Hyunjin miraba al techo de su habitación, atrapado en la oscuridad familiar que lo envolvía cada noche. Podía sentir el peso del insomnio presionando sus párpados, exigiéndole rendirse, pero sabía que ese sería otro esfuerzo en vano. Había perdido la cuenta de cuántas noches como esta había pasado despierto, con la mente demasiado inquieta para descansar. Casi podía escuchar el sonido de sus pensamientos, un murmullo interminable de dudas y preguntas sobre el amor, la soledad y todo lo que había intentado evitar pensar durante el día.

Esa noche, sin embargo, se sentía especialmente inquieto. Quizá era el cansancio acumulado o tal vez esa vieja sensación de vacío que había comenzado a percibir en los últimos meses. Con un suspiro, se dio la vuelta en la cama y, en un intento de distraerse, encendió la radio. El sonido llenó la habitación de inmediato, una voz profunda y melodiosa, como si alguien le estuviera susurrando justo lo que él no quería escuchar.

Una canción romántica empezó a sonar, hablando de encuentros y de destinos entrelazados. La letra tocó algo en él, despertando una nostalgia desconocida. Sentía que hablaba directamente a su soledad, recordándole lo que aún no había encontrado. "¿Qué tan real es el amor?", se preguntó. ¿Sería una simple ilusión, una idea que la gente alimentaba para llenar sus propios vacíos?

Finalmente, decidió que quedarse en la cama no lo llevaría a ninguna respuesta. Con movimientos lentos, se levantó, se puso un abrigo y salió de su apartamento en silencio, como si la ciudad misma estuviera esperando ese paso fuera de su habitación. El aire nocturno era fresco y, aunque el frío se colaba por su abrigo, le gustaba esa sensación. Le recordaba que estaba vivo, que sentía, y eso, en cierta forma, ya era algo.

Las calles estaban casi vacías, y los faroles proyectaban sombras largas que lo acompañaban en su caminar. Sin un rumbo fijo, dejó que sus pies lo guiaran, como si de alguna forma supieran adónde lo llevarían.

Mientras caminaba, sus pensamientos volvieron a girar en torno a las mismas preguntas de siempre. "¿Por qué el amor parece tan complicado?" Hyunjin recordaba sus propias experiencias amorosas, los intentos fallidos, las relaciones que no parecían encajar. Se preguntaba si había algo en él que simplemente no estaba hecho para conectar con los demás. Quizás era su culpa, tal vez esperaba demasiado o, quizás, el amor era solo algo reservado para otros y no para él.

En medio de esos pensamientos, su atención se desvió hacia las luces lejanas de un parque. Sin saber muy bien por qué, decidió acercarse. Era como si algo lo llamara desde allí, una atracción inexplicable que lo alejaba de su mente por un instante y lo sumergía en el ahora.

De repente, escuchó pasos detrás de él, suaves, casi imperceptibles, pero lo suficientemente cercanos como para que su presencia no pasara desapercibida. Sin embargo, no se volvió. Simplemente siguió caminando, sintiendo que esa presencia lo seguía, pero sin generar miedo ni incomodidad. Era como si esos pasos fueran un eco de los suyos, alguien que, como él, también había salido a buscar respuestas en la noche.

No pasó mucho tiempo hasta que llegó al parque. La luna brillaba con intensidad, bañando el lugar en una luz plateada que parecía casi irreal. Hyunjin se detuvo, permitiéndose finalmente disfrutar de la paz del momento, hasta que escuchó de nuevo esos pasos. Esta vez más cercanos, como si la persona también se hubiera detenido al notar su presencia.

Giró lentamente y allí, bajo el mismo cielo estrellado, vio a un joven parado a unos metros de él. Tenía el rostro iluminado por la luz de la luna, y en sus ojos se reflejaba una mezcla de curiosidad y melancolía que Hyunjin reconoció de inmediato, pues era la misma que había visto tantas veces en el espejo. Durante un segundo, ambos se miraron en silencio, como si las palabras no fueran necesarias.

El desconocido, con una ligera sonrisa, inclinó la cabeza en señal de saludo. Hyunjin sintió que algo en su interior se removía, una sensación cálida que no había sentido en mucho tiempo. Respondió al gesto con una pequeña sonrisa, y durante ese instante, todas sus dudas y preguntas parecieron desvanecerse, como si el universo le estuviera ofreciendo una respuesta silenciosa a su soledad.

Sin saber cómo ni por qué, sintió que había algo especial en ese encuentro, como si estuviera destinado a suceder. No era simplemente una coincidencia; había algo más, algo que ambos podían sentir sin necesidad de expresarlo en palabras.

Hyunjin se acercó despacio, y el otro joven, como si lo estuviera esperando, no se movió. Ambos, sin una palabra, comenzaron a caminar juntos, como si fuera la cosa más natural del mundo. Las preguntas y dudas seguían allí, pero ahora, de alguna forma, parecían menos importantes.

Hyunjin no sabía cómo terminaría esa noche, ni qué significaba realmente este encuentro. Pero en ese momento, mientras caminaban en silencio, sintió que algo en él comenzaba a cambiar. Y aunque no sabía si esto era destino o simple casualidad, por primera vez en mucho tiempo, no le importaba.

Read you soon...
-Mimi 🦋