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Algo muy raro sucede con el soberano Hangul de estas lindas y lejanas tierras en Dae Jang Geum. NamJoon algo le decía, pero para mi desgracia no alcanzaba a escuchar nada y solo me tenía que basar en la clara ansiedad del hombre sombrero de paja, ¿Por qué lo inquieto?...Tal comportamiento me hizo llegar a la conclusión que una noticia de asombro se le fue dada y él no encuentra como reaccionar a ello. El moreno continuó hablando, moviendo los labios sin parar en lo que Hangul medio giró su cuello para acá...¡Por los dioses! ¿Será que no le agradó que hubieran niños en su palacio y por eso la constante mirada que no se aparta de nosotros?.
Si traje a mis pequeños conmigo fue porque en PRIMERA, el monarca Jeon Jung kook así lo concedió, y SEGUNDO, porque no tenía a quien dejárselos al cuidado mientras yo estaba fuera. No quise esperar más, si al soberano de contextura delgada le molesta nuestra presencia, no tengo más de otra que retirarme con ellos, tampoco permitiré que un hombre como el se luzca delante de muchos humillando a mis chiquitos tan solo porque QUIZÁS los considera de rango bajo.
-Es momento de irnos mis angelitos- corrí la silla con mi trasero dispuesta a levantarme, tanto los ojitos de Eun como los de Yoonie me miraron.
-¿Por qué tan pronto, mami? Ni siquiera han traído la comida y yo ya tengo hambre- mi niño acarició su estómago que fue evidente en rugir.
-Comeremos cuando lleguemos a la casa, hijo- me levanté- Anda, no sean desobedientes, vámonos ya- mi princesita igualmente hizo mala cara, obviamente ninguno de los dos se quería ir.
-A comer pan.... como siempre....- refunfuñaban mientras se bajaban de la alta silla.
-Yo quiero carne ..
-Y yo huevo.
Estos dos terminaran por volverme loca. Ambos se pusieron de acuerdo para en un momento como hoy, sean rebeldes y groseros con el ser que les dió la vida. Ninguno me miraba, tenían la cabeza gacha, el entrecejo fruncido, las mejillas colgadas y una deformación de labios. No les presté atención a sus berrinches, tomé sus manitos entré las mías, avanzamos hacia el soberano Hangul guardando muy bien la distancia por respeto, y le dediqué una reverencia. El hombre de vestidura pobretona se sentó en el trono en lo que su mano derecha Kim NamJoon, se puso firme.
-Disculpe mi soberano, pero si no le molesta, me retiraré del salón en compañía de mis hijos- no me atrevía a mirarlo, pero en lo más profundo de mi ser presentí como si ya hubiese pasado por esto. Al elevar un poco la vista, vi como Hangul le susurraba algo en el oído de Nam que le escuchase atento.
-El soberano pregunta, ¿El motivo del porqué se quiere ir tan temprano, señora Adrianna?...- alcé las cejas ante la inesperada duda del dios supremo de la nación y viniendo claramente por el portavoz Kim.
-No quiero incomodar al soberano con la presencia de mis niños y más si al evento solo asistió gente mayor- mi pequeña jalaba de mi mano, y al verle, deformó un puchero.
-Nosotros nos queremos quedar otro ratito, mami, no creo que al soberano le moleste- el dicho de Eun fue algo que obvio la mayoría escuchó, incluso su alteza de Dae Jang Geum haciéndome apenar.
-¡Ya basta los dos!- dado el regaño bajito mis angelitos volvieron a fruncir sus ceños enojadizos- Disculpe usted, soberano, solo son niños rebeldes....y como le dije, para no incomodarlo preferimos retirarnos.
NamJoon volvió acercar su oído para lo que fuese que diría Hangul. Al parecer fue algo larguito, ya que el moreno se tardó para dar el recado.
-El soberano dice que no le incomoda la presencia ni de usted, mucho menos de los niños- llevó sus manos atrás- El evento no está programado para nada que los pequeñines no puedan ver, solo habrá comida, baile entre otras cosas nada fuera de lo común, por eso no debe preocuparse señora Adrianna- pauso- Lo otro es, que el soberano INSISTE en que se queden, que coman bien, y si se llega la noche, se les asignará una habitación para que los niños puedan descansar si se llega el caso de que se queden dormidos..
-¿Viste, mami?- la de ojitos verdes se puso contenta- El soberano quiere que nos quedemos, él no es malo- sonrió.
-¡Ssh cariño!- su alegría no me permitió escuchar lo otro que me estaba diciendo Kim NamJoon.
