Segunda semana.
Kazutora había comenzado a tener una incomodidad en su cuerpo, hace poco mientras se veía en su espejo de cuerpo completo, comenzó viendo sus abdominales que no eran tan notorios como el de su pareja, pero era algo, luego subió su vista a su pecho, Baji tenia buenos pectorales que disfrutaba de apretar, en cambio el no los tenia tan pronunciados.
Su cuerpo era delgado y aunque intentara hacer crecer su masa muscular, todos sus intentos eran en vano, en cambio Baji entrenaba con regularidad en el dōjō de los Sano por lo que su cuerpo siempre estaba en forma.
De manera inconsciente pasaba sus manos por su cuerpo, hasta llegar a tocar sus pechos y fue ahí donde sintió un gran dolor, nunca antes le había sucedido algo así, cada vez que tocaba sentía una punzada chocar contra su pecho, ni siquiera era solo su pezón, era todo el área del pecho, se sentía incómodo.
Los días que se encontraba con Baji, aunque quisiera sentir sus caricias en su piel, evitaba el contacto, no quería volver a sentir ese dolor.
—Estas muy tranquilo.
Baji no tardo en darse cuenta de su comportamiento, su pareja que siempre buscaba el momento correcto en darse caricias, ahora permanecía quieto a cierta distancia, sin duda algo estaba sucediendo. Kazutora trataba de ignorar la pregunta, haciéndole creer que esta muy concentrado en la película que veían en la sala de su casa.
—Kazutora.— Lo llamó pero nuevamente fue ignorado, no tenia intenciones de rendirse.
Baji se acercó al mayor y pasó su mano por su cintura, Kazutora siguió sin moverse o hablar, el menor de ambos comenzó a meter su mano por debajo de la ropa del mayor, pasando la yema de sus dedos por su piel de forma lenta, esto hizo estremecer al de tatuaje y que sus mejillas se ruborizaran, no podía seguir soportando, estaba muy avergonzado como para decir que sus pechos le dolían.
—Estos días me siento algo cansado, solo veamos la película. ¿Si?
—¿Es así? ¿No te sientes mal en otro lugar?— Besó su mejilla y continuó dándole caricias, ahora subiendo su mano a su pecho.
Kazutora estaba nervioso, Baji lo tenia aprisionado en sus brazos y sentía su mano pasar sobre su piel, en dirección a su pecho, agarró su brazo para que detuviera su recorrido.
—Yo, me duele...
El de lunar mordio sus labios por la vergüenza, creyó que con el tiempo el dolor disminuiría pero no fue así, es hostigoso.
—¿No crees que es hora de ir al doctor? Estos días te ves muy cansado, hasta duermes más que Mikey en sus horas de clase.
—No me gusta ir al doctor...
—Es por tu bien.— Dejó de molestarlo y se limitó a abrazarlo. —Intentemos hablar con tu mamá para ir al hospital, sin discusiones.
—Ella nunca tiene tiempo. ¿Tu mamá nos puede llevar?— Se recostó en el pecho del pelinegro, cómodo con la calidez que transmitía el cuerpo de su pareja.
Estando tan cerca, podía sentir aún más el aroma de Baji que lo tranquilizaba, sentía que ahora era más fuerte y abundante.
Baji asintió y comenzó a besar la mejilla de Kazutora, al de lunar le gustaba los mimos.
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