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La primera mision de los Detective Yokai

Estaba en la sala junto a mis hermanas, disfrutando de una película en la gran pantalla. Era raro tener momentos como estos, en los que todos podíamos relajarnos y convivir sin preocuparnos de entrenamientos, deberes, o cualquier misión extraña que apareciera de repente. El ambiente era cálido y tranquilo, lleno de risas y comentarios casuales sobre la trama.

Kronni, mi hermana mayor, estaba concentrada en la película, haciendo comentarios sobre cada giro inesperado. Mientras tanto, mi otra hermana mayor, Saori, se encontraba en el suelo con un bol de palomitas, lanzándome miradas de complicidad cada vez que había una escena de acción intensa.

A medida que avanzaba la película, me di cuenta de lo mucho que extrañaba estos pequeños momentos. Vivir en un mundo donde el peligro era algo constante hacía que estas pausas tuvieran un valor especial.

Kronni se giró hacia mí en un momento.

Krooni: ¿Estás disfrutando, Taiyo? —preguntó, notando que estaba un poco más callado de lo habitual.

Sonreí, asintiendo.

Taiyo: Sí, esto es perfecto. No siempre se puede ver una película en paz, ¿no?

Ambas sonrieron, y en ese momento supe que este tipo de recuerdos serían los que llevaría conmigo en cualquier situación.

El motivo por el cual estaba en casa y no en la escuela era porque habíamos terminado el ciclo de este año. Tras lanzar el satélite, no se había detectado nada inusual, así que por el momento estaba tranquilo... al menos por ahora. Disfrutaba de la película junto a mis dos hermanas mayores, Kronni y Saori, cuando de repente mi teléfono empezó a sonar. Al ver la pantalla, noté que era una llamada de Yuki. No pude evitar que una sonrisa de picardía se asomara en mi rostro.

Kronni: ¿Acaso vas a salir? —preguntó con una sonrisa burlona.

Suspiré ante su comentario, respondiendo con un tono despreocupado.

Taiyo: Solo es una amiga.

Ambas hermanas me miraron con una expresión incrédula, y Saori soltó un "sí, claro" con un tono claramente sarcástico.

Suspiré y me levanté del sofá, ignorando las miradas llenas de burla de Kronni y Saori. Agarré mi teléfono y salí de la sala, escuchando sus risitas a mis espaldas. Era evidente que no iban a dejar pasar la oportunidad de molestarme.

Taiyo: ¿Yuki? ¿Todo bien? —pregunté, tratando de sonar neutral, aunque una ligera emoción me traicionaba.

Yuki: ¡Hola, Taiyo! Todo bien, no te preocupes. Solo quería ver si estabas ocupado. Tengo algo que mostrarte, y pensé que te podría interesar —respondió con entusiasmo.

Noté una pizca de curiosidad despertándose en mí. Conociendo a Yuki, sabía que probablemente se trataba de algo relacionado con el proyecto "detective yokai" o algún nuevo descubrimiento en el mundo sobrenatural.

Taiyo: Claro, ¿quieres que nos veamos en algún lugar? —pregunté, tratando de no sonar demasiado ansioso.

Yuji: Sí, ¿te parece bien en el parque cerca de la academia? —sugirió ella.

Taiyo: Está bien, Yuki. Dame unos minutos y nos vemos en el parque.

Corté la llamada y volví a la sala para tomar mi chaqueta. Kronni y Saori me miraron con una mezcla de burla y curiosidad, pero antes de que pudieran decir algo, me adelanté.

Taiyo: Volveré pronto. No se preocupen, solo es un favor.

Salí de la casa y respiré hondo, preparándome para lo que sea que Yuki hubiese encontrado. Después de todo, la vida de un “detective yokai” rara vez tenía días tranquilos.

Mientras caminaba hacia el parque, no dejaba de preguntarme qué podría estar buscando Yuki en esta ocasión. Aunque sabía que nuestras investigaciones en fenómenos sobrenaturales solían llevarnos a eventos extraños, siempre había algo impredecible en cada reunión. Al llegar al parque, busqué un lugar tranquilo para esperar, pero no pasó mucho antes de escuchar una voz familiar.

Yuki: ¡Hola, Taiyo! —dijo acercándose desde la derecha. Levanté la mano en señal de saludo.

Taiyo: Lamento mucho si te interrumpí. En serio, no era mi intención... —empezó a disculparse, con una expresión un tanto preocupada.

Taiyo: Tranquila, no pasa nada —la interrumpí, sonriendo para calmarla—. No es como si estuviera haciendo algo mejor.

Pareció aliviada y sonrió, haciendo que el ambiente se sintiera más relajado. Aproveché el momento para ir al grano, con curiosidad en la voz.

Taiyo  Entonces, ¿para qué nos reunimos en este momento?

Yuki: ¡Oh, cierto! —dijo, recordando el motivo de nuestra reunión. Sacó su teléfono y me lo mostró. Lo primero que llamó mi atención fue el titular en pantalla: "Personas que no pueden dormir por la noche."

Fruncí el ceño mientras observaba la noticia. Según el artículo, varios reportes indicaban que personas en la ciudad, sin razón aparente, habían comenzado a tener insomnio repentino y constante. Algunos incluso afirmaban escuchar susurros o ver sombras en sus habitaciones, justo en el momento en el que trataban de conciliar el sueño.

Taiyo: ¿Qué crees que esté causando esto? —pregunté, devolviéndole el teléfono a Yuki.

Ella parecía pensativa, con una pizca de preocupación en sus ojos.

Yuki: No estoy segura, pero varias leyendas de yokai mencionan espíritus que pueden perturbar el sueño de las personas. Aunque no puedo confirmar que sea uno de ellos, pensé que esto podría interesarte. Tal vez podríamos investigar un poco más juntos.

Asentí, sintiendo cómo el misterio empezaba a envolverme.

Taiyo: Entonces, ¿por dónde empezamos?- mirando a yuki que tenía los ojos cerrado hasta que los abrió.

Yuki: Que tal si investigamos sobre yokai relacionados con los sueños podría darnos algunas pistas sobre lo que este causando esos misteriosos episodios de insomnio.

Taiyo: No es una mala idea- dándole el punto bueno a la idea de yuki

Aún era mediodía, así que teníamos tiempo de sobra para indagar antes de que la biblioteca cerrara.

Taiyo: Entonces, deberíamos ir a la biblioteca —sugerí, mirando hacia el camino que nos llevaría al centro de la ciudad.

Yuki asintió con entusiasmo, y ambos empezamos a caminar. Mientras nos dirigíamos a nuestro destino, sentí una extraña sensación en la nuca, como si algo o alguien estuviera fijándose en nosotros. Miré discretamente alrededor, pero no vi nada fuera de lo común. Decidí no preocupar a Yuki por algo que quizá solo era mi imaginación.

Al llegar a la biblioteca, el ambiente era tranquilo. Los estantes repletos de libros y el silencio hacían del lugar un espacio ideal para concentrarnos. Nos dirigimos a la sección de mitología japonesa, buscando cualquier referencia a yokai que pudieran estar relacionados con los sueños o con el insomnio. Yuki se puso a revisar un libro grande y antiguo, mientras yo hojeaba un tomo sobre fenómenos paranormales en el folclore.

Yuki: Aquí hay algo interesante —dijo Yuki en voz baja, acercándome el libro para que pudiera ver. Se trataba de un yokai llamado Baku, un espíritu que se alimenta de sueños. Pero, en teoría, el Baku devora pesadillas y es considerado benévolo. Así que, probablemente, no era el causante de nuestro problema.

Taiyo: Podría ser que se trate de un yokai más oscuro —sugerí, hojeando otro libro—. Aquí menciona uno llamado Muma, un espíritu que atormenta a las personas durante la noche. Se dice que causa pesadillas y, en algunos casos, insomnio extremo.

Ambos nos miramos, pensativos. Esto comenzaba a parecer más complicado de lo que esperábamos. Al cerrar el libro, noté de nuevo esa inquietante sensación, como si alguien estuviera observándonos desde las sombras.

Mientras Yuki y yo continuábamos hojeando los libros en busca de información sobre yokai, noté que ella parecía cada vez más inquieta, como si estuviera percibiendo algo más allá de nuestra comprensión.

Taiyo: ¿Estás bien? —pregunté, observando su expresión de ligera incomodidad.

Ella asintió, aunque parecía dudar por un momento antes de responder.

Yuki: Es extraño, pero... siento como si dos presencias nos estuvieran observando —susurró, mirando discretamente a la derecha. Su capacidad para sentir estas entidades estaba despertando, una habilidad vinculada a su linaje de Yuki-onna.

Decidí no ignorar la advertencia.

Taiyo: ¿Puedes señalar de dónde sientes esas miradas?

