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Frase(s): Entre dos citas en navidad. ¡Ya desaparezcan ese muérdago!. El rojo no es mi color.

Sigue con la historia normal de anime/novela, excepto por detalles que verán más adelante. Así que no sé si llamarla Canon o Semicanon.

•°•°•°•°•

Estaba totalmente perplejo, no sabía como rayos hacer algo prudente y sin causar un disgusto con ellas. Claramente se estaban aprovechando de la situación, pero yo no soy quien para reclamarles.

Las dos cartas descansaban sobre mi escritorio, únicamente eran reflejadas por la luz de mis tres pantallas. Me iba a volver loco con estas chicas, sé bien que es algo formal, sólo como amigos. Ambas cartas me fueron entregadas hoy y la cita es para el día de mañana.

Una de las cartas es de color rosa, una letra fina y delicada; esa carta era justamente de Shino. La otra de carta es de un color azul cielo, decorada con detalles color azul zafiro; obviamente es de la rubia, Alice.

— ¡Onii-chan, baja a cenar! —oí la voz de mi hermana menor desde el otro lado de la puerta — ¡Apresurate! ¡Mamá se va a enojar! —dijo mientras le daba golpes a la puerta, para llamar mi atención.

Corrí hasta la puerta y le quite el seguro, necesitaba de el consejo de una mujer y... La segunda a la que le tengo más confianza es a mi madre, Sugu toma el tercer puesto.

— Sugu... —le llamé suave, no quería que mi mamá me escuchara — ¿Puedes ayudarme en algo? —mi hermana menor asintió y con un gesto vago, le indique que pasara.

— ¿Qué necesitas? —preguntó en voz baja.

— Mira.

Fui hasta mi escritorio y le extendí las dos cartas, las vio con algo de confusión, pero al fin y al cabo las tomó entre sus manos. Abrió primero la de color azul cielo, las expresiones que se formaban en su rostro, tras ir leyendo la carta, fueron comicas; pudo ver claramente el leve caracter tsundere que mi rubia amiga poseía. Con aún más confusión comenzó a leer la de color rosa, no tuvo tantas expresiones comicas, pero se notaba lo sorprendida que estaba; nadie conocía el lado cursi de Shino, solo ella y yo.

— ¿Y bien? —pregunté al ver que solo se quedaba ahí, con las cartas en las manos y no salía de su estado de shock.

— Según ellas... —me vio fijamente — Sólo es una salida de amigos, no le veo el problema, ni tampoco creo que ellas se aprovechen de la situación —me explicó

— Pe-Pero ¿Cómo hago, si ambas citas son mañana?

— Quien te dio primero la carta, por la mañana; quien te la dio despues, por la tarde; con tu familia, por la noche —dijo mientras retrocedía para salir de mi habitación y con una sonrisa picara pronuncio levemente unas palabras, las cuales decidí ignorar.

...

— ¡Hola, Kazuto! —me saludó alegremente Shino, se miraba muy bonita, pero eran comentarios que prefería guardarmelos. No me gustaba el color rojo. Así es, vestía una blusa roja y unos jeans negros, realmente le quedaba mucho mejor el verde.

— Hola... —saludé secamente.

— Moo... No seas así, vamos a disfrutar de esta pequeña salida —me tomó timidamente del brazo y soltó unas risitas.

— ¿Qué haremos?

— Veremos una pelicula y luego iremos por un café —mientras me lo dijo, se pegó de forma lenta hacía mí.

Caminamos hasta llegar al cine, fueron como cinco minutos de silencio total, aunque no fue tan incomodo. Pedí unas palomitas y también unas para Shino, ella estaba comprando los boletos para la pelicula, luego de decirle un Cualquier pelicula que te guste, está perfecta se fue a comprar los boletos. Espero y no sea una pelicula tan empalagosa, en navidad siempre suelen pasar peliculas así.

Vimos la pelicula navideña que trata sobre tres fantasmas, recuerdo que Sugu y yo soliamos verla en estas fechas de pequeños. Era una forma de acortar la noche.

Luego de que nos comentaramos el que tal nos pareció la pelicula, le conté que solía verla mucho con mi hermana y llegamos hasta una cafetería. Creo que planeó mucho esta cita, pero me guardaré el comentario. Solamente pedimos un café y luego de terminarlo, le pedi disculpas por no poder acompañarla a la estación y se marchó sola. Yo tengo un asunto pendiente.

Diez minutos despues, Alice llegó corriendo, tenía diez minutos de retraso, que agradable inpuntualidad.

— ¡Buenas tardes, Kirito!

¿De nuevo rojo? Me pregunte frustado. Alice vestía un vestido rojo de mangas largas y medias negras. Otra vez, no me gusta el color rojo. Se le ve mucho más hermoso el color azul, azul como sus ojos.

— Hola. —saludé con una sonrisa emsayada, creo que no me salió nada bien, el malhumor expresado en el rostro de maquina de Alice me lo dijo. — ¿Qué haremos? —era como un deja vu que yo mismo creé.

— Quiero que me enseñes la ciudad. No ha pasado mucho desde que salí de Underworl y Eugeo tampoco la conoce —¡Ah! Eugeo, mi buen amigo. ¿Por qué rayos no se me ocurrió invitarlo antes?.

Pero agradecí el no volver a vivir lo mismo que paso junto a Shino, cada recuerdo debe ser especial y diferente.

La lleve por el centro comercial a enseñarle los mejores lugares de ropa, ropa como la que usa Asuna... Al pensar en ella me dolió el pecho, pero estaba con Alice y me sentía mal al pensar en ella.

Le compré un oso de peluche miniatura, era apenas de cinco centimetros, se veía realmente adorable. Con el dinero que Rath o quien sea que se lo dé, ella pudo comprar; dos vestidos, tres pantalones y una blusa. Se veía bonita con los conjuntos, y muy moderna.

La acompañé hasta la estación de trenes, debía volver temprano a la casa de Rinko o no podría asistir a la fiesta que haremos en mi casa. Todos mis amigos irán, y ella claramente es mi amiga, una de las mejores.

Al cabo de cinco minutos tomé mi tren y me dirigí a mi hogar. Encendí la pantalla de mi movil, esperaba ver algún mensaje, pero no fue así. De seguro estará muy ocupada y su madre ni siquiera la dejará respirar en estos días. Rió internamente al pensar en como vendrá a contarme lo que hizo cada día. Confió plenamente que ese anillo que ha portado por más de un años aleje a todo pretendiente.

...

Faltan 10 minutos paras la 08:00 p.m. y pronto comenzarían a llegar los invitados, mi madre y mi padre se fueron a la casa de mis abuelos paternos. La casa es sólo de Sugu y mia, tocaron el timbre y bajé corriendo a abrir, Sugu estaba detrás de mi. Y ahí estaban ellos dos... Con sus manos unidas y con un leve sonrojo en sus mejillas.

— ¡Buenas noches, Kirito! —me saludaron al unísono.

— Eugeo, Yuuki —murmuré para mi mismo.

Con un gesto vago le abri el paso, pero la mano de mi hermana los detuvo.

— Están debajo de un muérdago.

Claro, Eugeo apenas salió de Underworld y fue puesto en ese cuerpo, recibió unas pequeñas charlas y no lo hostigaron tanto como a Alice, por eso se adaptó mejor al mundo real... Aunque su fluctligth fue reconstruido, y no recuerda que pasó luego de que ganaron como unos de los doce mejores. Por otro lado, Yuuki, fue casi como a Yuna, con el detalle que eliminaron sus recuerdos relacionados a su enfermedad, como en el incidente de OS, que solo eliminaban los recuerdos de Aincrad.

En fin, hace unos meses comenzaron a salir y son novios oficiales. Pero el muérdago no sé de donde salió.

Con un poco de timidez juntaron sus labios en un beso.

Sugu estaba completamente satisfecha y los condujo hasta la sala. Iba a caminar hacía ellos, pero mi celular vibró y me notificó una llamada entrante de Yuuki Asuna, respondí casi al instante, pero la llamada se cortó. Quizá no había mucha señal.

El timbre sonó y fui directo a abrir. Rika y Ryo vinieron como pareja ¿Por qué no me sorprende?

Les abrí completamente la puerta, esperaba a que pasaran, pero Ryo jaló a Rika y la sostuvó de los hombros.

— Estamos debajo de un muérdago —habló Ryo con cierto brillo en sus ojos.

— No tienes remedio.

Sus rostros se acercaron de forma lenta, sus labios estaban a centimetros de distancia, pero al final Rika se lo dio en la mejilla. Ryo suspiró rendido. Eran novios, pero no se han dado su primer beso, ambos me lo han dicho, a ella le causa mucha vergüenza dar su primer beso.

Eso me hace recordar como le robé a Asuna su primer beso y lo que pasó aquella noche en su casa, no eramos novios, pero mis sentimientos eran y son completamente reales, la amo. Por eso mismo, le pedí que nos casaramos en Aincrad, en ALO, y muy pronto lo quiero hacer en la realidad.

En ese momento vi a lo lejos como venían Keiko y Shino, platicaban amenamente, creo que hay un nuevo objeto que solo su raza puede obtener, eso incluye a Alice. De igual forma no me conectaré a ALO si no es por Yui. Esperé a que llegaran hasta la puerta, saludar y pasaron.

Ya comenzabamos a reunirnos, pero aunque quisiera estar feliz no podía, no si ella no estaba a mi lado. Intenté marcarle, pero me tiró directo a buzon. Eso sólo conseguía frustrarme.

Sonó el timbre.

— ¡Sugu! —le grité, ya me había cansado de abrir la puerta.

— Voy.

Vi como todos conversaban, realmente tengo un buen grupo. Me han acompañado en mis peores momentos y lo siguen haciendo.

Alice entró con un gesto serio, tan solo la vi y se sentó junto a mi. Andrew y su esposa también llegaron hasta la sala. Atrás de ellos venían Sugu, mis padres y Recon...

— ¡Onii-chan! Agil y su esposa se dieron un hermoso beso. —gritó como fangirl.

Vi como mi moreno amigo se sonrojó, al igual que su esposa.

— ¿Creí que estarían con los abuelos? —les pregunté a mis padres, decidí ignorar el comentario de mi hermana

— Sólo vinimos a ver como les iba... Nos iremos en una hora y nos llevaremos a Sugu —dijo mi madre con una sonrisa picara, viendo detenidamente a Recon — ¿Quién es este caballero, Sugu?

— Es Recon —interrumpi

— N-No. Su nombre es-

— Recon —interrumpi, otra vez. Sugu suspiró cansada, no iba a dejar que trataran formalmente a Recon, tenía que soportar las bromas familiares y demás. Porque estaba seguro de que ese par estaban saliendo.

— Sí. Se llama Recon.

— Mu-Mucho gusto, señora Kirigaya —habló un poco nervioso.

— Dime Midori —mi madre, como siempre tan amable. Ella es un amor de persona. — ¡Oh! Están debajo de un muérdago... —exacto, siempre tan amable. Debajo de un muér... ¿Qué? Me pare rápidamente del sillón donde estaba sentado y corrí hasta la puerta principal ¡El maldito muérdago no estaba ahí! Con una sonrisa forzada regresé a ver el timido beso en la mejilla que le dio Recon a mi hermana. ¡Desaparezcan ese muérdago! Grité en mi interior.

El timbre sonó.

Regresé a abrir y estaba un pequeña chica castaña y un joven de mi estatura, igual castaño. Yuna y Eiji. Yuna al igual que Yuuki, tan solo reconstruyeron su fluctligth y la pusieron en un cuerpo maquina.

— Adelant-

— ¡Pero que lindos! Y miren, están debajo de un muérdago —¿Cómo rayos llego ese muérdago?  Hace siete segundos no estaba Mi madre era la propietaria de esa voz y con mucha ilusión, puso toda su atención en mis amigos.

Yuna literalmente se tiró sobre Eiji y le plantó un beso en los labios. Empiezo a sospechar que mi madre fue quien puso ese muérdago.

— Quita ya ese muérdago —rogé sin ganas. Mi madre tan solo me vio divertida.

— Aún no cumple su objetivo principal —me giñó un ojo y atendió a mis amigos

¿Objetivo principal? ¡Yo tan sólo quiero que esta noche se acabé de una buena vez! Es algo raro viniendo de mí, solía estar muy feliz en las navidades pasadas, siempre con ella, mi novia. Pero ahora todos están con pareja y yo... Como un grinch.

Conviví un poco con mis amigos y sinceramente la hora se fue volando. Eran casi las 23:00 y todos regresaban a sus hogares, Shino iba a quedarse, pero mi madre no lo permitió. Sugu estaba a punto de irse con mis padres y yo me quedaría solo, no sería bien visto que una chica se quedara conmigo.

El timbre sonó, ya estaba empezando  a odiarlo. Pero ¿Quién sería a estas horas? ¿Por qué tocaron el timbre, mis padres estan frente mi casa?

Con flojera abrí la puerta, quería investigar al intruso que visita casi a la media noche, pero me empujaron contra el intruso y lo único en lo que pensé fue en no caerme y abrazé al intruso. Respiré su agradable aroma, se me hizo muy familiar, era el aroma de Asuna.

— ¿Ki-Kirito-kun? —murmuró apenada, apuesto a que esta sonrojada.

La tomó de los hombros y la miro directo a los ojos. Temía que desapareciera en cuanto lo hiciera, que fuera un espejismo y me quedara nuevamente solo, pero no, su calor se sentía cerca y mis manos la palpaban perfectamente.

— Asuna. Te extrañé muchisimo —le dije, para luego abrazarla.

La abrazé con todas mis fuerzas, creo que la lastimé, pero quiero que sepa la falta que me hizo. La extrañaba demasiado, todo por ese tonto viaje a Kioto que se adelantó. ¡Pero ella estaba aquí!.

— Yo también te extrañé, Kirito-kun

— ¡Espera! ¿Qué haces aquí? ¿No deberias estar en Kioto? —se supone que debería estar con su familia, el viaje se adelantó por la enfermedad de su abuelo paterno.

— Veras... Mi abuelo mejoró mucho y mi madre al verme decaida me sacó y me dejo en la estación de trenes —se sonrojó un poco más —Dijo que si quería estar contigo, me daba permiso —murmuró con cierta pena.

Y hoy estoy más que agradecido con la madre de Asuna, siento como si un ángel vino del cielo; ese ángel es mi Asuna.

— Oye, Onii-chan

— ¿Sí?

— Están bajo un muérdago —no podía faltar esa sonrisa en su rostro, giré hacía mis padres y ellos estaban en iguales condiciones.

¡Nunca estuve tan feliz por ese muérdago! Tomé a Asuna por la cintura y con una mano la tomé del cuello. Pude ver su rostro tan rojo como un tomate, siempre se sentía apenada por dar muestras de cariño en público, pero esta vez no iba a salvarse. De un movimiento lento, rocé sus suaves labios y ella abrió su boca, ansiosa. ¡Hemos esperado mucho por este momento!. No esperé más y la besé a como Dios manda.

— Bueno... Nosotros nos vamos —dijo Sugu mientras salía y nos rodeaba. Iban a irse a la casa de mi abuelo.

— Mi-Midori-san —intentó llamar a mi mamá.

— No te preocupes, Asuna-chan. Puedes quedarte con Kazuto —habló mi mamá desde el vehiculo y luego Sugu entró en él. — Nos vemos mañana en la noche, hijo —se despidió con la mano y mi papá arrancó, dejandonos completamente solo. Bueno, con Asuna.

— Pasa.

— ¿Eh? —al parecer esta en shock — ¡Ah! Claro. Gracias. —afuera hacía mucho frío y ella vino en tren. Mire con detenimiento su atuendo, colgué su abrigo color café, dejando ver a una chica con un cuerpo hermoso. Tenía unos jeans ajustados azul marino, unos botines color café y sweter rojo. Como dije antes, el rojo no es mi color, ni el de Shino, ni el de Alice. ¡Pero por Dios! ¡A Asuna se le ve de maravilla! El color de su cabello se enciende más con el color rojo. Y sus ojos... Se ven de un color más claro.

— ¿Quieres beber algo?

— No. Realmente no.

Me senté junto a ella y la abracé.

— Me hiciste tanta falta —solté contra su cuello y ella dio un respingo.

— Sólo fueron dos días. —un puchero se formó, pero se disipó al mismo tiempo — Pero tienes razón. Te extrañé muchisimo. —le di un pequeño beso en la frente.

— Lo sé. Y la fiesta estuvo muy triste sin ti. Todos comían felices, pero yo, yo quería comer algo hecho por ti. —oí como soltó unas risitas y me sonroje un poco.

— Puedo prepararte algo. —yo asentí entuciasmado — ¿Sandwiches? —asentí ocho veces y todas con la misma energía.

...

Terminé de comer y me acosté en mi cama junto a Asuna, era casi media noche, faltaban cinco minutos, pero yo tenía mucho sueño. Recordé el regalo que tan recelosamente guardé, era mi regalo para Asuna. Pensé que no iba a poder darselo en Navidad, pero tengo la oportunidad y la aprovecharé. Me levanté, Asuna me miró perpleja, fui hasta una pequeña repisa y cogí la pequeña cajita que estaba ahí.

Me senté en la orilla de la cama y tomé su mano — Asuna, te amo. —era raro que yo demostrara mis sentimientos o que le dijera cosas bonitas.

— Yo también te amo. —y a pesar de como soy aún me corresponde.

— Asuna... —la jalé un poco hasta que quedó sentada junto a mí. — Sé que no soy la mejor persona, ni el mejor novio. Pero aún así estoy dispuesto a dar todo de mí, para ti, e intento hacerlo cada día. Y si tú me amas así de inperfecto, quiero hacerte una pregunta —me hinqué con una rodilla y abrí la pequeña cajita ante ella. Sus ojos se cuajaron de lágrimas — ¿Quieres casarte conmigo?

— ¡Sí! —ni siquiera lo pensó y me plantó un beso en los labios — Te amo.

— Y yo a ti. —le quité el anillo que le regalé despues del incidente OS y le coloqué el nuevo.

Le dí un nuevo beso y la recosté en la cama. Hoy es una fecha especial y ocurrió algo especial. Quería hacerla mía en ese instante.

Comenzé a besarle el cuello y a lamerlo. Ella gemía con cada toque de mi lengua.

— Kirit- —le di un beso en los labios y luego volví a su cuello. — Yo también... ¡Kya! —gimió y gritó cuando sintió mi mano sobre su vientre y bajo su sweter. — Tengo un regalo... Para ti. —dijo entre gemidos. Me detuve, era una falta de respeto si no le ponía atención y por que quería saber sobre su sorpresa.

— Sólo es por el día de hoy... —murmuró con un sonrojo. Y aún más me sonrojé al ver como se quitaba su sweter y su pantalón, también los zapatos. Dejando ver una hermosa lencería color negro. — Sé que te gusta mucho ese color y...

No pudo continuar porque la besé y volví a tumbarla en la cama. — Me encanta mi regalo. —susurré en su oido y sentí como ella se estremeció.

Esta chica, es la única mujer con la que quiero estar, mi prometida, ya mañana les daremos la noticia a nuestros padres. Por ahora, en la forma en que me provocó, esa lencería y el tiempo que la extrañé, hacen que solo quier fundirme en ella.

El color negro resalta aún más en su blanca piel, lástima que no va a durar mucho.

Y sigo en pie con lo de "el rojo no es mi color" es el color de Asuna. Pero admito que el negro se le ve hermoso. Esta noche no dormiremos, de eso estoy seguro.

•°•°•°•°•

¡Feliz navidad! (Atrasada) ¡Feliz año nuevo! (Adelantado)... :'v

Esta vez participé con este pequeño One-shot, que es el más largo que he escrito. Y gracias por leer y votar, quizás no es el mejor, no hubo tanto Kiriasu, hubo partes que no se entienden o mala ortografía, pero soy humana y cometo errores. Y sí, como dije antes, quizá no hubo mucho Kiriasu, pero ésta idea se clavó en mi mente y no salía.

Nos leemos pronto.

~April_902

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