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Problema con ballena

La hora de receso había llegado, y, como siempre, me encontraba en mi lugar favorito de la escuela: una pequeña terraza en la azotea donde casi nadie subía, lo que la hacía el sitio perfecto para descansar y charlar en paz. El sol brillaba suavemente, y la brisa fresca ayudaba a que el ambiente fuera tranquilo... al menos, hasta que empecé a contarles a Yuki y Hana lo que sucedió anoche.

Yuki: ¿Entonces te enfrentaste al Vitanexus otra vez?- Exclamó, con una mezcla de preocupación y enfado en su rostro- ¿Y por qué no me avisaste? ¡Podrías haber estado en peligro!"

Hana, siempre tan calmada y racional, también fruncía el ceño.

Hana: ¿Estás seguro de que fue buena idea enfrentarlo solo? Ese alien es extremadamente peligroso. No quiero ni imaginar lo que habría pasado si hubiera ganado...

Suspiré, intentando mantener una actitud despreocupada.

Taiyo: Chicas, no se preocupen. Tenía todo bajo control. Fue un enfrentamiento complicado, pero logré salir victorioso. Además, ya se había fusionado con un robot alienígena, así que no podía dejar que anduviera por ahí causando estragos.

Yuki cruzó los brazos, mirando al horizonte mientras aún mantenía esa expresión de preocupación.

Yuki: Es fácil decirlo ahora que estás aquí, sano y salvo. Pero cada vez que sales a enfrentarte a esos seres, arriesgas mucho. No eres invencible, Taiyo.

Sonreí, tratando de aliviar la tensión.

Taiyo: Lo sé, Yuki. Y también sé que siempre están ahí para ayudarme. Pero esta vez era algo personal. Ese Vitanexus no dejaba de ser una amenaza latente, y si no hacía algo, podría haber causado un desastre aún mayor.

Hana suspiró, aunque ya parecía un poco más tranquila.

Hana: Entiendo que tenías tus razones... pero, aun así, no estamos de acuerdo en que hayas ido solo. Si esto vuelve a suceder, debes avisarnos. Somos un equipo, ¿recuerdas?

Asentí, sintiéndome agradecido de tener amigas tan leales y preocupadas por mi bienestar.

Taiyo: Está bien, está bien. Prometo que la próxima vez las contactaré antes de lanzarme al ataque.

Finalmente, Yuki sonrió levemente, aunque aún parecía algo molesta.

Yuki: Me alegra escuchar eso. Después de todo, no queremos que te pase nada. Además...... -me miró de reojo con una sonrisa traviesa- si seguimos siendo los 'Detectives Yokai', no puedo dejar que te robes toda la acción solo.

Nos reímos juntos, y sentí que, a pesar de los peligros de la noche anterior, ahora todo estaba en calma. Estábamos listos para lo que viniera, siempre que estuviéramos juntos.

Cambié de tema, tratando de aliviar la tensión en el ambiente. Miré a Hana, quien me observaba con esa expresión dulce y angelical que siempre lograba calmarme. Su rostro reflejaba una mezcla de curiosidad y alegría, como si estuviera emocionada por todo lo que habíamos hablado, a pesar de los peligros. Dios, era realmente linda, y su sonrisa hacía que cualquier preocupación se desvaneciera.

Taiyo: Bueno, ahora que sabes que lo paranormal y lo extraterrestre existen- dije con una sonrisa- supongo que es oficial: ¡tenemos que hacer una ceremonia para darte la bienvenida como nueva integrante de los Detectives Yokai!"

Hana parpadeó sorprendida, mientras una pequeña risa se le escapaba.

Hana: ¿Una ceremonia? ¿Qué clase de ceremonia tienes en mente?

Yuki rodó los ojos, aunque sonreía, divertida.

Yuki: Taiyo siempre tiene ideas extrañas para celebrar... pero bueno, es una buena excusa para hacer algo divertido.

Levanté las manos como si fuera a dar un gran anuncio.

Taiyo: Exactamente. Una ceremonia de iniciación es lo mínimo que podemos hacer para honrar la valentía de nuestra nueva compañera- Puse una expresión solemne, fingiendo seriedad- Y como sub-líder de los Detectives Yokai, declaro que Hana merece oficialmente un lugar en nuestras filas.

Hana soltó una risita, llevándose la mano a la boca.

Hana: Oh, por favor, no es para tanto. Solo quiero ayudar y aprender más sobre este mundo misterioso. Aunque... admito que me siento un poco emocionada.

