El fin de problema
El laboratorio del Doctor Yamashita estaba en pleno apogeo. Varios científicos y técnicos trabajaban alrededor del robot capturado, conectando cables a sus sistemas y verificando datos que aparecían en una serie de monitores. La estructura metálica del robot, ahora desactivado, reflejaba la luz de los focos en el techo, dándole un aire imponente incluso en su estado inerte.
En otra parte del laboratorio, un equipo de investigadores se enfocaba en la nave espacial. Los restos alienígenas estaban dispersos sobre mesas metálicas, mientras varias pantallas proyectaban esquemas detallados y proyecciones en tres dimensiones de las piezas más importantes. Los científicos hacían todo tipo de pruebas: análisis de materiales, búsqueda de fuentes de energía, y lo más importante, intentaban descifrar cualquier tipo de información contenida en el núcleo de la nave.
Doctor Yamashita observaba cada detalle, sus ojos brillando con una mezcla de curiosidad y ambición. Tenía grandes planes para ambos hallazgos. Sabía que, si lograba comprender el origen y la tecnología de estos seres, tendría acceso a un conocimiento que lo colocaría en la cúspide de la ciencia moderna.
Doctor Yamashita: Una tecnología tan avanzada... Nos coloca a siglos de lo que jamás soñamos. Si logramos descifrar su estructura, podríamos replicarla... incluso controlarla- Murmurando para sí mismo.
En ese momento, uno de los asistentes se acercó con una tableta en mano.
Asistente: Doctor, hemos encontrado algo inusual en el robot. Parece que tiene una fuente de energía interna... pero no es nada que hayamos visto antes. Es como si estuviera diseñado para autoregenerarse, algo completamente orgánico y mecánico a la vez.
Doctor Yamashita: Fascinante... Entonces, su tecnología es una combinación de biología y maquinaria. Esto supera con creces cualquier cosa que la humanidad haya desarrollado.
La atención del doctor fue desviada por otro investigador que se acercó desde la sección de la nave alienígena.
Investigador: Doctor, hemos descubierto una serie de símbolos grabados en el núcleo de la nave. Son extraños, no corresponden a ningún idioma conocido, pero parecen tener un patrón lógico. Podrían ser algún tipo de mensaje o advertencia.
El Doctor Yamashita se acercó rápidamente a la pantalla donde se proyectaban los símbolos. Su mirada se intensificó, tratando de comprender el mensaje oculto en ellos. Mientras lo hacía, una leve vibración comenzó a sentirse en la sala. Era tan sutil que, al principio, nadie le dio importancia.
Sin embargo, la vibración se volvió más fuerte y las luces del laboratorio comenzaron a parpadear. Todos se detuvieron, mirándose entre sí con preocupación. En ese preciso instante, una alerta en la computadora central comenzó a parpadear en rojo.
Operador: ¡Doctor! ¡Algo está sucediendo en el núcleo de la nave!
Yamashita se giró rápidamente hacia los restos de la nave y observó cómo una extraña energía comenzaba a irradiar desde el cuerpo alienígena que antes parecía destruido. Su luz pulsaba con intensidad, iluminando toda la sala en tonos azulados y verdes, mientras una energía desconocida fluía hacia el robot, activándolo de manera inesperada.
Doctor Yamashita: ¡Todos retrocedan! ¡Esta energía es completamente inestable!
Antes de que pudieran reaccionar, el cuerpo alienígena se levantó lentamente, aún brillando con esa energía extraña. La figura que alguna vez parecía derrotada ahora se movía con lentitud pero con firmeza, como si algo la hubiera despertado. Los investigadores miraban con una mezcla de asombro y temor, mientras el Doctor Yamashita sonreía con una emoción casi febril, maravillado por la visión.
Doctor Yamashita: El futuro... realmente ya está aquí.
El Vitanexus, dándose cuenta de que estaba rodeado, no dudó en desatar su furia. Con una velocidad y fuerza sobrehumanas, comenzó a atacar sin piedad, destrozando equipos, mesas y ventanas. Los investigadores y científicos, aterrados, corrieron en todas direcciones, buscando cualquier salida posible mientras las alarmas resonaban en todo el complejo.
