Capítulo 22. PIJAMADA
-Bueno, solo hay que esperar a tu madre pero si quieres puedo mostrarte tu habitación ya- le sugirió mi madre a Andrew que no estaba tranquilo después de aquella llamada.
-Yo lo llevaré mamá- le dije y ella asintió, me pase atrás para manejar su silla hasta la habitación de huéspedes.
-Me siento un estúpido- habló cuando entramos- yo aquí divirtiéndome y mi madre en casa expuesta al peligro.
-Andrew- puse mi mano sobre la suya- la vida es tan impredecible, es obvio que nadie nunca imaginaria que esto podría pasar.
-Lo sé pero sigo sintiéndome mal pensando en lo que le pudo haber pasado si ella estuviese ahí en el momento que entraron a robar.
-Pero no pasó así que tranquilo, tú madre habló y está bien así que no te atormentes- el acarició mi rostro con su mano.
-Farah dice mi mami que dejes descansar a Andy- nos volteamos y Joseph estaba en la entrada con una mano en su cadera.
-¿Andy?- pregunté divertida- ¿Tan rápido entraron en confianza?
-Es que me dijo que me compraría un juego y ya lo amo- respondió y nosotros solo reímos.
-Hey Bro, si necesitas algo solo llámame- se asomó Irving.
-¿Bro? En serio me sorprende lo rápido que se han familiarizado.
-Es que me dijo que conseguirá un par de artículos nuevos para Luisa- dijo Irving entrelazando sus dedos y suspirando- cuidado que te lo quito.
-¡Atrás zorras, es mío!- dije mientras abrazaba a Andrew.
-Puedo ser de todos- respondió de forma pícara y yo lo mire ofendida- mentira, solo soy de mi hermosa novia.
-Hijo- Kelly entró.
-Mamá- pronunció Andrew con un tono de alivio y preocupación y se levantó.
Justo en el momento que el se puso de pie volvió a caer al piso y nadie sabía qué hacer, todos estábamos anonadados ante aquella escena. Andrew se levantó, por un segundo Andrew fue capaz de sentir.
-¡Ja!- dejó salir repentinamente mientras trataba de levantarse y mis hermanos lo ayudaron.
-Por Dios...- dijo su madre en voz baja mientras se acercaba a él- mi niño, esto es increíble- su voz se quebraba.
-Mi amor...- cuando se sentó nuevamente en la silla tomé su rostro con mis manos y acaricié su mejilla.
-¡Esto hay que celebrarlo!- gritó Irving entre medio de tantas emociones encontradas.
Salimos de la habitación para darle privacidad a él y a su madre, acordamos hacer una pijamada para animar el ambiente, se me ocurrió la maravillosa idea de llamar a sus amigos. Mi mamá al principio se negó pero mi abuela la convenció.
-Entren- les indiqué con una sonrisa.
Eva, Mason, Adan y Madison se adentraron a la casa con un par de bocadillos y latas de cerveza, estos chicos no pueden vivir sin alcohol. Un par de minutos después salió la estrella de la noche.
-¿Qué hacen todos aquí?- preguntó confundido.
-Venimos a celebrar- Mason alzo las cervezas.
-Asi es- respondió Eva- aunque aún no sabemos que es lo que hay que celebrar.
-Yo estoy aquí porque dijeron que podríamos hacer lo que quisiéramos- Adán se encogió de hombros mientras sonreía.
-Hay reglas que seguir o sino mi madre me matará- intervine - ah sí, el es Irving, mi hermano- lo presenté y el asintió en forma de saludo.
-Es muy guapo- le susurró Madison a Eva y yo le di una mirada de confusión, ¿Cómo podía decir que esa cosa tan fea era guapo?
-¿Cuáles son las reglas princesa?- me preguntó Mason mientras se aventaba al sofá.
-Primero: nada de alcohol- dije y el silencio reinó por un momento para luego empezar todos a reírnos al ver a Adán ocultando las latas- Segundo: nada de noches subidas de tono- todos intercambiaron una mirada.
-La única pareja aquí son ustedes dos- nos señaló Eva- así que no creo que tengamos que preocuparnos por eso.
-Yo si me preocuparía, ¿Recuerdan la fiesta del 2017? Cuando Andrew se emborrachó tanto y terminó...
-Ajam- Andrew se aclaró la garganta- ¿Cuál es la otra regla querida?
-Quiero escuchar esa historia después- dije divertida- la última es que tenemos que dejar todo ordenado, ya saben que las amas de casa adoran la limpieza y el orden.
-¿Eso es todo?- preguntó Adán alzando una ceja y yo asentí- ¡Entonces que comience la fiesta!
-Niños no hagan tanto ruido- se asomó mi abuela desde el segundo piso.
-Perdón abuelita- se disculpó Adán y empezamos a divertirnos.
Los chicos eligieron una película de miedo, me senté junto a Andrew, Adán junto a Eva y Madison en medio de Mason y mi hermano.
-¡Ah!- gritó Andrew asustado cuando en la pantalla salió un espanto.
-Eres una nena- me burle de él y le tiré una palomita.
-“No...no lo hagas”- decía la mujer en la película mientras retrocedía. Y justo en ese momento apareció otra cosa tenebrosa en la pantalla haciendo que todos nos asustaramos. Todos empezamos a reír al ver a Madison encima de mi hermano mientras rodeaba su cuello con ambas manos asustada.
-Pero miren que lindo- dijo Mason con sarcasmo.
-Perdón Luisa- dijo mi hermano.
-¿Luisa?- me preguntó Eva.
-Es su auto.
Al terminar la película Adán nos pasó una lata de cerveza a cada uno y brindamos.
-Les diré el motivo de esta "celebración"- habló Andrew- pude levantarme.
Todos se quedaron pasmados y dieron un sorbo a su bebida al mismo tiempo. Adán se levantó y se paró frente a él.
-Estoy tan feliz que quiero besarte- le dijo y se puso a su altura.
-No creo que eso suceda- me puse frente a él y todos rieron.
-Yo...Mateo...en serio estoy tan feliz de escuchar esto, me llenas de orgullo- dijo Eva con lágrimas en los ojos.
-Hermano, sabía que lo harías, este es solo el comienzo y tienes que seguir esforzándote- dijo Mason viendo hacia otro lado.
-¡Quiere llorar, quiere llorar!- se burló Madison - ¡Y yo también quiero llorar, quiero llorar!
-Es lo mejor que me ha pasado desde ese accidente...yo incluso sentí que podía volar...- su voz entrecortada.
-Eres como un bebé en este momento- acaricié su cabello- tendrás que aprender a caminar, cómo si fueran los primeros pasos de toda tu vida.
-Y luego volverás- agregó Mason- volveremos a bailar juntos, a disfrutar el sudor que recorre nuestros cuerpos mientras nos movemos.
Todos sonreímos con satisfacción.
-Bueno, basta de sentimentalismos, la verdadera diversión comienza ahora- se levantó Eva secando sus lágrimas y alzando su cerveza.
-¿Te refieres a El Ingenio?- preguntó Madison con una sonrisa ladina.
-¿El ingenio?- pregunté confundida.
-Es un maravilloso juego para empezar y luego pasar a Verdad o Reto- comentó Irving levantándose.
-¿Espera? ¿Sabes de estas cosas?- todos esperábamos la respuesta.
-Uso a Luisa para ir a bares con mis amigos, no soy un rarito solo por ponerle nombre a mí auto- reveló y yo quedé asombrada ante aquella afirmación, siempre creí que mi hermano era un paria social.
-¿Empezamos?- preguntó Adán y todos nos sentamos haciendo un círculo en una pequeña mesa.
¿Cómo acabará esto?
Espero les guste este capítulo y gracias por todo su apoyo ❤️
Pasen a mí otra historia, les gustará. Y no es una petición, es una orden.
Okno.
Pero me llenaría de felicidad que le dieran una oportunidad uwu
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Ese es el bello enlace.
Los aguacate ❤️
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