s i e t e
El silencio invadía la sala en esos momentos, Aristóteles y Temo estaban sentados el sillón.
Llevaban así media hora, sin hablarse ni voltearse a ver.
- Temo- Aris habló pero Temo se paro del sillón empezando a caminar- Temo por favor-
El rizado se levantó empezando a seguirlo.
- Temo hazme caso por favor- Dijo el rizado- Mírame Temo-
Aristóteles lo siguió hasta el cuarto, Temo se encerró y Aristóteles se quedó de pie tras la puerta.
- Por favor Temo, solo mírame, gritando, enojate conmigo, golpeando insultame ¡Has algo!... No me ignores por favor- Dijo mientras se dejaba de caer de rodillas al suelo empezando a llorar.
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