Los guardias intentaron interponerse en su camino, pero sus esfuerzos fueron en vano. El Vitanexus los apartó con facilidad, arrojándolos a través del laboratorio como si fueran muñecos de trapo. El Doctor Yamashita, desde una esquina segura, observaba la escena con horror al darse cuenta de que el objetivo del Vitanexus no era meramente causar caos; estaba buscando algo… o alguien.
Fue entonces cuando el Doctor comprendió: el Vitanexus se dirigía hacia el robot alienígena. Tratando de detenerlo, Yamashita gritó desesperadamente, intentando desviar la atención de la criatura.
Doctor Yamashita: ¡No! ¡Detente! ¡No tienes idea de lo que estás haciendo!
Pero sus palabras fueron ignoradas. El Vitanexus avanzó con determinación hasta el robot, en cuyo pecho se podía ver un gran agujero, prueba de una pelea anterior. La criatura alienígena observó por un instante el núcleo expuesto del robot, y luego, sin vacilación alguna, extendió sus brazos hacia él. Lo siguiente fue un espectáculo macabro y fascinante: el Vitanexus comenzó a fusionarse con el robot.
Los cables y partes mecánicas del robot parecían cobrar vida propia, extendiéndose como raíces para envolver al Vitanexus. Su estructura orgánica y la tecnología alienígena del robot se entrelazaron, emitiendo una luz brillante y pulsante. Parecía como si ambos seres estuvieran absorbiéndose mutuamente, mezclando sus energías y componentes en una fusión imposible de detener.
Doctor Yamashita, al darse cuenta de la magnitud de lo que estaba ocurriendo, retrocedió con la cara pálida. Sabía que había jugado con fuerzas que no entendía del todo, y ahora estaba presenciando algo que podría traer consecuencias catastróficas. Los científicos y guardias restantes intentaban evacuar el laboratorio, pero no sin antes mirar con horror el espectáculo que se desarrollaba ante sus ojos.
Y entonces sucedió.
Justo cuando la fusión alcanzó su punto álgido, una ráfaga de energía descomunal estalló en el centro de la sala. El laboratorio entero fue envuelto en una luz cegadora y una explosión de energía devastadora. El edificio tembló, y en cuestión de segundos, las paredes y el techo comenzaron a colapsar por la presión de la explosión.
Desde fuera del laboratorio, la gente en los alrededores podía ver cómo una columna de humo y fuego ascendía hacia el cielo, acompañada de una onda expansiva que sacudió toda el área circundante. Fragmentos de metal y cristal llovieron por todos lados, y el sonido ensordecedor de la explosión reverberó por kilómetros.
En el epicentro de la explosión, donde una vez estuvo el laboratorio del Doctor Yamashita, no quedaba nada reconocible. Solo un cráter humeante y una nube de polvo que se disipaba lentamente en el aire.
Sin embargo, en el centro de esa destrucción, una figura comenzó a emerger de entre los escombros. Era una mezcla extraña de metal y carne alienígena, una nueva forma nacida de la fusión entre el Vitanexus y el robot alienígena. Sus ojos brillaban con una intensidad siniestra, y su cuerpo irradiaba una energía que parecía casi imparable.
El Doctor Yamashita, que había sobrevivido milagrosamente a la explosión, observó con una mezcla de terror y fascinación mientras la criatura recién creada se alzaba. Había perdido el control sobre el experimento, y ahora se encontraba frente a algo que ni él ni nadie en la Tierra podría detener fácilmente.
Doctor Yamashita: ¿Qué... qué he desatado?
La criatura fusionada, ahora un híbrido de poder alienígena y tecnología avanzada, se volvió hacia el horizonte, como si percibiera algo a la distancia. Sin más preámbulos, empezó a caminar lentamente, dejando atrás los restos del laboratorio y a un Doctor Yamashita que apenas podía procesar las consecuencias de su ambición desmedida.
Pov taiyo
Después de todo el caos con Harionago y el inesperado uso del Vitanexus, finalmente pude relajarme un poco. Habían pasado unas horas desde aquel incidente, y aunque había sido una experiencia intensa, me quedó claro que el Vitanexus era un alienígena increíblemente versátil. Aunque aún no le había puesto un nombre a esa forma, ya estaba considerando algunos que encajaran con sus habilidades únicas.
Ahora, Hana se había unido oficialmente como el tercer integrante de nuestro grupo de detectives yokai. A pesar de su escepticismo inicial sobre el mundo sobrenatural, parecía emocionada por todo lo que descubriríamos juntos. Justo antes de ir a casa, hablé con Yuki y le informé de esta nueva adición. Sin embargo, Yuki no podía unirse en nuestras próximas investigaciones ya que tenía algunos asuntos importantes que atender. Aun así, me animó a continuar y me pidió que tuviera cuidado.
Al llegar a casa, le conté a Yuki sobre todo lo que había pasado. Sus ojos se llenaron de preocupación mientras le explicaba lo sucedido con Harionago y cómo había terminado usando la forma de Vitanexus para enfrentarla. Sabía que se preocupaba por mí, y a decir verdad, ese sentimiento era mutuo. Intenté tranquilizarla, diciéndole que no era nada grave y que, a pesar de todo, había logrado salir sin heridas serias. Ella asintió, pero su expresión indicaba que aún tenía sus dudas.
Una vez que nos despedimos, finalmente pude sentarme y retomar un poco de mi vida normal. Decidí avanzar en la historia del manga de Spider-Man que estaba escribiendo, algo que siempre lograba despejarme de las tensiones y distracciones. Me sumergí en la trama, imaginando cómo Spider-Man, a pesar de todos sus problemas y enemigos, lograba mantener la esperanza y seguir adelante. Sentí que en cierto modo podía relacionarme con él. Quizás no tenía que enfrentarme a villanos con superpoderes todos los días, pero entre los yokais, los misterios y mis propias dudas, mi vida no era tan diferente.
Mientras escribía, reflexioné sobre todo lo que estaba sucediendo. Tener a Hana en el equipo sería un cambio interesante; su perspectiva y sus habilidades podían traer un nuevo enfoque a las investigaciones. Además, su curiosidad por lo sobrenatural estaba creciendo. En el fondo, estaba emocionado de ver cómo evolucionaría nuestro pequeño grupo de detectives yokai, y qué tipo de aventuras nos esperaban.
De repente, sonó mi teléfono. Era Hana, enviándome un mensaje con una idea sobre el próximo caso en el que podíamos trabajar. Parecía que estaba tomando muy en serio su nuevo rol. Con una sonrisa, respondí y le sugerí que nos encontráramos al día siguiente para discutirlo.
Mientras me despedía de la conversación y volvía al manga, sentí una extraña satisfacción. Estaba rodeado de personas que me apoyaban y compartían mi interés por el mundo sobrenatural, algo que nunca imaginé. Mi vida, de alguna manera, se estaba convirtiendo en una mezcla de realidad y ficción, pero mientras tuviera a personas como Yuki y Hana a mi lado, sentía que podría enfrentar cualquier cosa, incluso los misterios más oscuros del mundo yokai.
Estaba en la sala junto a mis hermanas mayores, Kronni y Saori. Era raro poder pasar tiempo juntos, considerando lo ocupados que estábamos todos. La escuela y nuestras propias actividades nos tenían siempre corriendo, así que estos momentos eran especiales. La televisión estaba encendida, y aunque el programa no era nada fuera de lo común, había algo en la simpleza de compartir el momento que se sentía bien.
Kronni estaba sentada a mi izquierda, entretenida con el programa, mientras Saori, a mi derecha, comía algunas botanas. A veces discutían sobre algún detalle de la serie que estábamos viendo, y sus comentarios hacían que soltara una risa de vez en cuando. Era reconfortante verlas en su estado más relajado, sin la formalidad de la escuela o las presiones del día a día.
En un momento, Kronni me miró con una sonrisa divertida.
Kronni: Entonces, ¿qué tal te ha ido en la escuela? Últimamente parece que tienes algo más en mente, ¿o me equivoco?"
Saori se inclinó un poco, curiosa, observándome con esa mirada de hermana mayor que casi podía adivinar lo que estaba pensando.
Taiyo: No es nada especial- respondí, intentando sonar despreocupado. Pero en el fondo, sabía que mis hermanas me conocían demasiado bien como para creerme tan fácilmente. Después de todo, no podía contarles todo sobre el tema de los yokais, aliens o mi nuevo equipo de "detectives sobrenaturales" sin que sonara totalmente extraño.
