Los helicópteros aterrizaron en el Mandarín Oriental, París, es uno de los más lujosos hoteles cinco estrellas de la capital francesa, cuenta con una hermosa vista a la Torre Eiffel y al jardín de las Tullerías, un spa galardonado de tratamientos inspirados en medicina tradicional china y tres restaurantes con estrellas Michelin.

- Bienvenue a' l' hôtel Monsieur et mesdames Beltrane, suivez moi je vous emmènerai à vos- nos recibe el gerente del hotel.( Bienvenidos al hotel señor y señoras Beltrán, síganme los llevaré a sus Suits).

- Merci(gracias)- le contesto, no hablo tan fluido el francés pero me defiendo al igual que con el italiano.

Nos desplazamos hacia las Suits vip, cada uno ocupó una, por supuesto mi padre fue a la presidencial desde donde pude observar que lo estaban esperando dos mujeres, rubias las dos y de gran belleza, no me gusta que mi padre se vea con otras mientras mi madre está en casa, pero es algo en lo que no puedo meterme, mi madre se lo permite y es normal que el líder de la organización esté rodeado de mujeres, pongo mis ojos en blanco demostrando lo que pienso del tema y me adentro a mi habitación.

Estar con William Beltrán no es ningún sacrificio, mi padre es un hombre alto, tiene cincuenta años pero no tiene nada que envidiarle a ningún hombre de treinta, mi hermana saco sus ojos azules y tiene el cabello negro, una cuidada barba y ahora es que le están apareciendo las cana pero eso no le quita el atractivo, tiene un cuerpo muy fuerte y es muy inteligente y culto, vamos que si no fuera mi padre me lo tiraría.

Tengo que admitir las hermosas vistas que se ven a través de las ventanas y lo bella que es la habitación, aunque el cuarto de mi apartamento y el de la mansión no tienen nada que envidiarle a este respecto al confort.

Aquí los huéspedes pueden disfrutar de muchos servicios personalizados como un mayordomo las veinticuatro horas y asistencia de consejería, es un lugar perfecto para descansar en familia o aprovechar en pareja, cosa que no tengo, he tenido ligues pero nada serio, mi padre se cree que nadie está a mi altura y si le llevo a alguien a la casa de seguro le pega un tiro en el entrecejo.

De igual forma me aburro rápido, tengo muchos hombres detrás de mí para escojer el que me plazca sin necesidad de exagerar, pero siento que a todos les importo por mi físico, mi dinero o el estatus de mi familia, entre los distintos negocios de mi padre están las industrias de productos químicos, procesamiento de alimentos, aviones, electrónica, clubes, automóviles etc.

Pero desde pequeña me gustó tener lo mío propio, por eso me esforcé tanto en estudiar para que en mi cuenta bancaria estuviera solo mi dinero, cosa imposible ya que mi padre deposita millones de dólares cada que le parece y también está el dinero que gano por los negocios ilísitos.

Soy conciente de que puedo terminar presa en algún momento pero este fue el camino que decidí seguir y mi padre tiene comprado a media Cía, Dea, FBI y personas importantes en la interpol, así que eso me mantiene un poco más tranquila.

Estoy exhausta fue un viaje de doce horas y casi no dormí nada en el transcurso de este velando por nuestra seguridad, tomo un baño en lo que pedí comida al cuarto y luego de almorzar no doy para más, son más de las dos de la tarde, el cambio de hora siempre me pone un poco fuera de mí y caigo en la enorme cama donde enseguida el sueño me vence.

Siento que me acarician, y al oler el perfume no tengo necesidad de abrir los ojos para saber que es mi hermana la que está a mi lado.

- ¿Qué hora es?- le digo con voz pastosa sin abrir los ojos.

- casi las siete, no has descansado tanto.

- ¿Dónde está padre?.

- sigue con ese par de...hum, sigue en su habitación.

Abro los ojos y me siento a su lado, la conozco y se que algo le ocurre solo con escuchar su voz.

- ¿Qué ocurre?, Sabes que puedes contarme lo que sea.

- es que estoy algo nerviosa por la reunión que se llevará a cabo dentro de dos horas.

- no te preocupes no voy a dejar que te ocurra nada malo, lo prometo.

- ¿no sé por qué?, pero es tenerte a mi lado y saber que todo va a estar bien, siempre me cuidas y proteges y a veces se me olvida que lo de diosa es solo un seudónimos por tus méritos en el negocio y tu inigualable belleza, igual me preocupa que algo malo pueda pasarte.

