Origen parte 3
Mientras estaba en clase de matemáticas, trataba de disimular mi aburrimiento. Repasar ecuaciones y conceptos básicos que ya conocía no era exactamente el mejor plan para empezar el día. Supongo que es uno de los pocos inconvenientes de haber reencarnado; mientras mis compañeros se esforzaban por comprender cada concepto, yo simplemente repasaba mentalmente temas más avanzados, sin poder compartir ese conocimiento. Y, aunque disfrutaba de mantener este “secreto” académico, me hacía sentir aún más alejado de los demás.
Cuando llegó la hora del receso, salí del salón y me dirigí hacia mi lugar habitual: un viejo árbol en las afueras de la escuela. Me gustaba sentarme allí para desayunar tranquilo, alejado del bullicio y de las conversaciones que, para ser sincero, poco me interesaban. Podría decir que tengo algunos conocidos en la escuela, pero “amigos” en el sentido profundo de la palabra... quizás no tanto. Tal vez es porque, en mi vida pasada, también era alguien reservado, y aunque tenía amigos, la conexión con ellos no era tan cercana como la que otros parecían tener.
Supongo que era algo inevitable; en mi vida pasada, siempre había tenido una cierta dificultad para comunicarme debido a mi voz diferente. Mi tono era algo inusual, y eso me hacía sentir fuera de lugar, lo que me llevó a distanciarme para evitar el rechazo. Y aunque ahora mi voz es diferente, esa costumbre de mantener cierta distancia con los demás sigue presente. Viejos hábitos que, aparentemente, no mueren, incluso en una nueva vida.
Mientras estaba bajo el árbol, noté una escena que me llamó la atención: unos bravucones estaban molestando a un compañero, uno de esos estudiantes más tímidos, retraído, que prefería no llamar la atención. Y de alguna forma, en él me vi reflejado. No era un parecido físico, sino más bien en su actitud y expresión. Parecía inseguro, aislado… algo que conocía muy bien de mi vida pasada.
Observé la escena, sintiendo cómo esa incomodidad se transformaba en una especie de obligación moral. Podía ver en sus ojos el mismo deseo de ser invisible que yo había tenido en mi vida anterior. Y aunque no solía meterme en problemas, algo en mí, tal vez el recuerdo de mi propia experiencia, me impulsaba a hacer algo al respecto.
Sin dudarlo, me levanté y caminé tranquilamente hacia la escena, notando cómo todos los estudiantes a su alrededor simplemente observaban sin atreverse a intervenir. Algunos parecían esperar, como si estuvieran midiendo mi reacción, esperando ver si el “chico bonito”, como me llamaban algunos, haría algo fuera de lo común. Cuando el bravucón levantó el puño para golpear al chico, le sujeté el brazo en el aire con firmeza.
El bravucón me miró con irritación y gruñó no esperando mi intervencion.
Bravucón: ¿Qué demonios crees que estás haciendo, Uchūsei?
Sin inmutarme, respondí en tono tranquilo, pero con autoridad
Taiyo: Evitando que cometas una idiotez. Deja al chico en paz.
La tensión en el ambiente era palpable. Todos los estudiantes alrededor observaban en silencio, algunos con miradas de incredulidad. Parecía que nadie podía creer que alguien como yo, el “chico bonito” que usualmente no se metía en problemas, estuviera ahora en medio de una situación como esta, defendiendo a alguien.
El bravucón me empujó, claramente incómodo y queriendo recuperar su control sobre la situación.
Bravucón: Métete en tus propios asuntos, Uchūsei. Esto no tiene nada que ver contigo.”
Solté una pequeña sonrisa, sin retroceder ni un paso.
Taiyo: Créeme, amigo, que esto sí me concierne. No me gusta ver cómo abusas de alguien más solo para sentirte importante. Deberías madurar y dejar de comportarte como un niño pequeño.
El comentario pareció hacer mella en él, como si nunca hubiera esperado que alguien se atreviera a decirle algo así en público. Noté que la multitud estaba empezando a murmurar, y algunos de los que solían callar en su presencia ahora observaban con cierta curiosidad y hasta con una chispa de aprobación.
Taiyo: Sabes, deberías dejar de comportarte como un niño berrinchudo y empezar a madurar- le dije, mirando a mi alrededor- Mira a los demás, ¿acaso se están riendo de lo que haces? Claro que no, porque ellos han madurado, algo que tú no haces. Molestar a alguien solo para llamar la atención te hace ver más tonto de lo que pensé- Dije esto mientras me rascaba la nuca, observándolo. Por un momento, pareció quedarse en silencio, pero pronto apretó el puño e intentó golpearme.