Saori: ¿Nada especial, eh?- sonrió, dándome un pequeño golpe en el hombro- A veces parece que estás en otro mundo, hermano. Solo recuerda que, si necesitas algo o si tienes algún problema, puedes confiar en nosotras.
Asentí, agradecido.
Taiyo: Sí, lo sé. Gracias.
Seguimos viendo la televisión un rato más, disfrutando de la paz. Kronni y Saori comenzaron a discutir sobre un personaje del programa, riendo y lanzándose comentarios en broma. Observándolas, me di cuenta de lo afortunado que era de tenerlas. Eran mi apoyo en los momentos difíciles, aunque no siempre podía compartir todos mis secretos con ellas.
Mientras la tarde avanzaba, una idea surgió en mi mente: tal vez, algún día, encontraría la manera de contarles un poco más sobre el mundo en el que me estaba adentrando, el mundo de los sobrenatural y de espacio. Pero por ahora, este tiempo de tranquilidad y risas con mis hermanas era suficiente.
Estábamos disfrutando de la calma, cuando de repente la pantalla del televisor parpadeó y el programa fue interrumpido por una transmisión de emergencia. "Interrumpimos este programa para dar una noticia de última hora," anunció la voz de la reportera con tono grave.
Mis hermanas y yo intercambiamos miradas. Aunque traté de mantener una expresión tranquila, sentía una inquietud en el fondo. ¿Por qué siempre parecía que algo extraño sucedía justo cuando estaba intentando relajarme?
La imagen cambió a un reportero en una zona acordonada, y en el fondo se veían luces de sirenas y varios equipos de emergencia rodeando un edificio en ruinas.
"Hace unos momentos, una explosión masiva ocurrió en un laboratorio de investigación en las afueras de la ciudad," explicó el reportero. "Los detalles aún son escasos, pero se sabe que había experimentos con tecnología y materiales desconocidos en este laboratorio. La policía ha pedido a los ciudadanos que se mantengan alejados de la zona mientras investigan las causas del incidente."
Sentí un escalofrío. Recordé lo que había pasado con el Vitanexus en mi pelea de hacer algunos meses para salvar a elyra y sobre el misterioso robot que apareció. ¿Podría estar relacionado? Mi corazón empezó a latir más rápido, y una mezcla de preocupación y adrenalina me invadió.
Kronni frunció el ceño, mirándome de reojo.
Kronni: Eso suena como algo sacado de una película de ciencia ficción. ¿Crees que sea tan serio como lo hacen ver?
Intenté mantener la calma, pero no pude evitar tensarme.
Taiyo: Sí... puede que sea solo un accidente, ¿verdad?- Respondí, forzando una sonrisa que no lograba convencer a nadie. La verdad era que tenía el presentimiento de que esto no era una simple coincidencia.
Saori apagó el televisor, notando mi reacción.
Saori: Hermano, ¿estás bien? Pareces nervioso.
Respiré hondo, tratando de ordenar mis pensamientos.
Taiyo: Sí, estoy bien, solo que… bueno, estas noticias siempre me ponen un poco ansioso. Ustedes saben, con todo lo que ha pasado últimamente en la ciudad.- No era una mentira del todo, pero tampoco podía contarles lo que realmente pasaba por mi mente.
Las palabras de la reportera continuaban resonando en mi cabeza. Sabía que tarde o temprano tendría que investigar este asunto, sobre todo si estaba relacionado con lo que había pasado recientemente. Si había algo extraño involucrado, no podía ignorarlo.
Mis hermanas me miraron con preocupación, pero intenté desviar la atención.
Taiyo: En fin, seguro será algo que controlarán rápido- dije, intentando sonar despreocupado- Además, ¿quién se preocuparía por extraterrestres o experimentos raros?
Kronni suspiró, todavía observándome con sospecha.
Kronni: Solo cuídate, ¿vale? Últimamente parece que la ciudad está llena de problemas extraños.
Asentí, pero en el fondo sabía que mi noche no terminaría aquí.
La noche era silenciosa y oscura, y mis hermanas ya dormían profundamente. Todo en la casa estaba en calma, pero yo estaba inquieto, incapaz de descansar sabiendo lo que había visto en las noticias. Me senté en el borde de mi cama, observando el Omnitrix en mi muñeca mientras la figura holográfica de Cortana emergía con una luz suave.