Yuki señaló hacia una esquina en penumbra de la biblioteca. Mi expresión se endureció al ver que, a pesar de la calma en el lugar, algo parecía estar acechándonos.

Taiyo: Muy bien, quien sea que esté ahí, sal ahora y no te haremos daño —dije, levantando el Omnitrix para que la silueta en la oscuridad entendiera que podía transformarme si era necesario—. Claro, si no sales por las buenas, lo harás por las malas.

Aguardamos en silencio hasta que, justo como esperaba, dos figuras comenzaron a manifestarse lentamente desde las sombras. La tensión en el aire era palpable, pero tanto Yuki como yo nos quedamos sin palabras al ver a los intrusos.

Taiyo/Yuki: Son... ¿Baku? —dijimos al unísono, mirándonos sorprendidos.

La figura que salió de las sombras era, efectivamente, un Baku, con su apariencia extraña y casi etérea. Tenía rasgos similares a los de un tapir, aunque su forma era más borrosa y flotante, como si estuviera parcialmente hecho de humo. Observaba en silencio, evaluándonos con ojos profundos y antiguos.

Yuki y yo nos miramos, tratando de entender qué estaba sucediendo. Los Baku no eran conocidos por causar problemas; se suponía que eran seres pacíficos, devoradores de pesadillas, no de sueños reparadores. Pero algo en su presencia parecía diferente, y su expresión... había un tinte de tristeza o preocupación en sus ojos.

Taiyo: ¿Por qué nos observabas? —le pregunté, manteniéndome en guardia pero sin una intención agresiva.

El Baku miró a Yuki, luego a mí, y finalmente habló, con una voz que sonaba como un susurro lejano.

Baku: No vine a lastimar a nadie. Estoy aquí porque algo ha perturbado nuestro reino. Los humanos ya no pueden soñar en paz, y los Baku estamos perdiendo nuestra esencia... necesitamos sueños para sobrevivir.

La explicación nos dejó sin palabras. Yuki me miró, asintiendo con preocupación.

Yuji: ¿Quieres decir que algo está robando los sueños de las personas? —preguntó ella, intentando entender mejor la situación.

El Baku asintió lentamente.

Baku: Hay una entidad oscura, uno de los Muma. Ha comenzado a rondar este mundo y se alimenta de los sueños de los humanos, dejando insomnio y agotamiento a su paso. Mis hermanos y yo intentamos detenerlo, pero es poderoso, mucho más de lo que podríamos enfrentar solos. Ustedes tienen habilidades... quizás podrían ayudarnos.

Yuki y yo intercambiamos una mirada. Esto era más grande de lo que habíamos anticipado, y ahora sabíamos que enfrentaríamos a un enemigo peligroso.

Taiyo: Lo ayudaremos —dije finalmente, tomando una decisión—. Pero necesitamos saber dónde encontrar a ese Muma y qué esperar de él.

El Baku nos miró con gratitud en sus ojos profundos.

Baku: Lo último que supimos fue que ronda un bosque cercano, allí donde el sueño y la realidad se entremezclan. Ahí es donde alimenta su poder.

Yuki apretó sus puños, decidida mirando al baku con una sonrisa.

Yuki: Entonces, no perdamos más tiempo- mirando a baku- No te preocupes prometemos que todos los baku pueda regresar.

Baku: Sé lo agradezco de todo corazón, se nota que son buenas personas.

Siguiendo las indicaciones del Baku, Yuki y yo nos adentramos en el bosque, alejándonos de la ciudad y la comodidad de los caminos bien transitados. La atmósfera se volvía cada vez más densa, como si el mismo aire estuviera impregnado de una energía opresiva. Era evidente que el Baku no había exagerado la amenaza de Mamu.

Mientras caminábamos, Yuki comenzó a hablar, compartiendo el conocimiento que había acumulado sobre Mamu, uno de los yokai más temidos por su influencia en los sueños.

Yuki: Mamu no es un yokai común —dijo en voz baja, sus ojos escudriñando la oscuridad entre los árboles—. Su especialidad es sumergir a las personas en pesadillas interminables, alimentándose de su miedo y agotamiento. Cuanto más temes, más fuerte se vuelve.

Taiyo: Entonces, ¿hay algo que podamos hacer para contrarrestarlo? —pregunté, evaluando mis opciones en el Omnitrix. Sabía que necesitaría algo que pudiera resistir el poder de Mamu y protegernos a ambos, aunque claro el Omnitrix tenía un mecanismo que impedía que el control mental de algo que controlada.

