Capítulo 8
Por que jamás me lo dijo, por que tuve que enterarme cuando el ya no está y sobre todo por que mato a su propio hermano, que sucedió para que todo ese odio hacia mi papá lo llevará a arrebatarle la vida. Si antes tenía razón para encontrar esa espada y terminar con cameron hoy juro que lo iba a acabar, cueste lo que me cueste.
Pero si queremos que todo salga perfecto tengo que hacer todo cuidadosamente.
- Quieres que llame a los chicos para. - Beatríz se encontraba del otro lado del escritorio. Sabia lo que quería decir.
- No. - Respondí pero con mi mano hice una seña para que se callara.
Tome un lápiz y una libreta de notas color amarilla y escribí unas lineas.
No digas nada, tengo que tener sumo cuidado con esto.
Beatríz leyó la nota y asintió no muy convencida.
Tome la libreta y saque unos cerillos de el cajón donde papá guardaba sus puros, camine al bote de metal que se encontraba a un lado y lance la libreta, encendí un cerillo y lo lance al bote provocando que empezara a arder la libreta de notas.
- Que haces?. - La voz de daimon me hizo sobresaltar al igual que a Beatríz.
Mi mente viajaba hacia muchas preguntas en este instante, había leído o visto algo?, siempre tan oportuno mi novio.
- Solo quemando algunos papeles innecesarios. - Salvada por la campana, o mejor dicho por Beatríz.
- Genial, quieres que tomemos alguna cosa en especial del cuarto de armas amor?. - Sonrió daimon hacia mi desde la puerta.
Algunas veces se me hacia difícil concentrarme y no derretir me cuando este chico me llamaba amor.
- Se que escogerán bien, solo piensen que es lo que necesitan para acabar con sus enemigos yo seguiré buscando aquí. - Respondí devolviéndole la sonrisa.
- Genial, sacare mi lado asesino a relucir. -
Cuando estuvimos solas de nuevo Beatríz y yo acomodamos lo necesario, sabía que si papá tenia papeles importantes no los dejaría en cajones o arriba de un escritorio.
(***)
El bendito jueves había llegado, lo que significaba ver quien era quien me daría la información sobre la espada. Los chicos querían acompañarme pero solo una persona podía ir conmigo, ese era alex, seria mejor que el me acompañara por que no soy muy vista con el y realmente es muy discreto si eso lo sabemos daimon y yo.
Por otro lado los demás no estaban muy convencidos de que solo fuéramos los dos, creían que tal vez seria una trampa pero creo que prefiero averiguarlo por mi cuenta y no temer a nada. Lo único que me quedan son mis amigos y la misión de encontrar la espada, tenia que hacer hasta lo imposible por saber de su paradero.
- Tal vez seria mejor que si fuéramos, sabes, podemos estar lo más lejos posible. Te juro que nadie nos vera. - Daimon trataba de convencernos.
- No iras, punto. Es mejor se discretos y no ayudas mucho. - Alex reprendió a daimon.
Este por el contrario no se miraba muy feliz que digamos, se sentó en las escaleras viéndonos seriamente.
- Todo estará bien, si no es seguro nos vendremos y listo. - Me acerque a el y deje un beso rápido en sus labios.
Camine enfrente de alex para salir, Beatríz estaba aún lado de la puerta junto a matt.
- Cuidado, si es alguna trampa promete que les patearas el trasero. - Beatríz me dio un abrazo.
- Lo prometo, tranquila no iré a la guerra solo a una cafetería. - Hable riendo.
- Nunca se sabe. - Matt contesto pasandome unos lentes oscuros.
- Que es esto matt, no hay sol. - Reí tomando los lentes.
- Impondrás la moda, no quiero ser vista por nadie tal vez. - Contesto obvio.
- Y sube esto. - Sentí unas manos ponerme la capucha de mi abrigo.
Daimon se encontraba tras de mi.
- Creo que con esto es más obvio que me escondo. -
- Estaré ahí si te encuentras en peligro, aún que confió en ti y se que aplastaras como cucaracha a quien te quiera hacer daño. -
- Eso no lo dudes. -
(***)
La cafetería ruta sesenta se encontraba a unos metros de nosotros, alex y yo estábamos dentro de el coche ya que dentro de la cafetería no había nadie, estábamos atentos por si era alguna trampa. Miraba la hora cada segundo faltaban pocos minutos para la hora acordada o mejor dicho la que el acordó, de quien sea que se trate.
Mi teléfono vibro entre mis manos y me apure a ver de que se trataba.
Estoy dentro de la cafetería, esperare veinte minutos si no apareces eso me dice que estas muerta y que tengo que entregar la espada a los licántropos.
- Viste a alguien sospechoso, me a llegado un mensaje diciendo que se encuentra adentro. - Le pregunte a alex que se encontraba vigilando desde el asiento trasero.
- Nada, si entro no creo que lo allá echo por la puerta principal. - Contesto.
Voltee hacia atrás desde el asiento de copiloto.
- Bien, iré ya necesito saber donde esta la dichosa espada. - Abrí un poco la puerta.
- Tranquila, estaré cercas por cualquier cosa. -
- Donde?. -
- Ni si quiera me notaras. -
Dicho eso por alex, baje completamente del coche y camine con paso rápido cruzando la calle transitada por unos cuantos carros. Llegue a la puerta de la cafetería y la abrí, pude ver que en la barra no había nadie, la cafetería se miraba muy discreta como si fuera para reuniones de bandas de narcotráfico. Tal vez soy muy paranoica.
Una loción a a coco combinado con menta me llego rápidamente, camine entre las mesas vacías iba a dar la vuelta cuando mire a un chico limpiando las mesas del fondo. No era cualquier chico, era alex, que hacia alex con uniforme verde de la cafetería.
Me hizo una seña con su vista hacia el lado izquierdo pero hacia las mesas que estaba en un esquina del fondo donde no había ventana. Un chico con cachucha negra estaba cabizbajo revolviendo su taza de café humeante.
El por que alex estaba uniformado como un trabajador de la cafetería no era lo importante ahora. Camine hacia el chico de la taza de café, cuando llegue a su lado me senté sin invitación y hable.
- Eres tu no, número desconocido. - Hable bajándole las gafas negras.
- Exactamente agente smith. - La voz gruesa de el chico me respondió y alzo su cabeza para verme sonriente.
- Eder?. - Pregunte sin creerlo.
- El mismo que viste y calza amor. - Su voz burlesca de siempre estaba ahí acompañada de típico olor a coco y pino. Como pude no darme cuenta.
- No me digas, fuiste reclutado por cameron y esto es una jodida trampa no. -
- Si fuera una trampa ya estarías en una camioneta negra camino a su guarida, pero no es así. Se realmente donde esta la espada, pero para encontrarla tienes que ir conmigo, esta bajo alarma y adivina necesita tu huella para abrir. -
Lo miraba y trataba de encontrar un rasgo mentira y trampa en sus ojos, pero el guardaba muy bien los secretos y tendría que arriesgarme.
- Bien vamos ahora ya. - Hable.
- No arianna, no es así de fácil. Aún no te e dicho lo peor, la espada esta en el cuartel de los del otro lado. -
- Como, que hace la espada allá?. - Si antes estaba confundida ahora más.
- Que y ahora no conocías a tu propio padre, sus planes eran tan obvios lo que los hacían perfectos. Lo que quiero decir es que tu padre tenia a un aliado de los trabajadores de cameron y logro que este chico la escondiera dentro de ahí, así cameron la buscaría por todo el mundo menos en su guarida. -
- Que paso con ese chico?. - Entre mis manos movía los tarros de azúcar.
- Murió, cameron lo mato. Pero no fue por eso, si no por que trato de ayudar a algunos de los agentes de la agencia de tu padre a escapar cuando querían asesinarte el día de la explosión. Ellos querían salvarte. -
- También los asesino?. - Mi pregunta era demasiado estúpida
- Sabemos como es cameron. -
- Y tu, por que sabes lo de los agentes?. -
Tomo aire y me miro.
- Quiero que entiendas algo antes, si lo hice es por que tu padre me lo pidió. Estoy con los del otro lado, si me negaba moriría y tu jamas sabrías donde esta la espada. Así puedo ayudarte a entrar a la guarida, a ti y a tus amigos, me alegra que te salvara. - Hablo tan tranquilo como jamás lo había escuchado.
- Que quieres decir?. -
- Si se lo de la espada, ahora se muchas cosas más arianna, tu padre me informó de todo. Creo que en el fondo tu padre sabia que todo esto pasaría. -
- Siempre me pregunte como era que mi padre podía confiar tanto en ti, ahora me doy cuente de que aunque muchas veces fuiste un imbécil fuiste un gran agente. - Fue lo mas difícil que me costo admitir, jamás me lleve bien con eder pero si me ayudaba con esto tal vez olvide un poco sus estupideces pasadas.
- En una semana cameron saldrá de la guarida, tienes que estar lista para entrar y pasar por todos los aliados de cameron. - saco unas gafas de tu chaqueta y se las coloco.
- Nací lista. - Afirmé.
- Te mandare las coordenadas y avisare un día antes para que estén preparados. - se levanto y dejo unos dólares en la mesa.
Mire como entró por atrás de la barra y se metió por una puerta de los empleados.
(***)
- Si les digo esto es por que es la única pista y creo que si mi padre confió en el es por que es la persona que sabe realmente sobre la espada. - Explicaba mientras miraba como matt, Beatríz, ben y Daimon se encontraban molestos cuando les dije que quien nos ayudaría se trataba de eder.
- Y si es una trampa, como confías en el cuando nos amenazo con un arma. - Daimon enojado desde el sillón hablo.
- Por que papá siempre confió en el y tiene sentido el donde esta escondida la espada. -
- Aunque me amarro en una silla, creo que hay que darle el beneficio de la duda. - Me apoyo Beatríz.
- Yo iré, ese chico dice la verdad. - Alex hablo seguro de sus palabras.
- Estás seguro?. - Daimon hablo mas relajado.
- Claro aparte de vestirme de trabajador de la cafetería, me metí a su cabeza. - Sonrió alex como si hubiera ganado la lotería.
- Iremos a la boca del lobo. - Matt río por su frase.
- Literalmente. - Los brazos de daimon rodearon mi cintura.
( Hola como están?. Espero que excelentemente, les dejo el nuevo capítulo espero lo disfruten, se vienen muchas cosas en los nuevos capítulos estén atentos.)
(Si lees deja un voto, comenta y sigueme :)
Besos:*
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro