Capitulo 26
Su respiración agitada no cesaba las lágrimas que salían de su rostro, intentó pasar saliva pero su boca estaba reseca, miró a su alrededor y el pasto debajo de ella, con la luz de luna notó que a su alrededor todo se encontraba removido, la tierra estaba sobre el pasto como si alguien hubiera peleado sobre este, el árbol detrás de ella tenía algunos raspones como si un felino gigante se hubiera afilado las uñas en el.
Con el dorso de su mano limpió sus lágrimas, se puso de pié y notó la brisa fresca de la noche, cubrió su cuerpo con su capa y entró a la mansión, todo estaba oscuro pero veía perfectamente su alrededor, no le costó tomar camino.
Temblaba bajo su capa pero no era por frío.
Pasó algunos pasillos y entró a aquella sala con ese reloj gigante, 3:05 a.m.
Una mala coincidencia para ella despertarse a la hora de las brujas.
Volvió a intentar pasar saliva pero su garganta simplemente no tenía saliva.
Regresó a caminar por los pasillos, iría por un vaso de agua antes de intentar dormir.
Esa mansión se sentía más fría y lúgubre a medida que te adentraba más en ella. Cada puerta cerrada perfectamente, cada decoración puesta en el lugar exacto para que luciera, cada detalle en paredes y alfombras. Escalofriante y bello.
Su paso se ralentizó cuando de un par de puertas iluminaban con un rayo de luz el pasillo, se acercó en silencio y hubiera pasado de largo de no haber sido por aquellos grandes libreros casi a la altura del techo lleno de libros, parecía no haber nadie a pesar de la luz.
Aún estaba abrumada y era preferible lo usar sus poderes en ese estado.
Empujó la puerta unos centímetros, lo suficiente para entrar con lentitud y se detuvo cuando vio la prescencia de alguien que miraba en su dirección.
Por un momento creyó ver un par de esmeraldas que se borraron cuando escuchó una voz diferente que el que robaba sus pensamientos.
- ah, Rachel, eres tu
- Tim...
La situación se tornó incómoda en segundos, ninguno parecía saber que hacer, ella quería disculparse por su comportamiento pero no encontraba las palabras para hacerlo
- siento haberte molestado esta mañana...
El se disculpó, eso la hizo sentir más culpable
- no sigas, Tim, no fue tu culpa... no sé que me pasó, soy yo quien debería disculparse
- ven, toma asiento
La joven tomó un lugar en un pequeño sofá individual evadiendo la mirada azúl con los diferentes libros que había en la habitación
- no sabía que la mansión tenía una biblioteca
- si bueno, a veces sorprende lo que tiene esta mansión
Tim dejó el libro que tenía en sus manos en una pequeña mesita cerca de ambos
- ¿que haces aquí a esta hora?
- yo... Solo quería un vaso de agua y vi la luz encendida
- dicen que la curiosidad mató al gato
- yo no soy un gato
- tienes razón
Ambos sentían toque de incomodidad en el ambiente, no sabían de que hablar.
- Bruce me dijo del ataque a la torre
- fue inesperado pero estamos bien
- Cyborg va a remodelar su torre
- Cyborg siempre remodela la torre
- cuando estuve en los titanes mejoré el sistema
- fuiste de gran ayuda en los titanes
- que tiempos aquellos
El joven suspiró con nostálgia que logró percibir ella
- si... Cuando eramos jovenes... Más
- tampoco ha sido tanto tiempo, aún somos jóvenes - él se inclinó con el dorso de su mano en un extremo de su boca haciendo ademán de contar un secreto - aquí entre nos, Bruce ya tiene algunas canas, aún que lo niega
Una pequeña sonrisa salió de ella ante tal comentario
- si te soy sincera... extraño esos tiempos
- cuando todo era diversión y pizza
- nunca fui de comer mucha pizza
- igual comias con nosotros
- si te digo la verdad te vas a reir
- ¿que verdad?
- de porqué comía pizza con ustedes
El chico se deslizó por el sofá que estaba para acercarse más a la de ojos matistas con una sonrisa de seguiridad completa.
Ella ni se inmutó.
- vamos, solo dimelo
- no
- vamos Raven, por los viejos tiempos
- no - la sonrisa en sus labios hacía notar que se divertia guardando ese secreto
- no puedes dejarme con la intriga
- ¿quieres apostar?
- olvidalo, si puedes, pero no puedes tocar el tema y no decirlo
Otra pequeña sonrisa provocada por la insistencia del chico
- oh vamos, no seas mala, no puedes dejarme con la intriga
- bien... - ella tomó aire y simplemente lo dijo - tenía sentimientos romanticos hacía ti
Silencio, un silencio que empezaba a ser abrumador en esa casa
- lo siento si te hice sentir incomodo
Ahora se arrepentia de sus palabras y el no tardó en intentar remediar el ambiente
- no, no, tranquila, no es nada, solo me sorprendió
- como sea, eso ya pasó hace tiempo
- y cambiaste mucho desde entonces
- tú también
- supongo que todos cambiamos
- todo ha cambiado...
Ella suspiró y observó el libro posado sobre la mesa, Hamlet de Shakespeare
- ¿que sucede?
Esa pregunta repentina la sacó de sus pensamientos
- ¿eh?
- algo te pasa
- ¿porqué me habría de pasar algo?
- se nota en tu rostro, cuentame, que te inquieta
Su mirada volvió al joven con una sonrisa amable
- yo... No sé como empezar
Todo daba vueltas metafóricamente en su cabeza, era de verdad confuso
- solo dilo
- yo... Siento algo... por alguien, algo que nunca había sentido pero... No puedo, ahora todo ha cambiado, ya no puedo arriesgar todo otra vez
- ve mas lento ¿por qué crees que no puedes sentir... Eso?
- he tenido pesadillas... De nuevo, con mi padre amenazando todo lo que amo
- por eso... ¿por eso estás así? Por tus pesadillas
Segundos de meditación del joven pasaron lentos cuando levantó la cabeza sin previo aviso y en su expresión se notaba que tenía una idea
- dilo
- ¿qué?
- expresa lo que sientes
- Tim... Una vez expresé lo que sentía, fue un completo desastre
- ¿se lo dijiste?
- mmh no, pero escribí una carta que él leyó por accidente
- pero las palabras son diferentes, son mas fuertes... Imagina que yo soy él... - su voz se relajó pero ella se tensó, volvió a sentir lo mismo que aquella mañana pero ahora luchó por contener aquellos sentimientos - Tú no te preocupes por otra cosa, solo di lo que sientes, solos estamos tú y yo
Ella respiró profundamente y lo miró fijamente, observó todas las partes de ese hermoso rostro, que entre mas observaba mas notaba esos cambios, intentó concentrar y en un parpadeo él estaba frente a ella, con sus ojos como dos abismos de esmeralda pura mirandola fijamente, solo pudo susurrar su nombre, apenas audible. Incluso al mismo joven que tenía enfrente le costó escuchar ese nombre y aún así no logró comprender que fue lo que dijo
- yo... Te amo
Los segundos después de haber soltado aquellas palabras fueron una mezcla de melancolía que pasó a tristeza y luego paz
- ¿ves? No pasó nada
- no sé si podría decirselo, él cree que todos los sentimientos son absurdos
- ¿hablas de Damian?
Asintió mirando de nuevo aquel libro para evitar su mirada azul
- vaya... Deberías intentarlo, ya sabes que no es el fin del mundo si lo intentas
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro