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C a p í t u l o T r e s

Capítulo Tres.

“¿Estás fingiendo ser un chico fuerte?”

— Irás conmigo hoy.

Chanyeol, quién acaba entrar a la casa vió confundido a su tío que parecía haberle estado esperando.

—Voy a la escuela temprano, y al trabajo en las tardes, estoy cansado. No puedo.

—No te estoy preguntando si puedes o no. Además, solo necesito que me ayudes en el taller por un par de horas.

Empezando a molestarse.—¿Para que se supone que va a estar abierto en la noche?

Su tío había dedicado casi su vida entera a la mecánica, tenía un pequeño taller que les ayudaba a pagar las cuentas; Pero el pelinegro no entendía para qué le quería allí.

—Eso no te importa, deja tus cosas y vamos.

—¿¡Ahora!?

El hombre le hizo caminar hasta la salida y le llevó hasta el lugar a regañadientes.

Trató de no sentirse culpable, trató de no sentirse incómodo.

Pero terminó afuera de la persiana cuidando que no se acercara nadie, a sabiendas de que, en el interior del taller, había varios autos que no les pertenecían, y que estaban siendo desarmados.

El partido había terminado con un impresionante 4-1 a favor de la escuela local dejando así que el equipo de Sehun avanzara a semifinales.

Emocionado, al terminar corrió hacia vestidores para ducharse y luego abrazar feliz a Luhan y a Baekhyun que había llegado hace unos momentos junto al otro.

—¡Pasamos, pasamos! —Gritó feliz fijando su vista en el castaño.

Byun parecía no querer interrumpir la escena y se limitaba a sonreír con suficiencia.

Justo en ese momento, sintió que le tomaron del brazo y tiraron de este hacia atrás, cediendo ante el agarre y su peso terminó detrás del graderío.

—¿Sigues viviendo donde siempre?—Le preguntó Chanyeol, quien había estado escondido para que el hermanastro del chico no le viera.

—¿Crees que sé dónde vivía antes?—Con gracia.

—Buen punto.— Lo meditó un poco.—¿Puertas marrones, paredes blancas y puertas azules?—Describió.

Parpadeó, Park era muy raro.— Sí, justo allí. —Intentó caminar, sin éxito fue detenido de nuevo.—¿Y ahora qué?—Repuso con molestia.

—¿Ahora sí vas a darme tu número?

Lo meditó por unos segundos, eso facilitaría las cosas, ¿Cierto? —¿Debería?

—Totalmente.

Le pelinegro hablaba rápido como con temor a ser descubierto.

Finalmente, después de rogarle a todas las deidades existentes, el pequeño le dió una de sus posesiones más preciadas.

Se despidió de él con un leve movimiento de cabeza y una sonrisa ligera.

Baekhyun volvió a la escena en donde los otros dos estaban abrazándose.

Sehun estaba de espaldas, ignorante a lo que había pasado, totalmente absorto en su triunfo y su felicidad propia; Pero Luhan, quién le había visto desaparecer, notó la presencia de Chanyeol allí. Y ahora le veía fijo con desaprobación.

Cuando se separaron, Byun se unió a ellos aparentando normalidad.

El rubio no entendía por qué parecía haber tanta tensión entre los dos.  Decidió ignorarlos.

Ante la mirada suplicante de piedad de Baek y por no arruinar la felicidad que emanaba de Sehun, Luhan decidió quedarse callado.  Y así, vivió el regreso a casa más incómodo de su vida.

Baek no supo nada del más alto en toda esa semana. Trataba de no pensar demasiado sobre eso; pero justo en ese momento tenía demasiadas dudas, cosas que no encajaban en su lugar.

Su teléfono vibró con una notificación.

Ladeó la cabeza, no era muy sociable que digamos, y la hora pasaba de las 11:00 P.M.

Tomó el aparato.

Desconocido:

Hey, Baek. ¿Estás despierto?

11:15 P.M.

Baekhyun:

¿?

11:16 P.M.

Desconocido:

Ayuda.

Ayuda

Ayuda

11:16 P.M.

Baekhyun:

¿Quién eres?

11:17 P.M.

Desconocido:

¿Quién crees que soy?

11:18 P.M.

Baekhyun:

¿Un tipo raro?

11:19 P.M

Desconocido:

Exactamente, soy tu acosador personal desde hace años.

11:19 P.M.

Baekhyun:

Agh, ¿Qué quieres?

11:20 P.M.

Park:

Quiero que me abras la ventana.

11:20 P.M.

Se quedó viendo la pantalla del teléfono por un momento.

No era posible, ¿O sí?

Park:

¡Apresúrate!

11:39 P.M.

Baekhyun:

¿¡Qué!? Estás loco.

11:40 P.M.

No había forma en la que el otro estuviera afuera de su casa.

¿Qué creía que era esto? ¿Una novela cliché adolescente?

Park:

¡Voy a morir congelado aquí!

Ayuda, déjame al menos escribir mi testamento.

11:41 P.M.

Creía que era bastante ilógico que el otro estuviera allí pero, ¿Y si sí lo estaba?

Curioso se acercó a la ventana y le vió  sentado en la rama de un árbol cercano.

Se mordió el labio con duda, quitando el seguro para dejar abierto  y el otro, casi inmediatamente, se lanzó hacia el interior de la habitación.

Una vez adentro, se sacudió la ropa y exclamó con fuerza, bueno, con toda la fuerza que el hablar susurrando le podía permitir expresar.

—¡Demonios! Esto era más fácil antes, no sé si ese árbol ahora es más grande, si yo soy más viejo o ambos. — Sobándose la espalda.

—¿¡Qué haces aquí!?

—No he dormido bien los últimos tres años.

—¿Y eso a mí qué? —Ansioso.

—Con todo el respeto del mundo, voy a proceder a acomodarme.—Dijo dejándose caer en el sillón a unos pasos de la cama de Baekhyun.

—¿Quién te dió autorización para hacer eso?—indignado, viéndole fijamente.

—Tú.

—¿Pretendes que te crea?

Le vió con nostalgia sonriéndole. — Deberías...

No entendía bien; Debió haberle echado, pero estaba  seguro de que el pelinegro era completamente inofensivo, parecía demasiado dócil. Se sentó sobre su cama aún con la mirada fija en él y le cuestionó.— ¿Qué se supone que es esto?

—Es...algo sobre nosotros.

(…)

Salió del trabajo, pero joder, no. No quería llegar a casa, no quería tener que ayudar a su tío hoy.

Estaba más callado de lo normal mientras caminaba al lado de Baekhyun quién ya había notado que algo andaba mal.

Ligeramente preocupado, intentó preguntarle, pero Park se quedó parado en medio de la calle, y soltó de repente.

— No quisiera regresar a casa justo hoy.— Con una risa lastimera.

Ahora sí, preocupado. —¿Qué pasa? ¿Ese tipo otra vez?

Dudoso de poder decir las cosas a su totalidad.— Digamos que sí.

Uno de los ayudantes del taller se había echado para atrás, había desistido de participar en el trabajo.

Eso había causado que Chanyeol ya no se limitara solo a cuidar la entrada, sino a tener que ayudar a con los autos.

Ninguno de los tipos que veía diario allí le dirigía la palabra, y todos aparecían tratarle como a un ignorante.

Pero era demasiado obvio para él darse cuenta de lo que estaba pasando.

Esa era la noche de un viernes, se suponía que él debía quedarse a cuidar el lugar, esperando. Lo sabía. También sabía que ellos saldrían a caminar por las calles de la ciudad y regresarían con uno o dos autos que no les pertenecían.

Y él no quería ser parte de eso.

¡Porque él se negaba a ser un jodido ladrón de autos, maldita sea!

—¿Es tan malo como para que no quieras volver hoy a casa?—Le preguntó.

Y el otro se tardó demasiado para contestar un simple.—Sí.

Baekhyun sabía lo que tenía que hacer, aunque no se había detenido demasiado a plantearse el cómo lo haría.

Después de que viajaron en el autobús, le arrastró hasta la parte de atrás de  su casa mientras se movía nervioso de un lado a otro.

— Escucha, si mamá se entera de que metí a alguien a la casa va a matarme. Además, hay un auto en la entrada lo que significa que Papá vino hoy de viaje.  Entonces, esto es lo que vamos a hacer. —Chanyeol rió ante la imagen del pequeño dictador que le ordenaba.

—¿Qué quieres que haga?

— Cállate, yo estoy dirigiendo. ¿Ves ese árbol? —Asintió.—La habitación de enfrente es mía, voy a entrar y quitaré el pestillo. Tú, uhm, encuentra la forma de llegar a ella sin hacer mucho ruido ¿Está bien?

—Sí, señor.—Se burló.

Le sonrió sonsacadamete y corrió hacia la puerta principal, la abrió con un movimiento rápido, y avanzó por el interior de la casa intentando no ser visto para llegar arriba.

Sin éxito.

—Byun Baekhyun, ¿No piensas saludar a tu viejo?—Le llamó su padre cuando estaba justo a la mitad de la escalera.

Apretó los ojos, girándose para bajar un par de escalones y saludarle.

Le abrazó.—¡Hola! Volviste antes.—Comentó.

Intentó zafarse del agarre del mayor, pero este mismo le obligó a caminar hacia la cocina.—Sí, el trato se cerró antes. —Le soltó ya adentro donde la cena estaba servida con Sehun y su madre viéndole por su evidente nerviosismo.

—¡Eso es increíble! —Realmente le agradaba que su padre estuviese allí; pero...tenía prisa.

—¡Siéntate, hijo! Vamos a cenar.—Dijo la mujer.

—Uhm...yo...iré a cambiarme antes. Estuve usando pintando hoy y apesto un poco a disolvente de pintura, además estoy sucio y…

—¡Yo no veo nada!—El hombre hablaba genuinamente feliz de estar con sus hijos. —Vamos, no importa. Siéntate.

Tragó duro y se sentó a su lado.

Mientras tanto el intentar trepar al árbol le estaba dando  problemas a Chanyeol.

Trataba de aferrarse lo mejor que podía al tronco de aquel gigante mientras buscaba estabilidad para caminar sobre la rama más larga.

Despacio, moviéndose lento para avanzar con seguridad hasta la ventana, una vez cerca de la misma se tomó del marco y empujó con fuerza en vidrio.

Pero la ventana aún estaba cerrada y con el pestillo puesto causando que su fuerza rebotara sobre él y que la rama que amenazaba con romperse finalmente lo hiciera, quedando así colgando del casi inexistente marco que  había logrado sujetarse.

Un par de minutos antes, entre la calidez familiar y la amena charla Baekhyun había olvidado casi por completo que el otro seguía afuera.

—Sí, de hecho te compré un par de libros en Seúl que me parecieron interesantes.

Sehun recibía tarjetas deportivas. Él libros y pinceles. Pero era justo, él amaba los libros que su padre le escogía. — ¡Gracias, gracias, gracias!— Gritó emocionado mientras se movía a abrazar al mayor.

Sonrió.—Los dejé en el auto, déjame ir por ellos.—Se levantó sin inmutarse.

Reaccionado a su invitado secreto, le siguió llegando velozmente a la puerta antes que él evitando que saliera.

—¡No! Digo, no.

Viéndole extrañado.—¿Qué te pasa?

—No salgas. —Aclaró la garganta. —Estamos cenando juntos, todos. Puedes darme esas cosas después, ¿Sí?

Dudoso de la actitud de su hijo.—¿Estás seguro?

—Por favor.

Cediendo ante el chico comenzó a caminar de regreso a la mesa cuando el sonido de una rama quebrándose y cayendo sobre unos botes de basura hizo que se alarmara y se dirigiera, sin importarle lo que  Baekhyun dijera, fuera de la casa.

El teñido de gris tuvo que tomar una decisión en segundos. Así que corrió al segundo piso, moviéndose a zancadas hasta la ventana para abrirla.

Vió al otro allí colgando y tiró de su brazo para ayudarle a subir. Chanyeol, apoyando sus pies contra la pared tomó impulso para finalmente caer dentro de la habitación del chico.

Baekhyun sabía que no podía quedarse por mucho tiempo allí, así que sin decirle nada, cerró la ventana, también la puerta y volvió a bajar para seguir hasta el jardín delantero a su padre.

El Señor Byun veía la rama tirada en el llano.

—¿Qué rayos rompió esto?

Respirando agitado por la corrida.— Debió ser— Respiró.—Un gato.

Alzando una ceja.— Un gato muy grande, supongo.— Dijo. Al notar la preocupación en el rostro de su hijo decidió reírse.

—Sí...— Nervioso.

—Venga, mejor vamos al auto por tus regalos.—Le dijo restándole importancia, y dando un par de palmadas a la espalda del muchacho.

Cuando regresaron a la casa, la cena  transcurrió con tranquilidad, luego los dos menores se retiraron a sus respectivas habitaciones.

Tiempo después el Señor Byun subió a darle las buenas noches a Sehun. Luego, mientras caminaba por el pasillo, se quedó parado frente a la habitación de Baek donde escuchaba a su hijo reír por lo bajo acompañado por la risa de alguien más.

No necesitaba ser adivino para deducir que la puerta estaba cerrada con llave. Se jactó mentalmente, después de todo, si su hijo había creído que no le había visto ayudar al otro a subir por la ventana, entonces era muy crédulo. O él era un gran actor.

No le inquietaba, de hecho, le aliviaba bastante. Después del incidente que vivió con las personas en su ciudad anterior, creyó que su hijo se iba a volver un ermitaño o algo parecido, que no iba a interactuar más con nadie.

Además, le divertía  que actuara así, es decir, después de todo, al fin le había comportarse como un chico de su edad , y no debía regañarle por tener alguien escondido en su habitación.
¿Cierto?, ¿Cierto?, ¿¡Cierto!?

Pero lo que realmente le causaba curiosidad era, ¿Qué rayos hacía un chico colgando de la ventana de su hijo?

¿Era su amigo o...?

Porque si fuese solo su amigo habría podido hacerle entrar por la puerta principal, ¿O no? ¿Qué clase de padres estrictos y despiadados creía ese enano que eran ellos?

Sacudió la cabeza, ordenando sus ideas como el padre comprensivo que él creía ser.

Bueno, al menos el pretendiente de su hijo era guapo.

Se alejó de la puerta y volvió a acompañar a su esposa en la sala sin mencionarle nada a ella. Aunque en su interior moría por la curiosidad.

No, no era estricto. Solo un poco metiche.

Poco antes, Baekhyun había entrado a su habitación para encontrarse con Chanyeol dormido en el suelo.

No le habría notado de no ser porque sus largas piernas allí en el suelo le hacían ver más como un cadáver.

Estuvo a punto de burlarse pero el chico lucía realmente agotado, e incómodo además.

Trató de moverlo sin despertarlo, pero vamos, ¿A quién quería engañar? No pudo.

La risa adormilada de Chanyeol sonó leve. No le había escuchado así antes, así de bobo...en el buen sentido.

—¿Estás fingiendo ser un chico fuerte?— Dijo burlándose de él.

Riendo en respuesta.— Creo que tu definición de fuerza no encaja con la mía.

—Ni con la definición, ni con tu cuerpo.— Con gracia, se levantó y estiró  sus extremidades.

— Gracias por dejarme dormir aquí un rato.—Dijo sincero, y empezó a moverse hacía la ventana.

—Alto, alto, alto.—Le tomó del brazo para detenerle.— No hice la carrera de mi vida para que te vayas. Además, es tarde. Quédate aquí.

—¿Qué clase de propuesta es esa, Byun Baekhyun? — Jugando con él, elevó ambas cejas sugerentemente.

El otro que ya se había acostado en su propia cama le lanzó una almohada, borrándole su expresión de felicidad.

Luego le arrojó una manta mientras se reía.

—Allí, está el sillón. — Le señaló el mueble cercano a su cama.

Chanyeol negó con la cabeza sonriendo, y se acomodó sobre el sillón negro. Empezando a sentirse adormitado después de un par de minutos

—Oye.—Volvió a hablar Byun.—¿Vas a contarme qué haces en el taller? O bueno, ¿Qué es lo que no quieres hacer allí?

—No quiero ser parte de sus negocios.

—¿Por qué?

—Porque, yo no soy así...

Después de eso, la ventana de su habitación se quedó abierta cada noche.

Sí, desde esa noche. La noche en la que Park durmió plácidamente, esa en la que dejó que el olor del perfume del chico impregnando en las sábanas le envolviera; Fue esa la misma noche en la que Baekhyun no pudo cerrar los ojos, porque quería seguir contemplando esa expresión, una que no había visto antes.

La paz en su rostro.

...


—¿Por cuánto tiempo dormiste en ese sofá?

—No por mucho, de hecho. Pero...me pareció incorrecto solo entrar directamente a tu cama.

Sorprendido.—¿¡Dormiste en mi cama!?

Riendo a medias.—Baja la voz, recuerda que tu hermano el guardaespaldas me odia, y está durmiendo aquí al lado.

— ¿Cómo sabes que él está… — Nisiquiera terminó la pregunta, era obvia la respuesta.

—Además.— Aprovechándose de la situación.— No solo dormía en tu cama, sino contigo.

—Wow, wow, wow. Eso debe ser falso.

Negó con nostalgia.—¿En serio no lo has notado?

—¿Qué c-cosa?

—La forma en la no puedes dormir sin algo abajo de tí, como si algo faltara.— Byun abrió los ojos incrédulo. Porque eso era cierto, y era algo que no le había mencionado a nadie antes.

—Yo necesito peso sobre el pecho o siento que no respiro bien. ¿Es raro, no?— Al ver la expresión del otro pensó que quizás no era buena idea decir cosas como esa así.— Sabes qué, lamento decir cosas que te confundan, digo, no pretendo presionart…

Interrumpiéndole. —Tienes razón.

Sorprendido.—¿Qué?

—Creo que…no estás tan equivocado, y es...una teoría que quisiera comprobar.—Se movió a su cama dejándose caer sobre esta.—Si gustas, puedes venir.—El otro le veía sin palabras.

Chanyeol se acercó con delicadeza, casi con miedo, sentándose a la orilla de la cama y acomodándose en ella con lentitud, dejando su espalda descansar sobre el mullido colchón.

No supo cómo reaccionar cuando sintió que Baekhyun se acomodó contra su pecho. Su corazón empezó a latir con demasiada fuerza.

—Baek...—Le llamó.

—¿Qué pasa?

—Si fuese mi culpa que estés así, si fuese mi culpa que no puedas recordar nada...¿Podrías perdonarme?

—No.

Entonces, a la mañana siguiente, cuando Baekhyun abrió los ojos, estaba solo.





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Manténganse con Vida. J.S.

(...) Pasado
...   Presente.

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