Con cada golpe que lanzaba, simplemente me limitaba a esquivar, viendo cómo su expresión se torcía en frustración. Cuando intentó darme un gancho directo, me moví a un lado justo a tiempo y, sin mucho esfuerzo, coloqué mi pie en su camino, haciendo que tropezara y cayera al suelo. Las risas se escucharon a nuestro alrededor; algunos de los estudiantes que habían estado en silencio ahora disfrutaban de la escena.
El bravucón, ahora rojo de ira, se levantó con aún más furia, lanzando otro golpe hacia mí. Pero esta vez, en un movimiento rápido, sujeté su brazo y lo torcí con firmeza, provocándole una mueca de dolor.
Taiyo: No debiste hacer eso- murmuré antes de darle un golpe directo que lo dejó fuera de combate. Las risas se desvanecieron de inmediato, y un silencio tenso llenó el lugar mientras todos observaban lo que acababa de suceder.
Respiré hondo y me dirigí al chico que había sido molestado. Lo ayudé a ponerse de pie, dándole una sonrisa tranquilizadora.
Taiyo: Eres fuerte- le dije en voz baja- solo necesitas recordarlo- Luego me di cuenta de que había llamado mucho la atención, y seguramente esto llegaría a los oídos de los profesores. Sabía que tenía que dirigirme a la dirección y enfrentar las consecuencias, pero al menos había dejado claro que no toleraría ningún abuso.
Estaba en la dirección, escuchando pacientemente mientras el director explicaba la situación y el motivo de la suspensión de cuatro días. Sabía que mis hermanas estaban molestas, y no me sorprendió ver sus caras serias cuando la puerta se abrió y ambas entraron. La conversación giró en torno a lo que había pasado con el bravucón y la "irresponsabilidad" de mi acto. Aun así, dentro de mí, sabía que había hecho lo correcto. Prefería ser castigado a permitir que alguien fuera víctima de bullying.
Mis hermanas me miraban con una mezcla de frustración y preocupación en los ojos. Kronni, la mayor, tomó la iniciativa y dijo.
Kronni: Sabemos que lo hiciste con buena intención, pero esa no es la manera correcta de resolver las cosas. No tienes que pelear para demostrar que algo está mal.
Escuchaba en silencio mientras ambas me reprendían. Al final, me puse de pie, sin apartar la mirada y respondiendo con calma.
Taiyo: Tienen razón. Por mi culpa, causé problemas y les hice perder su tiempo. Ustedes tuvieron que dejar la universidad y la preparatoria para venir hasta acá... lo siento. No volverá a pasar.
Ambas me miraron sorprendidas, como si no esperaran que admitiera mi error tan rápido ni que les pidiera disculpas de esa manera. Kronni parecía a punto de decir algo más, pero antes de que pudiera continuar, me levanté y dije.
Taiyo: Estoy castigado los días de suspensión. No las voy a molestar ni les haré perder más tiempo conmigo.
Dicho eso, me dirigí hacia mi habitación, dejándolas en silencio en la sala. Sabía que lo que había hecho no era lo que esperaban, y tal vez, había roto un poco sus expectativas sobre mí, pero estaba decidido a que esta vez cumplieran su castigo. Al cerrar la puerta detrás de mí, sentí que el peso de mis palabras había dejado una impresión en ellas.
Mientras cerraba la puerta, escuché sus murmullos, y supe que mi disculpa había generado dudas en ellas. No solo por lo que había hecho, sino porque, de repente, parecían darse cuenta de algo: el peso de la ausencia de nuestros padres y lo distantes que habíamos estado. La pérdida de nuestro padre había caído con fuerza en ambas, y en su afán por seguir adelante, parecían haber olvidado que yo aún era un niño.
Quizás este incidente era un recordatorio de que, aunque intentaba ser independiente, seguía siendo su hermano menor y también necesitaba su apoyo. Sin embargo, sabía que ellas también estaban lidiando con su propio dolor, y en lugar de esperar algo de ellas, debía mostrarles que yo también podía ser fuerte, tal como ellas intentaban ser.
