16
-Retirate-
Por la rigidez en su mirada y el tono de su voz, el soberano parecía estar muy molesto, muchísimo más de lo habitual. Sé que su mal humor es conocido estúpidamente como parte de él, un orificio que va incrustado directo a su personalidad, pero la corazonada me grita que en ESTÁ ocasión su enojo fue provocado por parte mía; por abrir mi gran bocota y no haber durado un segundo sin decir las cosas que pensaba precisamente de él.
No me quiero sentir importante, mucho menos para un sujeto como lo es Min Yoon Gi, pero si de ser ilusa se puede, entonces es totalmente válido que haya llegado a tal conclusión. Si cabe realmente la posibilidad de que este enojado por eso, no saben lo culpable que me siento ahora mismo. Si llegue a ser un poquito importante para el pálido, ya con esto que aconteció, mató por completo lo poco que había llegado a sembrar en ese corazón tan duro que tiene.
-Permiso, alteza- Evangelina se apuro en abandonar los aposentos reales, yo igualmente pensaba huir como una cobarde saliendo detrás de ella, pero Min no me lo permitió.
-Tu no, cierva- bufó justo cuando le di la espalda, justo cuando solo di un paso al frente y justo cuando le rece mentalmente a la diosa "GIJEON" (de los milagros) para que me ayude a salir de esta. Mi nueva amiga, y dama de compañía cerró la puerta dejándome a solas con este peligro, llamado yoongi.
Deforme una mueca preocupante, asustada, embalada. Ni me sentí capaz de voltearme a verle...
-Me REPUGNA las mujeres sucias, al menos báñate, ¿Quieres?- rugió oyendo claramente sus pasos detrás de mí, no sé a dónde carajos se dirigía, pero la acción más veloz que tuve fue pasar por su lado e ir a encerrarme en el baño. No le contesté nada y si que menos le vi a los ojos, solo me encerré en otro lugar totalmente angustiada mientras inconscientemente me devoraba las uñas. No lo pensé dos veces para encontrar otra solución, deduje en quedarme el tiempo suficiente bañándome para que cuando salga él ya no estuviera en la habitación. Segurito que después de esto él ya no querrá verme ni en pintura, no querrá que me aparezca en el comedor, así que si tenía tanto afán por ir a desayunar, probablemente cuando vaya a comerme aunque sea un pan, el rubio tampoco estará allá.
Me bañé el cabello, perfume todo mi cuerpo, y al tener puesto nueva ropa interior, se sintió muy bien, pues pensé que jamás llegaría a tener tanto. Al envolverme por completo en la toalla blanca, lo primero que hice fue asomarme desde la puerta del baño directo a la alcoba, y al no ver a nadie, salí. Con la duda rondando en mi cabeza, abrí el guardarropa, busqué toda la recamara e incluso debajo de la cama, pero su majestad no estaba por ningún rincón, no es por exagerar, pero hasta en los jarrones revise. Me sentí aliviada, llevé mi mano al pecho y solté un respiro que me devolvió el alma. Mentalmente afirmé que en definitiva ya no estaba aquí, así que comencé a vestirme más tranquila; peine mí cabello, embuti mis pies en hermosas zapatillas que cuando estaba presumiendo mi lindo vestido rosa dando giros y más giros en un solo punto, del susto me fui trastabillando contra el espejo una vez vi a Min Yoon Gi.
Se me contuvo el aire en los pulmones al verlo atravesar las cortinas que conducen al balcón, ya estaba vestido con su repetitivo Hanbock negro, traía su moña bien peinada y ajustada con la corona imperial. Que guapísimo se ve, no sé realmente lo que se hace este hombre, pero cada día que pasa lo veo más precioso, me encanta cuando me mira así, tal y como lo está haciendo ahora, como si a través de sus ojos me estuviera leyendo la mente ..
Se dio vuelta, con intenciones de marcharse sin decirme una sola palabra, en cuanto cruzó el umbral, actúe de inmediato para no dejarlo ir así, tan enfado conmigo.
-¡Espera, yoongi!-
Me apresuré en correr un poco, pero tampoco fue necesario, él mismo se devolvió poniéndole a su caminar una rapidez que evaporaba indignación. Pareció un toro apunto de encuernar a alguien, que cuando lo vi llegar de esa manera instintivamente me arrodillé rozando mi frente en el suelo y alcanzando a tomar su mano, mano en la que cargaba su argolla real. Le sentí su anillo entre mis dedos, elevé mi rostro para besarlo, pero su jalón no me permitió tal privilegio. El asunto es más grave de lo que pensé, si no me permite besar su argolla, su mano, ¿Como fregados tocaré sus labios otra vez?.
-Para ti, soy el EMPERADOR, que te quede claro- recordó la cruel posición que nos toca a cada uno- Si te permito tanto, y debido a tu falta de respeto hacia mi persona no te e matado, al menos valora eso-.
No tuve las palabras adecuadas para responderle, porque al fin y al cabo él tiene razón. Muchos han cometido errores que han pagado con su vida, tan solo por cositas insignificantes. A las concubinas las gritan de la peor manera porque no se expresan adecuadamente, y a mí, me ha pasado todo, no pasa más de una amenaza, cuando a otros le cortan la cabeza.
Se inundaron mis ojos en lágrimas, iba a mirarlo, a pedirle disculpas, decirle que no fue cierto nada de lo que dije, que solo salió de la boca para afuera y no admitir mis celos, que una vez alcé la vista, él se retiró. Se fue, no permitiéndome decir nada en lo absoluto..
-Y ¿Ahora que hago?- pensé agobiada- No me conviene estar así con él, ¡Ayy!- quise arrancarme los pelos por la frustración- ¿A quien engaño? Si al fin de cuentas yo lo quiero solo para mí. Evangelina tiene razón, siento celos, y por mis estúpidos acciones yoongi piensa que el no me importa.
(Min)
Como león enjaulado me encamine con total velocidad por los pasillos del palacio. No fue necesario mandar a llamar a NamJoon, ya que el moreno se apareció ante mí como por arte de magia..
-Buenos días, majestad- se unió a mi procesión yendo detrás de mí. No tenía humor para nadie, ni siquiera para mí mismo. Después de lo que oí en el baño, lo que la cierva dijo, tenía ganas de matar y comer del muerto- El desayuno ya está listo, todos lo estamos esperando en el comedor..
-Dile a todos esos viejos que los quiero ver en el salón del trono, y no es para mañana, ¿Te quedó claro?- tenía algo en mi mente que como gabinete imperial su deber es aclarármelo.
-Y ¿Porque no desayunamos primero, alteza? Ya son más de las..-
-¿TE QUEDÓ CLARO O NO? O ¿TE LO TENGO QUE VOLVER A REPETIR, IMBÉCIL?- mis gritos son aterradores, pero en esta ocasión fue más que impactante. No espere a que se le diera la puta gana de asentir o no, continúe en mi rumbo, que claramente se encomendaba al salón del trono.
Me hacen unas, y el consejero mayor como toda escoria que me rodea, resultan pagando los platos rotos por todo. Los custodios fueron muy astutos en abrirme la puerta cuando todavía me faltaba para llegar; en mi expresión se dan cuenta de lo ardiente que estoy, y obviamente no se quieren ganar un regaño a estas horas de la mañana.
-¡¡¡MAJESTAD!!- corearon al verme pasar. Los guardias de la fila a lo largo de la alfombra dorada, se colocaron firmes mientras me dirigí al trono.
-Vino- exigí una vez me senté, lo cual los eunucos y el copero no se tardaron en dármelo. En un solo sorbo lo bebí, que cuando iba a pedir la siguiente, mis cejas automáticamente se elevaron en asombro al ver los ancianos llegar. Por lo particular se tardan una década, y eso más me enfurece..
-Aqui estamos majestad, como usted no lo pidió- habló Bae dándome una venía, seguida por el resto que lo acompañaba- ¿Pasó algo?-
Se supone que mi pensar el día ayer hasta esta mañana, era una totalmente diferente a lo que estoy pensando ahora. Mis planes eran divertirme con los tres gusanos que se burlaron de mi, pero resulta ser, que dejaré eso para luego, ya que todo se distorsionó en algo que no tiene que ver.
-La vez pasada, le pregunté al inepto de NamJoon que me explicara que era eso de celos- me acomodé de lado y subí un pie en la silla- PERO EL ESTÚPIDO ÉSE ME SALIÓ CON UN CHORRO DE BABAS QUE AL FINAL NO LE ENTENDÍ UNA VERGA- el alto moreno se rasco la cien, y desvío la mirada a otra dirección al ver mi furia por su incompetencia- Más les vale, que ustedes me den una respuesta concreta.
