Capítulo extra: a la sombra
Todo estaba negro. A mi alrededor solo veía un escenario oscuro con tonos naranjas, amarillos y rojos, como si fueran fuegos artificiales. Podía escuchar personas gritando, voces hablando, y finalmente, unos pequeños sollozos que poco a poco se convertían en llantos desesperados. Me quedé quieto para apreciar ese fuerte llanto.
Oh, no puede ser.
-¡Rin! ¡Escucha! por favor... ¡Por favor Rin!
Esa voz la conocía, ¿de quién era?
- ¡Te llevaré a un lugar seguro!
Oh Len. ¿Desde cuándo eras tan amable?
Las luces se movieron, pero sin embargo yo no. Solo era como un espectador frente una obra de teatro, una muy bien realizada.
Y entonces pude ver con claridad.
La casa de trabajadores, pero esta ya no seguía en pie. Poco a poco se calcinaba por las grandes llamas de fuego. Habían personas corriendo, llevando cubetas de agua, o algunas otras tiradas en el suelo. ¿Pero a mí qué me pasaba? ¿Por qué no podía moverme?
-Gakupo... -una suave y delicada voz susurró eso. Rápidamente, comencé a acercarme a las llamas de nuevo, asustándome un poco. Luego, la dulce voz volvió a susurrar cosas, cada vez más fuerte.
-¡Gakupo! ¡Gakupo! -los llantos se escuchaban agónicamente, causándome un gran sentimiento de tristeza. Mi visión se volvió a mover, pero esta vez no apuntando a las llamas... Sino a una hermosa y lamentable chica de pelirrubia, de grandes ojos azules, que estaba hecha un mar de lágrimas.
-¡Gakupo!
Al terminar de gritar eso, mi visión se volvió negra y dejé de escuchar ese llanto.
Rin... ¿Por qué estás tan triste? ¿Por qué gritas mi nombre tan desesperada? Estoy a tu lado, así que no llores.
-¡Rin! -escuché la voz de mi amigo acercarse.
Mi campo de visión se recuperó y pude ver el rostro de mi amigo, con ojos llorosos, lleno de cenizas.
¿Por qué lloran? ¿Es por el incendio? Seguro que si. No teman, yo los voy ayudar.
Espera...
Yo no puedo....
Porque ahora mismo,
.
Ya estoy muerto.
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-¡Hey, señorita Rin! Salga conmigo hoy, por favor -un chico que no conocía le dijo a la antes mencionada, llamando la atención de ella.
-Muchas gracias por su propuesta -Rin hizo una pequeña reverencia ante el hombre- Pero en estos momentos estoy saliendo con alguien más, y si esa persona se enterara, usted se metería en problemas.
Reí en mi interior, pensando en que si, yo haría eso.
Ese hombre tendría muchos problemas.
El chico se quedó pensativo un rato, haciendo unas cuantas extrañas expresiones, para al final decir:
-¡Oh, lo siento mucho señorita! ¡No lo sabía.
-No se preocupe, está bien.
-Pero, por favor, piénselo -el tipo le volvió a insistir.
-...
Se quedaron callados unos segundos, hasta que mi querida rubia rompió el silencio.
-¿Prefiere té o café? -preguntó fríamente ignorando lo que el chico anteriormente le había dicho, haciendo que yo me riera aún más.
No me puedes escuchar, ¿verdad?
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-Rin... -Len le habló a Rin, haciendo que ella se volteara un poco a él.
-¿Ah? -lo miraba confusa, aún recargada en él.
-Quiero decirte que... Desde hace un tiempo yo eh sentido muchas cosas por ti, cosas que un amigo no debería sentir.
-¿?
-Quiero decir, tu me gustas... Estoy enamorado de ti desde hace un tiempo.
Rin se quedó confusa , mientras que mi amigo estaba rojo, casi morado como una berenjena.
Mi amigo volvió a abrir la boca, rascando su hombro.
-Se qué tu no me vas a corresponder y lo entiendo, yo tampoco me enamoraría de un patán ignorante como yo, solamente quería decirlo porque ya no lo soportaba, así que si vas a rechazarme no te preocupes porque...
Fue interrumpido por la tierna voz de mi amada.
-Len...
-¡Si! -recuperó la compostura!- Perdón, me emocioné un poco -dijo agachando la cabeza con una sonrisa tonta.
-Sin embargo, el recuerdo de Gakupo aún sigue en mi corazón y yo no puedo dejar de pensar en él -Volteo su mirada a mí.
O más bien a los guantes que estaban en sus manos, que prácticamente eran yo mismo.
-... No te preocupes, está bien así. No puedo obligarte a que me quieras -Len sonrió comprensivo, sin parecer dañado en lo más mínimo, después de estos años el también había aprendido a esconder bien sus sentimientos.
-Gracias por entenderlo -agradeció la chica, para levantarse y alejarse de Len.
No, Rin.
Regresa con él, por favor.
Quiero que seas feliz, aunque no sea conmigo....
Por favor, hazle caso a lo que sientes.
No quiero que estés sola.
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-¿Y qué hay de los guantes?
-De hecho, no sé que hacer con estos -Rin miró directamente los guantes, me miró a mí- Len, ¿tú que piensas que debo hacer con ellos?
Len se acomodó en su asiento y volvió su mirada a la luna, con una pequeña sonrisa.
-Eso dependerá de ti. Será lo que tu creas conveniente. Depende de si quieres seguir aferrada a el pasado o continuar en tu futuro.
Eso era cierto, él no se equivocaba.
¿Desde cuándo era tan sabio?
-.... Ese es el problema. No sé que debo hacer... -puso una cara triste.
-Entonces busca una solución. Pero si sigues mirando al pasado tu presente se volverá complicado y tu futuro se tornará obscuro.
Len se levantó y ofreció su mano a Rin.
-Volvamos adentro, la fiesta terminará pronto y no pienso irme sin haber bailado contigo.
-Oh, si -dijo ella, tomando su mano, con un leve sonrojo y una sonrisa tosca.
Supongo que ya sabes que hacer con ellos, ¿no, Rin?
Ya no sigas aferrada al pasado.
Ya no sigas aferrada a mi.
Continúa por ti misma.
Yo sé que puedes.
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El día soleado se veía, perfecto para una fiesta, un picnic, o una tarde familiar.
Pero ahora mismo, estábamos en medio del océano, en un gran barco.
Si, los dos. Rin y yo.
Esta me levantó hacia arriba, a los guantes, diciendo algo.
-Tú también debes irte y descansar en paz. Ahora, yo me libero de ti -me alzó, por última vez, soltándome luego de unos segundos.
Fue hermoso estar a tu lado, Rin.
Todo el tiempo fue bueno.
Y el haber conocido a mis amigos,
también lo fue.
Te veré luego ¿estás de acuerdo?
La ráfaga de viento me llevó volando, para no volver.
Su figura desaparecía rápidamente.
Si, ahora yo seré libre.
Y tú también.
Gracias.
Siempre te amaré.
Y así, desperté en un lugar nuevo, un paraíso.
¿Tú también estás en el tuyo?
Si.
Esperaré el momento.
en el que pueda tomar tu mano de nuevo.
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