Estaba sentado en mi escritorio, avanzando en las páginas del manga de Spider-Man, tratando de mantener mi mente ocupada. Durante el día, apenas salía de mi habitación, solo para lo básico o cuando mis hermanas me llamaban para la cena. No quería ser una molestia, especialmente después de la charla de aquella tarde. Me perdí en mis dibujos, pero el sonido de la puerta al abrirse me sacó de mis pensamientos.
Justo cuando estaba revisando unos bocetos, la puerta se abrió, y Kronni entró. La tensión era palpable, como si ambos supiéramos que había algo en el aire que no terminábamos de expresar. Ella respiró hondo y, con un tono que intentaba sonar casual.
Kronni: Sabes he estado pensado que es momento de tener una salida de hermanos- mencionó mientras jugaba con los dedos- Te gustaría ir al centro comercial conmigo y saori.
Levanté una ceja, confundido dejando lo que estaba haciendo, jamas espere ese suceso, pero.......
Taiyo: ¿Así es como funcionan los castigos ahora?- respondí, con una pequeña sonrisa. Me alegraba de que me invitara, pero aun así, añadí- Ve tú con saori y diviértanse. No quiero saltarme el castigo.
Kronni bajó la mirada un instante, con una expresión que mezclaba tristeza y preocupación. Sabía que nuestra relación era buena, pero había una distancia entre nosotros, una desconexión sutil. Era como si habláramos, pero nunca lo suficiente, como si algo se hubiera quedado en el aire desde la muerte de papá.
Kronni: Solo pensé que… sería bueno que hiciéramos algo juntos- dijo ella, casi en un susurro- A veces siento que... no te doy el tiempo que necesitas. Quizá es porque creciste tan rápido, no sé. Pero quiero que sepas que... estoy aquí.
La sinceridad de sus palabras me tomó por sorpresa, y aunque mi primera reacción fue rechazar la idea, una pequeña parte de mí comenzó a dudar. Tal vez este momento de acercamiento era necesario.
Al salir de la puerta, Kronni se encontró con Saori esperándo en el pasillo, su rostro iluminado por una sonrisa esperanzadora. Pensó que tal vez había buenas noticias, pero Kronni la miró y simplemente negó con la cabeza, dejando claro que la situación había cambiado.
Saori: ¿Qué pasa? —preguntó su entusiasmo se desvanecía rápidamente.
Kronni: No es un buen momento —respondió, su voz estaba teñida de preocupación.
Saori, al escuchar esto, se sintió culpable. Miró hacia el marco en la pared donde había una foto de toda nuestra familia. La imagen capturaba un momento feliz de nuestra infancia, donde éra chica y Taiyo era apenas un bebé en los brazos de mamá.
Saori: Recuerdo cuando éramos todos felices —dijo su voz temblando—. Nosotras teníamos a papá y mamá cerca de nosotros, nos vieron crecer. Pero Taiyo solo tenía cinco años cuando los perdimos. Él nunca experimentó lo que nosotras vivimos con ellos.
Kronni la escuchó en silencio, su mirada fija en el suelo. Las palabras de Saori resonaban en su mente, y se dio cuenta de cuán cierto era lo que decía.
Kronni: Nos hemos dejado llevar por nuestras propias preocupaciones —respondió Kronni, su voz temblando también—. Sin darnos cuenta, lo hemos dejado de lado, y eso realmente le ha afectado.
Saori apretó los puños, sintiendo la culpa apoderarse de ella.
Saori: Si nuestros padres nos vieran ahora, estoy segura de que estarían decepcionados de cómo hemos alejado a Taiyo.
Kronni sintió que el nudo en su pecho se hacía más fuerte. La imagen de nuestros padres, con su amor y dedicación, siempre presente en nuestras memorias, se contraponía a la realidad actual. Taiyo, su pequeño hermanito, había crecido en un ambiente lleno de tensiones, sin la calidez que nos había rodeado a nosotras cuando éramos pequeñas.
Kronni: Debemos hacer algo —dijo con una resolución renovada—. No podemos permitir que Taiyo crezca sintiéndose solo. Necesitamos acercarnos a él, mostrarle que estamos aquí.
Saori asintió, sintiendo que esa era la dirección correcta.
Saori: Sí, no podemos dejar que se sienta apartado. Vamos a invitarlo a hacer algo divertido, algo que lo haga sentir parte de nuestra familia.
Con esa decisión, las dos se mirando, comprendiendo que era el momento de reconstruir lo que había descuidado.
Mientras mis hermanas hablaban, no
sabía que estaba escuchando su
conversación desde mi habitación. Su
charla me hizo sentir aún más fatal.
Aunque estaba en el cuerpo de un chico
de 12 años, seguía siendo la misma
persona en el fondo, consciente de que
tenía una vida por delante y no podía
permitir que mi relación con ellas se
viera afectada.
Tomé un momento para reflexionar
sobre lo que significaban Kronni y Saori
para mí. Eran mi familia, y era esencial
que encontráramos una manera de
unirnos nuevamente. Sin más, me puse
algo de ropa adecuada para salir. No
quería ser el niño que se quedaba
encerrado en casa todo el tiempo; era
hora de ser parte activa de mi nueva
vida como Taiyo.
Bajé las escaleras con determinación. Al
Ilegar a la sala, me acerqué a ellas con
una sonrisa amplia.
Taiyo: Supongo que ir un rato no estaría mal. Además, ustedes me invitaron, así que debería ser agradecido con ustedes-
dije tratando de sonar casual.
Kronni y Saori se sorprendieron al
escucharme. Sus ojos se iluminaron de
alegría, y antes de que pudiera darme
Cuenta, ambas comenzaron a prepararse
para salir.
Saori: ¡Genial! ¡Voy a buscar mis zapatos!
Kronni: Y yo voy a buscar algo para llevar -
añadió ya entusiasmada.
Mientras esperaba, no podía evitar sentir
que este era un paso importante. No
solo estaba aceptando mi nueva vida,
sino también abriendo un nuevo
capítulo en nuestra relación. No siempre
tenía que pensar como Adreff; ahora
debía vivir mi vida como Taiyo.
Cuando mis hermanas regresaron, listas
para salir, me di cuenta de que la
tensión que había sentido antes se
estaba desvaneciendo. Las tres nos
dirigimos hacia la puerta, listas para
disfrutar del día juntas. Me sentia más
aliviado, casi emocionado.
Tal vez este sería el comienzo de algo bueno, una oportunidad para reconstruir esos lazos que habíamos descuidado.
Una vez fuera, el aire fresco me dio una
nueva energía. Miré a mis hermanas,
que intercambiaban sonrisas y risas, y
supe que había tomado la decisión
correcta. Aunque el camino podría ser
complicado, estaba listo para enfrentar
cualquier desafío con ellas a mi lado.
Al llegar al centro comercial, el ambiente era bullicioso y lleno de vida, pero la incomodidad me envolvía. Era nuestra primera salida como hermanos, y no sabía exactamente cómo actuar. "Definitivamente esto es incómodo", mencioné sin pensarlo mucho, pero al ver la expresión de mis hermanas, me di cuenta de que lo había dicho en voz alta. Sus ojos brillaban con una determinación inquebrantable; parecía que estaban listas para hacer de esta salida algo especial.
Desafortunadamente, lo que sucedió a continuación confirmó un mito que había escuchado: cuando las mujeres van al centro comercial, suelen ir a comprar ropa y llevan a un hombre para que cargue sus cosas. Me convertí, sin querer, en la mula de carga de mis hermanas.
Kronni y Saori se dieron cuenta rápidamente de mi desdicha y se disculparon.
Taiyo: No es necesario que se disculpe depues de todo solo vine para acompñada- mencione, aunque sabía que en el fondo estaban disfrutando de su tiempo. Después de todo, nada en el centro comercial realmente llamaba mi atención.
Decidimos hacer una pausa en una cafetería. Mientras ambas seguían disculpándose, me levanté con la excusa de ir al baño. No quería que continuaran sintiéndose mal por mi presencia, así que me alejé un poco.
Mientras estaba en el baño, me preguntaba si había tomado la decisión correcta al salir. Pero cuando regresé, algo se sentía extraño en el aire. Las risas y el bullicio del centro comercial habían disminuido.
Al mirar hacia la cafetería, vi a mis hermanas con expresiones de preocupación. Kronni suspiró, y su voz era grave cuando dijo.
Kronni: Debemos divertirnos, no hacer que Taiyo se sienta más frustrado por nuestra culpa- Se tomó la frente, y continuó- Se nota que hemos pasado poco tiempo con él. Me siento como la peor hermana que ha existido.
De repente, un ruido ensordecedor resonó por el centro comercial. Disparos. El pánico se desató, y varias personas comenzaron a gritar mientras yo corría hacia donde estaban mis hermanas. La alarma se encendió, y una voz autoritaria gritaba
Ladron: ¡Nadie se mueva! A partir de ahora serán sus rehenes.
Estaba en el baño lavándome la cara mirándome en el reflejo, demonios quien diría que intentar ser otra persona fuera tal difícil y en mis historia de reencarnado era más fácil que ahora que lo estaba presenciado en carne y hueso.
No podría permitir que ella se sintiera culpable debía de ser taiyo y no adreff, pero luego de me tranqulice, hasta que escuche el sonido de varios ruidos, cuando me asome mi corazón se detuvo. Al llegar, vi que varios hombres enmascarados habían entrado, y estaban atando a todos, incluida Kronni y Saori, que parecían aterrorizadas. La realidad de lo que estaba sucediendo me golpeó con fuerza; ahora éramos parte de una situación extremadamente peligrosa.
Taiyo: Siento que esto es un deja vu- mencione debido a que escribía en cierto modo algo así en mis historia.
Con el pulso acelerado, me escondí tras un pilar cercano, tratando de idear una estrategia mientras observaba cómo los ladrones ataban a los rehenes y controlaban la situación. No iba a dejar que mis hermanas sufrieran por mi inacción. Tenía que hacer algo, y tenía que hacerlo pronto.
Taiyo: Bien, es hora de ser héroe- Miré el Omnitrix con determinación. Necesitaba un alienígena que me ayudara en esta situación y que también pudiera pasar desapercibido. La silueta giró rápidamente hasta detenerse en una que me pareció perfecta- Muy bien, aquí vamos.
Mientras los ladrones se aseguraban de que ningún rehén pudiera hacer algo, vi a Kronni y Saori juntas, asustadas y con preocupación en sus rostros. Mi corazón latía con fuerza al pensar en lo que podrían estar sintiendo. Entonces, un destello brillante cubrió toda la sala, alarmando a los ladrones. Era el momento que había estado esperando.
Con un movimiento rápido, me transformé en XLR8. Un borrón de velocidad se lanzó hacia adelante, y antes de que los ladrones pudieran reaccionar, había derrotado a cada uno de ellos. La confusión reinó en sus rostros, especialmente en el del líder, que gritó.
Ladron: ¿Quién eres? ¡Mejor dicho, qué eres!”.
Con una sonrisa confiada, me detuve en medio del caos y me señalé a mí mismo.
Xlr8: Yo simplemente soy un héroe de vecindario que vino aquí para acabar con el mal. ¡Además, soy XLR8!- exclamé, dejando a todos boquiabiertos.
Sin perder tiempo, me lancé hacia el líder ladrón, esquivando sus ataques con la agilidad característica de XLR8. Antes de que pudiera siquiera pensar en contraatacar, lo noqueé de un solo golpe, dejándolo fuera de combate.
Luego, me dirigí rápidamente hacia los demás rehenes, desatando las cuerdas que los mantenían atados. Kronni y Saori me miraron con asombro.
Xlr8: No se preocupen ahora está a salvo, pero será mejor que llame a la policía- con eso desapareci en un borrón de velocidad.
Todo se confundiendo por la apariencia de aquella criatura, pero ambas chicas no perdieron tiempo y fueron a ver al baño donde salí ya en mi forma de humano debido que no simplemente podría entrar al baño y salí como si fuera yo, básicamente me di la vuelta y me transforme en frío para atacarme intangible y atravesar las paredes.
Taiyo: Oh parece que todo acabo.
K/ S: ¡Taiyo!- gritando corriendo hacia mí mientras me abrazaba
Kronni: ¿Estás bien?.
Taiyo: Sí, estoy bien- respondí, tratando de tranquilizarlas- Además estuve escondido en el baño, hasta que XLR8 apareció y venció a los ladrones.
Saori: Como sabes de el?.
Taiyo: Pues lo dijo, acaso no lo escuchando, pero realmente vení aquí fue increíble, aunque claro omitiendo que ustedes fueron rehenes- mencione emocionado cosa que ambas riendo levemente- Pude presencia a un héroe en primera persona.
Después de aquel incidente, nos quedamos un rato junto a la fuente del centro comercial. Kronni se veía cabizbaja, claramente afectada por lo ocurrido.
Kronni: Lamento que esta salida no fuera como la que esperábamos- dijo con un tono de frustración, mientras miraba el agua de la fuente con una expresión de decepción.
