cap 11
Adara
Estar ensima de Enzo dándonos placer de la forma más carnal que existe es indiscutiblemente, la mejor experiencia de mi vida.
Es un imbécil, pero es el imbécil que logra que con su sola presencia me revolucione el cuerpo entero y aunque me moleste admitirlo es el hombre que me hace temblar cuando lo tengo cerca, cuando me mira con esos profundos ojos azules de una forma que me electrifica, cuando con su tacto me eriza desde la cabeza hasta la punta de mis pies.
Tiene toda la razón, es malditamente adictivo pues acabamos de hacerlo y ya quiero sentirlo de nuevo dentro de mí pero eso es algo que nunca le confesaré no quiero que su ego crezca más si es que puede seguir creciendo.
Me paralizo al sentir como tocan la puerta y como mi cerebro aún está en la Luna, me quedo estática con cara de preocupación, me aterra la idea de que nos hayan escuchado y sea mi padre quien está llamando a mi puerta para pedir explicaciones y si eso ocurre, Enzo puede darse por muerto pues como ya lo e dicho antes, mi padre es demaciado intenso a la hora de pensar en mí junto a un hombre.
Le hago una seña para que lo recoja todo y se esconda en el baño, él enseguida lo entiende y se mueve de forma rápida en lo que yo me envuelvo en una toalla y recojo mi pelo con un moño alto.
Al ver que ya puedo abrir la puerta, me paro detrás de ella y lo hago pero solo un poco para ver qué se trata de Gabriel.
- ¿estás ocupada?.
- estaba a punto de tomar una ducha para descansar.
- perdón por interrumpirte no era mi intención, es que me preocupé porque subiste temprano y quise asegurarme de que estuvieras bien.
- estoy bien gracias, lamento haberte perturbado.
- está bien no te disculpes, entonces te dejo tranquila para que puedas relajarte a gusto y descansar en paz.
- muchas gracias, hasta mañana.
- hasta mañana Adara que tengas buenas noches- se despide dulcemente.
Cierro la puerta y vuelvo a respirar, al parecer todo está en orden pero Enzo sigue en el baño y me preocupa que algo esté mal con él, así que me dirijo enseguida hacia este y cuando abro la puerta está en boxer sentado en el suelo recostado en la pared.
Sus manos están agarrando su pelo mientras tiene las piernas flexionadas y sus brazos descansan en sus rodillas.
- ¿qué ocurre?.
- ves lo que sucede cuando muestras interés en alguien aunque sea fingido.
Su voz es grave, está molesto y se le nota que le frustra la situación.
- no fue mi intención que su interés para conmigo creciera.
-¡no fue tu intención Adara!-me grita levantándose del suelo con los ojos azules como llamas- esa fue precisamente tu intención cuando trataste de utilizar a mi hermano para darme celos.
- no me levantes la voz Enzo, recuerda a quien tienes delante.
- se perfectamente a quien tengo delante y te hablo como se me de la gana porque ahora mi hermano está muy interesado en tí y no voy a permitir que te toque ni un pelo.
Su confesión me deja sin palabras, a mí que siempre tengo una respuesta para todo.
- intentaré hablar con él y le dejaré las cosas claras para que no hayan malos entendidos.
- ¿no lo entiendes verdad?, No había visto a Gabriel así desde Elisa, la madre de Maxi, no se va a rendir tan fácil y conociéndolo al final conseguirá lo que quiere porque así somos, está en nuestra sangre.
Me acerco lento hasta él y no entiendo el porqué pero le acaricio el rostro, mi toque parece calmarlo un poco y es cuando vuelve a hablarme pero más bajo.
- no me interesa quien quiera meterse en el medio de ambos Adara, yo tampoco renuncio a nada que me guste y esta no va a ser la excepción, soy un puto egoísta y me vale verga que sea mi hermano.
- ¿don altanero está celoso?.
- déjate de estupideces, solo no me gusta compartir lo que es...- se corta enseguida- me marcho a mi cuarto.
Lo veo tomar su ropa y su ataque de celos me a vuelto a prender, no va a ir a ningún lado hasta que me brinde el placer que mi cuerpo reclama, pero como soy demasiado orgullosa no le pediré que se quede, así que inteligentemente dejó caer la toalla al suelo mostrándole mi desnudez.
- que pases buenas noches entonces, cierra bien la puerta cuando salgas y procura que nadie te vea.
- me estás provocando a propósito Adara- su miembro a vuelto a tomar vida entre su ropa interior y sus ojos centellan la lujuria que lo consume igual que a mí.
Me carga de forma brusca haciendo que mis piernas rodeen sus caderas e invade mi boca con rabia, mi espalda choca contra la pared y abro la ducha con la mano para que el chorro nos moje pero no suelto sus labios en ningún momento, su lengua se enrosca a la mía y es el mismísimo diablo el que me recorre las curvas y me prende el cuerpo entero como si me estuviera quemando en el puñetero infierno, mi piel arde; solo que esta vez es de placer y no de dolor.
Levanta una de mis piernas para mayor acceso y se introduce en mí de una sola embestida cosa que me saca un grito ahogado luego de deshacerse de su boxer, sostiene todo mi cuerpo en sus brazos como si de una pluma se tratase y me embiste de forma violenta, está molesto y está descargando su furia contra mí pero eso lejos de molestarme solo hace que me prenda más, me mira como si yo fuera un ser superior y eso me engrandece, se prende de mis senos dejando marcas de chupetones en ellos y haciéndome sentir el deseo que nos absorve.
- ¡más duro Enzo!- le digo como si fuera una ninfómana pero es lo que causa en mí.
Me obedece mientras vuelve a unir nuestros labios, estamos empapados y los ruidos que emitimos nosotros y nuestros cuerpos al chocar me encienden más.
- te alejarás de él, no te quiero cerca suyo Adara- me dice con rabia.
- tú a mí no me dices que hacer bébé- en estos instantes si me pide el puto sol se lo daría sin rechistar, pero no puede ver que me vuelve vulnerable y que tiene cierto poder en mí-pero para tu tranquilidad no quiero problemas con la nueva alianza así que le dejaré claro que no estoy interesada en él- es mi mejor estrategia para que no sepa lo que esconde mi interior.
- me importa una mierda lo que le digas, siempre y cuando sepa que contigo no tiene posibilidades.
Lo miro a los ojos y puedo ver su molestia y su placer, es algo raro, pareciera que librara una guerra interna.
- olvídate de tu hermano y déjate de estupideces, sigue llenándome de tí y demuéstrame que tan bueno eres como para hacerme olvidar hasta de mi propio nombre.
Y ahí está el hombre que tanto a llamado mi atención desde la primera vez que puse mis ojos en él, levanta su comisura izquierda en una sonrisa perversa que me dice que acabo de retarlo y eso me encanta porque sé que no va a decepcionarme.
Acerca su boca a mi oído y su aliento en ese lugar hace vibrar mi epicentro.
- prepárate nena porque está noche me hundiré tanto en tí y te atiborraré con tanto placer que no solo vas a olvidar tu nombre sino que no vas a poder sacarme nunca más de tu cabeza.
Imbécil creído, pero tiene un punto a su favor, llevo deseando esto desde que lo conocí y puedo aceptar que Enzo Cameron no salga de mi cabeza pero yo se lo devolveré peor porque me voy a impregnar tanto en su ser que aunque se acueste con cientos de mujeres recordará que como yo ninguna y sentirá la necesidad de volver a tenerme entre sus brazos.
Alcanzamos el clímax y ambos apoyamos nuestras cabezas en el hueco del cuello del otro para buscar un descanso, el agua nos sigue empapando y de forma lenta sale de mi cuerpo y me deja sobre mis pies que ahora mismo los siento como gelatinas, tiene una sonrisa en los labios y sus ojos me miran con triunfo.
- ¿la diosa de la muerte está complacida?.
- puede- le digo para enojarlo.
- já, así que puede, serás mentirosa, ven aquí para limpiarte.
Me toma de la muñeca y me deja a centímetros de él, coge mi gel de baño y comienza a bañarme, se me hace súper raro pues es algo que nunca antes e hecho, pero me encanta como toca cada parte de mi cuerpo así que por hoy lo dejaré pasar.
- tengo una duda.
- si tomo anticonceptivos.
- no era eso pero me alegra escucharlo.
- ¿entonces?.
- en la cena te comportaste de forma extraña, como si te hubieras dado cuenta de algo que nosotros no.
- que observador, me miras mucho al parecer.
- te miro demaciado pero eso ya lo sabías porque tu haces lo mismo, no creas que no lo sé- me dice mientras lava mi feminidad.
Me ruborizo un poco y no solo por lo que acaba de decir, pero me concentro en su duda.
- solo es una sensación, necesito saber si a la hora de la verdad puedo contar contigo.
- Adara necesito más información.
- ya te dije que es solo un presentimiento, pero olvídalo.
Me vuelve a meter bajo el chorro para enjuagarme cuando vuelve a hablar.
- cuentas conmigo.
Sonrío y me puso tan de buen humor que le devolveré el favor de bañarme.
- mi turno- en realidad me encanta tocar su cuerpo así que no perderé la oportunidad.
Mis manos lavan su cuerpo y admito que sus tatuajes hace que me resulte más sexy.
-Si me sigues tocando de esa forma volveré a hacerte mía Adara- estoy lavando su miembro y rápidamente vuelve a tomar tamaño y grosor.
Le sonrío de manera retadora y solo basta eso para que me bese de la forma que tanto me gusta mientras se mete debajo de la ducha para enjuagar su piel, sin siquiera secarnos me vuelve a tomar y me lleva hasta la cama y allí pierdo la cuenta de las veces que me hace suya hasta que el cuerpo no nos da para más y terminamos dormidos uno sobre el otro.
Despierto a media mañana después de la intensa madrugada y el lado de Enzo está vacío pero a dejado una nota en su lugar.
Tuve que irme antes que los demás se despertaran para que no descubrieran nuestro pequeño secreto, no tienes que decírmelo se que a sido un placer pasar la noche conmigo y siéntete orgullosa de ser la primera con la que lo hago.
PD: Te sigo odiando nena casi con las mismas ganas con las que te deseo
Enzo.
Sonrío ante la nota y me encamino al baño por una ducha, luego de asearme y terminar de arreglarme para bajar, salgo de mi habitación, llevo puesto un pareo negro en forma de vestido, corto y ajustado al cuerpo, debajo de él está un biquini de dos piezas del mismo color, la parte de arriba no tiene tirantes, su tela minúscula cubre lo más importante y une la prenda en el centro del pecho con dos cintas rodeadas de pequeños diamantes, lo mismo con la parte de abajo, las cintas quedan un poco más abajo de mi cintura con los mismos diamantes luciendo en mi cuerpo.
Son casi las diez de la mañana y no hubo necesidad de levantarme temprano a hacer ejercicio pues no paré de hacerlo en toda la madrugada, mi vagina está hinchada y se siente algo irritada por el esfuerzo, hace mucho que no tenía relaciones sexuales, tengo tanto trabajo que no me queda mucho tiempo para mi vida personal, voy bajando la escalera y voy directo a la cocina a preparárme algo para desayunar, cuando escucho la voz de una mujer.
- nous serons là jusqu'à demain, je ne peux trop parler; quand nous nous rencontrerons ce soir, je vous dirai tout, pour l'instant je resterai près du chef pour sortir ou écouter toute autre information, au revoir (estaremos aquí hasta mañana, no puedo hablar mucho; cuando nos veamos está noche te contaré todo, por ahora seguiré cerca del líder para sacar o escuchar cualquier otra información, adiós.)
Siento sus pasos alejarse y por la ventana logro distinguir un cabello rubio, pero hay varias con ese tono de pelo será complicado saber cual es, aunque descarto las que estarán cercan de Alex, Gabriel y Enzo, entonces o está con mi padre o con Scott.
Sabía que no me equivocaba, ví una sombra escondida en la cocina anoche escuchando la conversación y estaba segura de que era alguna de las perras que están aquí, ahora me mantendré con cabeza fría para descubrir la información que deseo.
Tomo un jugo de naranja con unas tostadas y me dirijo a la piscina donde se que se encuentran los otros.
Efectivamente, sabía que no sería fácil, mi padre y Scott están con dos morenas y dos rubias cada uno, Gabriel está jugando con Maxi con un balón de fútbol, mi hermana se está haciendo selfies y Enzo está...no me lo creo, el imbécil está jugando billar con Alex rodeados de ocho mujeres que le aplauden cada que cuela una bola, maldigo la hora de estar con mi padre y de no tener ningún chico para entretenerme.
Al verme clava sus ojos azules en mí y enseguida le aparto la mirada molesta, que me creía, es un imbécil mujeriego, claro que saliendo de mis sábanas iría a buscar otras atenciones.
- mi niña hasta que te despiertas.
- es que no pasé una buena noche y me quedé un poco más en la cama.
Maxi se acerca a mí con la pelota y con ojos de cachorrito para que juegue con él, no puedo negarlo este niño es precioso y demaciado tierno pero tengo algo adolorido mis músculos por lo que no voy a poder correr con él detrás de la pelota.
- ¿quieres jugar?.
- lo siento Maxi pero no soy muy de futbol.
Su carita cambia su expresión feliz a una triste y enseguida se me ocurre otra cosa para contentarlo.
- ¿y si nadamos juntos?.
- le tiene un poco de miedo al agua por lo que no sabe nadar- me dice Gabriel acercándose.
Se lo que le dije ayer a Enzo y no pretendo jugar con Gabriel pero ahora mismo necesito distraerme, así que me agacho frente al niño con una sonrisa.
- yo aprendí más o menos a tu edad y igual que tú también le tenía miedo, pero mi padre me enseñó que todos siempre vamos a temerle a algo lo que importa es enfrentarlo y no dejar que este nos gane, eso hacen los ganadores y tú eres del mismo equipo que yo ¿o no?.
El niño asiente y enseguida me quito el pareo, siento los ojos de su padre y del tío en mi cuerpo y disfruto el hecho de que el último tenga su vista en mí a pesar de estar rodeado de mujeres.
Me paso lo que queda de la mañana enseñando a Maxi a nadar, es un niño que aprende rápido y hace mucho caso, me gustó estar con él y me distrajo del ser imbécil que no dejaba de comerme con la mirada cada que Gabriel se acercaba a mí.
De vez en cuando miro hacia donde estan las rubias detallando cada movimiento y enseguida descubrí cuál es la que escuché hablar por celular.
Holisss, la foto del inicio es Gabriel Cameron, espero sigan disfrutando de mi historia 😘😘😘.
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