Sombra que lograba perderse entre un tétrico, frío y sombrío corredor que a duras penas era poco iluminado por las lejanas antorchas que habían situadas en cada vuelta del lugar. Solo el sonar de sus pasos le hacía indicar a sus lacayos que tanto le faltaba a su jefe para llegar a su destino.

-Amo- cuyos hombres se pusieron firmes y le dedicaron un saludo respetuoso al verlo llegar.

-¿Como está mi prima?- de reojo los observó, y llevando sus manos para atrás, compuso su postura- ¿Preguntó por mí, durante que estuve ausente?-

-No preguntó por usted, amo. Ni una sola vez- la franqueza en los labios de uno de sus hombres lo hizo formar una mueca molesta. Durante muchos años ha estado lidiando con el mismo problema, y ya le está cansando de no tener resultados por su esfuerzo.

-¿Otra vez mencionó a ese desgraciado?-

-Asi es, amo. No para de llamar a su hijo, quiere que el emperador de daechwita venga a-..

-Te CORTARÉ la lengua si vuelves a mencionar a ese puto- cabreado, el hombre de aproximadamente 36 años sujeta a su fiel sirviente de la ropa. Lo miraba directamente a los ojos, reflejando en ellos sobredosis de odio- El único EMPERADOR que vas a conocer en todo daechwita, voy hacer YO, vete haciendo la idea.

-Discúlpeme, Amo- bajó la mirada avergonzado- No se volverá a repetir- asegurando ello y la duda que lo carcome, lo llevó a preguntar lo siguiente- ¿Qué va hacer con la viejita?..¿Esta seguro que ella así toda chiflada, le servirá como camino fácil a su imperio?.

-Yo no entiendo porque hablo de estas cosas contigo, si tu cerebro es tan diminuto que no alcanza a procesar nada- rodeó los ojos irritados y no le dió la gana de responderle. Él mismo deslizó la puerta dando por terminado la conversación, ingresó a la habitación observando a una desorientada anciana que se encontraba recostada en el cabezal de la cama. Tomó varios respiros antes, armándose de mucha paciencia y mentalmente pensando que tarde o temprano todo esto se le sería muy bien pagado- ¡¡Prima!! Primita linda- al volver a deslizar la puerta, se quedó a solas con la confundida mujer- ¿Ya no me recuerdas?.

Al aproximarse a ella, y sentarse en la orilla del colchón, con un gesto bondadoso le sonrió lo más tierno posible. Su prima le miraba con extrañeza, una expresión que dominaba no reconocerlo.

-¿Enserio ya no me recuerdas? ¡Soy yo, tu primo! ¡Tu querido "SHI", el que tanto amas!. Al que has cuidado desde que era un niñito cuando mi madre murió...- trato de hacerla recordar- Mírame bien, por favor, y haz un esfuerzo.

-¡Oh, Shi!- al caer en cuenta de quién se trataba y sobre todo de recobrar un bonito recuerdo, estiró sus arrugadas manos para tomar su rostro- Ya te recuerdo- le sonrió- pero.. . ¿Dónde estamos, hijo? ¿Qué lugar es este?-.

-Estamos en un lugar muy lejano, donde nadie nunca podrá hacernos daño, ¿De acuerdo?-

-¿Un lugar lejano?- arrugó el entrecejo más perdida aún- ¿Cómo que lejano?.

-Estamos en beige, Prima- Shi se apartó de su lado para ir a servirse una copa de vino.

-Pero si estamos tan lejos, mi hijo Yoon Gi no podrá encontrarnos. No podrá venir por mí y..

-¡Prima!- enojadizo se volteó a verla- Desde que Min Yoon Gi se volvió emperador, ya no le importamos ¿Comprendes?- término de servirse la bebida, y una vez llena su copa hasta la mitad, volvió a dirigir su caminar donde la veterana- Tu viste que por culpa de él, tú esposo me desterró del palacio. Estuve mucho tiempo sin saber de ti, y si yo no te hubiera sacado de ese horrendo lugar, estarías muy mal.....- de un solo sorbo se lo bebió completo y descargo la copa sobre la mesita de noche- Prima. Sé que suena cruel, pero tienes que entender que ya no le importas a tu hijo, y si te tengo tan alejada de todo el mundo, es porque quiero protegerte- pauso- Protegerte de los enemigos, e incluso de mi sobrino que fue capaz de encerrarte allá para deshacerte de ti. Tú sigues siendo la emperatriz suprema, ¿Por qué crees que e dedicado mi vida a cuidarte?- la mujer extendió sus manos para que él las tomara, lo cual Shi no dudó en besar- Eres lo único que me queda, primita linda- colocó gesto de ternero degollado- Y no quiero perderte también.

-¿Entonces nos quedaremos aquí para siempre, primo?-

-No- se sentó nuevamente junto a ella- Volveremos a daechwita, pero para eso necesito que me ayudes.

-¿Yo? ¿Pero como podría ayudarte yo?-

-Sigues perteneciendo a la casa real. Eres una gran influencia, alguien realmente importante, en cambio yo no- fingió tristeza en la mirada- Escucha, tú sabes más que nadie que mi sobrino se descarriló. Se dejó ganar por el poder, y no le importa nadie más que él mismo. La aldea está sufriendo y si no lo destituyes de su puesto, esto pasará a mayores-

-Yo no puedo destituirlo de su puesto. Mi hijo es el soberano, su rango es muchísimo más poderoso que el mío así yo sea su madre..

Perdiendo los estribos Shi se colocó en pie- PUES ALGO TENEMOS QUE HACER PARA QUITARLO DE SU CARGO. SOY YO EL QUE DEBERÍA SER EMPERADOR, NO ÉL-

-Es su sangre real quién lo tiene en la cima, y contra eso no puedes hacer nada, hijo. Entiéndelo-

-Y ¿LAS REGLAS? ¿QUÉ PASÓ CON LO QUE UN EMPERADOR NO PUEDE TENER NINGÚN TIPO DE MARCA EN LA PIEL? PERO ÉL LA TIENE, Y TIENE UNA CICATRIZ MUY GRANDE, VISIBLE PARA CUALQUIER VISTA- tuvo que respirar al sentir que se quedaba sin aire ante tremendo grito eufórico- Están rompiendo con nuestra tradición, y eso es algo que no se puede pasar por alto. Aunque no tenga un rango tan alto, yo también soy perteneciente a la casa real, y si tú me ayudas, podría ser el nuevo emperador de daechwita ya que no hay más miembros de la casa que pelee por ese puesto.

-Hijo...

-¿Me ayudarás, prima? Di que me ayudarás a conseguir el puesto para así por fin, liberar a daechwita del sufrimiento que mi primo les a impuesto como emperador tirano- ante ella se arrodilló. Agregándole a su falso gesto preocupado, un toque de convencimiento- ¿Me ayudarás a que el imperio caiga en mis manos?.

*

Es más que un solo cuerpo lo que busco. Es conocer o al menos experimentar un ratito aquello que se me fue negado por muchos años. De nada me sirve tener mil riquezas, grandes extensiones de terrenos, ser la principal cabeza de un Imperio que depende como lo dirija, si apesar de todo eso aún me siento vacío, y seguiré sintiendo ese mismo hueco en mi si no encuentro quién pueda llenarlo. Pero esa es la cuestión, eso es lo más chistoso del tema por así decirlo. El gran emperador Min requiere de una persona que le haga sentir realmente importante; no de la manera básica que todos conocen, si no de algo que supera por mucho a lo que se supone que debería. Hablo de un sentimiento tan fuerte, uno aquél que no conozco, pero que quiero conocer.

Crecí al mandato de lo estricto, desechando por completo los sentimientos, e inculcado mentalmente que aquello me haría sentir débil. Como mi padre Agust tenía que ser, que cuando me vieran lo primero que obligatoriamente todos deberían pensar, es que Min Yoon Gi es la viva imagen del antiguo soberano. No me permitieron ser yo mismo, "ser fuerte" es lo que más importaba sobre todas las cosas, y que cada pensamiento al despertar es "que todos están por debajo de mí".  Yo era un niño como cualquier otro; uno que jugaba, hacia diabluras, reía, lloraba, anhelaba sentir amor, pero lo cierto es, que mis padres estuvieron ahí, como también no estuvieron. Mamá vivía para ser solo la emperatriz, mi padre él emperador, sin contar que su heredero lo único que deseaba era tener un poco de atención.

Envidié con el alma a los hijos de los aldeanos, también incluyendo los primogénitos de los esclavos. Ellos no tenían nada de lo que a mi me sobraba, pero yo nunca tuve lo que ellos tuvieron.

Amor, eso fue lo que como emperador.. jamás llegue a tener. Eso mismo me está pasando ahora y lo que está cruzando por mi cabeza. Hye podría ser la chica perfecta; es hermosa, inteligente, fértil, con un cuerpo sensacional, pero peor de vacía de lo que estoy yo. Es una chica que le ha hecho demasiado daño a la única persona que me ha demostrado que de verdad le importo, y si por mí culpa pierdo eso, ya no sé que sería de mí; ya no sé qué sería de mi vida.

Adrianna se convirtió como en mi luz, y si esa luz se apaga, me perderé nuevamente en la oscuridad.

-Déjeme demostrarle lo que es estar con una mujer de verdad-

La castaña de ojos color miel estuvo apunto de quitarme el Hanbock, y reaccionando a tiempo ante tal osadía, inconscientemente la empujé por el pecho. Quizás fui muy brusco o es porque mi fuerza no se medirla, pero Hye  tropezó entre sus mismos pies y cayó de nalgas contra el suelo. No comprendió porque actúe de esa manera, solo vio como me acerqué a ella y me tomé de cuclillas...

-Tú nunca podrás darme lo que yo quiero- fijamente la miré.

-Majestad, yo sé que yo puedo darle el bebé más precioso del mundo- aparte de la cierva, ella es el segundo individuo que me mira directamente a los ojos. Sin temer en ellos..

-Te convertirías en la quinta reina imperial, y lo que yo necesito, es una emperatriz- arrugue el entrecejo serio.

-Yo puedo ser su emperatriz, si su alteza me lo permite.

Medité en silencio, mirándola sin una sola vez parpadear y dándome cuenta de algo, solo menee la cabeza en negación- En tus ojos no existe bondad, tampoco inocencia, no hay amor allí, y eres igual de oscura que yo. Igual o peor de vacía..

-¿Eso es bueno, o malo, mi soberano?-.

-Dímelo tú- la rete a darme una respuesta concreta.

-Lo que pasa emperador, es que no todas tuvimos los mismos privilegios, no todas tuvimos buenas infancias, y no todas perdonamos tan fácilmente- sonreí ladino con eso que me dijo. Es inteligente, vuelvo y lo repito; Hye comprendió al instante lo que le di a entender sin la necesidad de salir de mi boca- Mi cochino pasado me obligó a ser muy mala, y es normal que no vea bondad en mi. Lastimosamente yo no soy como la piojosa esa que ocupa su cama, y lo más triste de saber es, que así exista la chica más angelical en el universo, usted seguirá viendo esa sucia cierva reflejada en todas nosotras, ¿O me equivoco?- valientemente arqueó una ceja enfadada.

Reí con eso, y me reincorpore tranquilo- Es verdad. Ustedes nunca serán Adrianna, y así sucia como la llames, es la chica que me encanta- no fui consciente cuando dije ese final.

-¿Por qué ella y no yo?- se mostró muchísimo más indignada- Si ambos somos iguales. Somos como hierba mala que nunca muere.

-Respondete tú misma a eso, porque la respuesta está muy clara. O al menos para mí- dado por terminado la plática, le di la espalda y me retiré de ahí. Se supone que como ser perverso, debí vengarme de ella, ¿Pero que más venganza que está? Si como mujer la desprecie por desear a alguien de más bajo nivel. Debe sentirse humillada en estos momentos, y si por su odio termina lastimando a mi Adrianna, esta vez no tendré compasión con ella.

La furia que llevaba cargada se esfumó. Solo me quedaba el pensar, y mientras acomodaba de nuevo mi vestimenta, al final del pasillo me topé con Bae. Se me hizo muy raro verlo, hace no muy poco le ordené a Nam Joon que le dijera al ancestro este que fuera a ver a la azulada, ¿Qué mierda hace aquí tan relajado?.

-Majestad- me saludo solo inclinando la cabeza, ya que su espalda sería algo que no soportaría mucho- Lo estaba esperando, sabía muy bien que no se tardaría en salir.

-grrr- fue mi única contestación. Este vejete realmente me exaspera-  ¿Ya fuiste a buscar Adrianna? ¿Como está?.

-Me impresiona el que le importe tanto la chica, creo que actúe muy bien en escogerla como..

-SOLO RESPÓNDEME, GUSANO, O TE..

-Degollo con mi espada, ya lo sé- completo la frase muy orondo. Tosió peor de tranquilo y decidió hablar- No fue necesario que fuera a buscarle a su alcoba como me lo pidió mi hijo, ya que yo ya la había visto rodeando el jardín con uno de los empleados.

-¡Espera, ¿Qué dijiste?!- me tomó por sorpresa ello.

-Que no fue necesario que...

-NO VUELVAS A REPETIR ESA MISMA MIERDA. SOLO DIME CON QUIEN ESTABA-

-Con un empleado, ya te lo dije-

-¿Qué clase de empleado?- no sé porque poco a poco sentí un calor recorrer por todo mi cuerpo, y una ira incontrolable que no se pudo describir -¡HABLA YA! ¿QUÉ PUTO ESTÁ CORTEJANDO A MÍ MUJER?-

-No es necesario que te pongas así, y me das la clara impresión de que....¿Estás celoso? ¿Estás celoso, muchacho?-

-¿EN CUÁL DE TODOS LOS JARDINES ESTÁN? ! LLÉVAME ALLÁ!. PERO APÚRATE- ignorando por completo su dicho, agarré al viejito de su antebrazo para luego llevarlo conmigo arrastras. Me urgía llegar lo más pronto posible al lugar, y Bae no es que camine muy rápido. Gracias a uno de mis hombres que supo decirme en que sitio se encontraban, deje al ministro Kim atrás para irme a paso largo..

Salí a uno de los tantos balcones, y reparando el lugar con detenimiento, logré verlos desde lejos. La ojiazul se veía muy feliz al lado del mugroso que la acompañaba. Un revoltijo se produjo en mi estómago, y no soporte verla con otro que no sea yo.

-¡¡ADRIANNAA, VEN AQUÍ AHORA MISMO!!- no solo ellos se voltearon a verme cuando grité de esa manera, si no también los soldados que vigilaban esa zona. No me importó, me quedé ahí viéndola despedirse del gusano con una tierna sonrisa para luego abandonar el jardín- ¡Tú!- me dirigí a mi subordinado. Él reaccionó colocándose firme y siendo atento a lo que tuviese que decirle- Quiero al gusano ese dentro de 20 minutos en el salón del trono, ¿Te quedó claro?-.

-Como usted diga, alteza.

Abandone el balcón para encaminarme por el pasillo y encontrarme con la cierva. Cuando me vio a lo lejos, le disminuyó a sus pasos, pero al yo incrementar los míos, en un parpadeo la tuve enfrente. Sin más espera la sujete de su brazo, me la llevé conmigo a la fuerza así ella se estuviera oponiendo ante tal brusquedad.

-Me duele..- se quejó tratando de soltarse. No le puse atención, solo quería llegar a nuestra alcoba- ¿Qué le pasa? ¡SUELTAME!- al llegar, de muy mala manera la hice ingresar. Azote la puerta de un tirón, y la miré directamente con furia evidente- ¿Acaso se volvió loco? ¿Ya por qué me está mirando así?- permanecía a la defensiva mientras acariciaba su brazo buscando minimizar el ardor en el.

-¿Quién ese tipo con el que estabas? ¿QUIÉN ES ESE GUSANO AL QUE LE SONREIAS?- mi estallido provocó que Adrianna se alejara más de mí. Buscando protección escondiéndose detrás de las cortinas del balcón..- NO TE QUEDES CALLADA, ¡CONTESTA!

-ESO A USTED NO LE IMPORTA- se vio muy valiente al responderme ello, pero cuando me vio aproximarme peligrosamente a ella, la chica corrió a treparse en la cama con intensión de una escapatoria. No fue tan ágil como yo, porque cuando ella mando sus zancadas sobre el colchón para bajarse luego, con total rapidez la atrapé en pleno acto lo cual ambos caímos sobre la cama. La acorrale entre mi cuerpo y las mil almohadas que habían- ¡Déjame! ¡Déjame por favor!- se retorcía luchando por liberarse, pero no lo permití.

-Tu eres mía, Adrianna. Mía, solo mía- la besé a la fuerza, y aunque ella se resistió en corresponder, a lo último termino cediendo.

~Elenn Min~🍰