EXTRA
[PARA LEER ESTE EXTRA Y TODOS LOS DEMÁS DEBEN HABER LEÍDO LOS 6 LIBROS. LA LISTA EN ORDEN ESTÁ EN LA DESCRIPCIÓN DE LA HISTORIA]
[TODAS LAS PARTES INICIALES DE LOS EXTRAS PASAN AL FINALIZAR LAS HISTORIAS INDIVIDUALES. TODAS LAS PARTES INTERMEDIAS DE LOS EXTRAS PASAN DURANTE "ELLOS ESCRIBEN, ELLAS SONRÍEN" O DESPUÉS DEL MISMO. TODAS LAS PARTES FINALES DE LOS EXTRAS PASAN AÑOS DESPUÉS DEL FINAL DE "ELLAS ESCRIBEN, ELLAS SONRÍEN"]
[LOS CAPÍTULOS EXTRAS CONTIENEN SPOILERS DE LAS OTRAS HISTORIAS. SE RECOMIENDA LEER LOS CAPÍTULOS EXTRAS LUEGO DE TERMINAR LAS 6 HISTORIAS]
Inicio:
Ahí estaba Alejandra. Con su vestido rojo. Nuevo.
Dando vueltas por todo el salón. Queen sonaba por todo el edificio. Algunos vecinos se preparaban para tocar su puerta y exigir la disminución del volumen.
Pero a ella poco le importaba.
Cumplía seis meses junto a Ivan.
El horno suena y corre a sacar el pastel. Una sonrisa ilumina su rostro al oír el timbre.
Corre dando saltitos por el pasillo y abre la puerta.
—Buenas tardes, ¿se encuentra la señorita Alejandra? —murmura Ivan sonriendo. Ella asiente sin entender muy bien por donde va la cosa—. Su tierno -y sensual- novio le envía estas —hace aparecer un ramo de flores y se lo entrega—, feliz primer año Ale.
— ¡Y qué sean muchos más! —grita rodeando su cuello con sus brazos y besando su mejilla—, pasa ya. Me amarás aún más después de comer—
Y así se quedaron hasta la madrugada. Sentados en el sillón de Alejandra viendo películas y comiendo pastel. Ivan le susurraba algunas cosas al oído. Alejandra reía como loca.
Las estrellas estaban en un punto de hermosura incontenible. Alejandra dejó caer su cabeza en el hombro de Ivan.
— Como aquella vez que estábamos comiendo pudin y se te calló en el pantalón—murmura ella riendo— jamás olvidaré la expresión de mi hermano al ver tu pantalón manchado de marrón.
—O como ese día que traías el vestido blanco...
— ¡No lo digas! —advierte ella riendo— recuerda que yo si tengo fotos de ese día.
— Está bien, he perdido —besa a Alejandra haciéndola sonreír.
—Me encanta estar contigo Ivan ¿ya te lo había dicho?
—Creo que muchas veces —retira el cabello que cubre la frente de su novia—, pero cada vez suena mejor.
—No entiendo como pueden caber dos personalidades en ti. Puedes ser tan gracioso pero después tan tierno. Eres la combinación perfecta.
—No creía en lo perfecto...—empieza él pero Alejandra lo interrumpe.
—¿hasta que me conociste?
—No, hasta que me miré a un espejo. Soy enserio guapo —ella frunce el ceño y se sienta derecha—, es una broma tonta. Claro que hasta que te conocí. Bueno, al inicio no. Eres muy rara.
—Como sea —dice riendo— iré por más pastel —pero al ponerse de pie, todo el salón parecía estar dando vueltas. Alejandra perdió el equilibrio y cayó sobre su mesita de café. Ivan se para y la ayuda a recostarse en el sofá.
Empieza a hacerle preguntar pero ella no lo oye.
Se había estado sintiendo mal desde unas semanas atrás. No quiso decirle nada a nadie porque pensó que era algo pasajero. Además, desde que Zoe y Edward estaban pasando sus primeras semanas en Los Ángeles ella administraba la cafetería por si sola.
Muy en el fondo sabía que no era así. En tan solo dos semanas dejaría la cafetería en manos de su hermano para mudarse con Ivan lejos. Poder hacer su pequeño mundo junto a él había sido su sueño. Pero esos constantes malestares la estaban inquietando.
Tal vez era algo más grave. Ivan regresa (ella no se percató cuándo se fue) con un vaso de agua y la ayuda a tomarlo.
Ella suspira y espera que no sea nada grave.
En tres días haría un viaje hacia Nueva York. Una nueva propuesta había surgido y ella tenia ganas de investigar.
—Mañana iré al médico —le aseguró a su novio—, no es nada grave.
Pero el destino tenia otros planes.
Intermedio:
Jamás pensó ver a Diego otra vez por su departamento. Aparentemente, él y el pequeño hijo de Alexandra se habían hecho inseparables.
— ¿Qué están viendo? —pregunta Alejandra asomándose a la sala. La bulla llegaba hasta su cuarto y no la dejaba descansar en paz.
—Películas de machos —responde el pequeño niño.
—No creo que a tu madre le guste eso —advierte ella, tirando del cabello de diego— no creo que a su madre le guste eso.
—Dejemos que eso lo decida la madre —murmura Alexandra dejando las bolsas de la compra en el comedor— ¿que están viendo?
—El increíble hulk —responden al unisolo.
—¡Oh si! —grita ella sentándose junto a su hijo—, nada mejor que una película de súper héroes
—¿Cómo no vi esto venir? —dice Alejandra riendo. Revisa entre las bolsas hasta hallar una bolsa de frituras. Sonríe y camina hasta su cuarto.
Cuando para por el baño, se ve reflejada en el espejo sobre el tocador. Se queda un segundo mirándose.
Se ve tan pálida y delgada. Sin mencionar la falta de cabello. Aguanta las lágrimas que se avecinan y entra a su cuarto.
—Llegó la princesa. ¡Y trajo comida! —exclama Ivan desde la cama—, dios santo, eres la mejor.
Ella solo sonríe y le da la bolsa.
Se sienta a su lado y se queda mirando al vacío.
—Hey, ¿que pasa? —pregunta él apartando su laptop—, ¿que te dijeron?
—No pasa nada Ivan —sonríe falsamente—, ¿Qué estabas haciendo?
—Alejandra. Engaña a quien quieras menos a mi. Si te conocía como la palma de mi mano cuando cumplimos una semana, ¿cuánto crees que te conozco ahora que han pasado tres años? Dime que pasa.
—Eres un lindo, ¿sabías eso?
—claro que si nena —ambos ríen y se miran fijamente. Y en ambos son inmediatas las mariposas. Como la primera vez—. Ya dime
—Solo me miré por error. Y no lo sé, se que esta casi acabando. Ya casi estoy limpia pero nada en el mundo me hará saber algo. ¿Qué demonios se siente tener a alguien dentro de ti? Sabes que he perdido casi todo mi útero por esta estupidez y yo... —Ivan sabe por donde va eso. Han tenido esa conversación antes. Al inicio, solo era el 3% del órgano. No afectaría la reproducción. Poco a poco fue aumentando hasta el porcentaje actual 87%. Y agradecía que fuera la última vez que operarían a su novia. Ya no aguantaba más verla sufrir. La abraza y Alejandra se deja ir en su hombro. Llora y solloza.
Jamás le gustaron mucho los niños. Pero siempre tuvo esas ganas de sentir a alguien creer en ella. Y sabia que Ivan también lo quería. Ambos lo merecían. Pero lamentablemente no lo podían hacer.
Alejandra sabia lo que venía. Ivan le diría que hay opciones, que saldrían adelante pero cada vez ella le creía menos. Cada día un poco de esperanza la abandonaba.
—Lo haremos otra vez, ¿si? Vamos a vencer esto. Ale hemos peleado muy duro como para rendirnos ahora que estamos apunto de ganar. ¿Cierto?
—Tienes razón. Perdóname, me pongo muy sensible al verme así. No entiendo como puedo seguir siendo linda para ti —se ríe bajito y besa a su novio—. Gracias. Lo que sea que hagas y lo que sea que hayas hecho todo este tiempo funciona conmigo.
—Lo único que he hecho es amarte Ale
Ella piensa que tal vez su familia esta bien así de pequeña. Siempre tiene a Alexandra, al pequeño de esta y a sus demás amigos.
Pero el destino tenia otros planes.
Final:
Pero no quiero bailar, si no es contigo.
Y después de tanto tiempo ahí estaban.
En la sala de parto. Alejandra se retorcía de los nervios en la incómoda silla. Nicolas tomaba la mano de Raquel mientras ella gritaba de dolor.
—ME DEBES UNA VIDA ENTERA ALEJANDRA —grita ella , casi escupiendo fuego por los ojos. Su amiga le sonríe y se para a su lado.
—Es cierto, te debemos una vida —y besa su frente— que asco, estas toda sudada—
Las puertas del lugar se abren e Ivan entra corriendo seguido por el doctor.
—Estamos listos —indica él, colocándose sus guantes.
—Hay demasiadas personas aquí, solo queremos al padre —dice una enfermera bajita y castaña. La lanza una mirada a Alejandra y ella entiende que debe irse—, ¿cuál es el padre?—
—Yo —dicen Ivan y Nicolas al mismo tiempo. Ambos intercambian miradas y ríen.
—Si, si, muy gracioso. Ahora que alguno de los dos se largue ya no aguanto a esta criatura dentro—Raquel aprieta la mano de su novio y suelta un grito— de preferencia quédate tu Nico—
—Bien, los demás afuera
—Para trabajar en el lugar donde la vida inicia tiene una actitud muy mala—comenta Alejandra sacándole la lengua cual niña. Ivan toma su mano y salen. Se quedan en la ventana pero la enfermera cierra la cortina—, desgraciada-
—Espero que todo salga bien —dice Ivan abrazándola— nuestro niño, ¿puedes creerlo?
—No, la verdad es que no. Le debemos el mundo a Raquel por aceptar esto de prestarnos su vientre. Suena tan raro—
—Y asqueroso —los gritos de su amiga se oyen hasta el pasillo. Ambos intercambian miradas nerviosas.
Unos meses atrás, antes de la última operación de Alejandra el doctor les ofreció conservar los últimos óvulos de la chica. Ellos no le veían el sentido a eso hasta que le contaron a sus amigos. Les explicaron que tal vez podrían rentar un vientre. Alguien que pueda gestar y que después del nacimiento del bebé, ellos lo criaran.
Raquel, pensando que no sería nada difícil se ofreció. Y nueve meses después tenían la consecuencia. Las cosas habían mejorado para ambos. Habían tenido la más simple de las bodas, solo ellos y sus seres queridos más cercanos. Habían superado la enfermedad de Alejandra. Todo les sonreía y ese niño era el fruto de todo el camino recorrido.
La puerta se abre y Nicolas sale. Les sonríe con los ojos llenos de lágrimas.
—Hay alguien que quiere conocerlos —y entra otra vez. Ivan está apunto de entrar pero Alejandra lo detiene
—¿Qué pasa?
—¿Te das cuenta que al entrar nuestras vidas cambiarán completamente? Ya no seremos solo tu y yo, tenedremos que cuidar a otra persona —tiene miedo de no hacerlo bien. Quiere darle a ese niño lo mejor y no sabe si pueda hacerlo—, ¿y si lo hacemos mal?
—No lo sé linda. Se supone que de esto aprenderemos —le da una de sus mejores sonrisas y toma su mano—, lo haremos bien
Y entrar a la sala. Todas sus dudas se desvanecen cuando ven al pequeño niño que Raquel sostiene. Alejandra empieza a llorar. No solo por el amor que de pronto siente hacia ese pequeño sino también porque sabe que será el único niño que pueda darle a Ivan.
Pero el destino tenia otros planes.
n/a: SEGUNDO CAPÍTULO EXTRA DE LA SAGA :D EL PRIMERO ES EL DE "QUERIDA ALEXANDRA"
FELIZ CUMPLEAÑOS ADELANTADO ALEJANDRA, TE AMO
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