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-¿Por qué no ha llegado Adrianna?-
Ya ha transcurrido el tiempo suficiente para que la azulada fuera al baño y regresara a tomar asiento junto a mi. Cuando ella se retiró en compañía de la empleada, cinco segundos después el nuevo papanata nombrado rey de Daegu igual se retiró. ¿Casualidad? ¡No lo creo!. Algo debe de estar planeando el gusano ése, y lo cierto es que yo no confío ni en mi sombra..
Que no me crean caído del zarzo, hace muchísimo rato descubrí que la segunda reina imperial no era más que Adrianna haciéndose pasar por ella. El que no diga ni una sola palabra al respecto no significa que me chupe el dedo cayendo estrategias absurdas que fácilmente pueden ser resueltas. Desde que salimos de daechwita lo vengo sospechando, y lo logré confirmar justo cuando ella dejó a la vista las manchas de sus quemaduras en la mano derecha. Lo que más me cabrea es el hecho de que no solo yo me di cuenta de ello, si no que Tae Hyung igualmente lo captó al instante, y junto con eso, espero paciente la oportunidad adecuada para averiguar lo que sucede tomando sus propios medios.
Realmente estaba desesperado, no solo se veía reflejado en mi cara, si no también en el constante movimiento que hacía con mi talón en el suelo. Más de una vez enfoque mi vista en cierto puesto que lo ocupaba el Rey de pacotilla, ¡Demonios! , Estaba vacío, y lo peor es que ninguno de los dos se aparecía. Mi exasperación rebasó los límites cuando a lo lejos vi a la misma esclava que condujo Adrianna hasta al baño, con la diferencia que está vez regresó sola. Se apuro tanto por volver atender a esos ancianos de la corte que no son importantes para dejar a la deriva a mi mujer, ¿Pero como se atreve esa cierva mugrosa? ¡Abandonó a la ojiazul en un lugar que claramente ella no conoce!.
Si me tarde tanto en ir yo mismo por ella, fue confiando en que la retrógrada la traería de vuelta. Pero no, fui muy ingenuo en imaginar aquello...
-Maldita sea-
Furioso me levanté de la silla, preparé mi espada y salí en busca de ella. Mi reputación no es muy buena que se pueda decir, mi hoja de vida está tan ensangrentada que por ese motivo todos saben como actuó. El padre de Kim Tae Hyung me salió al encuentro, probablemente cráneo toda la escena viéndola pintada en mi cara de pocos amigos. Supo que iba por su bastardo, y que estoy dispuesto a matarlo si se atrevió hacerle algún daño Adrianna.
-Majestad- se forzó por no demostrarlo, pero vaya que el horror lo estaba consumiendo. Gruñi totalmente puto, de verdad harán que este peligroso Tigre salga de mi- Si no ha sido de su agrado la función pasaremos página para enseñarles las demás. Por favor, tenga más paciencia y ya verá que le agradará. Matará en un santiamén su aburrimiento- enseñó su sonrisa.
¿Pero que tanta mierda parlotea? Él sabe perfectamente lo que me sucede y trata de evadirlo con estupideces que ni vienen al caso. ¡Jum! Qué más se podría esperar, si evidentemente todo lo hace para proteger el pellejo de su hijito. ¿Distraerme? Eso es algo que le costará demasiado.
No lo golpeé ahí mismo porque me pareció algo descabellado si viniera de mi parte; en primer lugar porque ya está muy anciano, y un solo roce de mi puño lo mandaría directito al infierno. No pretendía seguir cayendo en su jueguito, ignorándolo por completo lo empujé un poco para que me abriera campo y así proseguir en lo que iba, hasta que repentinamente el raro de Park Ji Min se paró enfrente de mi nariz comenzando un espectáculo con abanicos..
*
(Adrianna)
-¿El ratón te comió la lengua? ¿Por qué no me hablas, preciosa? Tranqui, que no voy hacerte ningún tipo de daño-
Uno, estoy en terreno del cazador así que eso me convierte en su víctima. Dos, solo soy una blandengue chica en un país en el cual todos saben artes marciales. Tres, la opción de escapar no sería muy confiable o más bien segura ya que como lo dije en el segundo punto, Tae Hyung podría atraparme como mosca en red arácnida. Cuatro, y peor de preocupante. Si este tipo me llega hacer algo, y se lo digo al emperador, cabe la posibilidad de que nadie me crea, después de todo el de vestimenta verde ya es el nuevo Rey de Daegu y sería mi palabra contra la suya. El de tomar el papel como Sun_Hee tampoco sería muy viable, ya que este individuo me ha descubierto y frente a todos, podría hacer lo mismo.
-Oye-... Mis piernitas temblaron en cuanto aquél muchacho le recortó a nuestra distancia para comenzar acercarse a mi, ¿Y si grito? ¿Pero qué tal de que no sea escuchada? En momentos como estos, ¿Qué debo de hacer?- Ya te dije que no voy hacerte daño, ¿Okey?....¡Toma!- él mismo me regresó el velo. Estuve indecisa si en recibirselo o no, ¿Que tal que haga otro movimiento de esos rápidos que lo dejan a uno pestañeando?.
-No confío en ti- retrocedí mis pasos y me puse al margen. Si Hyung se vuelve aproximar un milímetro más, pongo patitas a correr, y a gritar como demente si es necesario.
-De acuerdo, te entiendo. Mira- se agachó y depósito mi velo envuelto como un bollo sobre el suelo- Aquí te lo dejo , ¿Esta bien?- enseñó ambas palmas de sus manos- No pienses que soy un acosador, o un tipo de enfermo violador porque en eso, si estás equivocada..
-¿Entonces qué quieres?-
-Tu nombre- serenamente lo dijo- Es lo único que quiero saber. Eres tan bonita que no pude quedar con las ganas de preguntarte como te llamas...
-¿Para qué?- arrugue el entrecejo sospechosa.
-Ey, hermosa. Enserioo, bajale dos rayitas a tu inseguridad- recomendó entre una risilla divertida- Yo entiendo que soy un total desconocido para ti, pero si de verdad quisiera hacerte algo, ya lo hubiera hecho, y no estaría perdiendo mi tiempo en convencerte de lo contrario, ¿Ves?- se encogió de hombros.
Su dicho me dejó pensándolo un segundo- Tienes razón- reconocí- ¿Pero ahora debo de suponer que tú, el rey de Daegu, quiera ser mi amiguito? Yo no me creo ese cuentito, así que ahorratelo si eso pensabas decirme.
-En realidad yo no quiero ser tu amigo- se cruzó de brazos, me alarmó también que siguiera estancado en el mismo punto sin moverse- Yo quiero tener la fortuna de saber tu nombre para así proponerte que seas mi reina, ¿Qué te parece?-
-¿Qué?- me alarme- ¿Acaso estás chiflado, Oke?- me ofendió su comentario- ¿Como puedes pensar en que yo puedo ser tu reina? Tú ni siquiera me conoces, y si así fuera, por supuesto que no aceptaría.
-Se te está presentando una oportunidad solo una vez en la vida, y ¿Así me rechazas?-
-Escuchame bien....- le señale con mi dedo- Tú podrás ser el único hombre sobre la faz de la tierra, y si no quiero aceptar tu propuesta, simplemente no lo hago, ¿Ahora qué? ¿Qué vas hacerme? ¿Obligarme?- lo desafíe.
-Me encanta tu valentía- sonrió aún más- Nunca nadie se había atrevido hablarme de ese modo, pero tu, tú eres otra cosa, y eso más me fascina.
No supe que responder a eso. Este Tae Hyung es más sicópata que el propio sumo sacerdote Park. Si el rey de Daegu fuera machorro, (gay) ellos dos harían una linda pareja..
-Preciosa, lastimosamente yo no puedo obligarte a que seas mi reina debido que el emperador te protege tanto, pero sí quiero que tengas bien claro que si necesitas algo, una ayuda, o lo que sea, ven a buscarme ¿De acuerdo?- alzó ambas cejas, otra cosita a lo que no le encontré respuesta- Puedes contar conmigo para lo que sea, para lo que se te ofrezca...
-Ok- puse mis manos en jarras- Supongo que gracias.
-¿Puedo saber ahora sí tú nombre?-
-Adrianna.
-¡WoW!, Lindo como tú- alago- Creo que ya conversamos mucho, ¿No es así? Es mejor regresar con los demás. Yo iré primero para no levantar sospechas, y luego ve tú-
-Me da igual como lo hagas.
-jajajajs, deberás que amo tu franqueza. En fin, ahí nos estaremos viendo-
Cuando me dió la espalda y al fin se digno a marcharse, le di gracias al cielo. Recogí mi velo, lo sacudí y volví a cubrirme con el; solo espero que Min Yoon Gi no haya descubierto nada, de lo contrario estaré en un gran aprieto.
Cuando llegué devuelta al pabellón donde se estaba realizando el festejo, mis ojos se abrieron enormemente al ver como Jimin le bailaba a mi pálido con una danza folclórica patrocinada por grandes abanicos decorados con flores de cerezo. Un grupo de bailarinas le acompañaban, pero solo él resaltaba, logrando opacar a las demás. Min parecía hipnotizado con su movimiento, solo mostraba una sola expresión, pero aún así se estaba dejando ganar por lo que el pelinegro causaba.
Se movía de aquí para allá, de allá para acá rodeando por todas las direcciones al rubio de Hanbock blanco. El sumo mayor lo hacía con tanta gracia, que no solo logró entontar a su majestad, el resto de los invitados quedaron supremamente atónitos ante lo presenciado. Cuando la función termino, Park se hincó ante su alteza con notorio cansancio, le pidió permiso de tomar su mano entre la suya, pero Min se negó.
-Acompañame, necesito hablar contigo-
Seco se lo hizo saber yoongi a Park. Propiamente la mano derecha del viejito Kim le enseñó un lugar donde ambos podían hablar en privado, que cuando se retiraron, solo supe dejar escapar un suspiro angustiante.
-¿Será cierto?- pensé preocupada- ¿Jimin me lo quitará?-
No sé porque de idiota me dió por mirar a Tae, y en cuanto lo hice, el castaño movió los dedos de su mano saludándome entre una sonrisa. Rodeé los ojos, y me dispuse a no mirarlo más, ese chico realmente es muy extraño.
*
(Min)
Al ingresar a una de las tantas habitaciones del palacio verde, giré en mis propios talones para poder verle la mirada al ojinegro. Él me recibió con una agradable mirada, tan reluciente como la sonrisa que cargaba. Tomándolo por sorpresa lo agarré de su Hanbock negro y lo ahorque contra la pared, fijamente lo miré, con mis cejas saltando de la pura ira.
Jimin no hizo nada para defenderse, él solo estaba ahí, mirándome directo con esa hipócrita sonrisa que no borraba. Se puede decir que ambos estamos en igual de condición si en estatura se trataba, claro está, que el de labios gruesos me ganaba solo un poquito.
-¿Se puede saber, a que estás jugando imbécil?- rugi conteniéndome en no darle una buena golpiza. No se me olvida que por órdenes de él Adrianna resultó encerrada, y golpeada en un calabozo; el que aún no haya tomado cartas sobre el asunto recreandome en él, no significa que no me las vaya a pagar. Solo estoy esperando el momento adecuado..- ¡RESPÓNDEME, GUSANO!-
-Le gustó mi baile, ¿Verdad? Le gustó como le movi mis caderas-
-¿Pero de qué mierda estás?..-
-No lo niegue más porque yo sé perfectamente bien que le fascinó- al también tomarse la osadía de sujetarse por mi vestimenta, causó que estuviéramos más cerquita- Se le vio el deseo por tomarme, y créame que lo puede hacer cuando su alteza quiera. Si lo desea, lo puede hacer ahoritita mismo, tomeme, hágame suyo..
-Que fregados...
En un parpadeo intercambiamos de roles, no sé como lo hizo, pero cuando pude darme cuenta ya estaba apoyado de espalda contra la pared después de ambos forcejeamos. Ji Min me acorraló, me acorraló...y fundió su boca con la mía. No me soltaba, estaba aferrado a mi como sanguijuela, obligándome a continuar con ese beso mientras permanecía con los ojos brotados.
Hola hola jiji.
Sé que las voy a dejar un poco enojaditas por dejarlo aquí, pero así incremento más sus ganas por seguir leyendo el fanfic^_^
Mil gracias por el apoyo, el leer, votar y sobretodo comentar.
Les mando un abrazo fuerte, de esos rompehuesos🍪
~Elenn Min~🍰
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