Capítulo 10. PROBLEMAS
Andrew.
Cuando llegué al salón todos mostraron una reacción explosiva y pues no los culpo, osea solo al mirarme te vuelves loco. Para mi sorpresa la chica borracha de la fiesta es mi compañera, no me recuerda.
Durante toda la clase estuve atento a las indicaciones, vuelvo a estudiar después de un tiempo y no quiero tener notas bajas. Una chica llamada Marilyn me tiro un papel.
"¿Quieres ir a tomar algo después de clases?"
¿Por qué no? Me dije a mi mismo, la miré y asentí.
Mis planes con Marilyn se vieron frustrados porque Eva llegó corriendo como alma que lleva el diablo, saludó a Farah y le dijo :
— Linda, dice Francisco que lo lamenta y que se encuentren otro día, cuando todo sea tranquilo ¿si? — sonriendo avergonzada.
— Claro, no hay problema — respondió Farah y se fue con su amiga ¿Melina? Si, creo que así se llamaba.
Le di una mirada de disculpa a Marilyn y Eva me sacó del salón, todos me miran raro como si nunca hubiesen visto a alguien en silla de ruedas. No se a donde rayos me lleva y ella no quiere responder.
— Oye... — le digo.
— ¿Qué? ¿Qué pasa? ¿Necesitas algo? — me pregunta preocupada y se arrodilla frente a mí.
— Eva, te he dicho que no necesitas actuar como mi madre — me quejo.
— Lo siento, es que me pongo nerviosa al tratar con una pers... — se calla.
— ¿Con una persona invalida? — suelto una risita.
— Perdón, no quise decir eso — dice dándose una palmada en la frente.
— Como sea, ¿cómo es que Francisco y Farah se conocen? — pregunto confundido.
— Ah, ¿conoces a Farah? — asiento — Verás, Farah fue grabada mientras hacía la audición para el grupo de baile de la preparatoria y el video se volvió viral en la comunidad de baile de Mason, a Francisco le gustó y le dijo a Mason que si le conseguía una cita con ella le daría el número telefónico de una de las bailarinas de Beyoncé.
— Sabe que por si solo no la conseguiría — digo sonriendo sarcásticamente — ¿Cómo es que esa chica aceptó? — ella no se ve como una chica fácil de tratar.
— Mason le dijo que si iba a la fiesta—
— ¡Ah! Por eso estaba en esa fiesta — le interrumpo — sigue.
— Bueno pues le conseguiría una lección de baile con Stephen Logardi — negó con la cabeza.
— Sabia que no iría así por así — digo rodando los ojos.
— Pobre Farah, fue engañada — dice torciendo su boca.
— Espera... ¿Engañada? - digo alzando mi ceja.
— Así es, Mason ni en sueños conoce a Stephen Logardi — se puso a reír.
— Vaya, ustedes siguen siendo tan crueles como antes — digo fingiendo sorpresa.
— ¡Oye! Fue Mason, le dije que le diera otra cosa a cambio pero pensó que ella no aceptaría — dice y golpea mi rodilla.
— Sabes que no siento nada — digo divertido y le saco la lengua.
Después de averiguar como el estúpido de Francisco conoce a Farah seguimos en nuestro camino, pasamos por el campus y llegamos a una mesa que está un poco aislada de los comedores. Veo a Mason, Madison, Adán y... Francisco.
— ¿Este era su plan? — digo apoyando mis manos sobre las ruedas de la silla para detenerla.
— Andy... Por favor - dice Eva poniendo su mano sobre la mía.
— Por Dios Eva, ustedes saben lo mucho que traté de estar en buenos términos con ese imbecil, después de que me dejó así — reclamo molesto.
— Lo sé, pero somos amigos, una familia... Sé que el esta arrepentido pero no sabe admitirlo. Solo hablen una vez más ¿si? — se pone frente a mi y une sus manos rogando.
— Será la última vez — digo serio.
Llegamos y Madison esta reprendiendo a los chicos como siempre.
— Mason y Francisco — masajes sus sienes — ¿Acaso quieren una patada en los huevos? Será mi última opción si no hacen las paces — advierte con su dedo.
Ellos aún no notan mi presencia.
— ¿Están peleados? — pregunto en voz baja a Eva.
— Si, problemas pasajeros — dice encogiendose de hombros.
Adán se voltea y me ve, corre y se sienta en mis piernas... Si tuviéramos música de fondo cualquiera diría que estamos filmando una película romántica.
— Extrañaba verte aquí mi amor — dice acariciando mi mejilla.
— Y yo a ti mi vida — le digo imitando su acción y haciendo que se baje de mis piernas.
Madison y Mason se acercan y me saludan mientras Francisco aún no puede creer lo que ve.
—¿Por esto es que hablaron de él ayer? — dice aún sentado. — Ya tenemos problemas y con este maldito aquí será peor — se levanta y se acerca.
— Madison — dice Mason y Madison se acerca a a Francisco.
— Deja de decir mierdas — le advierte.
— Déjennos solos — ordeno mientras lo miro a los ojos.
— Si este quiere hacerte algo solo háblame, ganas de partirle la cara no me faltan — dice Adán molesto.
— Adán, somos amigos — le dice Eva golpeando su hombro.
Se van a sentar al comedor y nos dejan solos.
— Y bien — dice finalmente — ¿estás de visita?
— ¿Por qué tendría que estar de visita? — pregunto sonriendo.
Pone sus manos sobre mis apoya brazos.
— Escucha bien — me dice molesto.
— Claro que escucho bien, solo me dejaste inválido no sordo — alzo una ceja.
Sin contener su furia empuja mi silla y caigo al suelo, los chicos al escuchar el ruido se voltean y al ver lo que esta pasando corren hacia nosotros, Adán empuja a Francisco y los demás me ayudan a sentarme nuevamente. Sacudo el césped que se pego a mi ropa.
— ¡Maldita sea! ¡Deja de aparecer frente a mi! ¡Solo lo haces para que me sienta culpable! ¡Pero no lo haré! ¡Así que largate de aquí! — grita mientras es detenido por Adán.
—Lo ven chicos, este es un imbecil inmaduro — digo sonriendo sarcásticamente.
Madison camina hacia a él y le da un puñetazo haciendo sangrar su nariz, nadie se esperaba esto ya que Madison siempre ha sido la mediadora de nuestras peleas.
— Tú — le dice a Francisco — Eres el único que necesita largarse de aquí — se da la vuelta mientras Francisco se limpia la sangre.
— Vámonos — dice Mason dirigiendo mi silla mientras corre.
Todos corremos... Mejor dicho ellos corren mientras me llevan y reímos juntos como hace tiempo no lo hacíamos.
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