CAPITULO IV
— LA FURIA DE UNA EVANS —
El día de la pequeña discusión con Molly Weasley había terminado, pero, en ningún momento aparecieron Lily o James y eso solo mantuvo a Hedda nerviosa el día siguiente. Así que decidió salir al jardín, parecía que nadie había salido a aquel lugar pero aún así lucia presentable.
Se había sentado sobre el pasto en medio de un arco de hojas, el lugar estaba fresco y le servia para pensar mejor, también para pasar un buen rato a solas, aunque, lo ultimo no seria posible ya que inesperadamente Regulus Black salió hacia el jardín y no pudo evitar mostrarse sorprendido al ver ahí a la chica.
– ¿Que haces ahí, Hedda? – pregunto el Black mientras se sentaba frente a la Potter.
– Eh, trato de buscar un poco de tranquilidad – respondió ella y el adulto asintió.
– El jardín siempre es una buena opción y aparte, es la única parte de la casa que no ha sido contaminada con tanta oscuridad – dijo el Black. – Cuando era un adolescente no me gustaba estar en el jardín.
– ¿Ahora le gusta? – pregunto ella.
– Acabo de descubrir que sigue sin gustarme – respondió el, ocasionando que la chica dejara salir una media sonrisa pero se contuvo. – Pero estas aquí y créeme que todos hemos notado lo mucho que te desagrada estar en la casa.
Hedda suspiro. – No tuviera problemas si solo fueran mis padres, Harry, Remus, Sirius y ustedes, pero, pareciera que los Weasley me odian.
– Notó que son prejuiciosos – Regulus dijo y Hedda asintió. – Creo que Maia, Evan y yo no le caemos del todo bien a Molly, los tres fuimos Slytherin en nuestra estadía en Hogwarts.
– Lo supuse – Hedda le dijo y el pregunto el porque. – Pertenecen a familias sangre puras con nexos mortifagescos.
– Ese prejuicio, Hedda – bromeó Regulus.
Y Regulus aun no entendia el porque la hija de los Porter le resultaba tan familiar, y le parecia tan diferente al resto de su familia comenzando con aquella media sonrisa que siempre amenaza con salirle y que, ya habia observado antes en alguien mas, sin mencionar los orbes grisaceos que sin duda alguna compartían ambos.
– ¿A cual casa perteneces? – le pregunto el Black.
– Ravenclaw – respondió ella, Regulus se quedo un momento pensativo, aquella chica le recordaba tanto a alguien de su pasado y descubre que tienen varias cosas en común.
En ese momento, la puerta que da hacia el jardín se abrió de repente mostrando a James Potter, el cual parecía nervioso y al ver ahí a Hedda junto a Regulus sus nervios se dispararon al doble.
– Papa – dijo Hedda mientras James se acercaba lentamente y abrazaba a su hija. – ¿Y mamá?
– Kreacher la detuvo apenas entramos aquí, decía que quería decirle algo urgente...
– ¿Kreacher? – pregunto Hedda y James asintió, sin decir nada mas la chica se puso de pie y entro a toda prisa a la casa.
Podía escuchar los gritos de Lily que llamaba a Molly y a su vez miles de pisadas, sabia que todos se encontraban yendo hacia los gritos y Hedda hizo lo mismo. Cuando llego se encontró al elfo detrás de Lily mientras se tapaba la boca con su huesuda mano, la madre de Harry se encontraba gritando a Molly.
– ¡ME VOY CON LA SEGURIDAD DE QUE MIS HIJOS SERAN TRATADOS DE BUENA MANERA, LLEGO Y LO PRIMERO QUE ME DICE KREACHER ES QUE TE HAS NEGADO A TRATAR BIEN A MI HIJA, EXCLUYENDOLA DE LAS COMIDAS Y APARTE, ELLA AUN ASI NO QUIERE QUE YO LO SEPA! – gritaba Lili, mientras Molly solo podía ver a la otra pelirroja, los hijos de los Weasley veían todo al igual que Harry, Hedda, Hermione, Jana y Phoenix, las dos ultimas con una sonrisa. – ¿CREES QUE ES JUSTO?, ¿QUE CLASE DE EJEMPLO LE DAS A TUS HIJOS?
– Son mis hijos, yo se que esta bien y mal para ellos...
– ¿Quieres decir que Hedda es mala persona? – pregunto Lily. – ¿CREES QUE MI HIJA SE LA PASA HACIENDO BROMAS A LA GENTE? ¿ALZANDO PREJUICIOS HACIA LOS SLYTHERIN? ¡MI HEDDA NO LE HACE DAÑO A NADIE!
Lily suspiro, parecía que quería calmarse y después comenzó a hablar de nuevo.
– Hedda es de aquellas personas que si ve a alguien descansando trata de hacer el menor ruido posible, se conforma con un simple abrazo, disfruta verme cocinar, ver a Harry volando en su escoba y a James corretear junto a Sirius, también comer chocolate junto a Remus mientras ambos intercambian libros. ¿Que mal te ha hecho Hedda a ti o tus hijos para que le tomes tanto coraje? – Lily dijo. – Me duele ya que jamas trataría a tus hijos de manera despectiva, jamas les daría un mal trato y trataría de que siempre se lleven una buena experiencia de la familia Potter, como Ron se la ha llevado todos estos años.
Lily dando una mala mirada a Molly se dirigió hacia las escaleras donde después se encerró en la habitación que utilizaban ella y James. Phoenix bajo de las escaleras hasta posicionarse frente a Molly.
– Yo le advertí, señora Weasley – comenzó diciendo la chica. – Sabia que la gran Lily Potter no dejaría que alguien tratara mal sin razón a su hija.
Harry y Hedda se miraron entre si, así que, ambos comenzaron a caminar hasta la habitación donde anteriormente se había encerrado su madre. Harry toco pero no se escucho que respondiera, así que comenzó a girar la perilla la cual cedió y ambos se adentraron a la habitación.
Vieron a Lily acostada en el centro de la cama, pero al escuchar que la puerta se abrió alzo su cabeza y miro a sus hijos. Se sentó y palmeo ambos lugares a su lado, ambos tomaron lugar en uno.
– No debieron verme actuar y gritar a Molly de esa manera – dijo Lily. – Perdónenme.
– No te preocupes, mamá – Harry dijo.
– Tu perdóname a mi, mamá – Hedda le dijo ahora. – Por mi culpa paso esto.
– Ella fue quien actuó mal, no fue tu culpa – Lily le dijo mientras abrazaba a sus dos hijos. No supieron cuanto tiempo estuvieron así, pero en un punto James entro a la habitación y se unió al abrazo.
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