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Renuncia de derechos, los personajes que salgan aquí son de sus respectivos autores.

Goku se preparó para atacar.

Saliendo de clase, dos Sekirei y su Ashikabi aparecieron para emboscarle y así eliminarle.

Justo se preparó para atacar, y entonces...

Una fuerte corriente de viento golpeó a las Sekirei empujándolas en la lejanía, Goku se giró.

Vio un cabello carmesí y ojos azules.

-¿Te encuentras bien? -la chica le preguntó.

La chica no era otra que Rias Gremory.

"¡Goku-san!"

Rias exclamó yendo hacia el azabache, comprobando que efectivamente estaba bien.

Las Sekirei gemelas gruñeron y en seguida se marcharon para no meterse en más problemas.

-Soy Rias Gremory, presidenta del club de investigación de lo oculto -se presentó Rias.

Detrás de ella iba su peerage.

-Ah, hola -habló Goku sin importancia.

-¿Estás bien, Goku-san? -preguntó Rias inspeccionando su cuerpo y no vio rastro de herida alguna- Bueno, tal parece que sí.

-No fue nada, parece que quisieron atacarme o algo -comentó Goku y sintió una mirada sobre él.

Se trataba de Koneko, la alumna de primer año, quien le miraba con un rostro un poco pensativo.

"Huele a dragón"- pensó Koneko mirando.

-¿Te importaría acompañarnos para hacerte unas preguntas? -Rias le miró, y Goku asintió.

Ya sabía sobre las Sekirei y quería confirmar unas dudas que tenía en mente. -Voy contigo.

-Bien vamos -Rias se dio la vuelta.

"Buchou no abrió un círculo mágico para que Goku-san no nos descubra, qué inteligente es"- pensó un rubio llamado Kiba- ¡Cuidado todos!

Un escombro cayó de la nada y de pronto apareció un ser horrendo frente a todos ellos.

-¡Un demonio callejero! -exclamó Kiba.

Rias se giró hacia Goku y en lugar de verle aterrado como cualquier otro humano normal, le vio calmado. Esto era sumamente extraño.

-Akeno -habló la pelirroja con seriedad.

Akeno asintió y esbozando una sonrisa perturbadora. Dio un salto y lanzó una ráfaga que aturdió al demonio.- ¡¿Quieres más?!

La voz de Akeno sonaba... ¿excitada?

Rias vio que Akeno estaba super torturando al demonio callejero. Suspiró con pesadez, no tenían tiempo para jugar y Goku estaba aquí.

-Akeno, ya -la chica dio un paso al frente- En el nombre de Lucifer, yo Rias Gremory, te extermino, tú que manchas a nuestra raza.

-GAAAAAAHH -el demonio gritó.

Rias lanzó una pequeña esfera carmesí que apareció frente al demonio, y al tocarle, empezó a desintegrarle. Goku lo vio con algo de pena.

Los gritos del demonio fueron convirtiéndose en lamentos, lamentos de un alma en pena.

Hasta que desapareció.

Entonces Rias se giró hacia Goku.

-Esto... todo esto tiene una explicación Goku-sam, sígueme -esta vez Rias sí que hizo un portal mágico. Kiba sonrió de manera irónica.

Goku solo tenía curiosidad, no le interesaba mucho pero tener información nunca era malo.

Entonces todos ellos aparecieron en un cuarto con una luz tenue, esto era el club de investigación de lo oculto, el club de Rias.

-Puedes tomar asiento -habló Rias sonriendo.

Goku hizo caso ante esto, y Akeno apareció frente a él con un carro que traía galletas, dulces, té y leche, dejándolo a su entera disposición.

-No gracias -habló Goku negando.

Quizá le hubiesen puesto algo en esa comida, nunca se sabía, no se fiaría de ninguna ni nada.

-Bueno, somos demonios, todos -dijo Rias.

Los cuatro desplegaron alas como de murciélago, y Goku hizo una expresión de sorpresa, aunque no estaba sorprendido.

-Y eso que viste, era un demonio callejero, un rebelde básicamente -habló Rias con seriedad.

-Vale -respondió Goku sin más.

-Tanto Sona como yo protegemos Kuoh -prosiguió Rias- ¿Sabes sobre los mitos de dioses, ángeles y demonios? Todo es real.

Los demonios, los 72 pilares del infierno, los ángeles, los caídos, Sephirot, todo eso era real.

"Sona... ¿tú también?"- se preguntó Goku.

Tuvo la sospecha de que Rias podría serlo, y quizá Sona, pero confirmarlo ya era otra cosa.

Rias se mordió el labio inferior nerviosa, esperando que la información no haya sido tan repentina. Para un humano normal, lo sería.

Pero para Goku, quizá no.

Entonces su mente hizo 'click'.

"Podría haberle eliminado la memoria"- Rias quiso golpearse la frente, había actuado mal.

-Entiendo, las chicas que me atacaron antes, ¿qué son? -preguntó Goku, aunque ya lo sabía.

-Eso nos gustaría saber a todos, ¿tú tienes alguna idea? -preguntó Rias observándole.

Las Sekirei no era demonios, y seguro que tampoco ángeles, ya podía empezar a descartar, ¿pero podía, o mejor, debía confiar en Rias?

-No, ni idea -respondió el azabache.

No porque no confiara, que también, sino que Rias no tenía nada que ver en todo este asunto.

Tsukiumi le dijo que era un torneo entre las Sekirei, así que por lógica ni demonios ni demás debían entrometerse. Por eso contestó eso.

-Esas criaturas están haciendo muchos destrozos por mi ciudad -Rias sólo pudo masajearse las sienes, con cierto estrés.

-Supongo que mientras no acaben con nadie no pasa nada -dijo Goku encogiéndose de hombros.

La puerta se abrió de repente, era Sona.

-¡Goku! ¿Estás bien? -Sona corrió a verle.

Había sabido por medio de Tsubaki, quien supo de Akeno que Goku fue atacado por esas criaturas que todavía estaban investigando.

-Sí, no fue nada -respondió con calma Goku.

-En todo caso, ya hemos terminado con Goku-san, ha sido un placer -habló Rias feliz.

Sona arrastró a Goku fuera de la sala.

-¿Qué te ha dicho Rias? -preguntó Sona.

Conociendo a su amiga, nada buenas.

-Nada importante, que son demonios, y tú también -habló Goku dejando a Sona en shock ante eso- Y que ambas protegen esta ciudad.

-S-sí -Sona no sabía muy bien qué decir.

Goku ahora sabía que ella era una diablesa. Entonces, ¿acaso su relación cambiaría a partir de ahora? ¿Goku dejaría de frecuentarla?

Goku sin más le tomó de la barbilla.

-Te gusta sobrepensar las cosas, esto no cambiará nada -habló Goku mirándola fijamente- Demonio, ángel, yokai, sigues siendo Sona.

"Después de todo no eres el único demonio aquí"

Goku esbozó una pequeña sonrisa.

Los ojos de Sona brillaron entonces, y por primera vez, aquella sonrisa le transmitía un sentimiento de verdad. Eso le hizo sonrojar.

Goku acarició su mejilla, y tras eso, se fue.

Sona se tocó aquella zona, pero revolvió su cabeza y regresó a la sala donde estaba Rias.

-¿Por qué le dijiste? -preguntó la diablesa.

-Yo también me hice esa pregunta, o incluso consideré lo de borrarle la memoria -dijo Rias.

-¿Y? -Sona se cruzó de brazos.

-Puede sernos muy útil, a pesar de todo lo que vio no se sorprendió -comentó Rias recordando.

-Goku sabe ocultar muy bien sus emociones internas -la chica ya le conocía bastante bien.

-Además, Koneko me dijo que su aura huele a dragón -contestó la pelirroja sonriente por esto.

-¿Dragón? -esto confundió a Sona.

-Tengo fichado a uno parecido, Issei Hyodō, asiste a su misma clase -agregó Rias- Te podrías quedar a Goku-san, ya que te cae taaan bien.

-No Rias, los humanos no son tus objetos, además no planeo involucrarle en mis asuntos -habló la Kaichou antes de darse la vuelta.

-Tú ya te involucraste, y lo sabes -dijo Rias antes de que Sona se fuese, rumbo a la sala del consejo. Rias a menudo la sacaba de quicio.

Pero en este caso... tenía razón.

Aunque no lo admitiese, ya estaba muy involucrada con Goku, más de lo que debería ser normal. Solo Sona sabía a qué se debía.

-Kaichou, ¿todo bien? -preguntó Tsubaki.

-Goku sabe sobre nuestra identidad secreta y Rias tiene planes con él, supongo que todo está bien -contestó Sona con un evidente sarcasmo.

Sona se sentó, suspirando de cansancio.

-Oh... espera, ¿planes? -Tsubaki inquirió.

-Seguro que piensa que Goku tiene una Sacred Gear o algo así, ¡cosas de Rias! -comentó Sona.

-Y si fuese así, ¿le reencarnarías? -preguntó Tsubaki y Sona se giró- Así le tendrías más cerca y podrías protegerle, los caídos irían tras él.

Últimamente los ángeles caídos estaban atacando a usuarios de Sacred Gear, y si Goku era uno de ellos pues no sería la excepción.

Y ahora que Goku sabía sobre el mundo sobrenatural, el riesgo se multiplicaba varias veces. Podía ser atacado en cualquier hora.

-No, puedo protegerle sin necesidad de reencarnarle -habló Sona levantándose del sofá.

Tsubaki intentó descifrar su mente, sin éxito.

-No quiero quitarle su libertad y que él viva por mis sueños, quiero que Goku encuentre el sueño que dé sentido a su vida -declaró la presidenta.

-No entiendo Kaichou -Tsubaki estaba perdida.

-Todos ustedes son mi nobleza, ustedes luchan y viven por mi sueño, por mis objetivos, yo quiero que Goku encuentre su propio camino -comentó.

Tsubaki empezó a entender.

Entender orqué Sona insistía tanto en Goku, quería ayudarle. Sacarle de ese frío abismo.

Todo tenía sentido. Todo cuadraba.

Sona todavía no podía olvidar ese lejano día.

Un día lluvioso.

Sona estaba saliendo de la escuela Kuoh, había sido un día bastante extenso, y sobretodo difícil.

Ella tenía metas, tenía sueños.

Abrir una escuela para que los demonios menos favorecidos tuviesen las mismas oportunidades.

Tenía los planos, directrices y todo lo que conllevaría la escuela, sólo faltaba que fuese aprobado por la cámara de los demonios.

Y esto en un sistema clasista, como lo era el del inframundo, era impensable. Un sueño inalcanzable. Pero Sona no se iba a rendir.

Hoy tuvo una reunión virtual con los ancianos del clan Sitri, ellos querían saber si cambió su sueño.

Dado que Sona era la heredera del clan, debía tener aspiraciones válidas para el inframundo.

Y su sueño estaba lejos de ser válido.

Sona dijo en la reunión que no, que seguía planeando hacer esa escuela, no lo dejaría.

Y claro, los ancianos le negaron eso, diciéndole que se olvidase de esa idea tan boba y absurda.

Sona se sintió impotente, saber que no podría pelear por su sueño, le hizo casi llorar de dolor.

No, ahora sí que estaba llorando.

O quizá eran las frías gotas de lluvia sobre su rostro. Sona decidió cubrirse con una capucha.

Y ahora estaba pasando por un puente.

El puente de los amantes, llamado así en honor a dos amantes que se suicidaron saltando juntos.

Sona cruzó pero entonces vio una silueta parada bajo la lluvia, sin abrigarse ni nada a pesar del frío.

Iba a pasar de largo hasta que reconoció que era un alumno, ella como presidenta del consejo estudiantil debía intervenir. Este era su deber.

-Oye, si sigues aquí pasarás frío y enfermarás -habló Sona con bastante seriedad en su tono.

-¿Y? -el chico respondió sin interés.

-Que enfermarte gravemente puede traerte problemas, entre ellos la muerte -prosiguió la presidenta. No quiso ser drástica, pero debía.

-Hahaha sería una forma muy fácil de cumplir mi sueño, ¿no crees? -el joven chico empezó a reírse.

Sona se quedó catatónica.

-¿T-tu sueño? -preguntó, shockeada.

-Claro, todos tienen un sueño, ¿tú no? -el chico preguntó sin voltearse, su voz sonaba sin vida.

- -Sona asintió, y recordó la reunión de esta tarde, lo que la deprimió- Pero no podré cumplirlo.

-Hmm entonces, ¿para qué vives, si no es por tu sueño? -volvió a preguntar el chico, algo curioso.

Sona se quedó en blanco, desde que tenía uso de razón siempre se propuso ayudar a los de las clases bajas. Ahora sin eso, ¿qué le motivaba?

-Yo vivo para morir, ese es mi sueño, ¿me ayudarías a cumplirlo? -Sona no daba crédito a lo que oía, esto ya estaba siendo surrealista.

¿Por qué un adolescente, con toda la vida por delante, buscaría la muerte? Eso no tenía sentido.

Entonces, el chico se volteó

-¿Quieres suicidarte conmigo? -habló Goku con una sonrisa en su rostro extendiéndole la mano.

Sona vio aquella mano, acabar con su vida, su sufrimiento, o seguir peleando por sus sueños.

Sona tomó su mano, y aplicando un hechizo hizo que Goku se desmayara y perdiera la consciencia.

-Yo todavía debo vivir para ver mis sueños cumplidos, y también vivirás -habló la diablesa.

"Vivirás hasta encontrar tu sueño"

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Por más difícil que vean una situación, no se rindan, luchen hasta ver sus metas cumplidas.

Sin más se despide su amigo Destroit-san.

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