Cortana apareció en la pantalla de mi reloj, proyectando su holograma con ese tono característico de sarcasmo que siempre lograba sacarme una sonrisa. Hana dio un pequeño salto al verla, sorprendida, y entonces recordé que no se la había presentado antes.

Taiyo: Oh, olvidé presentarla- dije con una risa nerviosa, mientras Cortana me miraba con los ojos en blanco, claramente fastidiada.

Cortana: ¿En serio lo crees?- replicó con sarcasmo. Luego, con una sonrisa más formal, se dirigió a Hana- Pero en fin, un gusto conocer a la tercera miembro de esta 'organización'. Soy Cortana, una inteligencia artificial, y también la ayudante personal de Taiyo. No soy cualquier IA, por cierto. Soy muy diferente.

Hana la miró con admiración y, con un tono educado, se inclinó un poco.

Hana: Oh, ya veo. Es un placer conocerla, Cortana-san.

Cortana sonrió, o al menos eso me pareció.

Cortana: Por cierto- continuó- he estado detectando rumores extraños en la costa de la prefectura de Shimane, en Japón.

Eso captó la atención de todos, y tanto Hana como yo nos inclinamos hacia adelante, interesados en escuchar más.

Taiyo: ¿Sabes qué está causando esos rumores?- pregunté, intrigado.

Cortana asintió, proyectando una imagen de lo que parecía ser un mapa de la región.

Cortana: Hace unos días, unos cazadores salieron al mar en busca de ballenas. En medio de su expedición, se toparon con una criatura extraña: un ser de hueso, como un esqueleto viviente que se desplazaba en las aguas. Uno de los cazadores, el más valiente, intentó dispararle un arpón, pero el arma no le hizo ni un rasguño. Aquella criatura era inmune.

Hana abrió los ojos con sorpresa al escuchar la historia de Cortana. Una ballena esquelética que no podía ser dañada por arpones y que había dejado pocos sobrevivientes era algo digno de cualquier historia de terror o de leyenda urbana, pero viniendo de Cortana, sabíamos que algo muy real y potencialmente peligroso estaba ocurriendo.

Hana: ¿Un ser de hueso... un esqueleto viviente?- murmuró, todavía incrédula, pero con una mezcla de curiosidad y preocupación en su rostro- ¿Eso es siquiera posible?

Taiyo: En este mundo, y después de todo lo que hemos visto, no podemos descartar nada- respondí, con el ceño fruncido, pensando en lo que esto podía significar- Cortana, ¿hay algún registro o información adicional? ¿Algo que pueda darnos una pista de qué o quién podría estar detrás de esto?

Cortana asintió, sus ojos brillando mientras procesaba la información.

Cortana: Todavía estoy buscando en varias bases de datos y archivos históricos. Existen algunas menciones antiguas sobre criaturas similares, espíritus del mar que aparecen en forma de esqueletos de animales. Podrían estar relacionadas con leyendas yokai, o tal vez con tecnología avanzada si alguien estuviera controlando estos 'esqueletos' de alguna forma.

Yuki, quien había estado escuchando en silencio, cruzó los brazos.

Yuki: Si es un yokai, no será fácil de manejar, especialmente si ha salido del océano. Es probable que esté buscando algo o que algo lo haya despertado. Tal vez deberíamos investigar por nuestra cuenta en la costa.

Hana, mostrando su valentía, se enderezó.

Hana: Si esta misión es parte de nuestra labor como Detectives Yokai, quiero ayudar también. No me gusta la idea de que algo así ande suelto, lastimando personas inocentes.

La determinación en su voz me hizo sonreír.

Taiyo: Eso es el espíritu, Hana. Y no te preocupes, no estás sola en esto.

Cortana asintió en mi reloj.

Cortana: Tendré el mapa de la zona listo, junto con rutas de escape y análisis del área. La Prefectura de Shimane está lejos, pero si comenzamos los preparativos hoy, podremos llegar a tiempo para investigar antes de que ocurra algún otro ataque."

Hana y Yuki me miraron, ambas listas para afrontar lo que fuera que nos esperaba en el mar. Con Cortana guiándonos y con nuestra determinación firme, estaba seguro de que podíamos resolver el misterio de la ballena de hueso.

Taiyo: Entonces, ¿quién está listo para una aventura junto a la costa?- pregunté, alzando una mano.

Las tres sonrieron y asintieron, mientras planeábamos nuestra expedición hacia lo desconocido, conscientes de los peligros que podrían estar acechándonos.

Después de que terminara la escuela, nos dirigimos hacia la prefectura de Shimane. Activé el Omnitrix y seleccioné a XLR8, transformándome rápidamente en el alien de velocidad. Sin perder tiempo, tomé a Hana y a Yuki, y nos lancé a toda velocidad hacia nuestro destino. La brisa de la noche cortaba a través de nosotros mientras recorríamos kilómetros en cuestión de segundos.

Cuando llegamos, noté que Hana estaba un poco pálida, claramente afectada por la rapidez del viaje. Yuki se rió suavemente y le dio una palmadita en la espalda.

Yuki: Tranquila, Hana-chan, pronto te acostumbrarás. Taiyo siempre hace este tipo de locuras.

Hana respiró profundo, intentando recomponerse, mientras yo regresaba a mi forma humana. Observé el puerto que se extendía frente a nosotros y, señalando hacia los edificios de la zona pesquera, dije.

Taiyo: Creo que lo mejor será preguntar a los pescadores sobre el incidente. Ellos deben saber algo sobre la 'ballena de hueso'.

Yuki me miró con preocupación y preguntó en voz baja.

Yuki: ¿No sospecharán de nosotros? Esto es algo bastante inusual para unos estudiantes.

Negué con la cabeza, sonriendo.

Taiyo: No te preocupes. Diremos que es para un proyecto de investigación de la escuela. Tal vez nos tomen en serio y nos den algo de información.

Hana asintió, ya recuperada del mareo, y sonrió.

Hana: Está bien, vamos a intentarlo.

Nos acercamos a un pequeño grupo de pescadores que estaban en el muelle, revisando sus redes y preparando sus equipos. Al vernos llegar, uno de ellos, un hombre de aspecto robusto y rostro curtido por el sol, nos miró con curiosidad.

Taiyo: Buenas noches- saludé con una leve inclinación de cabeza, intentando sonar formal y educado- Disculpe, señor, estamos haciendo una investigación escolar sobre leyendas locales y rumores marinos. Escuchamos algo sobre una criatura inusual que apareció hace unos días, ¿podría contarnos más al respecto?

El pescador nos observó con atención, como evaluando si éramos dignos de su historia. Finalmente, asintió y nos hizo una seña para que nos acercáramos más.

Pescador: Ah, así que les interesa la leyenda, ¿eh?- dijo en un tono misterioso, bajando la voz- No es solo una leyenda. Esa cosa que vieron en el mar no es algo que cualquiera quiera volver a ver. Era un esqueleto de ballena, sí, pero no se movía como algo muerto. Era como si tuviera vida propia.

Hana y Yuki intercambiaron miradas, claramente intrigadas y algo inquietas.

Yuki: ¿Alguien intentó atacarla?- preguntó siguiendo el hilo de la historia.

El pescador asintió, sus ojos brillando con una mezcla de temor y respeto.

Pescador: Uno de nuestros compañeros lo hizo. Disparó un arpón, pero fue inútil. La ballena ni siquiera reaccionó. Fue como si el arponazo hubiera atravesado el aire.

Taiyo: ¿Y qué pasó después?- pregunté, ya fascinado por la historia.

Pescador: Desapareció en la niebla del mar- continuó el hombre, con un leve escalofrío- Esa criatura... algunos dicen que es un yokai, otros que es un espíritu vengativo. Sea lo que sea, les aconsejo que no se acerquen al mar de noche. No sabemos qué es capaz de hacer.

Agradecimos al pescador por su tiempo y nos apartamos para discutir en voz baja.

Taiyo: Yuki, Hana Eta vaina e seria- susurré, mirando a Yuki y Hana quien solo me mirando con los ojos ej blanco- Bien lo siento por eso, pero volviendo a lo principal si esto realmente es un yokai, tendremos que estar preparados.

Yuki asintió, con una expresión resuelta.

Yuki: Vamos a investigar un poco más y ver si hay alguna pista adicional en el puerto. Tal vez haya más personas que hayan visto algo.

Con una mirada de determinación, asentí.

Taiyo: Bien, entonces, sigamos adelante.

Después de hablar con varios pescadores, todos parecían confirmar la misma historia. La "ballena de hueso" era más que un simple rumor; parecía algo que muchos habían visto, aunque siempre envuelta en misterio y miedo. Con cada versión, el relato se volvía más inquietante, y aunque nadie sabía realmente lo que era, todos coincidían en que aquella criatura no pertenecía a este mundo.

