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No es un adios, es un hasta pronto

El viento del muelle soplaba suavemente, haciendo que el agua se moviera en ondas tranquilas que contrastaban con el caos vivido hacía dos semanas. Taiyo miraba al cielo, perdido en sus pensamientos. El reflejo del sol en el agua parecía tan inalcanzable como las respuestas que buscaba. Todo lo que había sucedido seguía pesando en su mente: la titánica batalla contra el Devastador, el sacrificio de Kael’thor, y el inesperado descubrimiento de lo que significaba ser un héroe en un mundo tan vasto.

A pesar de las sonrisas forzadas y las palabras tranquilizadoras que había dado a los demás, Taiyo sabía que algo había cambiado dentro de él. Todo parecía más pesado. Incluso la idea de haber aparecido en las noticias en su forma de Muy Grande Supremo le resultaba incómoda. Mantener su identidad oculta había sido complicado, pero no imposible. Sin embargo, la presión de ser alguien que el mundo ya había empezado a idolatrar era abrumadora.

Una voz suave interrumpió sus pensamientos.

Yuki: Taiyo…

Él giró la cabeza, viendo a Yuki acercarse con una leve sonrisa. Parecía tranquila, pero había algo en su mirada que delataba que también estaba procesando lo ocurrido.

Taiyo: Yuki- con un leve saludo

Ella se sentó junto a él en silencio, mirando el mismo horizonte que Taiyo. Pasaron unos minutos sin decir nada, dejando que el sonido de las olas llenara el vacío entre ellos. Finalmente, Yuki habló.

Yuki: Siempre he pensado que los héroes son indestructibles… que no sienten miedo ni dudas. Pero después de todo esto… me doy cuenta de que estaba equivocada.

Taiyo no respondió de inmediato. En su lugar, tomó una pequeña piedra del muelle y la lanzó al agua, observando cómo las ondas se extendían.

Taiyo: No somos indestructibles. Ni héroes perfectos. Solo… personas que intentan hacer lo mejor que pueden.

Yuki lo miró, viendo el cansancio en sus ojos. Su mano se movió ligeramente, queriendo tocar su hombro, pero se detuvo, indecisa.

Yuki: Kael'thor hizo lo mejor que pudo… y más. Nos dio una segunda oportunidad, Taiyo. No creo que quisiera que cargaras con todo esto solo.

Taiyo suspiró, inclinándose hacia adelante con los codos apoyados en sus rodillas.

Taiyo: Lo sé. Pero… ¿cómo sigues adelante después de algo así? Kael’thor no solo se sacrificó; me recordó lo pequeño que soy en comparación con todo esto. Y aún así, aquí estoy, esperando que nadie descubra que el tipo gigante en las noticias soy yo.

Yuki sonrió suavemente, esta vez colocando su mano en el hombro de Taiyo.

Yuki: No eres pequeño, Taiyo. Hiciste algo que nadie más podía hacer. Lo diste todo, incluso cuando pensabas que no era suficiente. Y Kael’thor… él creyó en ti. No lo habría hecho si pensara que no valías la pena.

El silencio volvió a llenar el espacio entre ellos, pero esta vez no era incómodo. Taiyo cerró los ojos por un momento, dejando que las palabras de Yuki calaran. Finalmente, la miró y esbozó una pequeña sonrisa.

Taiyo: Gracias, Yuki. Supongo que… necesitaba escucharlo.

Ella asintió, regresando su mirada al horizonte.

Yuki: ¿Sabes? Quizá no tengas que hacerlo solo. No tienes que cargar todo el peso del mundo. Tal vez, solo tal vez, sea hora de confiar en los demás un poco más.

Taiyo miró el agua, reflexionando. Tal vez tenía razón. Tal vez era hora de dejar de intentar ser el héroe solitario y empezar a confiar en las personas que tenía cerca.

El sol comenzó a ocultarse en el horizonte, bañando el muelle con tonos cálidos. Juntos, Taiyo y Yuki permanecieron en silencio, compartiendo ese momento mientras el mundo seguía girando.

El sol seguía bajando lentamente, tiñendo el cielo con tonos anaranjados y rosados, mientras el murmullo de las olas llenaba el aire. Taiyo, aún mirando hacia el horizonte, rompió el silencio con una pregunta que había estado rondando en su mente desde hacía días.

Taiyo: Yuki… ¿ya tomaste una decisión?

Ella lo miró, sabiendo exactamente a qué se refería. Sin decir nada al principio, sacó de su bolsillo una carta ligeramente arrugada. Taiyo reconoció el sobre al instante; era la misma carta de la que ella había hablado brevemente antes de la batalla contra el Devastador, pero que nunca habían discutido en profundidad.

