CAPITULO 32 JÜRGEN
Salgo de mi oficina tomando de la mano a Giselle, no pienso dejar que nada ni nadie la aparte de mí. Cuando vamos saliendo me encuentro con Katherine. Ella me mira y mira mi mano, entrelazada con la de Giselle. Sigo mi camino ignorándola. Paramos frente al ascensor, esperando que llegue y beso a Giselle. Ella dice. ¿Qué haces? -¿Cómo que qué hago?, contesto. -Eres mi novia, ¿no lo recuerdas?. Ella ríe. -Oye, te dije que no me habías convencido. -No te preocupes pequeña respondo. ¡Tengo todo el día para convencerte!. Ella chupa mi labio inferior, -Ya lo veremos, contesta.
-Vamos a almorzar. Hoy necesito fuerza para todo lo que tengo planeado para ti. –Pervertido, dice ella. Llegamos al restaurante "El Rey del Mar". Es el mismo restaurante en el que comí con Eliud y George.
-¿Qué quieres comer preciosa?, pregunto. -No lo sé, ¿tú ya has comido aquí? pregunta ella. -Sí cariño, con Eliud y George.
-Bueno, responde ella. Entonces pide tú por mí. El camarero se acerca y toma nuestra orden. ¡por favor, nos trae unas ostras y de tomar vino blanco champañizado.
Comemos, y dice Giselle. –Vaya, esto sí que es un afrodisíaco natural. -El mejor afrodisíaco eres tú pequeña susurro, cuándo terminamos de comer pago y salimos del restaurante. Bueno, vamos por las niñas, llegamos al estacionamiento y nos encontramos con el abogado de Giselle. Demonios, —¿este bastardo nos estará persiguiendo? Nos mira diciendo Giselle, —¿Qué haces aquí? gruño —estaba comiendo conmigo, ¿tienes algún problema?
—Claro que lo tengo espeta él. Giselle rápidamente intercede. –Argenis, ¿qué haces tú aquí?. Vine a almorzar con unos clientes, responde ¿Y tú?.
—¿Acaso eres sordo? Respondo cortante. ¿No ves que mi novia y yo vinimos a almorzar?. —¿Tú novia? Gruñe ¿Qué rayos está diciendo él Giselle?, le pregunta.
Ella titubea —Argenis, Jürgen y yo somos pareja. -¿Pareja? espeta él. ¿Acaso te enloqueciste, Giselle? Yo rujo. —¿Qué diablos estás insinuando? —Vamos a calmarnos dice ella. –Argenis, por favor, te puedo explicar.
—¿Explicar? Gruño, tú no tienes que explicarle nada al abogadito este. -¿Cómo qué abogadito? espeta Argenis. -¡Diablos!, ¿los dos pueden calmarse? dice Giselle
—No me vas a robar también a Giselle. -¡Eso no te lo permitiré! grita Argenis.
-¿De qué demonios estás hablando?. -¿Que te he quitado yo para que digas también?.
ARGENIS
Voy rumbo a almorzar con unos clientes en un restaurante cercano llamado "El Rey del Mar". Cuando voy llegando veo a Giselle, tomada de la mano del imbécil boxeador. No puedo creer que ella esté con él otra vez. Dijo que lo pensaría cuando le dije que me diera una oportunidad. No puede ser que ese idiota pueda tenerla y yo no, yo la conocí primero.
-Giselle, ¿Qué haces aquí? Espeto. Pero quién responde es él, diciendo. -Estaba almorzando conmigo. ¿Qué diablos se cree este hombre. ¿Cree que porque es rico puede tener a todas las mujeres?.
-Giselle, explícame cómo es eso. ¿Que eres novia de este tipo?. ¡Diablos! Giselle él no te conviene, no vuelvas a caer en este tipo de relaciones tóxicas.
El espeta! -¿Eres un Abogado o un maldito psiquiatra qué ahora le dices que le conviene y que no?. -Soy su amigo espeto. Y sé que tú no la mereces.
-¡ARGENIS!, dice Giselle. -Te dije que iba a pensarlo! y lo hice. Por eso decidí aceptar ser la novia de Jürgen, peroo Giselle yo te quiero sí me das una oportunidad verás que puedo hacerte más feliz que este viejo.
En ese instante siento el impacto del puñetazo en mi rostro, pero esta vez no me dejaré me limpio la sangre que emana de mi labio inferior y le devuelvo el golpe.
Giselle, se coloca en medio de ambos. -¡Ya basta!, dice, pero ninguno de nosotros la escucha y seguimos golpeándonos. Giselle furiosa grita. -Pueden seguir comportándose como cavernícolas, que yo me voy.
Cuándo escucho a Giselle que se va me aparto y digo. -No creas que la vas a comprar con tu dinero, no me importa quién demonios seas. Ella se dará cuenta que tú no vales nada, terminarás aburriéndote de ella haciéndole daño, como el bastardo de su ex, pero yo me encargaré de buscarte así sea debajo de las piedras y partirte la cara el me ignora y se va detrás de Giselle.
Yo entro al baño del restaurante, me limpio la boca que aún me sangra y salgo tengo que volver donde mis clientes.
¿Que demonios te pasó? preguntan Álvaro, y Julián, mis clientes.
-Tuve un pequeño percance pero no es nada, comamos. Cuándo terminamos les digo, mañana los llamaré para darle respuesta del caso de embargo de bienes a la empresa que les adeuda. Me dirijo a mí bufete (se llama Freites & Asociados). Llego a mi oficina mi secretaria, Elizabeth, me dice: -Señor, lo está esperando la señorita Katherine Narváez.
-¿Katherine Narváez?.
-Sí señor, no sé quién es pero hágala pasar por favor, cuándo llaman digo. –Adelante.
Entra de prisa una mujer no muy alta pelo negro y liso, ojos verde esmeralda, con un vestido blanco que le llega al muslo unas piernas largas bien torneadas, unos labios llenos. -¡Pero si es la acompañante del viejo.
-Hola se apresura en saludarme. -Ahora sí nos conocemos como es debido, espeta ella
-¿Qué te trae por aquí Katherine?. Ella sonríe y dice —los mismos motivos por el cual su labio sangra supongo.
—No me digas replico, ve al grano gruño. –Bueno, es muy fácil Argenis yo quiero lo mismo que tú quieres ,—¿Y qué quiero yo según tú?, espeto.
Muy simple, responde ella. -Tú quieres a Giselle Serven y yo quiero a Jürgen Raskot. -¿Y que tiene, que ver una cosa con la otra?. –Bueno, ¿que yo puedo hacer que Giselle se aleje de una vez y para siempre de Jürgen y te quede el camino libre para que la conquistes.
—¿Cómo sería eso?. Pregunto intrigado. -Bueno muy fácil, dice Katherine. -Yo haré que ella piense que Jürgen sigue interesado en mí y tú sólo tienes que estar ahí para ella, consolarla y aprovechar para que no se te escape.
—¿Cómo sé que no es una trampa?, pregunto. –sencillo dice ella, porque yo quiero a Jürgen para mí.
“¿Qué tiene el viejo ese?”. —Eso realmente no te incumbe. —Claro que sí, porque pienso que estás queriendo estar con él porque no has conocido realmente a un hombre.
—Ja ja Ja ríe ella. ¿Y tú lo eres? Pregunta sarcástica.
—Por supuesto hermosa respondo, pero para qué decirlo si puedo demostrártelo. Acto seguido; la tomo por la cintura, acercándola a mí. Introduzco mi lengua en su boca, devorándola ella gime en mí boca. —¿Qué diablos estás haciendo?, pregunta sofocada. —Demostrándote lo que es verdaderamente un hombre, espeto.
Sus pezones se endurecen rápidamente, bajo una mano, apretando su trasero contra mi erección ella se entregá a mi posesión sé que lo deseabas tanto como yo desde el primer momento en que te ví mascullo entre dientes mientras levanto su vestido y arrancó sus bragas, la tomo por la cintura, sentándola encima de mí escritorio. Desabrocho la correa de mi pantalón y ella desesperada lo desabotona baja mi boxer meto dos dedos en ella y susurro ¿tan rápido estás lista para mí? —Ella muerde mi labio y dice cállate y házmelo ordena yo sonrió maliciosamente y digo a tus órdenes hermosa y me sumerjo en ella de una vez.
Digo: —Demonios mujer, encajas perfectamente en mí. Embisto con fuerza, ella clava sus uñas en mis brazos gime, la beso con lujuria —Esto es lo que necesitas gruño, un verdadero hombre que te pueda dar todo lo que necesitas gimiendo fuertemente la embistió varias veces hasta que ella alcanza el orgasmo,. Luego la volteo y la penetró nuevamente sin dejar de acariciar su precioso culo, la embistió con fuerza y me corro enseguida dentro de ella. La beso una vez más y muerdo el lóbulo de su oreja, susurrando “cuando necesites un verdadero hombre; aquí estoy yo para complacerte salgo lentamente de ella disfrutando su delicioso aroma.
Ella se acomoda rápido el vestido, se retoca el maquillaje, yo me limpio y le paso una toallita húmeda por su núcleo.
—Lista susurro —¿Cómo que lista?, gruñe ella, me dejaste sin bragas, ¡idiota!.
—Así te ves mejor susurro eres un imbécil diciendo esto, sale de mi oficina hecha una furia, dando un portazo. Diablos está mujer es realmente deliciosa.
¿Qué tiene el que todas caen rendidas a sus pies?. Elizabeth llama por el interruptor. -Señor la señora Alicia está aquí. Demonios, que hace ella aquí.
-Dígale que pase.
-Hola cariño, dice ella al entrar.
-¿Qué haces aquí?, rujo furioso.
-Quería verte, dice ella, nunca te veo. -¿Ahora quieres verme? espeto. -¡Cuando te necesité no estabas para mí, reclamo airado.
-No digas eso cariño, yo siempre cuidé, de ti, responde Alicia. -Sólo qué luego tuve que dejarte con tu tía Andrea.
-Claro me dejaste por él, respondo de mala manera. -Te importó más él que yo, que soy tú hijo.
Argenis, no digas eso, agrega Alicia. -Yo te amo hijo, siempre te he amado es sólo qué el me necesitaba más que tú.
-¿Cómo puedes decir eso?, espeto tú eres mi madre y preferiste encargarte de un maldito extraño que de mí que soy tú hijo, contesto casi a gritos.
-Yo jamás te abandoné hijo replica Alicia. -Siempre iba a casa a verte, cada día de mi vida que he trabajado ha sido por ti, para que no te faltará nada contesta Alicia.
-Quizás económicamente, no me faltó nada contesto bajando la voz. –En eso tienes razón, pero me faltó lo más importante, una madre, -¡Ese era tu deber!, estar para mí pero lo preferiste a él, siempre ha sido él y me robó tu amor. ahora me roba el amor de la mujer que amo.
-¿De qué estás hablando?, pregunta ella.
-Qué tu adoración no se conformó con robarme tu amor, respondo agriamente. -Sino que ahora quiere quitarme a la mujer que amo.
-¿Cómo se llama La mujer que amas?. Dime Argenis?.
-Su nombre es Giselle Serven, respondo.
-¡Noooo!, dice ella.
-¿La conoces? Pregunto. –Si, la conocí Argenis, responde ella. -¿Dime que no es verdad?. ¿Cómo es que sucedió? -¿Donde la conociste? pregunta mi madre.
-Soy su Abogado, me estoy encargando de su proceso de divorcio, le informo a Alicia. Ella empieza a llorar descontroladamente. -¿Por qué tenías que fijarte en ella?.
-¡Yo la conocí primero, otra vez lo prefieres a él!. -¡Ella es mía! Respondo.
-¿Acaso ustedes tienen algo?, pregunta. -No, contesto con aire resentido, -Porque él está en medio, él me robó el amor de ella.
-Argenis mi niño, dice mi madre´. -¡Nadie te puede robar lo que nunca ha sido tuyo y ella, por lo que he visto, está enamorada de él.
—A eso viniste, espeto a decirme que él es mejor que yo, no entiendo cómo puedes preferirlo antes que a mí, remato.
—No lo prefiero hijo, replica Alicia.
—No me llames hijo, rujo. -Dejaste de ser mi madre el día que me dejaste sólo prefiriéndolo a él por encima de mí grito. -¡Así que lárgate!. No quiero volverte a ver.
Ella sale llorando, pero sus lágrimas no significan nada para mí. Ella murió para mí cuándo me dejó al cuidado de mi tía, por quedarse con él por cuidar de Jürgen Raskot.
Me encierro en mi oficina el resto del día, para terminar el trabajo pendiente, no he sabido nada de Alicia desde que salió de aquí no pienso llamarla me duele que ella también lo prefiera a él. Meto la mano en mi chaqueta y saco la braga de Katherine suspiro está mujer es completamente adictiva. ¿Por qué el bastardo de Jürgen la dejaría ir?
KATHERINE
Salgo de la oficina de Argenis, no sé qué rayos me sucedió, pero terminé teniendo sexo con él en su oficina, qué locura nunca imaginé que este encuentro terminara así, mi control se fue literalmente a la mierda en el momento en que me besó ese hombre besa como los dioses, jamás alguien me había besado de esa forma, mucho menos me había poseído como él lo hizo Jürgen nunca me quiso aunque es muy bueno en el sexo jamás lo hizo como Argenis me sentí deseada, única y es que en cada caricia me adoró. No puedo describir la sensación tan eclipsante en que me sumergí estando en sus brazos.
No puedo negar que cuando lo ví por primera vez con Giselle me gustó es un hombre totalmente perfecto con un porte regio unos ojos ámbar que derriten, unos labios deliciosos es unos dos cm un poco más bajo que Jürgen, pero para mí es demasiado alto me veo minúscula ante el. Me encantó el fuego en sus ojos cuándo me tomaba la lujuria brotaba en su mirada, además veía complacencia en el es como sí no pudiese ocultar lo satisfecho que estaba conmigo con mi cuerpo.
cuándo engañé a Jürgen no fue a propósito, sólo quería sentirme amada y pensé que con el ahora padre de mi hijo lo había conseguido, no podía estar más equivocada cuándo llegamos a España empezó a tener aventuras con toda mujer que se atravesaba en su camino y como yo estaba embarazada lo dejé pasar. Hasta que mi hijo fue creciendo y decidí abandonar esa relación que nunca me hizo feliz. Llevábamos años sin tocarnos, y un día decidí divorciarme y regresar a Venezuela en eso pensé en George y lo llamé fue cuándo él me dijo de Jürgen que estaba en España y decidí ir a disculparme con él sabía que a pesar de todo me daría una oportunidad en su empresa.
Quiero intentar recuperar a Jürgen aunque ahora estoy dudándolo, porque él se ve enamorado de Giselle al igual que Argenis. Está chica los trae enloquecidos a ambos. No digo que no sea bella porque lo es, pero están completamente idiotizados por ella.
Tendré que ser muy astuta si quiero que ella se decepcione de Jürgen, ya que sé será imposible que el se aleje de ella, por eso debo encontrar la forma de que ella pase de él y nunca más lo acepte en su vida.
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