Finalmente, nos sentamos en un banquillo cercano para procesar toda la información. La brisa del mar se sentía fría y pesada, y una niebla empezaba a aparecer en el horizonte, dándole un aire aún más tenebroso a la situación. Mientras yo miraba el mar, perdido en mis pensamientos, Yuki hojeaba su libro sobre criaturas sobrenaturales, buscando alguna referencia que nos diera una pista.

De repente, Yuki soltó un grito, haciendo que Hana y yo diéramos un brinco de la sorpresa. La miramos con ojos abiertos, y ella rápidamente se cubrió la boca, avergonzada, con las mejillas enrojecidas.

Yuki: Lo siento- murmuró, recuperando la compostura- Pero... creo que encontré a nuestro 'objetivo'.

Nos inclinamos hacia ella, curiosos y emocionados, mientras señalaba la página en su libro. En letras antiguas y con ilustraciones inquietantes, el nombre del ser que buscábamos estaba ahí: Bake-kujira.

Taiyo: ¿Bake-kujira?- repetí en voz baja, tratando de recordar si alguna vez había escuchado ese nombre. Hana también se acercó para ver, sus ojos fijos en la imagen de aquella ballena espectral.

Yuki asintió, con el rostro lleno de una mezcla de fascinación y temor.

Yuki: Según el libro, el Bake-kujira es un yokai legendario, el espíritu de una ballena muerta que vaga por los mares en forma de esqueleto. Se dice que aparece junto con la niebla y trae maldiciones a aquellos que se cruzan en su camino.

Hana: ¿Maldiciones?- preguntó, con un tono de preocupación en su voz.

Yuki: Sí- respondió pasando las páginas del libro- Algunos creen que el Bake-kujira es un presagio de mala suerte o incluso de muerte para los que lo ven. Se dice que aparece en zonas donde el mar ha sido contaminado o donde ha habido grandes matanzas de ballenas."

Me quedé en silencio, procesando lo que acababa de escuchar. Si lo que decían los pescadores era cierto, y si esta criatura realmente existía, entonces estábamos tratando con algo mucho más peligroso de lo que había imaginado.

Taiyo: Entonces, ¿qué hacemos?- pregunté, mirando a Yuki y Hana- ¿Intentamos encontrarlo o nos retiramos? Esto podría ser más peligroso de lo que esperábamos.

Hana apretó sus manos, mostrando una valentía inesperada.

Hana: No podemos simplemente ignorarlo ahora que sabemos qué es. Tal vez podamos ayudar a los pescadores, o al menos averiguar si esta criatura realmente está aquí para hacer daño.

Yuki asintió, con determinación en su mirada.

Yuki: Tiene razón. Además, si es un yokai, tal vez haya alguna manera de apaciguarlo. El libro menciona algunos rituales de purificación... podríamos intentarlo.

Tomé aire profundamente, sintiendo una mezcla de miedo y emoción. La idea de enfrentarme a un yokai como el Bake-kujira era aterradora, pero también sabía que no podía darme por vencido.

Taiyo: Entonces, está decidido- dije con firmeza- Iremos a la costa al anochecer, cuando la niebla sea más densa. Nos aseguraremos de estar preparados para cualquier cosa.

Con nuestros planes en marcha, nos quedamos en silencio por un momento, cada uno de nosotros reflexionando sobre lo que estábamos a punto de enfrentar.

La noche había caído, y la niebla comenzaba a envolver la costa de Shimane como una cortina etérea. Las olas rompían suavemente contra las rocas, pero había un silencio inquietante en el aire, como si la naturaleza misma estuviera esperando la aparición de algo ominoso.

Mientras esperábamos, noté que Hana miraba hacia el océano con una expresión de preocupación en su rostro. Sabía que, aunque su valentía era innegable, esta situación podía ser demasiado peligrosa para alguien sin poderes.

Taiyo: Hana, deberías quedarte atrás- le dije, tratando de sonar firme pero amable. Mi declaración sorprendió a ambas chicas, y Hana me miró con incredulidad.

Hana: ¿Qué? Pero... quiero ayudar. No vine hasta aquí solo para quedarme atrás- replicó, con una mezcla de sorpresa y decepción en su mirada.

Suspiré y asentí con comprensión.

Taiyo: Lo sé, y aprecio tu voluntad. Pero, Hana... eres humana. Si el Bake-kujira realmente es un yokai peligroso, podría ser arriesgado para ti.

Hana bajó la mirada, pero luego levantó la vista, decidida.

