Consumo la metástasis que fue tu boca

En una absurda guerra contra mi raza,

Somos la corrupción escrita sobre la piel muerta de Dios,

Otoñales lamentos que devienen en los baladros de una playa espectral.

Asesinando la virtud de los cobardes,

Mutilando los cabellos de aquello que nunca tuvo cabeza,

Ruidos de explosiones y ultrasónicas melancolías,

Los suicidas han encontrado su tierra;

Los suicidas han derrocado a la eternidad.

Extraños signos maternos

Arrastrados por una esfera fantasma,

Los astros son engullidos por la noche

Que se viste de duelo al morir el sol.

Ven a mí como una flor masoquista,

Ven a nosotros como una fruta voyerista,

Mi cuerpo inerte se aferra a la ausencia

Que por momentos se prostituye vestida de oníricas imágenes.

Ceba mis oídos con la música grotesca de un mar prepotente

Pues he decidido ser mas bello que el sol, pues he decidido maldecir la luna,

Alimenta mis viejas heridas con la sangre virginal de los inocentes

Pues ya no creo en nada, y eternamente tu espíritu conspira contra mi poesía.