- no pienses esas cosas, es cierto que soy una persona igual que tú y no un ser divino e inmortal, pero estoy preparada y no voy a dejar que nadie me mate tan fácil, tendrás hermana para rato, ademas como dice el dicho, bicho malo nunca muere- le sonrío guiñándole un ojo para que se relaje.

- lo último que tú serías es un bicho, eso seguro.

- ¿por qué no comienzas a prepararte?, Siempre tardas una eternidad y papá entonces se molesta.

- jjj si es verdad.

Antes de marcharse la tomo de la mano.

- ¿confías en mí?.

- con mi vida.

- entonces quiero que pase lo que pase hoy no te asustes y mantengas la calma ante cualquier acontecimiento, que ellos no vean que tienes miedo, que si yo soy una "diosa" tu eres toda una pantera dispuesta a todo.

Asiente, le beso la frente y luego de decirme que me ama se marcha a su suit, me levanto de la cama y voy directo al baño con mi celular, marco el número de uno de mis hombres de confianza mientras lleno la tina y luego del segundo timbre me contesta.

- diosa, estoy en el lugar, estaba esperando su llamada.

- Prosigue con lo planeado y espera que vuelva a llamarte.

Luego de relajarme con las sales minerales del baño comienzo a arreglarme, me pongo unas bragas rojas y me acomodo la daga en el muslo, saco de la maleta el vestido de la ocasión, es del mismo tono de mi pelo, corto pero sin parecer vulgar y lo suficientemente largo para cubrir el arnés con mi preciada arma blanca, tiene un escote despampanante delante y detrás dejando ver algunos de mis tatuajes como la enorme serpiente que me recorre toda la columna vertebral, el nombre de mi organización en el medio de mis pechos que al no poder usar brasier por la forma del vestido uso una de mis pezoneras y una rosa envuelta en una daga exactamente igual a la que utilizo en mi brazo izquierdo.

El vestido se ajusta perfectamente a mi pasmoso cuerpo, introduzco mis pies en unos tacones rojos llenos de diamantes de unos quince centímetros de alto, para otra chica puede ser difícil manejarlos pero no para mí que estoy acostumbrada, el vestido y los zapatos resaltan mis piernas esbeltas y curvilíneas, la sombra que utilizo es algo oscura para resaltar mis ojos, me aplico el delineador y mis ojos se ven de forma gatuna, dejo que el pelo me caiga por la espalda, hoy quise alisarlo pero dejando las puntas en bucle.

La gargantilla de oro con mi nombre me adorna como siempre el cuello, en mis manos llevo los ocho anillos de oro entre los normales y los de falange y en las oreja unos hermosos diamantes que mi madre me regaló.

Mis uñas largas están pintadas del mismo color de mi atuendo, coloco un brazalete de oro en mi brazo derecho y luego de aplicarme un brillo en mis labios me roseo mi perfume "Diosa"( es un perfume que se fabrica solo para mí, todos en mi familia tenemos uno que es solo nuestro) y meto las dos pistolas en mi bolso justo cuando escucho a mi padre llamarme desde el otro lado de la puerta.

- padre puedes adelantarte- le digo abriendo y viéndolo llevando el brazo de mi hermana que está espectacular, por lo visto ambas decidimos usar hoy vestidos que te quitan hasta la respiración.

- Adara estás preciosa, eres digna de enmarcar.

- mi diosa está en todo su esplendor hoy, dejará a más de un francés con la boca abierta, tengo dos hijas arrebatadoras, soy muy afortunado.

- ustedes también están dignos de alfombras rojas.

- ¿segura que no quieres que te esperemos?.

- no, mándame la ubicación y trataré de llegar lo más rápido posible.

Mi padre me mira un poco desconfiado porque sabe que nunca me atraso y menos en algo tan importante pero mi hermana se lo lleva del brazo sin darle tiempo a protestar.

Cierro la puerta y termino haciendo una llamada a Nueva York para asegurarme que la mansión está más que protegida y que mi madre esté a salvo, vuelvo a mirarme en el espejo y me repito la frase que siempre me digo.

- soy una mujer fuerte, consigo todo lo que me propongo y nada me queda grande, soy Adara Beltrán Godoy y soy el digno ejemplo de que la mujer vale incluso más que un hombre en este mundo machista.

Al principio de el capítulo está la foto de Liza Beltrán Godoy, espero estén disfrutando de la novela 😘😘😘