Hana: Pero, ¿y Yuki? Ella también es humana, ¿no?

Antes de que pudiera responder, Yuki se adelantó y miró a Hana con una expresión suave. Entonces, algo increíble sucedió. Yuki cerró los ojos y, cuando los abrió, sus pupilas tenían un brillo gélido. Su piel se tornó más pálida y una bruma helada parecía emanar de su cuerpo. De un momento a otro, un aura fría rodeaba a Yuki, y su figura había cambiado ligeramente, reflejando la esencia de una criatura de hielo.

Hana: ¿Qué... qué está pasando?- exclamó boquiabierta y completamente sorprendida.

Yuki sonrió, un poco melancólica.

Yuki: Es algo que no suelo mostrarle a la gente de hecho no lo hago, el unico que sabe de esto es taiyo. Este poder no es mío originalmente. Fue un último regalo de una amiga muy especial... alguien que ya no está en este mundo- explicó, con la voz teñida de nostalgia- Ella era una Yuki-onna, un espíritu de nieve, y antes de desaparecer, me otorgó sus poderes.

Hana parecía todavía procesar lo que acababa de presenciar.

Hana: Entonces... ¿tú también eres... una especie de yokai?

Yuki: No exactamente- respondió negando suavemente con la cabeza- Soy humana, pero poseo los poderes de un yokai gracias a ella. Puedo usar la nieve y el hielo a mi voluntad, y eso nos da una ventaja contra algo como el Bake-kujira.

Hana asintió lentamente, comprendiendo finalmente lo que significaba. Ahora sabía que no estaba sola en este enfrentamiento. Y aunque el miedo aún estaba presente, la confianza que sentía al ver a Yuki así la tranquilizó un poco.

Taiyo: Bien- dije, mirando a ambas con determinación.- Entonces nos preparamos. Con Yuki y sus poderes, tal vez podamos enfrentar al Bake-kujira y descubrir la razón de su aparición. Pero Hana, si en algún momento sientes que es demasiado, prométeme que retrocederás.

Hana asintió con una mezcla de nerviosismo y valentía.

Hana: Lo prometo, pero haré mi mejor esfuerzo para ayudar.

Nos mantuvimos en guardia, vigilando la costa mientras la niebla se espesaba cada vez más. Sabíamos que el Bake-kujira podría aparecer en cualquier momento, y estábamos listos para enfrentarlo. La unión de nuestros esfuerzos, y el misterio que nos rodeaba, nos recordaban lo que realmente significaba ser un equipo, enfrentándonos a lo desconocido juntos, sin importar el miedo o el peligro.

La niebla se volvía cada vez más densa, cubriendo toda la costa en un manto gris que dificultaba la visión. Sin embargo, la presencia se sentía, densa y aplastante, como si una sombra antigua y temible nos estuviera observando. Incluso Yuki, con su habilidad como Yuki-onna, parecía tensa, y Hana apretaba los puños, luchando por mantenerse firme.

Frente a nosotros, la imponente figura del Bake-kujira emergió entre la bruma. Una gran ballena esquelética, con huesos tan afilados y fríos como el acero. Sus ojos, o lo que parecían ser sus cuencas vacías, brillaban con una extraña y siniestra luz azulada. Su sola presencia parecía robar el aliento y enfriar la sangre, y cada movimiento que hacía dejaba una estela oscura en el aire, como si su existencia misma manchara el mundo a su alrededor.

Entonces, justo cuando nos estábamos preparando para enfrentarlo, algo más emergió del mar. Entre las olas y la niebla, una criatura alienígena de aspecto abisal comenzó a subir a la superficie. Su piel era oscura y llena de tentáculos que ondulaban con movimientos inquietantes, y emitía una energía que hacía que el Bake-kujira se tornara aún más sombrío.

Taiyo: ¡Hana, tienes que irte de aquí ahora!- exclamé, lanzándole una mirada de advertencia. Sabía que ella quería ayudar, pero la magnitud de estas entidades superaba cualquier peligro que hubiéramos enfrentado antes.

Hana: ¡Pero...!- Comenzó a protestar, pero Yuki también la miró con seriedad.

Yuki: Es demasiado peligroso, Hana- le dijo con una mezcla de firmeza y preocupación- Por favor, confía en nosotros.

Hana asintió, claramente reacia, pero entendió que quedarse solo pondría a todos en mayor riesgo. Dio un paso atrás y comenzó a alejarse, manteniéndose en la sombra de las rocas, lista para correr si era necesario.