Yuki: La clave está en mantener la calma y no dejarnos llevar por sus ilusiones —respondió mientras mantenía una expresión firme.

La advertencia me hizo ponerme en guardia. Si Mamu podía influir en nuestros miedos, teníamos que ser cuidadosos y apoyarnos mutuamente. Pronto llegamos a un claro, donde la vegetación parecía estar marchita, como si la misma esencia de Mamu hubiera contaminado el lugar.

Yuki: Ahí está —susurró señalando al frente.

Entre las sombras de los árboles, una figura comenzó a manifestarse. Era alta y encorvada, con una capa oscura que flotaba alrededor de su cuerpo como si fuera humo. Su rostro era una máscara sin expresión, pero sus ojos brillaban con una luz escalofriante, observándonos fijamente, como si ya estuviera preparándose para desatar sus poderes.

Mamu: Bienvenidos a mi dominio, pequeños valientes —susurró con una voz que resonaba en nuestras mentes, cargada de una maldad palpable—. Veamos cuánta valentía les queda cuando sus propios miedos les consuman.

Sentí un escalofrío recorrer mi espalda, pero apreté los dientes y activé el Omnitrix, preparado para la confrontación.

Taiyo: No nos asustas, Mamu.

La oscuridad se arremolinaba a mi alrededor, mientras Mamu sonreía con esa expresión enigmática que me llenaba de confusión. La sonrisa no parecía encajar con el ambiente sombrío que nos rodeaba. En un instante, mis ojos se desplazaron hacia Yuki, quien yacía tendida en el suelo, atrapada en las garras de la pesadilla de Mamu. Su rostro estaba contorsionado por el miedo, un reflejo del poder que el villano ejercía sobre su mente.

Mamu: Tu amiga es de mente débil- murmuró con una voz suave pero burlona.- A comparación de ti, no puedo atravesar tu mente.

Mi corazón latía con fuerza; sabía que eso se debía al Omnitrix. Esa tecnología avanzada tenía un mecanismo que anulaba cualquier intento de control mental. No iba a dejar que se saliera con la suya.

Mantuve mi mirada seria en Mamu.

Taiyo: Es hora de ser héroe- declaré, sintiendo cómo la determinación ardía dentro de mí. Miré el Omnitrix en mi muñeca, sintiendo la energía fluir. Sin dudarlo, presioné el botón.

La transformación fue instantánea, en un humanoide similar a una planta, me veía más musculoso y más alto, el color de piel ahora es verde claro, su rostro ahora es de color amarillo, rojo y naranja, sus pupilas han desaparecido y su barbilla es más visible. Sus manos ahora son de color negro, con cuatro garras amarillas (con picos en los nudillos) y agujeros amarillos en las palmas, que se utilizan para desatar sus poderes de fuego. Tiene seis cuernos rojos con manchas amarillas (estéticamente se asemejan a las llamas); dos en cada antebrazo y uno en cada hombro, así como un cuerno verde en cada pie, rodilla y codo. Ahora tiene un collar grande levantado alrededor de su cuello, que es amarillo por dentro. El símbolo del Omnitrix todavía está en su estómago.

Fuego.P: ¡Fuego pantanoso!

Mamu, sorprendido por mi cambio, frunció el ceño, sus ojos llenos de interés.

Mamu: Qué interesante...- dijo, como si estuviera evaluando una nueva estrategia.

Sentí el poder arder en mí, una combinación de fuego que podía devorar y planta que podía atrapar. Era el momento de usar esa fuerza contra Mamu y rescatar a Yuki.

Con un movimiento decidido, extendí mis brazos y donde llamas apareciendo en mi palmas, preparándome para enfrentarlo. La batalla estaba por comenzar, y no permitiría que Mamu dominara este lugar.

La expresión de Mamu se deformó en una sonrisa siniestra al ver mi transformación en Fuego Pantanoso. La criatura oscura parecía analizar cada movimiento, midiendo mi poder con una mirada astuta.

Mamu: Vaya, vaya… —susurró—. Un fuego que emerge de la misma naturaleza… Aun así, veremos si puedes soportar la oscuridad de mis ilusiones.

Sin darle tiempo a reaccionar, extendí mis brazos, creando raíces envueltas en llamas que se extendieron hacia él. Las enredaderas incendiadas avanzaron con rapidez, iluminando el tenebroso bosque mientras buscaban capturarlo. Sin embargo, Mamu se desvaneció en una sombra, reapareciendo unos metros a mi izquierda. Intenté nuevamente rodearlo, pero él era ágil, esquivando mis ataques con movimientos espectrales.

