CAPITULO 33 GISELLE
Salgo, del estacionamiento y me dirijo a la parada. Voy a tomar un taxi. Es increíble que Argenis y Jürgen se comporten como dos cavernícolas cada vez que se ven. Cuándo estoy esperando que pase un taxi, Jürgen se detiene en su camioneta frente a mí, baja rápidamente. -Pequeña, por favor, ven conmigo.
-Jürgen, estoy cansada de tus peleas con Argenis. Esto no puede seguir así, espeto.
Él me toma por la cintura y me besa suavemente. -Perdóname por favor preciosa, dice. -Vamos, sube al auto, -sólo si prometes que actuarás como una persona civilizada y no cómo un cavernícola, le advierto.
Lo prometo, dice subo al auto -Vamos por las niñas, yo suspiro y asiento con la cabeza. Cuándo llegamos a casa de mí mamá, las niñas me abrazan mientras me saludan con un estridente -¡mamá! A coro.
-Hola princesas, digo ellas saludan a Jürgen -hola Jota. -Wow ¿Y que te paso Jota?, pregunta curiosa Aby. ¿peliaste con un villano?.
-No mi vida, digo él peleó con un cavernícola como él, ellas ríen. -Mamá, ¿cómo estás?. -bien.
-Hola Sra Gladys, saluda Jürgen. -Hola Jürgen, ¿cómo estás? Responde mi madre. -Bien señora, contesta Jürgen cortésmente. -¡Pues no lo parece! En verdad parce que te peleaste con un villano.
El cambiando el tema dice señora, quiero invitarlas a usted y a las niñas para que salgamos.
-¿Adónde? pregunta mi madre. Vamos al centro comercial, responde quiero comprar unas cosas para Giselle, las niñas y para usted por supuesto, ya que es la que siempre cuida de las ellas completa Jürgen.
Yo lo veo sorprendida, -¡No sabía, que íbamos de compras!, respondo. -Es sólo un detalle preciosa, y una forma de redimirme por mi forma de comportarme, remata. Llegamos al centro comercial y entramos a una tienda de ropa para niñas. Ahí elijo varios conjuntos para las niñas, luego voy a una zapatería y compro unos zapatos nuevos para Aby y otros para Alish.
Jürgen dice. -Ahora vayan ustedes a comprar, me quedo con las niñas comiendo helado, antes Jürgen me llama. -Toma preciosa, me da su tarjeta de crédito.
-No es necesario digo. -Ya pagaste por las cosas de las niñas.
-Giselle pequeña eres mi mujer, y ellas y tú mamá son parte de tú familia por ende, también ahora son parte de mi familia, sólo quiero que seas feliz.
-¡Yo no necesito tu dinero para ser feliz!, espeto, -lo sé pequeña contesta, pero déjame complacerlas.
Suspiro. -Está bien. -¿Y las bolsas?, digo. -No te preocupes, ya llamé a José, debe venir en camino para llevarlas.
-Mamá vamos, le digo y entramos a una tienda de ropa íntima es hora de renovar nuestra ropa íntima digo riendo. Compramos muchas cosas, y yo compré lencería especial para Jürgen salimos de la tienda y nos dirigimos a comprar más ropa.
Compro faldas y blusas para el trabajo. Además, ropa para salir con Jürgen, mi mamá también compra muchas cosas. Luego, nos dirigimos a la zapatería, compramos sandalias y tennis. Por último vamos a la tienda de carteras, elegimos varias, ¡me encantan las carteras! Pago y salimos.
Cuándo terminamos, encuentro a Jürgen con las niñas comiendo dulces. -Vaya, veo que han comido de todo.
-¿Cómo sabes mami?, pregunta Aby. -Por sus rostros princesa. También por sus camisas, tienen chocolate y demás en ellas, ellos ríen con complicidad. No puedo evitar sonreír también me hace muy feliz que Jürgen sea tan dulce con mis hijas.
Aúnque no tiene hijos propios, es muy dulce con ellas, algo realmente sorprendente, ya que Jürgen suele ser una persona muy cerrada y fría.
-Gracias, susurro y lo beso en los labios. Las niñas ríen y dicen. -¡Mamá!. Jürgen sonríe preguntando, -princesas, ¿aceptan que su mami sea mi novia?. Ellas gritan y aplauden, Siiii.
-Wow me alegra que se lo hayan tomado tan bien, digo. José llega y se acerca a nosotras, yo lo saludo, y me devuelve el saludocon una sonrisa.
Jürgen gruñe. -Toma las bolsas y guárdalas en el auto. -Sí señor, dice él.
Giselle, antes quiero que me acompañes a un sitio, me pide Jürgen. -Mamá, por favor puedes quedarte con las niñas mientras voy un momento con Jürgen. -Claro, responde mi mamá.
Jürgen, me toma de la mano y me lleva a una tienda. -Quiero comprarte algo, sé qué no te gustan las joyas, ya que veo que no usas. -En realidad no, contesto me dan alergia, pero veo que usas reloj y a mí me encantan, me gustaría comprarte uno.
Entramos a la tienda Rolex y nos atiende una mujer alta muy guapa. -Señorita, me gustaría que nos enseñe los modelos de reloj de dama, pide Jürgen. -¿Quiere algo específico?, pregunta la vendedora.
-No, dice él muéstrenos lo más reciente que tiene, cuándo veo los precios quedo atónita, pero él está acostumbrado a eso. Elijo un Rolex Datejust, con un precio de 28.000 $. -Suspiro y digo. -Jürgen este reloj vale cuatro veces lo que vale mi departamento.
-Eso no importa pequeña, contesta Jürgen
-No Jürgen. ¿Estás loco?. -Preciosa no te preocupes por eso, insiste Jürgen, lo compra y me lo coloca. -Gracias contesto, mientras lo beso suavemente.
Jamás en mi vida pensé tener un reloj que costará más qué todo lo que tengo. Salimos de la tienda y llegamos dónde está mi mamá con las niñas.
Ahora sí, vámonos es tarde digo. Llegamos al estacionamiento. -José, llévanos a casa de la mamá de Giselle, ordena Jürgen. -Sí señor, responde él, dejamos a mi mamá junto con sus compras, y seguimos hacía la casa de Jürgen. Cuándo llegamos Alicia tiene los ojos enrojecidos.
-Alicia, ¿estás bien?, pregunto!. Si mi niña, no es nada, estaba picando cebolla, es sólo eso.
-¿Segura?, espeto.
-Sí mi niña, responde Alicia. Muy segura.
Jürgen la ve y dice. -Viejita, ¿Estás bien?.
-Claro que sí cariño, contesta Alicia. Ya le dije a Giselle que estaba picando cebollas y eso me hizo llorar, no es nada.
Las niñas, preguntan, -Alicia, ¿y Buddy?. Ella dulcemente responde. -Debe estar durmiendo, busquen en la sala, le gusta dormir en los muebles. Aby y Alish salen en busca del gato, yo le pregunto. -¿Cómo has estado Alicia?
-Muy bien, ¿y ustedes?, pregunta ella. -Estamos bien, respondo.
José me llama. -Señorita, dónde quiere que dejé las bolsas?. Respondo. -Dámelas José, yo las subo, gracias. José me las entrega con un "gracias señorita" como respuesta. Guardo las cosas en la habitación de huéspedes, donde la última vez nos quedamos las niñas y yo. Para mí sorpresa la habitación luce completamente nueva, parece haber sido remodelada recientemente.
Wow, está pintada de rosa y lila con dos camas individuales con dosel y muchos Juguetes para niñas todavía en sus cajas, abro el armario y guardo la ropa de las niñas para no dejarla encima de la cama. Bajo las escaleras, encontrando a Jürgen jugando con las niñas y el gato.
-Jürgen digo puedes venir un momento por favor -Si pequeña, dime responde.
-¿Tú arreglaste la habitación para las niñas? pregunto.
-Sí preciosa, quería que se sintieran cómodas cuándo vinieran aquí, responde Jürgen.
Yo sonrío ampliamente. -No tenías que hacerlo, es un placer dice el con una sonrisa lo abrazo y beso apasionadamente. -¡Eres perfecto!
Él sonríe. -No es nada -Gracias por ser tan dulce. En verdad eres lo mejor que me ha pasado en la vida, susurro.
-Pensamos igual responde él, mordiendo mi labio inferior. -Niñas, ¿por qué no suben y se dan un baño?. -¡Mamá!, dicen ellas.
-Vamos, a darse una ducha. dice Jürgen. -Vamos niñas, en su habitación hay una sorpresa para ustedes, ellas suben corriendo las escaleras, y cuándo entran gritan. -¡Juguetes!.. Abren las cajas, sacando los juguetes nuevos.
-Un momento, digo primero a la ducha, -Peeeeero mamááááá, espetan ellas. -¡A la ducha!. -Okey dicen, -luego de bañarse pueden jugar. Cuándo están listas empiezan a jugar, aprovecho me meto a la ducha, cuándo salgo me pongo unos shorts, una blusa y unos tenis. -Niñas, cuando la comida esté lista las llamo para que bajen, digo. -Está bien mami, dicen ellas.
Jürgen está sentado en un taburete de la isla de la cocina, hablando con Alicia está recién bañado y con su perfume Issey Miyake que tanto me gusta. Lleva unas bermudas azul marino, con una camiseta blanca sin mangas, dejando ver sus tonificados brazos.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro