Cap.7 "Te voy a besar"
Narrador omnisciente:
Luego de que ambos chicos pidieran lo que iban a comer, Gakupo se retiró a seguir trabajando y quedáron solos. Ni se miraban ni nada. Solo seguían comiendo y tratando de evadir cualquier cruce de miradas. Al acabar de comer Rin sacó su reloj de bolsillo y miró la hora: seis con quince.
-Vámonos ya Len. Si nos apresuramos podríamos caminar otro tramo más y buscar un lugar donde dormir- Rin recogía su maleta mientras dejaba el dinero de la cuenta en la mesa.
-Pero tengo que hablar con Gakupo, el me va a dar información de el paradero de Rinto- Len seguía sentado.
-Dijiste que querías llegar lo más rápido posible a Mitsaki.
-Sí, pero esto fue un imprevisto, por favor, solo un rato más. Hablaré rápido con él y nos marcharemos, ¿sí?- Len junto sus manos haciendo un puchero.
-Está bien, ya deja de hacer eso o harás que me mate de la risa- Rin ocultó su cara con sus manos.
Narra Rin:
Me volví a sentar en la silla y saqué un libro. "Romeo y Julieta" era el nombre. Estaba muy entretenida y solo miraba a Len de reojo algunas veces y pude deducir que no estaba haciendo nada más que mirar a todos lados. Estaba tan sumergida en la historia que ni siquiera me dí cuenta de cuando llegó Gakupo.
-Listo amigo, perdón por la tardanza, ahora si podemos hablar- Gakupo se quitaba su chaleco mientras decía eso.
-Sí, claro...- Len me miró como diciendo: "fuera de aquí" por unos dos segundos hasta que capté la indirecta.
-Esperaré afuera- dije levantándome y saliendo de la fonda.
Narra Len:
Después de decirme que podíamos esperar se sentó de nuevo y esta vez sacó un libro. Por lo que pude entender gracias a la portada era que se títulaba "Romeo y Julieta" o algo así, ya que yo no sabía leer tan bien porque nunca me había dado a la tarea de practicar un poco más. Mi hermana Lenka y mi padre me habían enseñado un poco, pero solo algo básico. El título de el libro se me hacía conocido y si no mal recuerdo era uno de los pocos libros que teníamos en casa, pero no me interesaba demasiado. La que lo había leído era Lenka y le había fascinado, pero me dijo que eran de esas historias cursis y no me llamó la atención. El único libro que recuerdo haber leído es uno llamado "Rapunzel" y me había gustado. La única razón por la que lo leí fue porque lo encontré en el bosque cuando era un niño junto con otras cosas más. No recuerdo bien lo que pasó pero creo que era de una niña que lo había olvidado y no recuerdo más. Me quedé sentado observándola y luego de unos minutos ella volteó a mirarme, así que rápidamente desvíe la mirada. Por suerte ella no lo había notado. Al pasar unos minutos más llegó Gakupo.
-Listo amigo, perdón por la tardanza, ahora si podemos hablar- dijo Gakupo mientras se quitaba su chaleco y venía hacía nosotros.
-Sí, claro...- dije mirando a Rin cómo diciendo: "Ya lárgate"
-Esperaré afuera- Rin tomó sus cosas y salió de la fonda.
Narra Gakupo:
-Ahora sí, podemos hablar- Len me hizo una seña para que me sentara.
-Bien señor Spice, ¿por dónde debería comenzar?- dije poniendo mi mano en la barbilla y levantando una ceja.
-Por favor se rápido. De por si tengo que estar soportando a esa bruja- Len cruzó los brazos mientras miraba la puerta de el restaurante, en donde se alcanzaba a ver a Rin.
-¿Bruja ella? ¿No me vas a decir quién es?
-Sí sí sí pero antes me tienes que contar que demonios pasó con Rinto.
-Bueno, para no hacer el cuento largo, hace como siete meses más o menos llegamos a Mitsaki y estuvimos trabajando un tiempo para una familia adinerada, más específico, para la familia Kagene. Pero luego de seis meses de estar trabajando me dí cuenta que en realidad me necesitaba mi madre aquí, por las cartas que me enviaban así que regresé, pero Rinto se quedó trabajando para esa familia. Volví a Zen por un día, pero como mi madre estaba muy enferma necesitaba dinero y cuidado, así que nos mudamos acá porque aquí vive un amigo de mi madre y me ofreció techo y comida a cambio de trabajar para él, pero mi madre ya se curó afortunadamente.
-Ese idiota Rinto, debió haber regresado contigo- Len tenía el ceño fruncido.
-No lo cuestiones demasiado Len, te enviaba cartas casi todas las semanas.
-Sí pero hace dos meses dejaron de llegar y aparte ni siquiera nos contó que habías regresado.
-Debe de ser por algo, solo espera.
-¡¿Esperar?! Ya hemos esperado casi dos meses. ¡En verdad nos preocupa!- exclamó levantándose de la silla.
-Esta bien, lo entiendo. Vas a ir a buscarlo con esa niña ¿verdad? A propósito, ¿quién es ella?- dije con una mirada retadora.
-Ella, bueno digamos que ayer llegó y le ofreció a mi hermana dinero si le daba posada, así que platicaron y dijo que iba a Mitsaki, a lo que Lenka le dijo que estaba Rinto ahí y Rin se ofreció a pagar el viaje por mí. Pero sí te lo digo, pienso que es muy extraña.
-Yo también lo pensé así- dije volteando afuera donde se encontraba la chica sentada en los escalones- tiene algo que me inquieta a simple vista y su manera de actuar también es extraña, como si nunca hubiera hablado con alguien más, sin mencionar lo de el contacto físico.
-Sí, su mirada fría también me hace temblar. Pero realmente no me importa mucho. No tengo interés en saber de ella, ni mucho menos caerle bien.
-Sí, pero al menos deberías tratarla cortésmente, ni siquiera se como no te a soltado un puñetazo.
-Lo mismo me dijo Lenka- Len se levantó de su asiento y tomó su maleta- Será mejor que ya me valla.
-Solo escucha Len, ella no merece ser tratada mal ¿cáptas? Incluso te está ayudando. Al menos devuélvele el favor. Además, te apuesto diez monedas a que te vas a terminar enamorando de ella- me levanté de mi asiento y caminamos a la salida de la fonda.
-¿Y porqué debería de enamorarme de esa bruja?
-Porque en todas las historias románticas y clichés al final los que se odian terminan enamorándose- dije yo y la verdad, tenía razón, ¿no es así, querido lector? Al salir de la fonda Rin tenía una libreta en sus manos mientras estaba sentada en las escaleras de la entrada.
Narra Rin:
Después de esperar casi veinte minutos Len y Gakupo llegaron.
-Ya está. Lamento la tardanza- Gakupo me extendió su mano para ayudar a levantarme, a lo que yo ignoré su gesto y me levanté sin su ayuda- A lo siento, no lo recordaba.
-Gracias- dije sonriendo.
-Bueno, será mejor que continuemos- Len agarró su maleta y la mía- ¿cuántas cosas tienes aquí niña?
-Yo puedo llevarla.
-Tómalo como un agradecimiento por la espera- dijo mirándome a los ojos a lo que yo desvíe la mirada con incomodidad.
-Bien, fue un gusto conocerlo, señor Kamui- dije haciendo una reverencia.
-¿Señor Kamui? No me digas así, haces que me sienta viejo. Solo llámame Gakupo y igualmente fue un gusto conocerte, linda señorita- ante esas palabras sentí mis mejillas arder un poco.
-Bueno, gracias por todo Gakupo. Espero verte pronto- dijo Len dirigiéndose a Gakupo.
-Momento, ¿van a seguir caminando?
-Sí. Buscaremos un lugar donde dormir- dije yo.
-Bueno, creo que ya encontraron lugar- dijo Gakupo tomando las maletas que tenía Len.
-¿Dónde?- dijo el imbécil de Len mientras miraba a todos lados.
-Sí serás idiota- dije yo rodando los ojos.
-Soy un idiota lindo- dijo guiñandome el ojo.
-No, por supuesto que no- negué con la cabeza.
-Ya basta y entren que hace un poco de frío. Tengo una habitación libre aquí. Solo no hagan mucho ruido, mi madre está dormida.
-Sí claro- dijimos Len y yo mientras los tres entrábamos a la fonda.
-Siganme- Subimos unas pequeñas escaleras hasta llegar a un pasillo con varias puertas. Gakupo abrió una y nos dejó entrar
-Aquí es. Es pequeño pero cómodo-Gakupo sacaba de un armario dos cobijas y se las daba a Len.
-Sí, muy bonito y todo. ¿Sólo de casualidad no tienes una cama extra? Digo, no se si sea yo pero solo veo una- Len miraba a Gakupo con ojos de pistóla.
-Esta bien Len, no te preocupes- dije yo aguantándome las ganas otra vez de tirarle un madrazo, porque si lo hago, literalmente lo mato.
-Lo siento es lo único que puedo ofrecerles- Gakupo miró de forma pícara a Len. Con estos dos idiotas, uno pervertido y el otro Spice, dudo salir virgen de aquí.
-Esta bien, gracias por la ayuda Gakupo- dijo Len poniendo sus manos en su sien.
-Si necesitan algo estaré abajo. Los dejo para que se instalen y, buenas noches- cuando dijo buenas noches miró a Len de la misma manera como lo había hecho antes. Salió de la habitación y cerró la puerta.
-Bien, tu duerme en la cama- dijo Len mientras acomodába las cobíjas en el suelo haciendo algo así como una cama.
-¿Désde cuándo tan caballeroso?- dije dejándo las maletas a un lado de la cama.
-No te sientas especial, me sugirieron este comportamiento. Además, que te odie no significa que voy a dejar que te den calambres- dijo recostándose sobre las cobíjas.
-Duerme tú en la cama, en serio. De cualquier modo, es como un agradecimiento por haberme dejado dormir en tú cama ayer.
-Está bien. Pero después todo será diferente- se levantó y fue a el baño con su maleta. Yo por lo tanto me quede arreglando la cama y sacándo de mi maleta el pijama. Unos minutos después salió Len de el baño con su pijama puesta y yo entré en el baño a cambiarme, pero antes de cerrar la puerta grité.
-¡Nada de escombrar en mis cosas!
-¡Qué va! Ya mejor entra.
Cuando estuve lista salí de el baño y me acomodé en las mantas que hacían de cama. Len estaba sentado en la cama y volteó a verme.
-Buenas noches- se recostó en la cama.
-Olle Len, se que empezamos muy mal, de verdad, pero, pienso que al menos podríamos hacer un intento por llevarnos bien- dije mirando a el techo.
-Pero si justo en la mañana dijiste que podríamos llevarnos bien pero mal, ¿ya se te olvidó?
-Claro que no, a lo que me refiero no es a que seamos amigos o algo parecido, sino que no podemos estar peleando todo el tiempo. Hay que conocernos mejor.
-Eso es ser amigos- Len se oía fastidiado.
-Bien, entonces seamos amigos. Yo puedo ser tu amiga. Yo quiero ser tu amiga.
-No lo sé Rin.
-¿Puedo preguntarte algo Len?
-Ve al grano niña.
-¿Porqué odias tanto a tu hermano Rinto?- dije levantándome de el suelo y sentándome.
-Eso no te incumbe- dijo volteándose y dándome la espalda.
-Vamos, respónde. Para que sea justo, yo dejaré que me hagas una pregunta a mi también- dije mordiéndome la lengua ante tal comentario.
-¿La pregunta que sea?-dijo volteando a mirarme.
-La que sea- dije con mi voz temblorosa.
-Bien- se levantó sentándose en la cama- verás, cuando eramos niños nos llevábamos bien, pero hace un año, después de la muerte de mi padre el simplemente se fue sin decir nada más. Yo estaba tan angustiado que cuando nos escribió una carta dos meses después contándonos que se había ido a Mitsaki con Gakupo, yo enfurecí. No solo en ese tiempo estábamos a el borde de la ruina, sino que mientras él estaba muy a gusto allá, nosotros moriamos de hambre- dijo mirándome a los ojos.
-Yo lo siento, no debí preguntar- dije bajando la mirada.
-Bien, ¡Mi turno!- dijo ignorando mi comentario y sonriendo insensiblemente.
-¿Cuál es la pregunta?- dije mirándolo nuevamente.
-¿Por qué te molesta tanto el contacto físico?- dijo levantándose de la cama.
-Yo... Bueno es algo difícil de explicar y creerías que estoy loca- dije nerviosamente.
-Querida Rin, yo eh pensado que estas chiflada desde siempre- se acercó peligrosamente a mí.
-No puedo decírtelo- dije retrocediendo un poco.
-Eso sería trampa, así que si no me lo dices, me veré obligado a forzarte a decirlo.
-¿Y con qué me amenazarás?
-Sí no me dices, yo te voy a besar.
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