31
E pasado más de mil veces por estos pasillos, los conozco a la perfección, pero jamás había llegado a sentir esto que hoy estoy sintiendo. Es como un vacío en el pecho, una nostalgia que me carcome, algo que me hace pensar que será la última vez que los recorro aunque antes no me había percatado de lo que tenía. El sol ya se posó por todo Daechwita anunciando que la mañana a llegado, se supone que tengo algo muy importante por hacer, pero me encuentro tan desanimado que ya no se me antoja nada. Mis pasos no son los mismos de siempre, vagando en pensamientos, y una corazonada que me empuja hacer lo correcto por vez primera. Desde que se amaneció, Adrianna me ha rogado de muchísimas maneras para que no cometa una locura; en estos momentos me persigue angustiada, desesperada porque pronto se terminará el corredor, y no habrá logrado hacerme recapacitar.
Ella no sabe que mi meditación no es precisamente para cortarle la cabeza a Tae Hyung, ese Rey de pacotilla no es tan importante como para que me tenga en este estado de somnolencia. Realmente no la estaba escuchando, y al darse cuenta de ello, me sujeto del brazo haciéndome detener. Con gesto de retrasado me volteé a mirarla, la chiquilla tenía los ojos húmedos, con una expresión que solo denominaba exasperación... ganas de abofetearme si llegase a ser necesario.
-Yoon Gi reacciona te lo pido- me tomó de ambos brazos y como si no fuera dueño de mi propio cuerpo, deje que me sacudiera- Esto es un enorme error, no puedes dejar a Daegu sin Rey, ¿Qué hago para que me?-
-¿Por qué eres tan hermosa?.
Dicho ello, la ojiazul arrugó el entrecejo confundida- ¿Cómo?- me miraba fijo, así que lleve acompañar lo dicho tomándola por las mejillas.
-Adrianna, prométeme que te cuidaras y lo mismo harás con nuestro hijo.
-¿Por qué me estás diciendo eso, si tú estás con nosotros?- ignoré su duda para enseguida besar su frente. La atraje hacia mi, contra mi pecho, envolviéndola entre mis brazos- Yoongi, ¿Qué ocurre contigo? Pareciera que te estuvieras despidiendo de mi, ¿Acaso me vas a dejar sola criando a nuestro bebito?- buscó mi mirada, y al entregársela, la solté un poco para colocar ambas manos encima de sus hombros.
-Solo prométemelo, Adrianna- insistí, deseaba escucharlo de sus labios- ¿Me prometes que se cuidarán? ¿Lo harás?- no comprendía mi actitud, su gesto la delataba, aún así ella asintió.
-Te lo prometo- enseñó su mano sellando el juramento- Nuestro hijo y yo estaremos bien, no te preocupes- acarició su vientre todavía plano. Sonreí más tranquilo- ¿Ahora sí me vas a decir por qué te estás comportando de este modo? ¿Qué sucede?- acunó mi rostro entre ambas manos- Me asustas Yoongi, ¿Todo está bien?- se me libero un suspiro, lo cierto es que ni yo sé lo que me está pasando. Desvíe la conexión que teníamos, no pude encontrarle respuesta a su pregunta, por eso la azulada se colgó de mi cuello besándome dulcemente. Correspondi estrechándola aún más, sin querer soltarla...- Te amo, Min Yoon Gi. Te amo- su confesión repentina, con cachetes sonrojados, ocasionaron que mi corazón brincara de una manera que nunca creí; parpadee seguidamente, no lo podía creer.
¿Adrianna me ama? ¿Será cierto? ¿Por fin alguien siente amor por mí?.
-Tu me..
-Majestad- uno de mis soldados más jóvenes, conocido como Li Jung Won y perteneciente a la élite guerrera, se colocó firme chocando su puño contra el pecho- Pido permiso para hablar.
-Habla- permití.
-Ya todo está listo como usted lo ordenó, señor. El Rey Kim Tae Hyung de la aldea Daegu se encuentra preparado para ser decapitado, solo se espera de su alteza-
Al volver a mirar Adrianna, ella sacudió su cabeza pidiéndome que no lo hiciera.
-Ya voy para allá. Retirate-
-CON SU PERMISO, ALTEZA- al darme una reverencia, el extraño muchacho se retira desapareciendo de pronto como llegó.
No quise hacer esta espera más eterna, me encaminé para allá de una jodida vez.
(Adrianna)
De reojo observé al pálido que miraba detenidamente a un Hyung arrodillado, amarrado, y vestido con una túnica blanca bastante manchada empeorando la catástrofe que se presentaría. Desde lo más alto del mismo balcón en que lo recibimos ayer en la noche, nos encontrábamos posicionados para está vez despedirlo. Preocupada miré al viejito Kim que cubría su rostro para que no lo vieran llorar; todos los presentes se veían en desacuerdo con esto, y la impotencia de no poder hacer nada para arreglar la situación ocasiona que me desespere más.
De nuevo miré a Yoon Gi, su vista estaba un tanto perdida, pensativo, como si estuviese aquí pero alavés no estuviera. Lo que pasó entre ambos hace rato fue algo muy raro, con pedirme aquello me hizo entender que se trataba de una despedida, ¿Por qué lo hizo? ¿Se piensa marchar dejándome sola con nuestra criaturita?, Deseo tanto leer su mente para saber que es lo que medita tan concentrado. De un momento a otro regresó a la realidad, y al darse cuenta de lo mucho que se tardaba en dar una orden sabiendo que todos lo estaban esperando, miró a uno de sus lacayos.
-Cubran su rostro-
Ante eso, el sirviente se acercó a Hyung para tapar su cabeza con una capucha del mismo color que su vestimenta.
En la arena un sujeto con ropajes distintivos a las armaduras reales, alistó su arma dispuesto a hacer su trabajo en cuanto el emperador le diera las señales necesarias. Otro tipo con capa negra se aproximó con una caja de madera entre manos, se posicionó no muy cerca del rey, y ahí acate que cuya caja era nada más para depositar la cabeza de Tae Hyung una vez sea apartada de su cuerpo.
-Yoongi te lo suplico, no hagas esto- volví a rogarle aunque supe que sería en vano.
Min llevó su mano derecha al aire, al hacer ello gran parte de los espectadores evitaron mirar. Entre esos NamJoon, el comandante Seok Jin, el papá de Tae, Evangelina que cerró los ojos, y varios más.
-¿Hay algo que quieras que decir antes de morir, Rey de Daegu?- preguntó el pálido ante una negación por parte del peliverde- Okay- en cuanto trono los dedos, rápidamente cubrí mi rostro con ambas manos para no ver. Los presentes exclamaron el "OH" que garantiza que todo quedó hecho. Algo cayó en el suelo arenoso, y con el corazón acelerado de valiente abrí las pestañas observando la ensangrentada escena.
El ciervo de capa oscura fue echando lento y cuidadoso la cabeza adentro de la caja, mientras su colega limpiaba el filo de la espada con un trapo viejo.
Coloqué mis manos en el pecho y se me fue imposible no llorar. Sentí los dedos de mi soberano en mi mejilla según él dándome consuelo, y cuando giré mi cara para mirarlo, el pálido ya la tenía enfocada de nuevo en otra cosa.
-Retiren la capucha- un nuevo mando se oyó, y al quitar aquel saco de la cabeza de Hyung, el muchacho respiró profundamente, se tocaba su cuello todavía estando en orden. Sus ojos color miel se fijaron en los felinos de Min, agradecido infinitamente por haberle perdonado la vida- REGRESA A TU ALDEA TAE HYUNG, Y ESPERO NO VOLVER A VERTE JAMÁS- se cruzó de brazos. Con piernas gelatina, su majestad de Daegu se incorporó visiblemente preocupado porque no había conseguido absolutamente nada para remediar la crisis. La última era la vencida, estuvo dispuesto a pedirle otra vez al rubio que le ayudara, pero el comentario del soberano lo interrumpió- CON ESO SERÁ MÁS QUE SUFICIENTE, NO PIENSO DARTE MÁS PORQUE YO TAMBIÉN ME PREOCUPO POR LOS MÍOS- varios carruajes fueron ingresando al lugar repletos de comida, no solo a mí se me dibujo una sonrisa al rostro, expresiones agradables se reflejaron ante estupenda obra caritativa.
-ESTOY MUY AGRADECIDO CON USTED, MI SOBERANO, LE DOY MÍ PALABRA QUE YA NO LO MOLESTARE MÁS Y SI EN ALGÚN MOMENTO REQUIERE DE MI AYUDA, AQUÍ ESTOY- Tae se veía sumamente feliz.
-¡Ja!- fue la única respuesta salida de los labios rosas del emperador- SOLO VETE. TU PRESENCIA ME MOLESTA- le echó sabiendo que no era así. Yoongi es orgulloso, y se le dificultad demostrar afecto por los demás; hoy por hoy apenas está aprendiendo, siendo un mejor ser humano.
-¿Majestad?- se dió vuelta para reunirse con el hombre que traía la caja entre manos. El pelilargo se la recibió, y al mostrarla frente a todos con los brazos extendidos, dijo lo siguiente.
-Esto es lo que le pasa a los traidores-
Me asusté un poco imaginando que al que mandó a matar envés de Hyung fuese un hombre inocente, pero si él dice que es un traidor, es porque así es. Yoongi nunca suele pasar por alto ello.
Colocó la caja encima de donde tenía varias más. Al verme, sonriente me acerqué para abrazarlo, que importa ya lo que piense, total, ya le dije que lo amo. Ya conoce mis sentimientos hacia su persona, y si no me corresponde igual no importa, mi amor es lo suficientemente grande para los dos.
Poco a poco las tropas Daegu junto con su Rey de fueron marcharon hasta dejar Daechwita, y al presentir que Min Yoon Gi iría a sus aposentos, decidí acompañarlo. Aún no nos retirabamos del balcón cuando a lo lejos alcancé a ver un sujeto con capa roja bastante sospechoso; en sus manos un arco traía, y hacia Min le apuntaba con la flecha. Estando tan oculto nadie lo alcanzaba a notar, pero yo sí, si vi su rostro y anonadada abrí los ojos como platos al reconocer quién se trataba.
-¿Hobi?-.
En ese preciso momento la flecha se disparó. No lo pensé dos veces para salvar a mi amado, y abrazándolo fuertemente, me volteé para que la flecha se clavara en mi. Fue demasiado veloz todo; mi cuerpo se fue doblegando yendo hacia el suelo, mis ojos se fueron cerrando, y Min conmigo en brazos, ancho los párpados de tal manera, que sorprendió. Se me fueron las luces, ya no supe que sucedió y lo que sucederá después de ahí.
(Min)
Atacaron a mi Adrianna, la atacaron. El atentado iba para mi, pero ella me protegió. Su cuerpo empezó a emanar sangre, manchando su lindo vestido amarillo, y junto con aquello, mi Hanbock negro. Al verla desfallecer algo muy adentro se me quebró, preocupación, susto, ganas de llorar, pero sobretodo RABIA, al atreversen a herir la mujer que tanto significa en mi vida. Caí con ella arrodillada, la flecha la tenía clavada en su paleta izquierda, y al ver que no abría sus ojitos después de ese último respiro que soltó, mi mente repitió constantemente que me la habían matado. Me la mataron, me la arrebataron junto con mi heredero.
-¡EL ATACANTE HUYEEE!-
Desperté al oír eso. Tuve que actuar rápido, coloqué el cuerpo de Adrianna cuidadoso en el suelo, y al desenvainar mi espada mientras empezaba a correr totalmente iracundo, vi claramente como aquel puto brincaba más que un saltamontes por el techo del palacio imperial buscando huir. Varios de mis hombres lo persiguieron pero el de vestimenta roja es muy escurridizo; arrebatándole el arma a uno de mis arqueros, apunté lo suficientemente bien hasta que conseguí detenerlo con una flecha clavada en el muslo derecho. Se quejó con gran dolor, salió rodando teja abajo y para no caer el vacío, se colgó como pudo aunque el trepar no era muy buena opción ya que su pierna traspasada no se lo permitía.
Tiré el arco al suelo, empuñe mi espada duramente en lo que mi entrecejo se fruncia cada vez más al acercarme. No le vi el rostro, solo agarré una de sus manos y lo ayude a subir después de estar colgando. Tanta es mi fuerza que con una sola mano mía basto para regresarlo a terreno firme y tirarlo de espalda contra una de las paredes. Cayó sentado, con el cuello inclinado sin mirarme, y un muslo que no paraba de sangrar.
-Mírame infeliz- escupí con enfado- ¡MÍRAMEEE!!- estuvo apunto de estallar las venas de mi garganta. El castaño levantó su vista, sus ojos se conectaron con los míos- ¿Tú?-
El él. Es ese maldito, el que decía ser supuestamente el "amigo" de la chiquilla. Jung Ho Seok nos ha traicionado, y yo lo mataré.
Hola hola preciosas.
¿Qué tal les pareció el capítulo? ¿Les gustó tanto como a mi? ¿Qué creen que suceda con Hobi? ¿Yoongi lo matara?
UMH!!!!! Eso se sabrá más adelante. Se puede decir que gran parte de las escenas del vídeo de Daechwita fueron terminadas. Todavía me faltan muchísimo más, pero lo lograré, lograré completarlo.
Mil gracias por leer, aunque sé que no les gustó lo de Adrianna ya que fue muy triste 😢 no les puedo adelantar nada, solo les pido que me sigan apoyando por favor.
Gracias por leer.
Cuídense mucho.
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