Muma: ¿Crees que con tus trucos de fuego podrás detenerme? —rió, burlándose de mí.

No le respondí. Sabía que cada segundo contaba y que Yuki estaba atrapada en sus pesadillas, así que mi objetivo era claro: sacar a Mamu de su zona de confort y agotarlo.

Levanté ambos brazos, lanzando una ráfaga de llamas en un círculo, creando una barrera de fuego a nuestro alrededor. Mamu se detuvo, observando cómo el círculo se cerraba, limitando sus movimientos.

Fuego. P: Ya no tienes a dónde escapar, Mamu —le advertí, mis ojos ardiendo con determinación—. Vas a liberar a Yuki de esas pesadillas, o te aseguro que esto no terminará bien para ti.

Mamu se rió, aunque su sonrisa mostraba una ligera inquietud.

Mamu: No sabes con quién te estás metiendo, chico —respondió, su voz resonando como un eco tenebroso—. Mis pesadillas son infinitas y mi poder, insaciable.

Pero yo estaba listo. Extendiéndome hacia el suelo, hice que las raíces ardientes emergieran como lanzas alrededor de Mamu, y esta vez no tenía a dónde ir. Finalmente, una de las raíces envueltas en llamas lo atrapó, inmovilizándolo.

Aproveché el momento y me acerqué, con mis llamas creciendo en intensidad.

Fuego.P: ¡Esto es por Yuki! —dije, lanzando una ráfaga de fuego directamente hacia Mamu.

La explosión iluminó el bosque, y el grito de Mamu se perdió en las llamas.

Fuego.P: Creo que por fin termino- pero me percate de una cosa y era que yuki Aún seguía sin despertar- pero como es posible si........

Muma: Olvidaste que me hago más fuerte, cuando la persona temer a algo, me vuelvo más fuerte consumiendo su miedos.

En eso sin previo aviso recibí un poderoso golpe que me mandó a chocar contra un árbol, me recupere de golpe, pero justo en eso ya estaba frente de mi sujetando su rostro la cual azotó contra el suelo empezando arrastrando, pero antes de que hiciera algo libere un potente llamarada que lo afecto unos momento, para tomándolo atrás de la cabeza y chocando contra el suelo, seguido de un codazo, para luego usa ambas manos liberando un poderoso torrente de fuego.

Pero note como un aura oscura que emergía de yuki iba hacia mamu donde este pareció recuperándose de mis ataque.

Fuego.P: La única manera de vencer a ese sujeto es que yuki despierte, pero claro como algo eso, si está bajo los efectos de mamu.

Sabía que en ese momento yuki debía superar esa pesadilla sea cual sea que estuviera teniendo, sin más me lancé contra mamu.

Sueño de yuki

Yuki miró a su alrededor, confundida y asustada. Sabía que estaba en su antigua escuela, la misma donde había pasado años difíciles, pero algo era distinto: las sombras que la rodeaban parecían inmensas, opresivas, como si quisieran aplastarla con su peso. Las frases que escuchaba se repetían una y otra vez, resonando en su mente hasta volverse insoportables.

—“Es tan rara, nadie quiere estar con ella.”
—“¿Quién querría ser su amigo?”

Esas voces se tornaron más penetrantes y crueles, como si se filtraran por todos los rincones de su mente. Los murmullos empezaron a cobrar vida, formando figuras oscuras que la rodearon cada vez más cerca. Eran altos y deformes, y cada uno representaba una inseguridad, una burla, un miedo que había intentado enterrar.

—No… por favor, no… —susurró, tapándose los oídos mientras las sombras avanzaban, sus palabras volviéndose más fuertes y retumbantes, haciéndola retroceder. Los recuerdos de sentirse incomprendida, diferente, la invadieron como un torrente.

Yuki intentó calmarse, pero cada vez que cerraba los ojos, las sombras parecían acercarse más, alargando sus brazos y manos para atraparla. Sentía como si estuviera atrapada en una prisión de sus propios miedos.

Yuki estaba atrapada en una mezcla de recuerdos dolorosos y ecos de voces hirientes que parecían empeñadas en recordarle cada inseguridad que alguna vez había sentido. Era como si las sombras alrededor de ella tuvieran vida propia, susurrando, riendo, empujándola cada vez más hacia una oscuridad sin fin. Las palabras de desprecio se repetían en su mente como un eco interminable, y la presión de la desesperanza la oprimía cada vez más.

