Quinta Semana.
Los medicamentos hicieron efecto, ya no era tan sensible a los olores, pero ahora tenia antojos, tantos que comenzó a ser problema para sus amigos.
Sus tres comidas del día aumentaron el doble, los postres dulces disfrutaba de mesclar con los salados, el picante lo comía con cosas frías y cuando era invitado a comer aprovechaba al máximo en saciar sus apetitos.
La primera víctima fue Mitsuya, el joven de cabellera lavanda no tuvo problemas en cocinar para Kazutora, disfrutaba verlo comer tan alegremente y además a sus hermanitas le gustaba jugar con él, el segundo fue Izana. El filipino fue sorprendido por la visita de Emma y del de lunar en su casa, exigiendo que pidiera comida para comer, no pudo negarse a la petición de su hermana pero aún así soportaba al de lunar, Kazutora tuvo que barrer y lavar los platos.
Mientras paseaba en moto se había encontrado con los hermanos Haitani en un restaurante, y sin vergüenza fue donde ellos uniéndose mientras ocultaba sus intenciones entablando una conversación con Rindou, Kazutora sabía el gusto extraño del hermano menor sobre personas luchadoras y con músculos e utilizaba a Baji para distraer al de lentes. Esta situación le dio gracia al hermano mayor y lo dejo pasar porque el de lunar se le hacia alguien interesante.
En los recesos de su escuela iba hasta el salón de Takemichi y lo abrazaba de su cuello pidiendo que le invitara algún dulce, también los amigos del rubio le obsequiaban caramelos y algunas veces le pedian batallas de fuerza en los cuales termina ganando un almuerzo.
Esta actitud no le gustaba a Draken y cada que se encontraba le daba un golpe en su cabeza, hasta tenia el atrevimiento de quitarle algunos dulces a Mikey y creaba discusiones.
—¡Son míos!— Gritaba alejando al de lunar de sus postres que le dio Draken.
—¡Solo será una mordida!
Baji comenzó a creer que debía de ponerle un límite, Mitsuya es una persona pacífica pero no puede cocinar para más personas, Izana solo lo tolera por Emma y las ganas no le faltaba para golpear a su pareja. A los hermanos Haitani no sabía con exactitud, era difícil de descifrar lo que pensaban. Sobre Takemichi no importaba. En cambio Mikey era una persona muy tacaña que no le gustaba compartir sus cosas, Kazutora podría salir lastimado.
—Suficiente Kazutora.— Se puso en medio de ambos, agarró la mano de su pareja y comenzó a irse del lugar. —Hora de irnos, Adiós.
Los demás se sintieron aliviados, ese comportamiento del de lunar nunca lo presenciaron, algo era extraño en Kazutora últimamente.
—No debes de aprovecharte de los demás.
—Pero Baaaji. Hace poco no podía ni comer, solo estoy recuperando lo perdido.
—Si pero esa no es la forma.— Se detuvieron en un parque y sentó al mayor en un columpio. —Estas subiendo de peso.— Dijo mientras con su dedo tocó el estómago del contrario, ahora era blando.
—No es problema, puedo bajarlo fácilmente.— Presumió, el estar sentado y que Baji este parado enfrente suyo lo provocó a abrazarlo. —Me siento satisfecho.
Baji no podía seguir regañándolo, envolvió sus brazos en el cuello del mayor y besó su cabellera, si Kazutora estaba feliz no quería arruinar su estado de ánimo.
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