Dama de otoño
Alguien que le tendió la mano.
—Vámonos —exclamó Helstrom con decisión.
—¿Quién eres?
—Alguien que te puede dar una segunda oportunidad si así lo deseas. —Le dedicó una breve pero cálida sonrisa—. Dime, Ana Larkin: ¿la quieres?
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