Yuki: Sí, Taiyo. Ya decidí.

Taiyo permaneció en silencio, esperando a que continuara.

Yuki: Cuando enfrentamos al Devastador… -mirando la carta- me di cuenta de algo. Nadie sabe si mañana despertará, si verá el amanecer, o si estará del otro lado. Es algo que esa batalla me enseñó de la peor forma posible. Vivimos pensando que tenemos tiempo, pero la verdad es que no hay garantías.

Taiyo giró su cabeza para mirarla, sus ojos serios pero llenos de comprensión.

Yuki: Por eso....-  bajando la mirada, como si reuniera fuerza-... decidí aceptarlo. Iré a estudiar al extranjero. Quiero aprovechar la vida mientras puedo. Sé que suena egoísta… y puede que te decepcione mi respuesta.

Taiyo mantuvo su mirada fija en ella, procesando sus palabras. Yuki sentía la necesidad de llenar el silencio, así que continuó.

Yuki: No significa que quiera dejar todo atrás o que no me importe lo que tenemos aquí… pero no quiero quedarme pensando en lo que pudo haber sido. Necesito esto, Taiyo. Necesito descubrir quién soy fuera de todo esto.

Taiyo respiró profundamente, mirando de nuevo hacia el mar. Permaneció en silencio unos segundos más, dejando que sus palabras flotaran en el aire. Finalmente, habló, su voz tranquila pero cargada de sinceridad.

Taiyo:No me decepcionas, Yuki. La verdad… te entiendo más de lo que crees.

Ella levantó la mirada, sorprendida por su respuesta.

Taiyo: Después de lo que pasó, también he estado pensando mucho en lo que significa vivir. Todos los días pienso en Kael’thor, en lo que sacrificó, y en lo que eso significa para nosotros. Tal vez… tal vez tienes razón. Tenemos que aprovechar el tiempo que se nos da.

Yuki no dijo nada, pero la tensión en sus hombros parecía disminuir. Taiyo continuó.

Taiyo: ¿Cuándo te vas?

Yuki: En un mes- mirando el cielo- Quería hablar contigo antes de que todo estuviera listo… pero también tenía miedo de cómo reaccionarías.

Taiyo soltó una ligera risa, más como un respiro.

Taiyo: No tienes que tener miedo de eso, Yuki. Si esto es lo que necesitas, entonces tienes mi apoyo. Siempre lo tendrás.

Yuki lo miró, agradecida, y por primera vez en días sintió que una parte del peso que cargaba desaparecía.

Yuki: Gracias, Taiyo. Eso significa mucho para mí.

Ambos volvieron a mirar el horizonte, dejando que el silencio se instalara una vez más. Pero esta vez no era incómodo ni lleno de dudas; era un silencio compartido, un momento de comprensión mutua. El sol se ocultó lentamente, dejando atrás la luz de un día que, aunque complicado, marcó un nuevo comienzo para ambos.

La brisa marina seguía acariciando suavemente sus rostros mientras el cielo comenzaba a oscurecerse. Taiyo, aún mirando el horizonte, metió la mano en su bolsa. Tras un breve momento, sacó un objeto que brillaba débilmente con una luz azulada: el núcleo de energía que una vez perteneció a Kael’thor.

Taiyo: Esto… lo encontré después de todo lo que pasó. Es lo único que quedó de él.

Yuki lo miró sorprendida, con los ojos ligeramente abiertos. La luz del núcleo parecía reflejarse en sus ojos, llenos de una mezcla de asombro y confusión.

Taiyo: Quiero que lo tengas- extendiéndoselo el núcleo a yuki la cual estaba sorprendida.

Yuki: ¿Qué? ¿Por qué? Taiyo, esto… esto es algo que tú deberías conservar. Estoy segura de que Kael’thor querría que tú lo tuvieras.

Taiyo finalmente giró la cabeza hacia ella, sus ojos mostrando una firmeza tranquila.

Taiyo: Tal vez. Pero no creo que esto sea algo que deba quedarse guardado en mis manos. Este núcleo representa lo que Kael’thor hizo, lo que significaba para nosotros. Yuki, tú… tú tomaste una decisión difícil, y creo que Kael’thor lo entendería. Él creía en proteger vidas, en dar lo mejor de nosotros. Si este núcleo puede recordarte eso mientras sigues tu camino, entonces creo que debería estar contigo.

Yuki bajó la mirada hacia el núcleo, sin saber qué decir. Lo que Taiyo decía tenía sentido, pero sentía que aceptar algo tan importante era casi como una carga demasiado grande.

Yuki: Taiyo… no sé si puedo aceptar algo así. Es un símbolo de él, y tú estuviste ahí, luchando junto a él hasta el final."

Taiyo: Y tú también estabas allí. No es solo mi historia, Yuki. Es nuestra historia, de todos nosotros. Si hay algo que aprendí de Kael’thor, es que su sacrificio no fue solo para proteger este mundo, sino para darnos la oportunidad de avanzar, de hacer algo significativo con nuestras vidas. Y sé que tú harás exactamente eso.

El silencio volvió a caer entre ellos mientras Yuki seguía observando el núcleo en las manos de Taiyo. La luz azulada parpadeaba suavemente, como si resonara con sus emociones.

Finalmente, Yuki extendió su mano, con cuidado, para tomar el núcleo.

Yuki: Lo aceptaré… pero no porque sienta que puedo reemplazar lo que él fue. Lo haré porque quiero honrar su memoria. Quiero que su sacrificio signifique algo, no solo para mí, sino para todos los que él protegió.

Taiyo asintió, satisfecho con su respuesta.

Taiyo: Eso es todo lo que él habría querido. Haz que valga la pena, Yuki.

Ella cerró las manos alrededor del núcleo, sintiendo una calidez inesperada emanando de él. Aunque todavía estaba nerviosa, también sentía una nueva fuerza creciendo dentro de ella.

Mientras ambos volvían a mirar el mar, la luz del núcleo parecía brillar un poco más fuerte, como si aprobara la decisión. En ese momento, ambos entendieron que, aunque sus caminos pronto serían diferentes, estaban unidos por las experiencias que compartieron y por el legado de aquellos que habían perdido.

Time skip

El sol estaba alto en el cielo mientras Taiyo, Yuki, Hana, y Hikari caminaban juntos por un valle tranquilo. Las semanas que habían pasado desde la batalla contra el Devastador habían sido difíciles, pero poco a poco las cosas empezaban a estabilizarse.

En la cima de una colina cercana, el sonido de motores llamó su atención. Al alzar la vista, vieron una nave aterrizando suavemente. Era la nave de Kael’thor, una vez más ante sus ojos, pero esta vez no con el mismo propósito.

Cuando llegaron al lugar, las tres Autobots, Arcee, Elita 1, y Chromia, estaban frente a la nave. Sus figuras metálicas relucían bajo la luz del sol, y aunque su expresión era difícil de leer, había un aire solemne en su postura.

Elita 1: Gracias por venir- mirando al grupo con suavidad- Queríamos despedirnos de ustedes antes de partir.

Taiyo: ¿Ya se van? Supongo que tiene sentido. Este no es su hogar después de todo.

Chromia: No lo es, pero en este tiempo hemos aprendido mucho sobre lo que significa protegerlo. Cada uno de ustedes ha demostrado el valor que Kael’thor tanto respetaba. Por eso estamos aquí, para cumplir con su último deseo."

Hikari: ¿El último deseo de Kael’thor?

Arcee: Kael’thor sabía que no iba a sobrevivir, pero su núcleo todavía tenía un propósito. Esta nave, su hogar, será el medio para llevar ese núcleo y su memoria de regreso a nuestro planeta. Es su forma de volver a casa."

Hana:bÉl lo sabía todo el tiempo, ¿no? Todo lo que iba a suceder... y aun así, no dudó en sacrificarse.

Elita 1: Ese era Kael’thor. Siempre pensando en los demás antes que en sí mismo. Pero su sacrificio no fue solo por este mundo, fue por algo más grande: esperanza, unidad, y la creencia de que este universo puede ser un lugar mejor."

Yuki: Entonces…- mirando el núcleo que llevaba consigo- todo lo que hizo, cada decisión que tomó, tenía un propósito más allá de lo que podíamos imaginar.

Arcee:  Exacto- colocando una mano en el hombro de Yuki, suavemente- Y al aceptar su núcleo, te convertiste en parte de su legado. No lo olvides nunca.

El grupo guardó un momento de silencio, el viento soplando suavemente entre ellos. Finalmente, Elita 1 rompió el silencio.

Elita 1: Queremos agradecerles, no solo por ayudarnos a cumplir con este deseo, sino por lo que hicieron en la batalla. Sin ustedes, este planeta no estaría de pie hoy.

Taiyo: No habría sido posible sin Kael’thor… y sin ustedes. No importa lo que pase, siempre recordaremos lo que hicieron por nosotros.

Las Autobots inclinaron sus cabezas en señal de respeto antes de subir a la nave. El grupo observó mientras los motores de la nave se encendían, iluminando el cielo con un brillo azul intenso.

Arcee: Cuídense- desde la nave, mirando al grupo una última vez- y recuerden que siempre habrá un vínculo entre nosotros. Adiós.

La nave despegó, elevándose lentamente mientras los motores rugían. El grupo la observó hasta que desapareció en el horizonte, dejando tras de sí una sensación agridulce.

Hikari: Bueno… supongo que esto realmente es un adiós.

Hana: Tal vez no sea un adiós para siempre. Solo un 'hasta luego'."

Taiyo: Donde sea que estén, Kael’thor estará orgulloso de lo que han hecho. Y nosotros seguiremos adelante, como él lo hubiera querido.

El grupo permaneció un momento más en silencio antes de girarse y regresar juntos, sabiendo que el legado de Kael’thor viviría en ellos y en el núcleo que Yuki llevaba consigo.

Timeskip

El bullicio del aeropuerto era constante. Voces, maletas rodando, y anuncios de vuelos llenaban el aire, pero para Taiyo, Hana, Hikari, y Yuki, el ruido era secundario. Los cuatro se encontraban en un rincón tranquilo, alejados del flujo principal de pasajeros. Frente a ellos, Yuki sostenía firmemente su maleta mientras un leve brillo de nostalgia se reflejaba en sus ojos.

Hana y Hikari no pudieron contenerse más y la envolvieron en un abrazo conjunto.

Hana: Vas a hacer cosas increíbles allá, pero vamos a extrañarte mucho- sonriendo mientras la apretaba

Hikari: Fuiste más que una amiga, Yuki. Fuiste familia. Prométenos que te cuidarás y que nos escribirás todo el tiempo.

Yuki devolvió el abrazo con calidez, reprimiendo las lágrimas que amenazaban con brotar.

Yuki: Ustedes también fueron mi familia. Gracias por todo lo que vivimos juntas. No podría haber pedido mejores amigas."

Cuando el abrazo se rompió, los ojos de Yuki se encontraron con los de Taiyo. Él había estado en silencio, con las manos en los bolsillos, pero ahora dio un paso al frente.

Taiyo: Si no fuera cuando chocamos esa vez y fuimos a comprobar la existencia de Yuki-Onna hace tres años, probablemente nunca nos habríamos cruzado. Supongo que le debo mucho a ella- cruzando los brazos, con una pequeña sonrisa

Yuki asintió con una ligera sonrisa, sabiendo exactamente a qué se refería.

Yuki: Gracias a esa casualidad, terminamos formando los Detectives Yokai- con una mirada melancólica- Aunque… parece que con esto, el grupo finalmente se disuelve.

Taiyo: ¿Y quién dijo que íbamos a disolvernos?

La respuesta sorprendió a Yuki, quien parpadeó confundida.

Taiyo: Solo porque uno de nosotros tome un camino diferente no significa que dejaremos de ser un equipo. Los Detectives Yokai seguirán siendo un grupo, sin importar dónde estemos. ¿Qué dices a eso?

La sonrisa de Yuki se ensanchó al escuchar esas palabras, y sin pensarlo, envolvió a Taiyo en un abrazo lleno de calidez.

Yuki: Gracias, Taiyo. Por siempre mantenernos juntos.

Antes de que pudiera responder, el altavoz del aeropuerto anunció el vuelo de Yuki. Ella se separó rápidamente, mirando a los tres con ojos brillantes.

Yuki: Nos volveremos a ver, lo prometo- retrocediendo hacia la puerta de embarque

Hana y Hikari levantaron las manos para despedirse, mientras Taiyo se llevó las manos a la boca para gritar por encima del ruido del aeropuerto.

Taiyo: ¡Espero que tengas la mejor aventura de tu vida, Yuki!

Las palabras resonaron, y mientras Yuki avanzaba, las imágenes de los tres años que habían pasado juntos comenzaron a fluir en su mente: sus primeras misiones, las risas, las peleas, y las reconciliaciones. Todo lo que habían vivido como equipo se materializó en su corazón.

De repente, se detuvo en seco. Con el corazón latiendo con fuerza, giró sobre sus talones y corrió hacia el grupo.

Taiyo: ¿Yuki? ¿Qué…?"

Antes de que pudiera terminar la frase, Yuki se lanzó hacia él, sujetándolo suavemente por el cuello de la camisa y uniéndolos en un beso. El tiempo pareció detenerse para los tres que miraban atónitos, mientras Yuki cerraba los ojos y vertía toda su gratitud y cariño en ese instante.

Cuando se separaron, Yuki lo miró directamente a los ojos con una mezcla de emoción y determinación.

Yuki: Sin ti, no habría sido feliz, Taiyo. Tú siempre fuiste mi héroe… mi héroe- con una voz llena de sinceridad

Taiyo, por una vez, se quedó sin palabras, solo logrando asentar mientras veía a Yuki sonreírle una última vez antes de volver a la puerta de embarque.

Mientras ella desaparecía entre la multitud, Hana y Hikari intercambiaron miradas no sabia que decir sobre lo que acababa de sucede.

Hana: Bueno… no vimos eso venir.

Hikari : Definitivamente no.

Taiyo: Sí… yo tampoco- llevándose una mano al cabello, todavía procesando

Los tres permanecieron en el aeropuerto un rato más, mirando cómo el avión de Yuki despegaba hacia el cielo, llevando con él no solo a una amiga, sino a alguien que había dejado una marca imborrable en sus corazones.

En el exterior del espacio

En la inmensidad del vacío espacial, una colosal estación flotaba en el abismo, iluminada solo por la tenue luz de estrellas distantes. Dentro de su sala de control, una figura imponente se encontraba de pie, observando un conjunto de pantallas holográficas que flotaban a su alrededor. Cada una de ellas mostraba diferentes grabaciones de Taiyo, transformándose en sus diversas formas alienígenas, desde Muy Grande hasta sus otras apariencias más pequeñas pero igual de formidables.

???: Interesante... Fascinante, incluso. ¿Un simple humano con la capacidad de moldear su forma hasta este nivel? Esto podría ser más valioso de lo que imaginaba

La voz era profunda y reverberante, cargada de autoridad. La figura era alta, envuelta en un manto oscuro que brillaba débilmente con patrones geométricos, sus ojos brillaban como esferas de energía pura.

De una de las paredes metálicas detrás de él, una puerta corrediza se abrió con un silbido mecánico. Dos siluetas femeninas emergieron, avanzando hasta quedar de rodillas frente al misterioso sujeto. Ambas portaban armaduras ajustadas que parecían fusionarse con su piel, de tonos oscuros con detalles lumínicos que pulsaban al ritmo de sus respiraciones.

Silueta 1 (inclinando la cabeza): Mi señor, los preparativos están completos. Las flotas están listas para iniciar el movimiento hacia la Tierra.

Silueta 2 (levantando la mirada con respeto): Algunas de nuestras naves más grandes necesitarán meses, incluso años, para llegar al sistema objetivo, pero todas están equipadas con los recursos necesarios para iniciar la construcción del portal.

El hombre asintió lentamente, girando apenas para observar a las dos.

???: Excelente. La Tierra... un planeta lleno de criaturas tan débiles, pero con individuos excepcionales como este 'Taiyo'. Él será el catalizador perfecto para lo que planeamos.

Hizo un gesto con la mano, y las pantallas cambiaron, mostrando imágenes de la nave de Kael’thor, registros de batallas en la Tierra, y esquemas tridimensionales de algo que parecía un dispositivo de energía masiva.

???: Sin embargo, no subestimaremos a sus aliados ni a sus defensas. Este 'Aparato' parece ser una pieza clave en sus capacidades. Si logramos aislar su portador... será cuestión de tiempo antes de que todo caiga en su lugar.

Las dos siluetas asintieron al unísono.

Silueta 1: ¿Desea que aseguremos un equipo de avanzada para estudiar su entorno y debilidades antes de que lleguen las flotas principales?

El hombre dejó escapar una risa baja y siniestra.

???: No es necesario. Su mundo ya está plagado de conflictos. Dejemos que el caos interno los consuma. Cuando lleguemos, serán demasiado débiles para resistir.

Dio media vuelta, alejándose de las pantallas y dirigiéndose hacia un trono elevado en el centro de la sala. Antes de sentarse, levantó una mano y habló con firmeza.

???: Continúen con los preparativos. Y recuerden... no buscamos simplemente destruir. Necesitamos ese planeta intacto para el verdadero propósito. La Tierra será el puente... y su gente, el sacrificio.

Las dos figuras se inclinaron profundamente antes de levantarse y salir de la sala, dejando al misterioso sujeto solo, observando desde su trono mientras las estrellas seguían parpadeando en el vacío del espacio.

Continuará.......

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