Yo la miré con una sonrisa tranquila, tratando de reconfortarla. Sabía que había puesto mucho empeño en hacer que esta salida fuera especial, y eso era lo que realmente valoraba.
Taiyo: No te preocupes por eso, Kronni. Sé que te esforzaste para hacer todo esto posible, y eso es lo que importa.
Saori asintió, aunque también se veía preocupada.
Saori: Pero después de lo que pasó en la cafetería… nos asustamos mucho.”
Taiyo: Créeme, yo también lo pasé mal. Cuando vi que ustedes estaban en peligro, me sentí impotente- Miré alrededor, viendo a las familias reunidas, disfrutando del día como si nada hubiera pasado- Lo que quiero decir es que ustedes son mi familia. Si las perdiera... no sé qué haría. Me sentiría completamente solo.
Kronni y Saori se miraron entre sí, y luego se acercaron para abrazarme, rompiendo un poco la incomodidad que habíamos sentido antes. Ese abrazo fue un recordatorio de que, a pesar de las dificultades y malentendidos, nos teníamos los unos a los otros.
Kronni: Prometemos que no volveremos a dejarte solo, Taiyo. Vamos a hacer un esfuerzo para estar más cerca de ti, sin importar lo que pase.
Saori: Sí, eres nuestro hermanito, y vamos a cuidar de ti. Perdónanos por haberte hecho sentir así.
Kronni: No queremos que pienses que eres una carga para nosotras, ¿sí? —continuó, aun abrazándome—. Solo... desde que pasó lo de mamá y papá, hemos intentado seguir adelante, y creo que no nos hemos dado cuenta de cuánto también necesitas apoyo. Tal vez he estado demasiado ocupada con la universidad y todo... y eso no está bien. Somos una familia, y quiero que sepas que puedes confiar en nosotras para lo que necesites.
Me sorprendió su tono tan sincero y directo, algo poco común en ella. Le di una pequeña sonrisa y asentí, entendiendo la sinceridad en sus palabras.
Taiyo: Lo sé, Kronni. Y también quiero que sepan que no estoy solo aquí por ustedes. Yo… —hice una pausa, buscando las palabras—. Solo quiero que estén tranquilas. No se preocupen por mí, en serio. Estoy bien.
Kronni me observó en silencio por unos segundos, y luego asintió. Su mano se posó sobre mi hombro con un toque suave y firme.
Kronni: Está bien, pequeño genio, pero no creas que te dejaremos pasar por todo solo. No tienes que ser tan fuerte todo el tiempo.
Taiyo: Gracias…- respondí, sintiendo una calidez que había extrañado. Tal vez esta salida no fue lo que habíamos planeado, pero en ese momento, sentí que habíamos logrado algo mucho más importante: recuperar un poco de esa conexión que habíamos perdido.
En otra parte
En la penumbra de aquella habitación, una figura permanecía inmóvil, oculta en la oscuridad. De repente, varias pantallas holográficas comenzaron a iluminar el lugar, proyectando imágenes borrosas de diversas criaturas con formas y características únicas. La figura observaba cada una detenidamente, como si buscara algo en particular. Finalmente, se detuvo en una imagen que, aunque difusa, mostraba con mayor claridad un ser con un símbolo en el pecho similar a un reloj.
La figura esbozó una sonrisa calculadora, acercándose lentamente a la pantalla y observando cada detalle.
??: Qué aparato tan interesante…- murmuró, su voz profunda y llena de curiosidad- Parece ser la fuente de todos esos poderes… Pero, ¿quién lo posee ahora?.
Las pantallas comenzaron a moverse rápidamente, desplegando informes y grabaciones de avistamientos recientes, cada uno mostrando destellos de las habilidades de diferentes alienígenas en distintas situaciones. Uno de los videos mostraba un incidente en un centro comercial, donde un ser veloz había derrotado a un grupo de criminales en cuestión de segundos.
??: Ah... Así que finalmente has salido a la luz, pequeño héroe.
La figura tocó la pantalla con el dedo, ampliando la imagen para ver de cerca el símbolo en el pecho del alienígena.
??: Eres la clave de algo mucho más grande. Y no te preocupes… pronto te encontraré.
Las luces de las pantallas se apagaron, y la habitación volvió a sumirse en la oscuridad, mientras la figura se alejaba, como si ya tuviera en mente su próximo movimiento.
Continuará.....
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