaurio: Y eso fue un... ¡home run!- solté, dejándome caer al suelo, exhausto pero satisfecho.

Las sirenas comenzaron a sonar mientras la policía y los bomberos llegaban a la escena. La reportera en el helicóptero seguía transmitiendo, sus palabras llenas de asombro. Sabía que, a partir de hoy, los rumores sobre estos alienígenas se volverían imparables, pero al menos, la ciudad estaba a salvo.

En el oscuro vacío del espacio, la silueta observaba con interés la pantalla holográfica que mostraba la pelea en la Tierra. Frente a ella, una mujer de rodillas temblaba ligeramente, nerviosa por el fallo del robot y las posibles consecuencias.

??: Parece ser que el robot fue en vano-  comentó la mujer, tratando de contener su decepción.

??: Te equivocas- replicó la silueta con un tono calculador y sombrío.- Más que fallar, hemos descubierto algo… interesante."

En la pantalla, la imagen retrocedió hasta el instante en que XLR8 tocaba el reloj y se transformaba en Humungosaurio. La silueta sonrió, sus ojos brillando con un extraño destello de emoción. Era evidente que había identificado el patrón: el alienígena cambiaba al tocar aquel extraño dispositivo en su pecho.

??: Así que el reloj es la clave de sus transformaciones,- dijo, observando detenidamente cada detalle- Eso lo convierte en algo mucho más valioso de lo que pensaba…

La mujer asintió con nerviosismo, comprendiendo las implicaciones. Si el reloj era lo que le permitía a ese ser cambiar de forma, entonces capturarlo no solo les daría acceso a sus habilidades, sino también a un poder que podía redefinir el equilibrio de fuerzas.

??: Prepárate para una nueva misión-  ordenó la silueta, su voz ahora llena de determinación- Esta vez, no perderemos el tiempo con robots. Iremos directo al origen de ese poder.

Mientras la mujer se levantaba para ejecutar la orden, la silueta continuó observando la pantalla, una sonrisa fría dibujándose en su rostro.

??: Tal vez nuestro encuentro sea tan cercano como pensaba, pero en esto me demostraste ser alguien muy capaz, veamos a donde puede llegar todo eso.

Continuará .........

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