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Después de la última clase, Taehyung se despidió de Jimin, quien parecía bastante contento. Mañana le contaría lo que había pasado hoy con Hoseok. Caminaron juntos hasta la parada del autobús que los llevaría a casa. Al detenerse, ambos subieron.
A Taehyung no le preocupaba lo que sus padres dijeran, ya que ambos trabajaban hasta tarde. Tenían tiempo. Eran las dos y media de la tarde , una buena hora.
Mientras miraba por la ventana el hermoso paisaje, no se dio cuenta de que Hoseok se había quedado dormido en su hombro. Le dio ternura; parecía un cachorro buscando el calor de su madre.
El trayecto duró pocos minutos Hoseok se despertó justo antes de llegar. Bajando y agradeciendo al conductor.
Caminaron hasta llegar frente a una casa verde con un portón negro. El ladrido de un perro asustó un poco a Taehyung.
—No tengas miedo, es mi pequeño perro. Se llama Mickey —dijo Hoseok mientras abría el portón y el perro corrió hacia él para recibir caricias y abrazos.
—¡Ya llegaste, hobi! —gritó una voz desde dentro de la casa.
—Sí, tía —respondió Hoseok. Taehyung se quedó parado, sintiéndose algo nervioso, pero Hoseok tomó su mano y entraron con Mickey siguiéndolos como un guardián.
—Hola, Tía Soomi. Traje a un amigo que conocí hoy en la escuela. Se llama Kim Taehyung.
—Un gusto, Tía Soomi —saludó Taehyung con una reverencia.
— Igualmente, un gusto conocerte. Eres un lindo muchacho, tienes unos ojos hermosos —sonrió la tía calidamente.
—Gracias tía Soomi— sonrojado por el alago.
—Taehyung se ofreció ayudar a acomodar mis cosas, si no tienes ningún problema —agregó Hoseok.
—Por supuesto, sin ningún problema. Solo recuerda que tus padres regresan del trabajo en unas horas —respondió la tía.
—Lo sé. Cuando lleguen, lo presentaré para que confíen en él. Además, no vamos a hacer nada malo —miró a Taehyung, quien ya se escondía detrás de él, sintiéndose algo avergonzado por el comentario.
La tía asintió —¿Quieren comer? De seguro deben estar agotados —Se levantó de su sillón y se dirigió a la cocina. Ambos chicos dejaron sus mochilas, se lavaron las manos en el baño y regresaron al enorme comedor donde ya estaban servidos los platos y los vasos con jugo de naranja.
Hoseok notó cómo Taehyung babeaba al ver el plato de arroz blanco. No pudo evitar soltar una risita, parecía que la debilidad de Tae era el arroz. No dijo nada y disfrutó de su comida con tranquilidad...
Más tarde, Taehyung estaba satisfecho. Había devorado 4 platos de arroz, lo que llenó de orgullo a la tía de Hoseok, ya que rara vez comían arroz.
—No creo que sea mucho, incluso pienso que exageras un poco, Hoseok —rió Taehyung.
—Mira por ti mismo —respondió Hoseok, abriendo la puerta del cuarto.
Taehyung se quedó boquiabierto al ver el desorden. Las camas individuales estaban deshechas; una parecía tendida y otra como si hubiera pasado un tornado. El escritorio rosa estaba hecho un desastre con vasos y envoltorios tirados por todas partes, mientras que el verde estaba medio ordenado, con montones de libros y el teléfono de casa tirado en el suelo.
—Retiro lo que dije, ¿tu hermana también es alfa? —preguntó Taehyung.
—Sí, ella también es alfa. Pero somos bastante diferentes —respondió Hoseok, observando el panorama desordenado.
—Entiendo. Bueno, manos a la obra —dijo Taehyung.
Hoseok fue por dos escobas, dos recogedores, bolsas de plástico y guantes. Nunca se sabe cuándo pueden ser útiles.
Eso duraría toda la noche sino hasta la eternidad....
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