-El soberano quiere conocer los niños, hablar con ellos... conocerlos más afondo, espero no le moleste el deseo de su alteza real- parpadeando dirigí mi mirar a mis hijos, ellos igualmente hicieron lo mismo, y encogieron sus hombros no viéndole nada de malo.
-¿Ustedes qué dicen, cariñitos míos?- les pregunté agachandome a su altura- El soberano Hangul quiere hablar con ustedes, ¿No les molesta?- sacudieron su cabeza en negación, su serenidad me daba a entender que no tenían miedo en ir a interactuar con un desconocido.
-Hablaremos con él, mami-
(Min)
Adrianna es la mujer más fuerte que haya conocido, no solo se hizo cargo de uno, si no de dos de nuestros hijos. Estos años para ella no debieron ser fáciles, y probablemente me odiara, por haberla dejado sola, desprotegida. Volver a coger el cargo como dios supremo fue complicado, pero más se me será ganarme de nuevo su corazón, y el cariño de mis hijos.
Besó cada uno de los pómulos de los chiquitos, y cuando ellos comenzaron a subir los escalones lentamente, los dos Tigres que estabas acostados a cada lado de mi trono, se acercaron para conocerlos. Ambos mellizos son mi sangre, se notó en la manera en como los dos felinos ronroneaban restregandose contra ellos. Adrianna se asustó, y los niños muchísimo más; ninguno sabe que tengo un vínculo bastante fuerte con ellos, y todo comenzó desde que me entregué por completo al dios Tigre de ojos anaranjados. No solo soy el soberano de una nación, si no también el alfa de cuyos gatitos tan grandes.
-Tranquilos niños, los tigres no les harán nada, vengan conmigo- Nam no tuvo de otra que acercarse a mis hijos para ayudarles a subir los escalones ya que los dos con miedo no quisieron aproximarse más. Se hincaron ante mi, y tomaron posición sentándose en el suelo justo al frente de mis pies. Chasquee los dedos; los sirvientes comenzaron a entrar al salón con charolas repletas de comida...
Dos de ellos se acercaron ofreciéndome el banquete, les hice señas que se las pusieran a mis hijos y así hicieron. Abrieron sus ojitos sorprendidos, seguramente nunca habían llegado a ver tanta comida reunida en un solo punto. Me dio rabia interiormente, mis niños estaban sufriendo en Daechwita, si yo me hubiera enterado muchísimo antes de que Adrianna me premio con tan glorioso obsequio, hace rato me los hubiera traído para acá, son mis hijos joder, mis niños ...¿Como es que Shi todavía no les ha tocado un solo pelo? La cuestión es muy sencilla, tampoco permitiré que lo haga.
-Soberano Hangul, ¿Todo esto es para nosotros?- mi hijo me miraba fijamente, con esos ojitos rasgados como los míos, pero con el bello color respectivo al de su madre.
-Pueden comer lo que quieran, adelante- aprobé entre una sonrisa. Ellos me devolvieron el gesto y sin más espera empezaron a disgustar del alimento- ¿Como se llaman?- extendí mi mano, después de probar el vino, el copero me hizo entrega.
-Yo me llamo Eun, soberano Hangul- mi hija tiene los cachetitos rosados y pecosos como los de Adrianna, la diferencia fue que me sacó el color verde de mis ojos.
Antes de que me pasara lo que me pasó, para nadie era un secreto que originalmente mis ojos eran cafés, los dos, gracias a la bendición que mi dios derramó sobre mi, poco a poco fui cambiando. Al principio se oía murmurar que estaba maldito, o que los dioses me estaban castigando por ser alguien tan ruin, tan cruel, tan malo, pero no era cierto, nada más estaba tomando forma del poder que un espíritu tan poderoso me estaba brindando.
Primero fue mi ojo derecho que cambió, y después de que estuve apunto de morir, el dios Tigre completo lo que ya había iniciado bendiciendo el izquierdo. Ambas vistas se tornaron verdes, adquiriendo mejor visibilidad nocturna, como un gato cazando un ratón en la penumbra.
-Y ¿Tu como te llamas?- desvíe mi mirada detenido en mi hijo.
-Yo me llamo Yoonie- respondió- Ambos somos mellizos, tenemos ocho años pero yo nací primero, eso me convierte en el mayor- por su manera de hablar con las mejillas repletas, me transportó al pasado donde yo me comportaba igual. Realmente en esa época era muy mal educado.
-Hermanito... no hables con la boca llena, eso es de muy mala educación- podrá ser el niño mayor, pero eso no es impedimento para darse cuenta quién es la que verdaderamente manda. Eun arruga el ceño como Adrianna cuando está enojada o algo no le agrada..
Miré a mi mujer, la azulada esperaba paciente sentada en la misma mesa donde la encontré mientras bebía un poco de agua. Sin apartar mi conexión, de un solo sorbo me tragué el vino ..
-¿Le gusta mi mami?- por poquito y me ahogo con lo que tenía en la boca al ser atacado directamente por la pregunta de mi princesita. Tosi un poco, incluso sentí que mi rostro se puso rojo.
-¿Por qué me preguntas eso?-
-Porque hace rato la está mirando- respondió sencillamente- Soy una niña, pero no soy tonta, se que si nos invitó a quedarnos, es para contemplar la belleza de mi mami- en completo silencio me quedé mirando sus ojitos saltones- Soberano Hangul, creo que está perdiendo el tiempo con ella.
-¿Por qué lo dices?- arquee una ceja
-Mi mami todavía está muy enamorada de mi papi.
-¿Ah sí?- más atento la escuché- Y ¿Dónde está tu papi en este momento?-
-El muy debilucho se murió- Yoonie fue el que está vez aportó a la plática pasando la comida por su garganta- Se dejó ganar por Shi, y ahora ese hombre tiene las tierras que por derecho son mías. Mi papá solo supo embarazar a mi mamá y dejarla sola, nunca había conocido a un emperador tan débil como él- abrí los ojos shockeado, me alarmó el como mi hijo se expresa de su propio padre- Mi mamá sufrió muchísimo por su culpa, y creo que ya llegó el momento de que sea feliz, envés de estar pensando solo en nosotros..
Me quedé meditando un segundo.
-¿Odias a tu padre?- sentí feo cuando pregunté eso.
-No, pero hasta es mejor que esté muerto, ¿Para qué un papá que no sabe cuidar a su propia familia y se dejó quitar el imperio tan fácilmente?-
(Adrianna)
Se ven muy cómodos conversando con el soberano Hangul. Recosté mi espalda en el espaldar de la silla y al cruzarme de brazos, divague en recuerdos. El rostro de Yoongi golpeó una y otra vez mi mente, por más que trate de sacarlo de mi ser no puedo, recaí en una maldición donde solamente puedo amarlo a él.
No importa cuantos hombres atractivos se crucen en mi camino, muerto o no lo sigo escogiendo a él, no me imagino en otros brazos que no sean los suyos. Tan concentrada estaba, que la única manera de hacerme reaccionar fue sentir que algo muy caliente cayó sobre mi; no se que accidente tuvo uno de los tantos ciervos que repartían la comida, sentí mi piel arder con lo voraz de un té hirviendo.
Enseguida me levanté sintiendo que me prendía. Viaje en las imágenes del pasado y tuve mucho miedo de quedar peor de achicharrada de lo que estoy ahora. Mi cuerpo no podría resistir más quemaduras, no quiero volver a pasar por eso nuevamente, no puedo....no puedo....
-¡ME QUEMO! ¡ME QUEMO!- alterada, temblando y con la mente enfocada en lo que me pasó hace 35 años atrás, desesperada restregue mi carne tratando de liberarla de lo ardiente- ¡ME ARDE! ¡ME ARDEEE!!- lloré asustada, mis hijos corrieron buscando tranquilizarme.
-¡¡MAMI..... NO TIENES NADA!!! NO TE LASTIMES- Eun en compañía de su hermano luchaban para que yo misma no me hiciera daño con las uñas en los brazos- ¡MAMI BASTA POR FAVOR!!! ¡¡MAMI!!!- mis dos chiquitos asustados lloraban- ¿QUÉ LE PASA A MI MAMI?-
-¡¡¡ME ESTOY QUEMANDO!!!-
De un momento a otro un pecho y unos brazos cálidos me refugiaron contra el. Me apretaron con fuerza, impidiendo que me hiciera más daño y me sintiese protegida..
-Tranquila amor, aquí estoy contigo, cuidándote, no permitiré que nada te haga daño- susurró en mi oído de manera suave y varonil. Cerré mis ojos, me dejé llevar por su fuerza..por su calor y ese olor que hace muchos años se me había perdido, pero que ahora recupero.
-Yoongi...mi amor.
-Aqui estoy, tranquila- sentí que me levantó entre sus brazos cargandome. Escondi mi rostro entre su cuello y ya no supe que más sucedió, perdí el conocimiento sintiéndome agotada.
.
Hola hola linduras.
Sé que odian que las deje en suspenso, pero no quise alargar más el capítulo.
Pronto conocerán el pasado de Adrianna, ya llegó el momento de saberlo (^^)
¡Gracias por leer!
Se les quiere.
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