Capitulo 5
- señor y señora Gordon, me alegra que llegaran
- dejate de juegos Zor-el
El joven tenia como siempre su voz reflejaba enojo con severidad en un tono bajo y prudente, sin duda era hijo de Batman.
- Shh, soy Kara
- los lentes no engañan a nadie, Zor-el
- no lo digas en voz alta
- como sea
- bueno, los llevaré a su vecindario... Me espero que estén comodos
- gracias
El vecindario que divisaron era colorido, tranquilo a primera vista, tras mostrarles su "nueva casa" la Kriptoniana recibió una llamada de urgencia despidiandose de los jovenes quienes observaban mas el vecindario. Habían notado miradas curiosas de varias casas vecinas, eso no dejaba una sensación de tranquilidad en el petit rojo quien a su vez transmitía esos sentimientos involuntarios a la joven cuervo
- hay que bajar las cajas
- están atrás
El joven Wayne abrió la cajuela del auto mientras a su lado se posaba la joven con quien se comunicó sin hacer contacto visual
- nos están espiando... Desde que llegamos
- ¿en serio?
- ¿no haz sentido las miradas?
- eso... Solo son curiosos por saber quienes son sus nuevos vecinos...
- ¿para que querrían saber eso?
- resulta que las personas normales con vecinos y sin una mansión como casa les gusta saber con quien conviven
La joven de cabellos cortos dio un cuarto de giro mirando de frente al joven de ojos verdes quien a su vez la observó directamente a esos ojos peculiares
- ¿para qué?
- te lo explicaré despues, vienen visitas
Un pequeño grupo de personas se acercaron a ambos jovenes, una mujer de edad mayor pero bien cuidada, un hombre con calvicie solo en la parte superior de su cabeza y dos chicas de al rededor de veinte, ambas de cabello rubio escotes pronunciados y lindas faldas coloridas con estampados de flores que contrastaban con los jeans rotos de la chica "gotica" que su blusa morada solo dejaba al descubierto sus hombros que hacia relucir su piel palida.
La mujer tenía en sus manos un pay de manzana horneado, parecia que no hace mucho acababa de salir del horno
- buenos días, somos los Scooth, sus vecinos de al lado
El hombre apuntó a la casa del lado derecho a la de ellos
- ella es mi mujer, Miriam y mis dos princesas, Gabriela y Natasha
- yo soy Thomas y ella es Alison
Ambas rubias parecian depredadores mirando al joven Wayne como carne fresca y una de ellas tomó rapidamente la palabra sin dudas en su voz
- ¿son familiares?
- somos familia, nos acabamos de casar
La amatista tomó la mano del petit rojo quien se tensó al tacto pero no se movio.
- ¡oh! Que lindos... este pay es para ustedes
La señora Scooth extendió aquel pay con cuidado entregandoselos a la joven palida
- estas muy palida ¿no sales muy a menudo al sol?
- ¡Natasha! ¡Lo sentimos mucho!
- no se preocupe, muchas gracias por el pay
- tenemos que atender asuntos en casa, esperemos podamos platicar pronto
- no hay cuidado
- si necesitan cualquier cosa no duden en pedirla
- muchas gracias
La familia Scooth volvió a su casa no sin que antes una de las jovenes que al parecer respondia al nombre de Natasha le guiñara al joven petit rojo quien no hizo mas que fruncir su seño
- no me dan confianza
- no siento nada extraño en ellos
- esa chica, no me da confianza
- discutiremos esto después
La ultima caja fue dejada por el petit rojo mientras la joven de cabellos cortos entraba con dos maletas de tamaño mediano cerrando la puerta detrás de ella
- ¿no haz notado nada extraño?
- aún no... Tal vez deba dar una vuelta al vecindario, para intentar buscar algún rastro de magia
- haré un chequeo a la casa
- bien, yo guardaré mis libros
Antes de que pudiesen moverse el timbre de la puerta los interrumpió y la joven dama abrió la puerta con el joven oji verde detras de ella.
Por lo que se veía a simple vista frente a ellos eran familias.
Del lado derecho había un hombre con algunas canas y bigote, un joven que parecía ser un poco mas mayor que ambos de cabello castaño y ojos azules y una mujer que tenía en manos un lindo pastel que decía "Bienvenidos".
Del lado izquierdo un hombre con lentes de media luna, una mujer con un refractario con comida y un chico el cual también parecia un poco mas grande que ellos de cabello Rubio y ojos marrones.
Todos ellos tenían una sonrisa amable en sus rostros. El hombre de la derecha fue el primero en tomar la palabra
- ¡Hola! Lamentamos si los molestamos
- somos sus vecinos, nosotros somos los Anderson, vivimos en la casa de enfrente
- hola, yo soy Thomas y ella es Alison
- les preparamos este pastel de bienvenida
La mujer le entregó a la de ojos amatistas el pastel
- muchas gracias
- nosotros somos los Smith, vivimos en la casa de al lado
- nosotros les hicimos lasagna, es mi especialidad en la cocina
La mujer les acercó el refractario, todos se quedaron unos segundos de silencio, ninguno se movía, hasta que la joven llamó la atención del chico que estaba segura los estaba analizando mentalmente
- Thomas ¿podrías tomar el refractario?
- si, lo siento
Damian tomo el refractario
- espero les guste
- muchas gracias
- ustedes parecen muy jóvenes ¿que edad tienen?
- veinte años
- ¡oh dios! Son muy jovenes
- si necesitan ayuda en cualquier cosa no duden en pedirla
- muchas gracias, de nuevo
- no tienes que agradecer cariño...
El hombre de lentes volvió a tomar la palabra con tranquilidad
- por cierto, mañana habrá una pequeña reunion en la tarde en nuestra casa, todos están invitados
- será un gusto asistir
- entonces ahí los esperamos
- tambien habrá amigos de nuestros hijos, gente de su edad, así que no se sientan incomodos de asistir
- bueno, supongo que tienen mudanza que terminar, así que no los molestamos mas por hoy
Ambas familias se despidieron de ellos y claro que no pasó desapercibido las miradas de pies a cabeza que ambos jovenes a la delicada figura de la joven antes de irse.
...
- iré a dar una vuelta al vecindario
- no tardes mucho
La ojos amatistas salió de la casa con tranquilidad observando lo que su vista le dejase ver en el vecindario, apenas caminó unos pasos alejados de su casa cuando vio al joven de la casa de enfrentre salir de igual manera, cabello castaño y ojos azules, piel algo bronceada y su altura y complexión parecidos a los de Robín.
- ¡hola!... ¿Alison, cierto?
Ella asintio y el chico se acercó a ella saludándola con una sonrisa
- siento no haberme presentado hace rato, soy Joseph Anderson
- Alison Gordon
- ¿son nuevos en la ciudad?
- si, acabamos de llegar a la ciudad
- ¿ya habian venido aquí antes?
- Thomas algunas veces por trabajo
- ¿entonces tu eres nueva?
- si
- bien ¿que te parece si te voy un recorrido por nuestro vecindario, Alyson?
- yo...
- vamos, eres nueva y no quisieramos que te sintieras incomoda
- hm... Bien
Ambos empezaron a tomar camino en una platica amena en la que mas bien el chico platicaba y la chica respondía monosílabos, despareciendo de una vista esmeralda que no se despegaba de la ventana oculto entre las cortinas.
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