Yuki: No soy nada. Soy una carga… siempre lo he sido. Taiyo seguramente piensa lo mismo, pensaba, su voz interna llenándose de dolor y duda.

Justo en ese momento, cuando sentía que caería para siempre, algo cálido y suave envolvió su mano. Fue un toque delicado pero lleno de fuerza, que la hizo levantar la mirada. Entre las sombras que la rodeaban, una figura comenzó a hacerse visible. Los ojos de Yuki se agrandaron al reconocerla: era la Yuki Onna, la misma figura del espíritu yokai que ella había estudiado y con quien siempre había sentido una conexión especial, además de volverse su amiga.

La Yuki Onna le sonrió con ternura, como una madre que consuela a su hija. Su toque era refrescante, pero a la vez le transmitía una calidez inesperada que parecía derretir el peso de las sombras.

Yuki. O: No estás sola, Yuki —le susurró, su voz suave como el viento invernal, pero llena de firmeza—. Los recuerdos pueden ser crueles, pero no tienen por qué definirte. Eres más fuerte de lo que crees.

Las sombras alrededor de Yuki comenzaron a retroceder, como si la sola presencia de la Yuki Onna las ahuyentara. Yuki sintió cómo las voces de inseguridad se desvanecían, reemplazadas por un nuevo sentido de calma y seguridad que no había sentido antes.

Yuki: Pero… siempre meto en problemas a los demás… —murmuró su voz temblorosa y llena de dudas—. ¿Y si Taiyo realmente piensa que soy una carga?

La Yuki Onna la miró con ternura y negó con la cabeza.

Yuki. O: Taiyo cree en ti, y yo también. Debes aprender a confiar en ti misma, Yuki. Eres valiente y tienes un corazón fuerte. Los que realmente importan ven eso en ti. Incluso en los momentos de oscuridad, recuerda: hay quienes están dispuestos a luchar por ti y contigo.

Con esas palabras, la figura de la Yuki Onna comenzó a rodear a Yuki en una suave neblina gélida. El frío purificador despejaba las sombras restantes, y de repente, la oscuridad alrededor de Yuki se convirtió en una suave y brillante nieve que caía con delicadeza.

Yuki, aún tomada de la mano de la Yuki Onna, sintió cómo su temor se derretía. La sensación de ser una carga empezó a disiparse, dejándola con una nueva fuerza interior.

Regresando a la realidad

Me encontré lanzado contra un árbol con fuerza, sintiendo el impacto vibrar a través de mi forma de Fuego Pantanoso. La risa de Mamu resonaba mientras se acercaba, confiado en su velocidad y poder, pero no pensaba dejar que se saliera con la suya tan fácilmente. Aprovechando mi control sobre las plantas, lancé nuevamente varias semillas al suelo que de inmediato germinaron en raíces gruesas y enredadas.

Las raíces emergieron en todas direcciones, esta vez rodeándolo en un intento de atrapar a Mamu por sorpresa. Sin embargo, él, ágil y despiadado, esquivaba los ataques con destreza, cortando algunas de las raíces con movimientos precisos y rápidos. Al ver que no sería sencillo inmovilizarlo, decidí cambiar de estrategia.

Me levanté del suelo y comencé a manipular el suelo alrededor, provocando que un círculo de espinas y raíces más afiladas surgiera alrededor de Mamu, cerrándose rápidamente sobre él. Pero antes de que el cerco se completara, Mamu se lanzó en un ataque directo hacia mí. Alcé mis brazos para bloquear, recibiendo el impacto, pero su fuerza era superior, y de nuevo me vi empujado hacia atrás.

Recuperé el equilibrio apenas unos segundos antes de estrellarme por completo contra el árbol, usando mis raíces para amortiguar el impacto y volver a ponerme en pie rápidamente. Mamu estaba a pocos metros de distancia, mirándome con una sonrisa burlona, como si disfrutara el desafío. Sabía que debía ser más estratégico si quería vencerlo, especialmente ahora que Yuki estaba atrapada en su pesadilla.

Extendí mis brazos y, concentrándome en mis habilidades de Fuego Pantanoso, liberé una serie de lianas espinosas que se deslizaron rápidamente por el suelo, moviéndose en todas direcciones para rodear a Mamu. Las lianas se entrelazaron a su alrededor en un intento de atrapar sus extremidades y limitar su movimiento, pero él reaccionó de inmediato, cortando algunas de ellas con garras afiladas que parecían salir de sus dedos. Su velocidad era sorprendente, pero eso no me detendría.

Mamu: ¿Es todo lo que tienes? —provocó con una voz llena de desprecio mientras rompía otra liana.

Sin responder a sus burlas, decidí cambiar de estrategia. Dejé que se acercara a mí nuevamente, haciéndome el debilitado mientras esperaba a que estuviera lo suficientemente cerca. Cuando estuvo a punto de lanzar otro golpe, clavé mis manos en el suelo, y de inmediato una densa nube de esporas se elevó alrededor de nosotros, envolviéndolo en una niebla tóxica.

Taiyo: A veces ser un héroe también es ser inteligente —le dije, mirándolo a través de la niebla, mientras las esporas empezaban a afectar su respiración y sus reflejos.

Mamu retrocedió un paso, tosiendo y agitando la mano frente a su rostro para dispersar las esporas. Aprovechando su momento de distracción, dirigí mis raíces hacia sus pies, donde rápidamente se entrelazaron y lo inmovilizaron. Sabía que no resistirían mucho tiempo, pero esto me daría la oportunidad que necesitaba para liberar a Yuki.

Me giré hacia ella, viendo cómo seguía atrapada en su propio tormento. Sabía que debía despertarla, y rápido, antes de que Mamu rompiera sus ataduras.

Pero lamentablemente las ataduras no fueron suficiente para mantener a un yokai, la cual se abalanzó contra mí golpeadome el estómago, pero no iba a dejarme empezando un intercambio muy pero muy intenso.

Aproveché ya que me había agachado evitando un derechazo, mientras preparaban un ataque de fuego, pero a lanzado el giro por completo dando un salto lo suficiente para esta encima mio y seguido de eso recibí un poderoso golpe en la nuca que me envió contra el suelo arrastrándome.

Cuando me recupere sentir que mi pierna era sujetada para luego segundo depues ahora fui arrojado nuevamente contra un árbol.

Fuego.P: Enserió que tienes con los árboles- diría mientras me levantaba, debía admitir que su poder era temible cuando absorbía el miedo de las persona.

Justo cuando Mamu estaba a punto de dar el golpe final, una luz blanca y pura comenzó a irradiar desde donde estaba Yuki. La oscuridad que antes la envolvía se desvanecía, y su apariencia comenzó a transformarse de manera imponente. Su cabello se volvió blanco como la nieve, y su rostro adquirió un aspecto etéreo, con una marca de azul celeste alrededor de sus ojos que brillaban con intensidad. Su figura se alargó, y su presencia se volvió poderosa, casi helada, mientras me impresionaba la energía que emanaba de ella.

[Imagen de referencia]

Con una mirada fija en Mamu, Yuki gritó con firmeza.

Yuki: ¡Ya no me controlas!- Su voz retumbó como un eco, desbordando determinación. En ese instante, una enorme columna de hielo emergió directamente bajo los pies de Mamu, elevándolo en el aire y golpeándolo con fuerza, lanzándolo contra una roca con un impacto brutal.

Mamu se incorporó, sacudido y atónito ante la repentina transformación de Yuki. Pero antes de que pudiera reaccionar, Yuki avanzó, el frío en su mirada reflejando el poder que ahora controlaba.

Aprovechando la confusión de Mamu, me preparé para atacar de nuevo, sabiendo que juntos podíamos superarlo ahora que Yuki había despertado todo su potencial.

Fuego.P: Me alegra saber que este bien- dije con honestidad, pero sabía que eso era lo único que se necesitaba para despertar los poderes de yuki.

Yuki: Lamento la tardanza, pero ahora mismo........ esta es nuestra pelea.

Yuki y yo avanzamos, coordinados y determinados a poner fin a la amenaza de Mamu. A pesar de que él había ganado poder alimentándose de las pesadillas, enfrentarse a ambos a la vez le resultaba demasiado. Yuki lanzó una serie de pilares de hielo que, aunque Mamu esquivaba con habilidad, lograban distraerlo, dejándolo vulnerable.

En ese momento, un destello del Omnitrix marcó mi transformación de Fuego Pantanoso a Amenaza Acuática. Aproveché la posición en el aire y le lancé un chorro de agua a presión que lo golpeó de lleno, empapándolo y desestabilizándolo. Yuki, quien había bajado la temperatura en el área, intensificó el frío, y el agua en el cuerpo de Mamu comenzó a cristalizarse rápidamente, haciéndolo más lento y limitando sus movimientos.

