La mayoría de las personas suele creer que a Batman nunca le importo en lo más mínimo que su vástago se enamorara de la hija de Trigon. Pero eso no era verdad en lo absoluto, a Batman le importo y mucho.

La primera vez que escucho del asunto fue en boca del mayor de sus hijos, lo cual no era de sorprender pues Dick cuidaba de Damián como una mamá gallina haría con sus polluelos. Por eso es que Bruce no reaccionó demasiado a ello, no era la primera vez que se enfrentaba a una situación similar, Dick hacia lo mismo con todos sus hermanos.

Así que, al igual que hizo en el pasado con sus otros hijos, fingió no haber escuchado nada y continuó con su oscura y ocupada vida de vigilante.

Sin embargo cuando el aparente enamoramiento de Damián llegó a labios también de Jason y Tim, supo que el asunto debía ser tratado a profundidad; especialmente porque ni siquiera se había dado cuenta que la muchacha pasaba cada vez más tiempo en la mansión.

A partir de allí fue que Bruce comenzó a prestar más atención a la relación entre las aves de los Titans, comprobando con horror que sus otros hijos en efecto tenían razón, su hijo estaba enamorado...y no sólo eso, al parecer era correspondido.

Ese mes los criminales de Gótica fueron maltratados un poco más de lo acostumbrado; al parecer Batman andaba de un humor más terrible de lo normal y eran sus enemigos habituales los que pagaban por ello. ¿Pero quién podía culparlo? Si en el fondo no era más que un padre preocupado que acababa de descubrir que su hijo ya no era tan pequeño como seguía creyendo.