Respiré hondo y miré el Omnitrix en mi muñeca, concentrándome. Necesitaba un alienígena que pudiera enfrentarse a algo tan inmenso y poderoso como el Bake-kujira. Sin perder tiempo, seleccioné la forma que creí sería la más efectiva en este tipo de batalla. La X del Omnitrix se iluminó y, en un destello de luz verde, mi cuerpo comenzó a transformarse, volviéndose más sólido y robusto.

NRG!!!

Yuki: Oh ese es nuevo- mencionó debido a que no lo había visto.

NRG: Tengo varios trucos, que no puedo revelar aun- mencione de forma tranquila - Yuki, necesito que mantengas la niebla bajo control. Si puedes disminuirla un poco, tendré mejor visión para atacar- le dije, sin quitar la vista del Bake-kujira.

Yuki asintió y levantó las manos, invocando sus poderes para empujar la niebla hacia atrás lo suficiente para que ambos tuviéramos una vista más clara del monstruoso yokai.

Sin perder un segundo, avancé hacia el Bake-kujira, preparándome para el enfrentamiento. Sabía que tendría que darlo todo y luchar con cada habilidad que tenía para proteger a mis amigos y acabar con la amenaza de una vez por todas.

Una vez transformado en NRG, sentí el poder de la radiación fluir a través de mi cuerpo, concentrándose en los tres orificios de mi armadura. Sin perder tiempo, apunté hacia la criatura alienígena que emergía del mar, lanzando un potente rayo de energía radiactiva en su dirección. El rayo atravesó la niebla, iluminando el ambiente y generando una onda de calor que se sintió incluso a través de la armadura de contención. La criatura se retorció, sus tentáculos sacudiéndose violentamente mientras la radiación impactaba en su forma abisal.

La energía radiactiva era devastadora, y pronto la criatura comenzó a desintegrarse, dejando una mancha oscura en el agua antes de finalmente desaparecer, derrotada por completo.

Mientras tanto, Yuki desplegaba sus habilidades de Yuki-onna, creando enormes glaciares a lo largo de la costa. Las barreras de hielo eran altas y resistentes, sirviendo para bloquear el avance de otros seres y mantenerlos a raya. El frío en el aire se intensificó, y la combinación de la niebla y el hielo daba al escenario un aspecto inquietante y espectral. Cada vez que algún espectro marino o entidad intentaba avanzar, era detenido por las gélidas barreras de Yuki, atrapados en el hielo que crecía y se extendía como murallas.

Hana, desde su posición segura, observaba con asombro y temor mientras luchábamos contra seres que hasta ahora solo había escuchado en leyendas. Sus ojos reflejaban una mezcla de preocupación y admiración mientras yo seguía disparando ráfagas de energía contra cualquier amenaza que intentara aproximarse.

El Bake-kujira, sin embargo, permanecía inmóvil, observándonos. Su mirada vacía, pero llena de una energía siniestra, parecía evaluar cada uno de mis movimientos. Finalmente, lanzó un rugido espectral que resonó en toda la costa, y comenzó a avanzar hacia mí, desafiando las barreras de Yuki.

NRG: ¡Aquí vamos!- murmuré, preparándome para enfrentar a la legendaria ballena esquelética.

El rugido del Bake-kujira resonó como una tormenta mientras cargaba hacia mí, su gigantesca estructura ósea moviéndose con una fuerza inesperada. No tuve tiempo de reaccionar antes de que su embestida me alcanzara, lanzándome contra una colina rocosa en medio del agua. Las rocas se hicieron añicos a mi alrededor, y por un momento, el impacto generó una densa nube de polvo y escombros que cubrió toda la zona.

Desde la playa, pude ver la preocupación en los rostros de Yuki y Hana mientras observaban atentamente, temiendo lo peor. Sin embargo, cuando el polvo se disipó, me levanté, intacto, y clavé mi mirada en la bestia frente a mí, sonriendo con una mezcla de desafío y determinación.

NRG: Vaya, realmente eres feo- mencioné, mientras mi armadura brillaba intensamente. Aprovechando la oportunidad, lancé otro rayo de radiación desde los tres orificios de mi armadura, dirigiéndolo con precisión hacia el Bake-kujira.

La criatura espectral se estremeció ante el impacto, y pude notar cómo su estructura ósea comenzaba a resquebrajarse levemente bajo el efecto de la radiación.

NRG: Puede que las cosas normales no te hagan daño, pero créeme, esto.......-No terminé la frase. Antes de poder reaccionar, el Bake-kujira giró rápidamente y, con un coletazo feroz, me envió volando desde el mar hacia la playa. El golpe fue tan fuerte que atravesé la arena, creando una hendidura en la orilla al caer, rodeado de fragmentos de roca y agua salada.

Desde el suelo, miré al imponente Bake-kujira, que avanzaba lentamente hacia mí, su figura envolviéndose en una niebla densa y oscura. Podía sentir el aura sombría que irradiaba, como si cada paso suyo apagara la misma luz alrededor.

NRG: Esto se está poniendo interesante- murmuré, reincorporándome. Sabía que tendría que intensificar mi estrategia para derrotar a un ser tan imponente.

Mientras Yuki seguía manteniendo a raya a las misteriosas criaturas con sus glaciares, Hana observaba la escena con el corazón acelerado. La determinación en su mirada se mezclaba con la impotencia de no saber cómo ayudar de forma efectiva. A su alrededor, todo era caos: el furioso rugido del Bake-kujira, los destellos de la energía que lanzaba NRG y el hielo que Yuki creaba en un intento desesperado por contener las amenazas.

De repente, Hana sintió una extraña presión en su pecho, como si algo profundo y antiguo despertara en su interior. Se llevó la mano al pecho, tratando de calmar la sensación, pero pronto el dolor de cabeza se intensificó, y su visión se volvió borrosa. Cerró los ojos por un momento y, al abrirlos, se encontró en un lugar completamente distinto.

Ya no estaba en la costa. Estaba en el vasto océano, pero no en su superficie, sino en las profundidades, rodeada por aguas oscuras y tranquilas. Miró a su alrededor, desorientada, y de repente vio una figura que la dejó sin aliento: una pequeña ballena, que nadaba junto a ella con movimientos suaves, llenos de curiosidad e inocencia.

Hana: ¿Qué... es esto?- murmuró en un susurro lleno de confusión. Su mente estaba en otro lugar, en otro tiempo quizás. Sentía el peso de una conexión inexplicable con aquella ballena bebé, como si estuviera reviviendo un recuerdo que no era suyo, pero que de algún modo se sentía familiar. La imagen de la ballena pequeña era serena, y una profunda tristeza comenzó a invadir a Hana, sin que ella supiera el motivo exacto.

De pronto, la visión cambió y el océano se oscureció aún más. La paz se transformó en una sensación de amenaza, y en el fondo de las sombras comenzó a emerger la silueta de una ballena más grande, formada por huesos y una energía sombría. Hana reconoció de inmediato a la criatura: era el Bake-kujira, el mismo que ahora atacaba en la costa. Sin entender cómo, sintió que este ser tenía un vínculo con aquella pequeña ballena de sus visiones, y que algo profundo y trágico se escondía en la existencia de esta criatura espectral.

Volviendo al presente, Hana abrió los ojos, aún tocándose el pecho. La confusión seguía ahí, pero algo había cambiado dentro de ella. Era como si ahora comprendiera, aunque solo un poco, la naturaleza del Bake-kujira y el dolor que lo impulsaba. Con una mirada decidida, supo que ya no podía quedarse de brazos cruzados. Miró a sus amigos, que seguían luchando ferozmente, y supo que tenía que actuar.

Hana respiró hondo, aún sintiendo el peso de aquella visión resonando en su interior. Sus piernas temblaban un poco, pero la determinación la impulsaba a dar un paso al frente. Algo en ella sabía que el Bake-kujira no era solo un monstruo destructivo; era una criatura atrapada en su propio dolor, incapaz de liberarse de aquello que le mantenía en esta forma espectral y vengativa.

Hana: Yuki, Taiyo...- murmuró, pero su voz era demasiado baja. Volvió a mirar al Bake-kujira, cuyo imponente esqueleto parecía brillar con una energía sombría en medio de la neblina. Se armó de valor, se llevó las manos a la boca y gritó- ¡Esperen! ¡No ataquen más!

En eso nos detuvimos a escuchar la voz de hana para mirada, sorprendidos, pero antes de que pudieran decir algo, Hana avanzó hacia la playa, en dirección al Bake-kujira, alzando sus manos en un gesto de paz. Yuki trató de detenerla, pero algo en la mirada de Hana la hizo retroceder. Por mi parte, en mi forma de NRG, dudé, pero mantuve la distancia, observando cuidadosamente por si era necesario intervenir.

El Bake-kujira fijó su mirada hueca en Hana, sus ojos, si es que tenía alguno, parecían vacíos y oscuros. La criatura emitió un gruñido profundo, como si sintiera su presencia pero no supiera qué hacer con ella. Sin embargo, Hana permaneció firme, su corazón latía rápidamente, pero en sus ojos había una compasión infinita. Recordó la visión de la ballena pequeña y las sombras que la rodeaban. ¿Sería posible que este espectro buscara algo que había perdido?

Hana: Sé que estás sufriendo- dijo en voz baja, esperando que la criatura pudiera, de algún modo, escucharl- Puedo sentirlo. No tienes que seguir así.

El Bake-kujira se detuvo un momento, como si las palabras de Hana le llegaran. Emitió un sonido profundo, como un lamento, y el aire alrededor de todos ellos se volvió más denso, la niebla se hizo más espesa, envolviéndolos. Hana cerró los ojos y alzó sus manos hacia el espectro, concentrándose con toda su voluntad. Su conexión con aquel recuerdo que no era suyo creció, y en ese instante, imágenes pasaron rápidamente por su mente: el océano, una ballena nadando libre, la calma de las aguas antes de un desastre desconocido.

Una luz comenzó a emanar de Hana, brillante y suave, bañando al Bake-kujira. La criatura parecía calmarse lentamente, su energía oscura se debilitaba poco a poco. Observábamos en silencio, asombrados por lo que estaba ocurriendo. La niebla comenzó a disiparse, y el espectro de la ballena pareció soltar un último suspiro. Con un brillo que se desvanecía en el aire, el Bake-kujira comenzó a desaparecer, su presencia se desintegraba en pequeñas partículas de luz, hasta que solo quedó el susurro del viento.

Cuando todo terminó, Hana cayó de rodillas, exhausta, pero en paz. Yo y yuki corrimos hacia ella, y juntos miramos el mar, donde antes había estado el Bake-kujira. Todo se sentía en calma; la costa estaba en silencio, y el océano parecía haber devuelto su serenidad.

El viento frío golpeaba mi rostro mientras observaba el océano, mis pensamientos vagando entre el mar y las palabras que aún resonaban en mi mente. Hana había susurrado algo, como si hablara con el viento, y aunque su voz era suave, había algo en sus palabras que me inquietaba.

Hana: Creo que... finalmente está en paz...- murmuró, sus ojos mirando fijamente el horizonte. Yuki, a su lado, se agachó y la abrazó, como si necesitara ofrecerle consuelo, pero también como si ella misma buscara consuelo. Había algo más detrás de su gesto, una carga no dicha.

Mis ojos se desvían hacia Hana, intentando entender lo que realmente estaba ocurriendo. Había exorcizado a un yokai, algo que pocos podían hacer con tan poca preparación. Me hizo pensar en su familia, en lo que podría esconder detrás de su aparente calma. Era posible que su linaje estuviera relacionado con antiguos exorcistas, pero no me atrevía a preguntar aún.

Taiyo: Será mejor volver- dije, con una calma que contrastaba con el caos interno que sentía al intentar entender lo que acababa de ocurrir. Hana y Yuki asintieron, ambas de acuerdo, pero antes de que pudiéramos dar un paso, algo ocurrió.

Algo emergió del océano. Nos giramos lentamente, aún sin comprender lo que veíamos, hasta que la figura se hizo clara. Una ballena bebé, enorme, pero aún vulnerable, salió a la superficie y luego volvió a sumergirse en el agua con la misma lentitud que había llegado. Un fenómeno tan hermoso como inquietante.

Fue entonces cuando vi a Hana. Sus ojos se llenaron de lágrimas, y mi estómago se retorció al ver su rostro, una mezcla de tristeza y paz. Yuki, preocupada, la miró fijamente, como si quisiera preguntar, pero no sabía cómo.

Hana: Ella es....- murmuró sus palabras apenas audibles, como si estuviera viendo algo más allá de la ballena- Al menos el pequeño se pudo despedir de su madre," dijo, y me dio la impresión de que no solo hablaba de la ballena, sino de algo mucho más profundo.

El aire se volvió denso mientras todos nosotros observábamos el océano, la ballena ya lejos, pero las emociones que había despertado seguían flotando en el aire. Sentí que algo había cambiado, pero no podía decir exactamente qué. Solo sabía que, por un momento, el mundo parecía haber detenido su curso, como si hubiera habido un pequeño respiro para aquellos que no podían encontrar paz.

Continuará.........

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