Los unos se miraron a los otros. Me imaginé que ahora sí tendría una aclaración a cierta palabra que no está registrada en mi concepto para entender todo aquello que realmente importa, por eso coloqué atención a lo que me dirían..
-Majestad, los celos son...
Bae estuvo dispuesto a decírmelo, pero no falta el metido que todo lo arruina.
-Disculpe que le diga esto, alteza¿Pero es enserio que nos reunió para esto?- la opinión o pregunta que me haya dado el canciller en su tono burlón, e irónico, fue la gota que derramó el vaso- ¿Por qué primero no vamos a desayunar y después le respondemos todas las inquietudes que?-...
-¿TE ESTÁS MURIENDO DE HAMBRE, GUSANO?- me levanté del trono iracundo.
-Señor, yo solo...
-¡¡¡CÁLLATE, O TE ATRAVIESO CON MI ESPALDA HASTA SACARTE LAS VISERAS!!- fui rápido en enseñársela- Nadie comerá, hasta que yo diga- frunci el ceño- N A D I E....¡¡NADIEEEE, ENTENDIDO?- apreté la quijada- HASTA QUE A "MII", SE ME DE LA REGALADA GANA, NINGUNO BEBERÁ AGUA, O COMERÁ. "NI USTEDES", NI LOS SOLDADOS, NI LOS ESCLAVOS. NAADIIEE-.
-Pero, emperador- Kim menor abrió sus ojos preocupado- Los esclavos sin comida ni agua podrían morir, no tendrían fuerzas para trabajar.
- SE PUEDE MORIR HASTA MI ABUELA Y A MI ME VALE UN PEDO- peor rugi- TRAIGANME AL COCINERO REAL .
-Aqui estoy, su majestad- el hombre gordo se presentó como flash, tan veloz que no lo vi llegar.
-No le harás de comer a nadie. Te atreves a desobedecer mi orden y te mato, ¿Oíste?-
-Si, soberano. Descuide..-
-USTEDES- miré al grupo de vejetez- Fuera de aquí- dicho ello, asintieron sin nada más que decir, o más bien con mucho, pero que no se le fue permitido.
*
DOS DÍAS DESPUÉS.
(ADRIANNA)
Supe que yoongi siguió cogiéndose al harén apesar de las mismas órdenes que él haya impuesto. No les niego que me enoja todo esto, pero hay asuntos más importantes que yo misma. El emperador se ha desquiciado, se oye murmurar, que no a permitido que nadie beba un solo sorbo de agua, a excepción de él. Yo misma fui a preguntarle a Bae que si al menos el come ya que soy la única que se la ha permitido tal gloria, pero su respuesta es no. Min no come, solo se baña para mantenerse aseado, pero al resto que se los coma el mugre. Vivo al margen, linda para él, hermosa por si de pronto regresa a la habitación que hace tres días no ha vuelto a pisar, pero no sucede así, el único que entra por esa puerta, es el propio cocinero del emperador trayéndome los alimentos que Min me a permitido.
No entiendo, de verdad no entiendo. Todos para el rubio se pueden morir, incluso él, pero yo no; aún así, me sigue cuidando. El cocinero llorando me rogó que hiciera algo para que el soberano al menos le soltara un poco a la crueldad, que a él no le importaba seguir pasando hambre, y sed, total todos son adultos, pueden aguantar, que pensara en los niños de cuatro años esclavizados. Siendo niños, trabajando duro y sin nada que pudiera nutriles..
Aquél hombre me conmovió, me hizo también llorar, tanto así, que el desayuno no lo recibí también pensando en esos pobres niños. Ya no aguantaba más, salí corriendo de la alcoba yendo a buscar a Min Yoon Gi.
-Por favor diosa Siris, ayúdame a tocar nuevamente el corazón de yoongi- pensé con las lágrimas en los ojos mientras llegaba al salón del trono que el rubio de cabello largo no ha dejado. Rápido me preocupe por que los custodios no me dejaran pasar, pero conocen tanto mi potencial que seguramente se imaginaron que yo soy su única salvación. Retiraron sus lanzas cruzadas, abrieron la puerta y se corrieron para darme paso..
-Señorita Adrianna- antes de que entrara, el cocinero se apareció con una charola con comida- Tenga. Al menos tenga una excusa para aparecerse delante de nuestro emperador..
-Tienes razón, "Chu". Gracias- al recibirle la bandeja, respiré muy profundo y al liberarlo lentamente, ingresé. Mis pasos se hacían eco al avanzar; mi corazón latía más rápido al paso en que me acercaba, y al ver que Min retiró su mirada del techo para verme, más temblé- B-Buenos días, majestad. ¡Ahm! Le traje el desayuno- me incliné ante su alteza, con los brazos estirados ofreciéndole el alimento.
-No lo quiero- contestó. Su actitud pareció el de un niño chiquito, así que me tocó hacer otras medidas..
-¿Me permite acercarme a su alteza?- pedí elevando un poco mi mirada para verlo. Soltó un "glup", aquello no lo tome como una negación, pero tampoco un sí, y al basarme en no ver enojo en su mirada, me paré para luego aproximarme a él- Estoy segura que le gustará el desayuno, por favor coma alteza, o se podría enfermar- me arrodillé frente a sus pies, insistiendo en que me recibiera.
-¿Y a ti que te importa si me enfermo o no?- me miró serio- Si estás aquí, no es por mí, si no para ayudar a los que están haya afuera, ¿O me equivoco?-
No quería contestar algo que no fuese cierto, por eso me vi obligada a responderle con la verdad- Es cierto que me preocupa los niños que están allá afuera, y las pocas personas que han sido lindos conmigo, pero también me preocupa usted-
-¡Ay por favor!- no creyéndome se colocó en pie. Iba a retirarse, dejarme sola otra vez, pero no sé lo permiti, descargue la charola en el suelo y me sujete de sus manos.
-No se vaya. Quedése conmigo, por favor, majestad- prácticamente le supliqué. Él no respondió, como esperando a que dijera algo más- Yo sé que no me cree lo que digo, por lo que hace días escuchó- pause- Yo solo me sentí celosa, porque usted va a seguir prefiriendo a sus concubinas y nunca se fijaría en alguien como yo.
-Los sentimientos solo te hacen débil, Adrianna- al oírlo decir ello, tuve que levantar mi vista para encontrar sus ojos- Tienes que desecharlos.
-Se equivoca, emperador- me negué moviendo la cabeza- La fuente de la fuerza es pelear por lo que más quieres- dije con tanta seguridad. Min volvió a sentarse, formó un gesto confuso- Yo sé que no soy nadie para exigirle nada, pero...- el de vestimenta negra me miró, lo cual más nerviosa y sonrojada me puso- NO IMPORTA CON CUÁNTAS MUJERES SE ACUESTE, USTED ES MÍO- apenas pude darme cuenta que después de ese arranque de rareza que me dió, lo había sujetado de su Hanbock mientras le gritaba cuyas palabras. Yoongi me miró con los ojos brotados, con una expresión asustada, como diciendo, y ¿Esta loca por qué me grita?- Perdón majestad, si lo asusté- al no quererlo soltar de su ropa aún, estuve indecisa por hacer mi siguiente movimiento, y ¿Qué tal que él ya no me lo permita? Y ¿Si se enfada por anhelar besarlo otra vez?.
-Haz eso que hiciste hace tres días- me pidió.
-¿Se refiere al beso?-
Estúpida Adrianna, ¿Como se te ocurre preguntar eso cuando es obvio? ¡Ahora hiciste sonrojar a su alteza, poniéndose todo colorado hasta las orejas, de la puritita pena.
-¡Solo hazlo, estúpida cierva!- me regaño. ¡Vaya manera de pedir las cosas!.
Dejando eso para la paz, no lo tuve que pensar ni un segundo cuando ya estaba balanceado sobre él para arrebatarle un beso. Min me tomó de la cintura, correspondió moviendo sus labios al compás de los míos en lo que me hacía sentar en su regazo. Fue un beso bastante largo, porque así lo quisimos ambos, y al separarnos, fijamente nos vimos. Yo le sonreí feliz, y él me devolvió el gesto sonriendo también.
¡WoW! No creí que yoongi tuviera una sonrisa, y cuando me enseñó su dentadura pequeña, fue para mí, la más tierna, la más preciosa.
Hola linduras.
Sé que ya me estaban pidiendo actualización pero estuve divagando en pensamientos, de como hacer el capítulo.
Espero les guste tanto como a mí, lloré brillitos con lo último 😍
Mil gracias por leer.
~Elenn Min~🍰
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro