Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

i'm not the guy you're taking home.


Young Mi caminaba a pasos firmes a pesar del gran tamaño de sus tacones. Una sonrisa desvergonzada se asomaba por sus labios al sentir la mirada de todos sobre ella. Estaba tan acostumbrada a esa clase de atención, que incluso cada noche ponía un poco más de esfuerzo por hacer algo diferente en ella que la hiciera lucir tan increíble como siempre. Ni siquiera era tan necesario usar kilos de maquillaje para ocultar lo que realmente era, pues sus facciones naturales le daban ese aspecto que hacía que todos se volvieran locos por ella.

Esa noche, al igual que todas las anteriores, había decidido ir a su discoteca favorita. Sola, como de costumbre. No es que no tuviera amigos; tenía y en gran cantidad, pero no era necesario llamarlos para quedar, pues ya sabía que ahí los encontraría.

-¡Mini!- alguien gritó en su oído y la tomó con fuerza del brazo. Al darse vuelta, vio a su mejor amiga. Un rostro fino y delicado, como si de una diosa griega se tratase; nariz afilada y delgada, ojos grandes y tan profundos como su alma, ¡y Dios!, esa sonrisa tan perfecta que tanto la caracterizaba. Young Mi mataría por ser un poco como ella. Admitía que la envidiaba, pero de la buena forma. 

-¡Cariño!-exclamó Young Mi con su voz fina-, ¡luces tan despampanante como siempre!

-¡Ni hablar de ti!- exclamó la chica. Ambas se echaron a reír-. Ven, las chicas están esperándote. 

Caminaron entre la multitud y la música. A veces paraban para saludar a algún conocido, pero no tardaban en seguir su camino. Cuando por fin dieron con su grupo de amigas, se acercaron emocionadas. Todas gritaron al ver que Ha-neul regresaba con Young Mi. 

-¡Maldición Mini, luces increíble!-exclamó Hoseok, o mejor conocida como Hye. Su voz grave la delataba a veces, pero sus facciones eran igual de delicadas como las de una chica. Era preciosa. 

-Y tú estás preciosa como siempre- halagó Young Mi con sinceridad. 

Después de saludar a todas con un beso, se sentó y al instante ya tenía una bebida en su mano patrocinada por su mejor amiga.  Rápidamente se unió a la conversación que tenían todas sobre lo que había visto hasta ahora. Cosas de chicas. Young Mi se sentía tan a gusto en ese momento; estando así, disfrutando con sus amigas de un par de tragos y riéndose de los chismes que contaban las otras. 

-Uh, deberían verla- habló Hye, refiriéndose a una chica que asistía a la misma escuela que todas-. Le caerían bien unas clases de maquillaje. 

Todas se echaron a reír a carcajadas. De repente Ha-neul dejó de reír para mirar a su mejor amiga con los ojos abiertos. Acababa de recordar algo súper importante.  Todas le prestaron atención. 

-Jungkook está aquí.

Aquella simple frase bastó para que Young Mi dejara de sonreír. No es como que no se pusiera feliz, aquello le contentaba. Simplemente que aún no sabía cómo reaccionar cuando él estaba cerca, se ponía tan nerviosa. 

-¿En serio?-inquirió algo incómoda de que la conversación de repente se volviera sobre ella-. ¡Genial! 

Trató de restarle importancia, pero todas vieron como su semblante cambió. 

-Ay, por favor- la codeó Hye-. Todas sabemos que te mueres por ir a hablarle. 

-O sea, sí- cambió de postura y se rascó la nuca-. Sin embargo, prefiero estar con ustedes. 

-Vamos, Mini- Soo, otra de sus grandes amigas, la alentó-. Sabes que no puedes perder esta oportunidad. Nosotras lo entendemos. 

El resto de ellas asintieron estando de acuerdo con Soo. Sabían lo enamorada que estaba Young Mi de ese chico. Ella las miró sin terminarse de convencer, pero terminó accediendo al ver a sus amigas con sonrisas socarronas en sus rostros. 

-¡Bien!-exclamó finalmente. Sus amigas celebraron aquello y terminó por pararse. Bebió lo que quedaba en su vaso y se armó de valor. Dio una última mirada hacia atrás y alcanzó a ver la cara de su mejor amiga. Esa sonrisa que tanto la tranquilizaba y la llenaba de confianza. 

Se adentró de nuevo entré el montón de jóvenes, quienes bailaban desenfrenadamente al ritmo de la música que el DJ ponía. Young Mi estaba interesada en eso por el momento, lo único que quería era encontrar a Jungkook.  

En varias ocasiones se vio interrumpida en su búsqueda por más de alguien que se acercaba a hablarle. De manera educada los evitaba y seguía recorriendo su mirada entre todas las personas. Esa era la primera vez que maldecía que aquél lugar fuera tan grande y tan recurrido, pues de no ser así le sería mucho más fácil encontrarlo. 

Pasaron quince minutos y seguía sin tener rastro de Jungkook y ya empezaba a cuestionarse si estaba en ese lugar. Probablemente Ha-neu se había confundido o simplemente Jungkook decidió irse temprano a casa. Caminó rendida hasta la barra, en donde se sentó sobre una se las sillas. Pidió un trago, el cual no tardó mucho en entrar en su organismo.  Un ardor recorrió su garganta y desgarró su estómago; una mueca de disgusto adornó su rostro. Los tacones la estaban matando, y eso que no eran los más altos que tenía. 

Empezó a ver a su alrededor, tratando de identificar los rostros de quienes habían acudido esa noche. Reconoció algunos, pero la mayoría eran totalmente desconocidos. Pero entonces, ese rostro capturó su mirada. El rostro del chico que la traía besando el suelo. Jungkook estaba riéndose en la pista, su cabello se movía ligeramente al ritmo de su cabeza y sus ojos se cerraban cuando sentía la canción. 

En ese momento Young Mi no podía apartar la mirada sobre él, era tan adictivo. Si ella fuese adicta a alguna droga, estaba segura que esa sería Jungkook. 

Sus pensamientos fueron interrumpidos cuando dos brazos envolvieron el cuello del castaño. Dos brazos pertenecientes a una chica, una muy hermosa. Ella bailaba demasiado cerca de Jungkook mientras él sostenía su cintura y la pegaba más a su cuerpo. Young Mi dejó de respirar, sobre todo porque en ese momento vio como ambos chicos empezaban a besarse. Escuchó un par de gritos de emoción por parte de quienes bailaban, algunos de los que estaban en la barra corrieron rápidamente a la pista pues la canción del momento estaba sonando. 

Sintió como todo su mundo cayó a sus pies. Buscó un soporte, y sólo se encontró a sí misma dando pasos ciegos. Trató de ubicar de nuevo a Jungkook y ahí lo encontró de nuevo entre toda la multitud. Sus labios se aferraban fuertes a los de esa chica a pesar de que eran empujados por quienes bailaban emocionados. 

Sus pasos la llevaron lejos, pero no sabía a dónde se dirigía. Al darse cuenta, estaba en el pasillo que la llevaba a los baños. El de las chicas, como de costumbre, estaba abarrotado por una fila larga de quienes esperaban para entrar, pero ella no tenía que preocuparse por eso. 

Caminó a pasos largos hasta el baño de los hombres y sin necesidad de esperar ni de hacer cola, empujó la puerta con la poca fuerza que le quedaba. Un chico que estaba a punto de salir la estudió antes de soltar una mirada de disgusto y salir con rapidez. A Young Mi le importó muy poco y se adentró en uno de los cubículos, en donde al cerrar la puerta con pestillo no pudo dar más y se largó a llorar. Las lágrimas salían sin que Young Mi pudiera hacer algo para evitarlo, al igual que los sollozos.  

No sabía cuánto tiempo había estado ahí, pero sus ojos no daban para más de la hinchazón. Estaba moqueando y eso le desagradaba tanto como el hecho de que su maquillaje se había estropeado completamente. Decidió salir, quería irse a casa. Necesitaba acostarse y llorar, pero aquél no era ni el momento ni el lugar. Caminó hasta uno de los lavados y observó su rostro, tan pálido como la leche. Ciertamente su maquillaje se había corrido y sus ojos la delataban totalmente, pero ya poco le importaba. 

Llevó sus manos hasta su cabeza, en donde empezó la pequeña labor de quitar su peluca. Era algo que podía llevarle un poco de tiempo, pero para ese momento ya estaba harta. Se deshizo también de la malla de poliéster, dejando al descubierto su cabello negro natural. Arrancó sus largas pestañas y  las grandes argollas de sus orejas. 

¿A quién trataba de engañar? Nunca podía dejar de ser él mismo. Nunca iba a dejar de odiarse por ser Yoongi y no Young Mi. Pero sobre todas las cosas, Jungkook nunca iba a escogerlo siendo él. 

"En realidad, me van más las chicas." Había dicho mientras subía sus pantalones, en uno de los tantos encuentros sexuales que tuvieron. Las cosas eran así, Jungkook recurría a Young Mi cuando la necesitaba. Trataba de hacer caso omiso al hecho de que detrás de su vestuario y su peluca, había realmente un chico. 

Recordar todo aquello simplemente lo dejó más destruido que antes. Lavó su rostro antes de empezar a llorar de nuevo y salió del baño con rapidez, sintiendo la mirada de todas las chicas sobre él.

Su canción favorita sonaba por todo el lugar, y eso sólo ayudó a que su corazón se rompiera en pedazos aún más pequeños.

"And yeah, I know it's stupid

But I just gotta see it for myself ."

Yoongi caminó entre la gente que bailaba hasta llegar a la pista. A pesar de recibir muchas miradas curiosas, no se detuvo sino hasta poder ver a Jungkook, quien seguía bailando con aquella chica. Y sus manos seguían sobre su cintura. Cerró sus ojos, porque aquello le dolía demasiado, pero al mismo tiempo era algo que debía ver. 

"I'm in the corner, watching you kiss her, oh oh oh
I'm right over here, why can't you see me, oh oh oh
And I'm giving it my all, but I'm not the guy you're taking home, ooh
I keep dancing on my own."

Sin darse cuenta, las lágrimas ya estaban adornando su rostro de nuevo, pero se dedicó a bailar porque era lo único que podía hacer en ese momento. Sintió las palabras que cantaba Robyn y las coreó en un suspiro, con un hilo de voz. Sus ojos se encontraron con los de él, quien sólo asintió en su dirección y siguió en lo suyo. Jungkook ni siquiera sabía sobre sus sentimientos, ¿por qué habría él de preocuparse? 

"But you don't see me standing here
I just came to say goodbye."

No podía más con él mismo. Corrió fuera de aquél lugar, aunque sabía que eso de nada serviría, pues ese sentimiento lo seguiría fuese a donde fuese. Algo claro tenía y es que tanto Young Mi como Yoongi, a pesar de ser completamente diferentes, compartían algo; algo más allá de un cuerpo. Y eso era que jamás tendrían a Jungkook. 

/.../

lamento la mediocridad jeje sólo me queda decir que el yoonkook es lo único que está bien en el mundo. 


Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro