Por fin, después de varios años de espera se puede decir que completó lo que tanto anheló. Ahora es él quien viste con telas de seda fina y brillante describiendo aquello como su Hanbok azul cielo.

Ya no inclina la cabeza para pedir permiso en dar la palabra; es ahora a él que aprueba quien puede hablar o no siendo el nuevo gobernante del imperio Daechwita. Camina con rigidez, con la frente en alto, mirando a todos por encima del hombro, e yendo a buscar cuya sensación "del qué se siente estar sentado en el trono".

Ingreso al salón, de inmediato una cadeneta de soldados posicionados a los lados de la alfombra que por orden suya fue cambiada, se hincaron en sincronía al verlo entrar. El hombre de 35 años de edad, y de una aproximada estatura con 1,82 desfiló con superioridad, chasqueó los dedos e indicándole a los eunucos que alzaran la coleta de su vestimenta para que al subir los escalonados del trono, no se le ensucie. Subió las únicas cinco escalas que hay, se dió vuelta, echó a sus sirvientes con solo mover un poco los dedos de su mano, y al sentarse disfrutando ser el dios de todo, una copa de vino se le fue entregada.

Mientras bebía, detallada el salón no a gusto con lo que veía. Urgía colores nuevos, más llamativos, y pensó en ese preciso momento que su sobrino segundo no tiene ni una pizca del buen sentido a la moda. Dibujo mentalmente un azul aquí, un verde allá y un rojo acá. Se le desgasto la vista observando un Daechwita tan opaco, tan sombrío, muchas cosas pensaba cambiar, después de todo el ya tiene el poder para hacerlo.

-Sirveme otra copa.

Lo ofreció para que se le fuera llenado una vez más, hasta que repentinamente una visita no invitada se apareció con los sumos alborotados, parándose justo a su frente con el ceño fruncido. Shi sonrió falsamente, y se colocó en pie extendiendo sus brazos.

-¡Bienvenido seas, sumo sacerdote Park! ¿Vienes a saludar propiamente a tu nuevo emperador? Ya era hora-

-¿Qué hiciste con Min Yoon Gi, desgraciado?- el reclamo por parte del pelinegro ocasionó la distorsión total de la sonrisa de su malevolencia.

-¿A eso has venido?- arqueó una ceja- A reclamarme estupideces- rugió. Park apretó sus puños enguantados; si no se le es respondido, propiamente se encargará de sacarle la respuesta a la fuerza, así tenga que morir intentándolo- Que importa lo que yo haya hecho con ese bastardo, soy YO ahora el más grande pilar de Daechwita.

-¿Tú, el pilar?- se cruzó de brazos y deformó un gesto burletero- No me hagas reír Shi Yong Jan,, tu no alcanzas ni ser una miserable roca.. ¿Acaso no has escuchado el frenan de que así la mona de vista de seda mona se queda?... lastimosamente ese eres tu- le señaló así Shi denominara un gesto no muy agradable- ASÍ TENGAS ESA CORONA PUESTA Y TE HAGAS LLAMAR TU MISMO, "EMPERADOR", SABES MUY BIEN.... QUE NO PASARÁS DE SER UN SIMPLE SEGUNDÓN.

-¡¡CÁLLATEE!!- se enfureció- Más te vale que desaparezcas de mi vista Park Ji Min, PORQUE SE ME OLVIDARÁ QUE ERES UN SACERDOTE E IRÉ POR TU CABEZA.

-¡Ja!- meneó la cabeza decepcionado- Es notable que tu no le llegas ni a los talones a Yoongi. Crees que te haz deshacido del verdadero emperador de este imperio, pero estás muy equivocado, algo me dice que Min Yoon Gi todavía está vivo, y yo lo encontraré.

Yong Jan estuvo dispuesto a responder ello, pero en cuanto varios de las filas de beige ingresaron al lugar, se extrañó bastante al ver como cinco de ellos traían a rastras a tres más. Park se corrió un poco asqueado para que aquellos hombres no se atrevieran ni a rozarlo. Les miró de reojo, igualmente le confundió el que ingresaran así, sin anunciarse, si ante Min se presentarán, el rubio ya los hubiera bufado por parte de respeto.

-Majestad.

-¿Qué sucedió?- el pelirrojo reconoció a los tres individuos que trajeron a la fuerza. Al unísono se arrodillaron- RESPONDAN, ¿QUÉ PASÓ? ¿POR QUÉ VIENEN ASÍ?-

-Asi los encontramos, majestad, no han parado de hablar incoherencias- Shi rodó sus ojos hacia los tres tipos que no paraban de temblar. Los otros cinco dieron dos pasos atrás permitiendo que los conmocionados quedarán a la vista..

-¿Qué pasó con Min Yoon Gi?- interrogó fríamente el de vestimenta azulada. Park los miraba detallado, sabía que algo pasaba, y quería saber qué- ¡HABLEN YA! ¿CUMPLIERON O NO MI ORDEN?- la vena en la frente de Shi pareció estallar. El soldado más valiente decidió contar todo con lujo de detalle así su quijada tiemble..

-Lo llevamos al bosque oscuro, señor, tal y como usted lo ordenó- pasó saliva por su seca garganta- Allí lo teníamos, amarrado de pies y manos contra el caballo. Él no podía ni levantar la mirada, durante todo el camino lo azotamos, lo golpeamos e hicimos que tragara pantano- mientras contaba, recordaba cada cosa a la perfección. Jimin frunció su ceño, retuvo todo su enojo para seguir escuchando- Estaba muy débil, alteza, incluso lo llevamos arrastrado para que pudiera llegar a su destino. Al considerar que había llegado el momento preciso para darle el toque final, una rara criatura se apareció ante nosotros saliendo de los arbustos. Un animal gigantesco, que nos miraba con ojos en fuego del infierno. Éramos diez de nosotros, y solo nos salvamos tres- explicaba en un estado de shock- La bestia que salió desde los arbustos era un Tigre blanco, con ojos brillantes y malditos, se balanceó sobre nosotros, mato sin compasión a mis compañeros.

-¿Qué idiotez estás diciendo?- se sintió engañado con tal discursito sacado de un cuento de hadas.

-Es la verdad, majestad, se lo juro por mi madre si es necesario- se vio desesperado- Ese Tigre acabó con nosotros, y cuando pudimos darnos cuenta, Min Yoon Gi ya no estaba. De un momento a otro se desapareció, no dejando rastro alguno.

-¿APARECEN ANTE MI CON UN CUENTO DE FANTASÍA TRATANDO DE CUBRIR SU INCOMPETENCIA?...¿COMO FUE QUE LO DEJARON ESCAPAR? ¿ESTABAN BORRACHOS O FUMARON HIERVAS QUE NO DEBÍAN?-

Park carcajeó divertido siendo testigo de la furia de Shi. Supuso que ya no tenía caso seguir ahí, dándose vuelta y abriendo su abanico con plena serenidad, se ventila mientras que lentamente se marchaba.

-Ire en busca de Min Yoon Gi, mi querido Shi, y ya verás que lo traeré de vuelta-

No se lo dijo para que se lo tomara como amenaza, es más que eso, se lo estaba asegurando.

VARIOS DÍAS DESPUÉS.

(Adrianna)

El cuerpo no solo me pesaba, si no que también me dolía, despego mis pestañas suavemente y al abrir los ojos un poco, giró mi cuello en dirección donde pudiese identificar a alguien si es que estoy acompañada. Sin decir una sola palabra me percaté que me encontraba acostada sobre una cama en una habitación bastante pobre, no pude reconocer el lugar, y al toparme con cuya anciana sentada junto a mi mientras hilaba, me confundió ya que no sé de quién se trataba. La viejita lucía muy elegante, todo su cabello lo tenía recogido con cintas y un precioso Binyeo de flores; por las fibras de su Hanbock, pude darme cuenta que era alguien muy importante, de alta categoría, encabezando a la casa imperial.

La miré callada, y al percibir que la observaba después de estar tan concentrada cosiendo, sus ojos se encontraron con los míos.

-Adrianna, al fin despertaste-

¿Quién es ella? ¿Por qué sabe mi nombre? ¿Por qué me cuida?.

-¿Quién es usted, señora?- como pude hablé. Rápidamente recuerdos atacaron mi cabeza, Hobi apuntándole a Yoongi con una flecha, y después de eso no supe más- ¡Yoon Gi!- preocupada intenté reincorporarme, pero al dolerme hasta la existencia, forme una mueca dolorida y la mujer me obligó a recostarme otra vez.

-No te muevas, aún no te has curado del todo, tienes que pensar ahora en tu bebé.

Al decirme ello cubrí mi vientre con las manos, mis ojos se humedecieron, y sentí un miedo enorme al caber la posibilidad de que haya perdido a mi hijito.

-Mi bebito está bien, ¿Verdad?- la anciana asintió y con la palma de su mano tibia, acarició mi estómago. No comprendí porque hizo eso, ¿Por qué su mirada se tornó triste? ¿En qué le afecta?- Señora, ¿Quién es usted?-

-Mi nombre es Min_Shu_Ki, la emperatriz y madre de Min Yoon Gi-

Se me abrieron los ojos asombrada- ¿Usted es la mamá de mi Yoongi?- una sonrisa se forjó en mi rostro- Él debe de estar muy feliz porque usted al fin apareció, ¿Y que está haciendo su hijo? Prácticamente en una junta, ¿No?- añadí con incredulidad.

La anciana emperatriz negó aún más destrozada, y con las yemas de su dedos limpio aquellas lágrimillas que derramaban sus arrugados ojos.

-¿Qué sucede mi señora? ¿Por qué llora?-

-Ya no volverás a ver a mi hijo nunca jamás, Adrianna- respiro muy profundo.

-¿Por qué dice eso?- ahora sí me asustó, y silencio por varios segundos incrementaban mi ansiedad- Dígamelo por favor.

-Yoon Gi está muerto.