Mamu intentó contraatacar, pero antes de que pudiera reaccionar, me lancé a una velocidad sorprendente, golpeándolo sin darle oportunidad de defenderse. Me agaché, dejando el campo abierto para Yuki, quien invocó un imponente dragón de hielo que emergió de la tierra, envolviendo a Mamu con sus heladas fauces. El dragón lo arrastró con una fuerza arrolladora, destruyendo varios árboles a su paso hasta finalmente estrellarlo contra una roca. Al final, Mamu quedó inmóvil, congelado y exhausto, incapaz de continuar la pelea, mientras Yuki y yo lo observábamos, listos para cualquier intento final de resistencia. Volví a ser yo sabiendo que ahora mamu ya no era un problema.

Con Mamu finalmente derrotado, un grupo de bakus apareció frente a nosotros, materializándose entre sombras y destellos suaves. Entre ellos, uno de los bakus se adelantó y, con una voz profunda pero agradecida, nos dijo.

Baku: Muchas gracias por lo que hicieron hoy por nosotros. No sabemos cómo agradecerles.

Yuki y yo nos miramos y asentimos al unísono.

Taiyo: No se preocupe, señor baku —respondí, manteniendo una leve sonrisa—. Fue un gusto ayudar a un yokai como ustedes.

Yuki, que parecía igual de satisfecha, añadió.

Yuki: Así es. Si vuelven a necesitar ayuda, no duden en llamar a los detectives yokai.

El baku asintió, satisfecho, pero miró a Mamu, que yacía derrotado y congelado en el suelo.

Baku: No se preocupen por él —respondió con firmeza—. Será juzgado en la corte especial de los yokai.

Ambos exclamamos al mismo tiempo, sorprendidos.

Taiyo/Yuki: ¿Los yokai también tienen juicio?

Baku: Por supuesto que tenemos —respondió riéndose suavemente ante nuestra reacción—. ¿Por qué creen que existe un equilibrio en este mundo? Los yokai que cruzan ciertos límites son juzgados para mantener el orden.

Dicho esto, sacó unos talismanes de su túnica, cada uno con el dibujo de un baku cuidadosamente grabado.

Baku: Como muestra de agradecimiento, acepten estos talismanes.

Tomé el talismán con una reverencia, sintiendo la energía protectora que emanaba de él, mientras Yuki hacía lo mismo, con una expresión de asombro y gratitud.

Taiyo: Gracias, señor baku —dije—. Nos aseguraremos de mantenerlos a salvo.

El baku nos dio una última sonrisa sabia y empezó a desvanecerse junto con los otros bakus, dejándonos en el bosque, con la calma finalmente restablecida.

Mientras caminábamos de regreso, dejando atrás el bosque tras nuestra victoria sobre Mamu, noté cómo Yuki observaba el talismán con una mezcla de curiosidad y asombro. Al verla así, comenté.

Taiyo: Supongo que esta fue nuestra primera misión como detectives yokai.

Mi comentario hizo que Yuki levantara la mirada, y con una sonrisa amplia y entusiasta, respondió

Yuki: ¡Pues claro! Nos hicimos amigos de los baku, enfrentamos a un yokai... ¡eso es algo grande!

Reí por sus palabras, pero la curiosidad pronto me ganó, y le pregunté.

Taiyo: Y dime, ¿qué pasó cuando Mamu te puso en la pesadilla?

Yuki se detuvo, un tanto pensativa, recordando aquella experiencia dentro del sueño. Después de un momento, con una mirada agradecida, respondió:

Yuki: Al principio tenía miedo... pero gracias a Yuki Onna, logré superar esos sentimientos y usar su poder. Es una buena amiga, y ahora siento que llevo una parte de ella conmigo —dijo, tocando su talismán con afecto.

Taiyo: Lo es —asentí, mirando cómo ella sonreía hacia el cielo en un gesto de gratitud—. Además, gracias a su sacrificio ahora tienes esos increíbles poderes de hielo.

Ambos nos quedamos en silencio un instante, disfrutando de la paz después del caos, hasta que recordé algo y, con una sonrisa, agregué

Taiyo: Bueno, supongo que el trabajo de detectives yokai apenas empieza.

Yuki asintió, y en un acto de camaradería, ambos alzamos nuestras manos y chocamos los cinco, sellando así el final de nuestra primera misión. Aún nos aguardaban muchas aventuras, pero sabíamos que, juntos, podríamos con lo que se nos presentara.

Continuará..........

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