Cortana cruzó los brazos, mirándome con expresión preocupada.
Cortana: ¿Estás seguro de esto? Sabes que puede ser peligroso si actúas solo.
Suspiré, inclinándome hacia el Omnitrix.
Taiyo: Sí, Cortana. Esto es necesario. Si ese alienígena que creía muerto realmente se fusionó con el robot, significa que está más vivo y fuerte de lo que pensábamos. Y si ahora es una amenaza potencial… no puedo simplemente quedarme aquí, esperando que alguien más se encargue.
Cortana me observó con seriedad antes de asentir.
Cortana: Entiendo tu preocupación, pero recuerda que no tienes que enfrentar esto solo. Puedes contar conmigo para monitorear cualquier señal de energía o movimiento inusual en la zona. Además… tienes a Hana y a Yuki.
Asentí, apreciando sus palabras.
Taiyo: Gracias, Cortana. Pero no quiero involucrarlas hasta no saber exactamente con qué nos estamos enfrentando. Esto no es un simple yokai; es algo mucho más peligroso. Si ese Vitanexus se fusionó con la tecnología de ese robot alienígena, puede tener habilidades que aún no conocemos.
Cortana miró hacia un lado, pensativa.
Cortana: Eso es cierto. Podría haberse convertido en una amenaza combinada con lo peor de ambas especies. Y no sabemos si sigue teniendo control de sí mismo… o si solo busca destruir todo a su paso.
Tomé una respiración profunda, sintiendo el peso de la responsabilidad en mis hombros. El Omnitrix parpadeó con un suave brillo verde, como si también me estuviera alentando.
Taiyo: Cortana, ¿puedes rastrear cualquier actividad energética en la ciudad que coincida con la firma del Vitanexus?
Cortana asintió y empezó a procesar la información, mientras yo miraba por la ventana hacia el cielo estrellado. Sabía que estaba arriesgando mucho al ir solo, pero era mi deber enfrentar esta amenaza antes de que causara más daño.
Cortana: Encontré una señal inusual en el sector industrial- anunció Cortana después de unos segundos- Parece que hay un aumento de energía proveniente de una antigua fábrica abandonada. Coincide con las firmas de energía del robot alienígena.
Mi corazón latió con fuerza. Ahí estaba mi objetivo.
Taiyo: Perfecto. Vamos a acabar con esto.
Antes de salir, eché un último vistazo hacia la puerta de las habitaciones de mis hermanas. No quería preocuparlas ni arriesgar sus vidas. Esta batalla era mía.
Activé el Omnitrix, y mientras giraba el dial, sentí la adrenalina llenar mis venas. En un destello de luz, mi cuerpo empezó a transformarse en XLR8, mi alienígena de velocidad.
XLR8: Vamos, Cortana. Hora de acabar con esta amenaza.
Con la velocidad de un rayo, salí por la ventana y me dirigí hacia el sector industrial, listo para enfrentar lo que sea que se hubiese convertido ese Vitanexus fusionado.
Mientras recorría las calles desiertas en busca de cualquier señal de Vitanexus, la quietud de la noche me daba cierta ventaja: menos miradas curiosas y menos peligro para los civiles. Sin embargo, un escalofrío recorrió mi cuerpo cuando noté que el entorno comenzó a cambiar. Los edificios se distorsionaban y el cielo, oscuro y estrellado, se transformó en un vacío sombrío, como si de repente hubiera quedado atrapado en una dimensión desconocida.
Me detuve, observando el espacio a mi alrededor. El vacío no era común; era un lugar entre mundos, una especie de limbo oscuro y sin forma. Inmediatamente reconocí la sensación: esto era algo que los alienígenas de la especie que alguna vez había visto en Dandadan podían hacer. Sabía que tenían la capacidad de distorsionar la realidad y crear ilusiones, transportándome a un plano donde sus reglas dominaban.
XLR8: Cortana, ¿puedes analizar mi ubicación? Esto no es la ciudad, parece algún tipo de dimensión alterna.
La imagen holográfica de Cortana apareció en mi visor, pero incluso su proyección temblaba y distorsionaba.
Cortana: Estoy detectando alteraciones en la estructura espacial. Es como si te hubieran sacado de la realidad habitual. No puedo localizar un punto de referencia en esta dimensión. Ten cuidado, Taiyo; algo está distorsionando el entorno.
En ese momento, una risa resonó en el vacío, un eco profundo que parecía venir de todas direcciones. Miré a mi alrededor, tratando de localizar el origen. Desde las sombras, una figura comenzó a materializarse, revelándose como una mezcla siniestra de tecnología y tejido alienígena. Era Vitanexus, fusionado con partes del robot alienígena. Su cuerpo irradiaba una energía oscura, y sus ojos brillaban con un tono amenazador.
Vitanexus: ¿Así que finalmente vienes a buscarme?" Su voz retumbó, distorsionada, como si viniera desde múltiples lugares a la vez- Nunca deberías haber interferido, terrícola. Esta dimensión ahora es mía, y tú… eres solo otro obstáculo que debo aplastar.
Activé el Omnitrix, pero algo en este lugar interfería con su funcionamiento. La luz parpadeaba y se apagaba, como si la energía aquí estuviera en conflicto con la tecnología del Omnitrix.
Vitanexus: Perfecto, sin refuerzos. Veamos si puedes enfrentarte a mí sin tus juguetes- dijo extendiendo su brazo robótico que comenzó a transformarse en un arma.
Sabía que estaba en una desventaja, pero no pensaba rendirme. Mi único recurso era mi habilidad y estrategia.
XLR8: Entonces, si es pelea lo que quieres, pelea tendrás- respondí, asumiendo una posición de defensa.
Vitanexus disparó ráfagas de energía desde su brazo, y el vacío a mi alrededor estallaba en destellos de luz cada vez que las ráfagas pasaban cerca. Moviéndome tan rápido como podía sin la ayuda de mis transformaciones, logré esquivar algunos de sus ataques, pero un rayo de energía me alcanzó en el hombro, haciéndome tambalear.
Vitanexus: ¿Eso es todo lo que tienes?- se burló avanzando hacia mí con una confianza que irradiaba peligro.
Necesitaba pensar rápido.
XLR8: Cortana, dame un análisis. ¿Hay alguna manera de estabilizar el Omnitrix aquí?
La proyección de Cortana parpadeó y respondió,
Cortana: Si puedes distraerlo, intentaré recalibrar el Omnitrix para esta dimensión. Solo necesito unos segundos.
Asentí.
XLR8: Suficiente para mí- En ese momento, corrí en zigzag, lanzándome hacia Vitanexus para mantenerlo ocupado. Giré en el último segundo, deslizándome por debajo de su brazo y pateando su costado, lo que pareció desequilibrarlo levemente.
XLR8: ¡Ahora, Cortana!- grité mientras mantenía a Vitanexus ocupado.
El Omnitrix brilló con una luz verde intensa mientras Cortana trabajaba para estabilizarlo. Finalmente, escuché el pitido familiar. Era mi oportunidad.
Con un giro del dial, seleccioné al primer alienígena que apareció.
Fuego.P: ¡Fuego Pantanoso!- exclamé, sintiendo mi cuerpo transformarse en una criatura de fuego y pantano.
Vitanexus dio un paso atrás, sorprendido por el cambio. Aproveché el momento, lanzando una ráfaga de llamas desde mis manos hacia él. El vacío iluminado por el fuego reflejaba las sombras danzantes de la batalla, y Vitanexus finalmente mostró un atisbo de duda.
Fuego.P: Este es mi mundo, Vitanexus, y no pienso dejar que lo tomes sin luchar- dije, preparándome para el enfrentamiento decisivo.
Justo en eso empecé a lanzar bolas de fuego, pero vi cómo el Vitanexus creo un escudo de energía, seguido de crea múltiple cañones donde rápidamente me empecé a mover, rápidamente lancé una semilla a Vitanexus que emergieron raíces y empezando atrapa a mi oponente, pero en eso noté como su cuerpo empezó a ponerse rojo notando cómo la raíces se quemaba.
Vitanexus me lanzó con tal fuerza que choqué contra un auto, dejándolo aplastado y envuelto en un montón de escombros. Me puse de pie lentamente, sacudiéndome los restos de metal y polvo, apenas resistiendo el dolor. Vitanexus, con una sonrisa de arrogancia, comenzó a transformar su brazo en un enorme martillo, su voz resonando con desprecio.
Vitanexus: ¿Eso es todo lo que tienes?- pregunté, intentando disimular el cansancio.
Fuego.P: Ese truco de los martillos ya es muy viejo- bromeé, aunque sabía que este no era el momento para sarcasmos.
Antes de que pudiera reaccionar, su martillo gigante descendió rápidamente, impactándome y lanzándome contra una pared cercana. El golpe fue brutal, dejándome aturdido y sin aliento.
Vitanexus: Ahora no puedes ganarme- dijo avanzando con paso firme y decidido. Estaba confiado, seguro de que tenía la victoria en sus manos.
Sentí la presión del momento y, aunque estaba herido, sabía que no podía rendirme. Miré mi Omnitrix y, con una sonrisa desafiante, murmuré.
Fuego.P: Tal vez no en esta forma... pero creo que llegó el momento de pasar de normal a Supremo.
Presioné el Omnitrix, y una "X" brillante se formó sobre él mientras sentía mi cuerpo transformarse. La energía aumentaba, y mis extremidades cambiaban, adaptándose a una forma más poderosa. Cuando la luz se desvaneció, me encontraba en mi forma de Fuego Pantanoso Supremo.
Mi cuerpo ahora irradiaba una fuerza y energía mucho mayores, con la corteza más sólida y las llamas de un azul intenso, ardiendo con una temperatura devastadora. Vitanexus retrocedió un paso, sorprendido por el cambio.
Fuego.P.S: ¿No esperabas esto, eh?- le dije con una voz más profunda y resonante- Prepárate, porque ahora Fuego Pantanoso Supremo está en acción.
Vitanexus avanzó rápidamente hacia mí, sus pasos pesados resonando con cada golpe que daba en el suelo. Su brazo se preparaba para otro ataque, pero antes de que pudiera alcanzarme, encendí el napalm en mis brazos. Las llamas azuladas empezaron a envolver mis extremidades, iluminando el lugar con una intensidad feroz.
Cuando el Vitanexus intentó golpearme, aproveché el momento para cargar más napalm en mis manos, intensificando el fuego hasta que las llamas azules alcanzaron un punto crítico.
Fuego.P.S: ¡Aquí tienes algo que no podrás resistir!- grité, y junté mis manos en un movimiento rápido, liberando una explosión de fuego masiva directamente hacia él.
La onda expansiva lo golpeó de lleno, lanzándolo hacia atrás mientras las llamas lo envolvían. Aprovechando el caos, mis brazos empezaron a generar pequeñas bombas de fuego, cada una ardiendo con la misma intensidad azulada. Las lancé en su dirección una tras otra, convirtiendo el área en un infierno de llamas azules.
Vitanexus trataba de protegerse, pero el calor y la potencia de las explosiones eran demasiado. Cada bomba de fuego explotaba al contacto, empujándolo aún más lejos y debilitando su estructura. Finalmente, logré acercarme mientras aún estaba aturdido por las explosiones, y con un último ataque, lancé una enorme bola de fuego directo a su pecho, donde aún se veía aquel agujero de su pelea anterior.
La explosión final fue devastadora, y Vitanexus cayó al suelo, tambaleándose. Lo observé con determinación, listo para terminar la pelea si era necesario.
Fuego.P.S: ¿Aún crees que puedes vencerme?”
Sin perder un segundo, corrí hacia Vitanexus, aprovechando el momento en el que aún estaba debilitado por las explosiones. Cargué toda mi fuerza en mis piernas y, con un impulso explosivo, me lancé hacia él. Al llegar, conecté un puñetazo directo a su rostro, y luego, sin darle tiempo para reaccionar, lo sujeté firmemente de la cara.
Fuego.P.S: ¡No vas a escapar de esta!- le grité, mientras aumentaba la presión de mis manos alrededor de su cabeza. Con un último esfuerzo, lo levanté y lo arrojé con toda mi fuerza hacia un edificio cercano. Su cuerpo atravesó la estructura como si fuera papel, derribando paredes y columnas mientras se deslizaba hacia el fondo del edificio en ruinas.
Observé el caos que había causado y me permití una sonrisa. Aquí, en este espacio vacío, en este mundo ilusorio que imitaba la Tierra pero carecía de vida, podía pelear sin contenerme, sin preocuparme de que alguien inocente resultara herido. Este campo de batalla era mío, y cada golpe que lanzaba podía ser tan letal como quisiera.
Fuego.P.S: Bien, Vitanexus- murmuré, mirando el polvo asentarse mientras me preparaba para el siguiente movimiento. -Aquí no hay límites. Así que… ¡vamos a ver cuánto puedes soportar!
El suelo comenzó a vibrar, y, a través del polvo, pude ver cómo Vitanexus empezaba a levantarse, su mirada llena de rabia y determinación. Había soportado el impacto, pero estaba claro que había recibido un buen golpe.
Sin perder tiempo, mis manos volvieron a arder con las llamas azules, listas para lanzar otra ráfaga de ataques.
Fuego.P.S: ¡Vamos, dame lo mejor que tengas!- le grité, llamándolo a enfrentarse a mi poder sin restricciones. Este combate estaba lejos de terminar, y ahora, sin nada que me detuviera, estaba dispuesto a pelear hasta el final.
Vitanexus se levantó, sacudiéndose los escombros mientras sus ojos irradiaban una furia incontrolable. Los golpes y el daño recibido parecían haberlo llevado al límite, pero también habían sacado lo peor de él. Su brazo derecho comenzó a transformarse en una especie de taladro giratorio, mientras el izquierdo se extendía y moldeaba en una enorme cuchilla. Sabía que no se detendría hasta acabar conmigo… pero yo tampoco.
Fuego.P.S: Es hora de terminar esto- murmuré, y encendí mis manos con las llamas azules del napalm, creando explosiones de fuego que danzaban alrededor de mis puños. Sentía el poder vibrar en cada fibra de mi ser. Aquí, en esta ilusión de un mundo vacío, podía liberar mi fuerza sin restricciones, y Vitanexus estaba a punto de presenciar todo mi potencial.
Vitanexus se lanzó hacia mí, su taladro girando y su cuchilla lista para cortar, pero esquivé su ataque con un salto lateral, girando sobre mí mismo y lanzando una bomba de fuego desde mi brazo derecho directo a su pecho. La explosión lo desestabilizó, y antes de que pudiera reaccionar, me acerqué en un parpadeo, lanzando una serie de golpes que hicieron que sus defensas se rompieran una a una.
Él intentó contraatacar, pero cada golpe era frustrado por mi velocidad y precisión. Mis movimientos eran ágiles y calculados, y mis llamas azules dejaban marcas en su cuerpo con cada impacto. Con un último esfuerzo, Vitanexus intentó clavarme la cuchilla, pero lo intercepté, sujetando su brazo y girándolo con fuerza hasta que escuché el crujir metálico de su estructura debilitada.
Fuego.P.S: Este es el final, Vitanexus- dije mientras mis manos comenzaban a arder aún más intensamente, las llamas azules envolviéndonos a ambos. Concentré todo mi poder en mis brazos, acumulando una cantidad masiva de energía de napalm que latía como el núcleo de una estrella. Sentía la presión creciendo, el calor aumentando, y sabía que este sería el golpe final.
Con un grito de determinación, lancé un puñetazo directo a su pecho, liberando toda la energía acumulada en una explosión que iluminó el vacío. Las llamas azules envolvieron a Vitanexus, consumiendo su estructura y fragmentándolo en mil pedazos. La explosión resonó como un trueno, y una onda expansiva barrió el área, disipando los restos de mi oponente en cenizas.
Cuando el humo se aclaró, solo quedaba yo de pie en el centro del cráter creado por la explosión, con los últimos destellos de fuego azul disipándose en mis manos. Respiré profundamente, sintiendo la adrenalina comenzar a calmarse, mientras el silencio regresaba al lugar.
Fuego.P.S: Al final, no era rival para mí- murmuré, mirando las cenizas dispersarse en el viento. Había ganado, había acabado con él de una vez por todas, y ahora, finalmente, podía regresar al mundo real sin esa amenaza sobre mis hombros.
Continuará.......
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